Bacilo del Heno
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Bacilo del Heno. Es un organismo vegetal unicelular , desprovisto de clorofila y que vive como saprofito. Se multiplica activamente cuando las condiciones son favorables y resiste las malas condiciones pasajeras formando esporas. Su nombre científico es Bacillus Subtilis.
Sumario
Cultivo
Esta bacteria se puede visualizar a través del microscopio, haciendo hervir en agua un poco de heno cortado en pequeños trozos. Se filtra y deja esta infusión en un cristalizador cubierto con una placa de cristal. Al cabo de unos días el líquido se enturbia y en su superficie se forma un velo grisáceo. Se saca con una varilla de cristal o con un hilo de platino terminado en un asa.
Se puede observar que se forman unas hileras sensiblemente paralelas, de unos bastoncitos que se pueden separar agitando el líquido. Cada bastoncito es una bacteria, un bacilo de heno. Se llaman bacilos a las bacterias alargadas. Es inofensivo, incluso es una bacteria útil que se emplea en la medicina para luchar contra ciertos trastornos intestinales.
Forma y Estructura
Cada bacilo tiene, aproximadamente unas 4 micras de longitud. Su anchura no llega a una micra. Incluso con 1000 aumentos no se distingue más que una membrana que rodea un citoplasma.
En los extremos de cada bacilo del heno se distingue un cilio inmóvil. Unos minúsculos cilios vibrátiles dispuestos lateralmente son los responsables de los movimientos del bacilo. Sólo se le ve gracias a una coloración especial. En el citoplasma no se ve núcleo alguno. Y sin embargo, existe, y las técnicas modernas permiten verlo.
Está constituido por una célula única, aparentemente muy sencilla. Se ha tratado de comparar con otros seres vivos. Su membrana se compone de una sustancia parecida a la celulosa, sustancia química característica de la membrana de las células vegetales. El bacilo del heno es, por tanto, un vegetal. Por varias razones los microbiólogos colocan a las bacterias en la vecindad de las algas.
Nutrición
En el momento de la ebullición, las sustancias nutritivas contenidas en el heno pasan al agua del caldo de cultivo. Luego atraviesan la membrana del bacilo. No posee clorofila. Tiene que utilizar necesariamente las sustancias elaboradas por los vegetales verdes. No es un parásito, ya que no se desarrolla a expensas de seres vivos. Se dice que es un ser saprofito, es decir que utiliza las materias orgánicas elaboradas por otros seres vivos.
Multiplicación
Al cabo de cierto tiempo aparece una pared en medio de la célula. Ahora hay dos bacilos. Si el medio del cultivo está en calma permanecerá el uno al extremo del otro. Luego se dividirán dando una fila de bacilos. Se comprende, pues, como se forma el velo bactriano en la superficie del líquido del cultivo. Cuando el medio se agita, se separan. Pero el desarrollo será cada vez más intenso al contacto con el aire. El bacilo del heno necesita oxígeno para desarrollarse: es una bacteria aerobia. Si en el caldo hay disuelto una débil cantidad de oxígeno, las bacterias pueden desarrollarse en su interior, aunque mucho menos intensamente que en la superficie.
En buenas condiciones (un medio nutritivo rico y ventilado a la temperatura de 200C). El bacilo del heno se divide cada treinta minutos. Se comprende que puede invadir rápidamente todo un medio de cultivo. Pero las sustancias nutritivas del caldo de cultivo, absorbidas por millones de individuos, se agotan rápidamente. El bacilo tiene un medio para resistir esta carestía: forma esporas.
Formación de Esporas
En un medio de cultivo que se está agotando, aparece en el interior de cada bacilo una bolita brillante cuyo diámetro no rebasa una micra. El citoplasma se ha condensado y se ha rodeado de una gruesa membrana. El resto del bacilo se disgrega, y las espora cae al fondo del cristalizador. En la naturaleza sucede el mismo fenómeno. Este puede provocarse igualmente al secarse el estanque o el charco en que vive el bacilo. El viento lleva muy lejos estas esporas, que son muy ligeras. Ya se encontraban, pues, sobre el heno de la infusión. No sólo se han muerto por la sequedad y por la ausencia de alimentos; sino que han resistido a la ebullición: la espora es, por tanto, la forma de resistencia de la bacteria. Le bastará encontrar unas condiciones favorables (humedad, temperatura) para reproducirse. Se rompe la membrana y de la espora nace un nuevo bacilo.