Ascanio Díaz Tamayo
|
Ascanio Díaz Tamayo. Colaborador de la Seguridad Cubana fue asesinado por miembros de una banda terrorista en la región de Las Tunas.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació el 13 de octubre de 1913 en el barrio de San Joaquín, término municipal de Majibacoa, actual provincia de Las Tunas. Hijo de Fermín y Angelina, humildes campesinos cubanos.
Ascanio fue un niño intranquilo, pero educado y respetuoso que se ganó el cariño de cuántos le conocieron.Desde muy temprana edad comenzó a trabajar en las áreas de frutos menores de la finca de sus padres, cuyas ganancias alcanzaban apenas para las más elementales necesidades.
Ante la ausencia de escuelas en su barrio natal y la precaria situación económica de la familia, no pudo estudiar.
Apenas rebasa la adolescencia cuando contrajo matrimonio con la joven Estela Espinosa, de cuya unión nacieron sus ocho hijos, a los que educó con esmero, inculcándoles el amor a la Patria y al trabajo así como el odio a la injusticia y la explotación.
Ascanio Díaz fue un infatigable trabajador, poseía una gran fortaleza física, lo cual le ganó entre sus familiares y amigos, el cariñoso mote de Cañón. Sentía gran placer por bailar y contagiaba a todos con su alegría.
Agobiado por las necesidades, que no lograba mitigar con los ingresos de la cosecha en la finca paterna, marchó con su familia hacia la actual provincia de Granma. En la región de Bayamo realizó labores agrícolas mal remuneradas, lo que le obligó a regresar al hogar y partir con la mujer y los hijos hacia el barrio de Casa Grande, donde se empleó como jornalero agrícola en la finca del terrateniente Dionisio García.
En la década de 1950 atendió además el ganado de la finca. Su situación económica mejoró algo, pero Ascanio fue un hombre rebelde que no estuvo de acuerdo con la explotación y los abusos, por ello criticaba duramente a los gobiernos de turno.
Trayectoria revolucionaria
Conocedor en carne propia de la explotación, simpatizó profundamente con las luchas obreras y al conocer de la existencia de un partido capaz de organizar la lucha contra el estado de cosas existente, en 1950 se incorporó a las filas del Partido Socialista Popular (PSP). Participó en reuniones, actividades de captación y en hechos de acción siendo responsabilizado con la tarea de propaganda.
Convencido revolucionario y de definida posición política, Ascanio buscó todas las vías de lucha posible. Al organizarse en su zona de residencia el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) contactó inmediatamente con su dirección y fue designado para cumplir la misión de trasladar a los combatientes del Ejército Rebelde desde la comandancia hasta las cercanías de Níspero. Les acompañaba desde San Joaquín, lugar donde radicaba la jefatura, hasta las proximidades del lugar de destino e instruía a los combatientes para que puedieran continuar la marcha.
Su casa fue, en diversas ocasiones, centro de reuniones de los revolucionarios de la zona. En su hogar se atendían los heridos se alimentaban a los combatientes y se realizaban los proyectos para continuar la lucha. Su actividad incansable fue descubierta por las fuerzas represivas batistianas que comenzaron a perseguirlo incansablemente. Ascanio no se acobardó y no abandonó la lucha, sino que continuó realizando diversas misiones, entre ellas mensajero del Ejército Rebelde y la clandestinidad en la ciudad de Las Tunas.
Triunfo revolucionario
Al triunfo de la Revolución se incorpora de inmediato a las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) y a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Se destacó por su combatividad y dinamismo. Organizó la vigilancia revolucionaria y el orden público, así como el cuidado de los equipos de labranza que la Revolución había situado en su barrio de residencia para el desarrollo de esa región campesina.Al aplicarse la nacionalización de las grandes empresas y latifundios agrícolas, cooperó en la organización de los obreros de la zona y se integró junto a sus compañeros a la cooperativa “Fernando de Dios”.
En 1961 la Campaña de Alfabetización encontró en él un decidido defensor. En su hogar acogió como a una hija a la pequeña brigadista que le enseñaría las primeras letras.
Este año resultó para el campesinado cubano realmente difícil, pues la lucha de clases cobró una inusitada virulencia y en la región de residencia de Ascanio surgen, como en muchas otras, surgieron grupos de desafectos a la Revolución que intentaron organizar la lucha armada contra el proceso revolucionario. La banda de Guberto Guerra fue una de las que implantó el terror en esa zona, realizando sabotajes y un sistemático trabajo a fin es confundir al campesinado en la misma.
Ascanio puso en conocimiento del Ejército Rebelde la situación existente en la región. Las autoridades le orientaron mantenerse firme en su puesto de trabajo e informar todo lo relacionado con los elementos contrarrevolucionarios, misión que cumplió exitosamente. es de esta forma que comienzó a colaborar con los Departamento de Seguridad del Estado, proporcionando información útil para la ubicación de alzados de las zonas de La Rosa y Dormitorio. La eficiente labor de Ascanio permite la captura de varios de los bandidos.
Muerte
Su inclaudicable actitud constituyó un obstáculo para la realización de las actividades terroristas y los bandidos deciden asesinarlo. Se presentaron en su casa vistiendo uniformes verde olivo y para lograr sus propósitos le comunican que debe acompañarlos para aclarar la denuncia hecha contra él por colaborar con los alzados de la zona. Los forajidos registran su casa, ocupan su arma y los documentos de las MNR y de su centro de trabajo.
Preocupada la familia por su ausencia prolongada, informó al Ejército Rebelde la situación. Tras la infatigable búsqueda de tres días, aparece su cadáver en un potrero situado a dos kilómetros de su casa presentaba huellas de salvajes torturas y un disparo en la frente.
Su muerte, ocurrida el 2 de abril de 1962, indigna a sus vecinos. El pueblo de La Estrella, municipio Hermanos Mayo, de Las Tunas, lejos de amedrentarse se crece y arrecia su odio a los enemigos de la patria, se une al Ejército Rebelde y participa en las operaciones contra la banda asesina. Seis meses después sus asesinos responden ante la justicia revolucionaria por sus desmanes y fechorías.
Condecoración post mortem
El colaborador de la Seguridad Cubana, Ascanio Díaz Tamayo se inscribía así, por derecho propio, en las páginas gloriosas de la historia de lucha de la Revolución. Sus méritos personales, su abnegada labor y su entrega total a la lucha, lo hacen merecedor de la entrega post mortem del sello conmemorativo XX Años de la Seguridad Cubana y de la Distinción por el Servicio en el Ministerio del Interior.
Fuente
- Mártires del MININT. Semblanzas biográficas, t. II, Editora Política, La Habana, 1990