Asociación de la Prensa de Cuba
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Asociación de la Prensa de Cuba. Esta asociación nació en marzo-abril de 1902 con el nombre de Asociación de Prensa de La Habana, y cronológicamente fue el primer intento organizativo de periodistas de Cuba.
Historia
La asociación afrontó desde su primera elección una crisis por la disidencia de numerosos fundadores inconformes con que el españolizante Nicolás Rivero, director del anticubano Diario de la Marina rigiera la colectividad. El grupo discrepante, días después, formo la Asociación de Repórters de La Habana.
La asociación de la Prensa, que empezó muy decaída, tomo auge en marzo de 1904, gracias al impulso de Rafael Conde, José Manuel Fuentevilla y Mariano Pérez Acevedo.
Membresía
Reunía a directores y ejecutivos de periódicos y revistas, escritores de renombre, por lo que su membrecía era reducida, mientras que la de Reporters tenía más carácter clasista y la nutrían reporteros y otros trabajadores de la base. Ambas asociaciones funcionaban paralela o simultáneamente.
Logros
La Asociación de la Prensa consiguió libre importación de papel y franquicia postal, rebajas de tarifas telegráficas y otras ventajas para las empresas. También se preocupo por algunos empeños culturales y rememoraciones patrióticas.
En algunas oportunidades actuaron de mutuo acuerdo ambas asociaciones, como en 1935 para conseguir el descanso dominical y el retiro, y años después en la creación de la Escuela de Periodismo Manuel Márquez Sterling y en la colegiación. Cada una tenía su edificio propio e independiente. Después del triunfo de la Revolución cubana, al no existir razones para sobrevivir, desaparecieron ambas asociaciones.
Evolución
La Asociación de la Prensa de Cuba y el Colegio Nacional de Periodistas, junto a la Asociación de Repórters de La Habana y a otras pequeñas agrupaciones, pasaron a formar parte, el 15 de julio de 1963, de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
Fuente
- Tellería Toca, Evelio. Diccionario Periodístico. Impreso por el Poligráfico de Guantánamo¨Juan Marinello¨,Julio de 1986. Páginas 23-24