Basílica de San Pedro (Vaticano)
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Basilica de San Pedro, Vaticano la primera basílica vaticana fue construida por Constantino en el Siglo IV, y estuvo en pie durante más de 1.000 años, hasta que los Papas del Renacimiento la derribaron para poder levantar una nueva basílica sobre la tumba de San Pedro.
Sumario
Ubicación
Basilica de San Pedro, Vaticano está ubicada en: Piazza San Pietro, 00120 Città del Vaticano, Cdad. del Vaticano.
Historia
La basílica cuenta con el mayor espacio interior de una iglesia cristiana en el mundo, presenta 193 m de longitud, 44,5 m de altura, y abarca una superficie de 2,3 hectáreas. La altura que le confiere su cúpula hace que su figura domine el horizonte de Roma. Es considerada como uno de los lugares más sagrados del catolicismo. Se ha descrito como «ocupante de una posición única en el mundo cristiano», y como «la más grande de todas las iglesias de la cristiandad». Es una de las cuatro basílicas mayores y una de las iglesias que se deben visitar en el peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria en Año Santo. En la tradición católica, la basílica se encuentra situada sobre el lugar de entierro de san Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret, primer obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por lo tanto, el primero de los pontífices. La tradición y las evidencias históricas y científicas sostienen que la sepultura del Santo está directamente debajo del altar mayor de la basílica. También la mayoría de los papas han sido enterrados en San Pedro desde la época paleocristiana. En el sitio de la basílica han existido iglesias desde el Siglo IV. La construcción del actual edificio, sobre la antigua basílica constantiniana, comenzó el 18 de abril de 1506, por orden del papa Julio II, y finalizó el 18 de noviembre de 1626. En ella trabajaron algunos de los arquitectos más renombrados de la historia, como Donato Bramante, Miguel Ángel o Bernini. A pesar de la creencia popular, San Pedro no es una catedral, ya que la archibasílica de San Juan de Letrán es la verdadera catedral de Roma La basílica de San Pedro es una de las cuatro basílicas papales o basílicas mayores de Roma; las otras son la archibasílica de San Juan de Letrán, la basílica de Santa María la Mayor y la basílica de San Pablo Extramuros. La basílica de San Pedro no es ni la sede oficial del papa, ni es la primera basílica de Roma, pues este honor lo ostenta la archibasílica de San Juan de Letrán; tampoco es la parroquia de la Ciudad del Vaticano, ya que actualmente es la Capilla Paulina la que funciona como tal. Sin embargo, es la principal iglesia pontificia al celebrarse en ella la mayoría de las ceremonias papales debido a su tamaño, a su proximidad a la residencia papal y a su ubicación dentro de la Ciudad del Vaticano. La Cátedra de San Pedro es una silla antigua que se supone fue utilizada por san Pedro, pero que en realidad fue un regalo de Carlos el Calvo, y utilizada por varios papas. Ocupa una posición elevada en el ábside, en un relicario de bronce sostenido por figuras de los Doctores de la Iglesia, e iluminada por una vidriera que representa al Espíritu Santo. La construcción del edificio actual se inició el 18 de abril de 1506. El proyecto fue encargado al arquitecto Donato d'Angelo Bramante, llegado poco antes desde Milán, y que se había ganado la confianza del papa por encima del anterior arquitecto, Giuliano da Sangallo. Incluso se encargó del diseño del Patio del Belvedere. El proyecto consistía en un edificio con planta de cruz griega inscrita en un cuadrado y cubierta por cinco cúpulas, la central de mayor tamaño y apoyada en cuatro grandes pilares, inspirándose en la basílica de San Marcos, y un claro ejemplo de planta centralizada típica del Renacimiento. La cúpula central, inspirada en la del Panteón de Agripa, se situaba sobre el crucero, y las restantes en los ángulos. Esta idea quedó plasmada en una medalla acuñada por Caradosso para conmemorar la colocación de la primera piedra del templo el 18 de abril de 1506. En la construcción de la iglesia también resultó importante la aplicación de los estudios teóricos de Francesco di Giorgio, Filarete y, sobre todo, de Leonardo da Vinci, para iglesias de planta centralizada, cuyos resultados están claramente inspirados en la planta octogonal de la catedral de Florencia. Los trabajos se iniciaron con la demolición de la basílica paleocristiana, lo que fue muy criticado dentro y fuera de la Iglesia por personalidades como Erasmo de Rotterdam o Miguel Ángel, que criticó la destrucción de las columnas de la antigua basílica. Bramante fue apodado «maestro ruinoso», y Andrea Garner se burló de él en la sátira Scimmia («Mono»), publicada en Milán en 1517, donde presenta al arquitecto fallecido ante san Pedro, que le recrimina la demolición cuando le propone la reconstrucción del cielo. A estos escándalos hubo que sumarle el de la venta de indulgencias para la construcción de la basílica, lo que tuvo un papel importante en el nacimiento de la Reforma Protestante de Martín Lutero, que vio los trabajos en su viaje a Roma a finales de 1510, y en base al que escribiría Las 95 tesis. Con todo esto, Bramante no pudo ver avanzar demasiado la obra, pues murió en 1514, cuando solo se habían edificado poco más que los cuatro grandes pilares que debían sostener la gran cúpula central. La configuración actual de la basílica en forma de cruz latina fue obra de Carlo Maderno, quien durante el pontificado de Paulo V añadió tres crujías nuevas y proyectó la fachada, compuesta de órdenes gigantes de columnas y balconadas. La basílica se dio por concluida en 1626 y consagrada solemnemente por el papa Urbano VIII, aunque todavía quedaban muchos detalles por finalizar. Gian Lorenzo Bernini, a instancias de Alejandro VII, proyectó la inmensa plaza de San Pedro y la columnata que la rodea. Encima de ella y por todo el perímetro de la plaza se aprecian numerosas estatuas de santos y santas de todas las épocas y lugares. Encima de la fachada de la basílica, las estatuas de once de los apóstoles (excepto san Pedro), san Juan Bautista y, en el centro, Cristo. Bernini fue también el responsable de acometer los diseños y planos para las torres campanario que debían completar la fachada dejada por Maderno; la única torre completada bajo la dirección de Bernini, entre 1638 y 1641, tuvo que ser demolida poco después de su elevación ante los evidentes signos de inestabilidad de la estructura. Los relojes que ocupan los extremos de la fachada se incluyeron a finales del Siglo XVIII, y son obra de Giuseppe Valadier, quien, asimismo, situó la inmensa campana fundida previamente en uno de los cuerpos laterales, que son todo cuanto puede considerarse como campanario una vez que se determinó no volver a plantear la construcción de torres en la fachada. El bronce utilizado en la construcción del baldaquino fue extraído de los casetones de la cúpula del Panteón de Agripa de Roma, lo cual dio pie a la frase: «Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini», expresión latina que significa: «Lo que no hicieron los bárbaros, lo han hecho los Barberini», en referencia a Urbano VIII, bajo cuyo papado se completó. Formado por cuatro columnas torsas con volutas, presenta decoración vegetal, ángeles y telas simuladas; por todas partes aparecen las abejas, símbolo heráldico de los Barberini a cuya familia pertenecía el pontífice. Otros muchos artistas trabajaron para la basílica a lo largo de los siglos. Entre ellos son de obligada cita el escultor Alessandro Algardi, autor del célebre relieve La expulsión de Atila, obra maestra del Barroco, y el maestro del neoclasicismo Antonio Canova, que esculpió la sepultura del papa Clemente XIII. Algunas obras anteriores a la propia construcción de la basílica sirven hoy para su ornamento. Entre ellas, son destacables el mosaico representando La tempestad del lago Tiberíades, más conocido como La Navicella, obra de Giotto (muy retocado posteriormente), situado a los pies del templo; o el monumento funerario del papa Inocencio VIII, obra de Antonio Pollaiuolo. Con todo, la obra de arte más conocida de cuantas alberga la basílica en su interior es la Piedad, obra juvenil de Miguel Ángel, una de sus grandes realizaciones, que se venera en la primera capilla de la derecha.
Arquitectos de la basílica
- 1506: Bramante, en colaboración con Giuliano da Sangallo.
- 1514: Rafael Sanzio, en colaboración con Giuliano da Sangallo, que fue reemplazado por su sobrino Antonio da Sangallo el Joven en 1515, y Fray Giocondo hasta su muerte ese mismo año.
- 1520: Antonio da Sangallo el Joven, con su colaborador Baldassarre Peruzzi hasta 1527.
- 1546: Miguel Ángel.
- 1564: Pirro Ligorio y Jacopo Barozzi da Vignola.
- 1573: Giacomo della Porta con Domenico Fontana.
- 1603: Carlo Maderno.
- 1629: Gian Lorenzo Bernini.
Descripción
La basílica de San Pedro es uno de los edificios más grandes del mundo. Tiene 218 m de largo 20 y 136 m de altura hasta la cúpula; presenta una superficie total de 23 000 m². El edificio está conectado con el palacio Apostólico por un corredor a lo largo del pasillo al lado de la Scala Regia, junto a la fachada de la plaza de San Pedro, y dos corredores que lo conectan con la sacristía adyacente. Estos pasos elevados fueron ideados por Miguel Ángel, de modo que su presencia no interrumpe el perímetro de la basílica y permite la existencia de ramificaciones en el templo. El exterior está construido con travertino, y se caracteriza por el uso del orden gigante a partir del cual se establece el ático. Esta configuración es idea de Miguel Ángel y se mantuvo en el cuerpo longitudinal añadido por Carlo Maderno. El interior de la basílica aloja 45 altares y 11 capillas que guardan obras de arte muy valiosas, entre ellas algunas de la antigua basílica, como la estatua de bronce de San Pedro, atribuida a Arnolfo di Cambio.
Exterior
Los muros exteriores de la basílica, exceptuando la fachada principal, se componen por superficies planas separadas por pilastras. El primer cuerpo presenta enormes hornacinas en las que se encuentran esculturas de santos de gran tamaño, destinadas por Juan Pablo II a conmemorar a santos y fundadores de nuestro tiempo; sobre estas se encuentran las grandes ventanas que iluminan el interior del templo. Sobre el entablamento se abren otras ventanas, de menor tamaño. Algunas de las esculturas que se encuentran en el exterior son las de santa Teresa de Los Andes, obra de Juan Eduardo Fernández Cox, Santa Teresa de Jesús Jornet, Santa Mariana de Jesús, San Josemaría Escrivá, obra de Romano Cosci, Santa Genoveva Torres, obra de Alessandro Romano, Santa Soledad Torres Acosta, Santa Brígida de Suecia, Santa Catalina de Siena, San José Manyanet y Vives, San Gregorio I el Iluminador, Santa María Josefa del Sagrado Corazón, San Marcelino Champagnat, Santa Rafaela María del Sagrado Corazón, obra de Marco Augusto Dueñas, y San Marón, del mismo autor y que ocupó en 2011 la última hornacina que quedaba libre en la basílica
Fachada principal
La fachada principal de la basílica tiene 115 m de ancho y 46 m de altura.31 Fue construida por el arquitecto Carlo Maderno entre 1607 y 1614. Se articula a través de la utilización de columnas de orden gigante que enmarcan la entrada y el «Balcón de las bendiciones», lugar desde donde se anuncia a los fieles la elección del nuevo papa, y desde donde éste imparte la bendición Urbi et Orbi
Campanas
- La primera es la «Campanone», situada bajo reloj, su nota es fa menor, tiene un diámetro de 2,316 m y un peso estimado de 8950 kg.
- La siguiente es «Campanoncino», realizada en 1725 por Inocencio Casini. Tiene un diámetro de 1,772 m y con una masa de 3640 kg, con su nota es el si menor doble bemol disminuida 6/16 de semitono.
- La tercera campana es la «Rota», es la más antigua de todas, fue realizada por Guidotto Pisano en el siglo XIII y su función original era convocar a los auditores del Tribunal de la Rota Romana. Su peso es de 1815 kg. Su nota es re menor disminuida 6/16 de semitono.
- La cuarta campana es «Predica», realizada en 1909 por Giovanbattista Lucent, pesa 830 kg. Su nota es el fa mayor disminuida 8/16 de semitono.
- La quinta es «Ave María», fue refundida en 1932 por Daciano Colbachini. Tiene un diámetro de 75 cm y 250 kg de peso. Su nota es si mayor disminuida 5/16.
- La última campana es «Campanella», fundida en 1825 por Louis Luce pesa 235 kg. Su nota es do mayor disminuida 3/16 de semitono.
Pórtico
El pórtico se encuentra situado entre los cinco arcos que se abren en la fachada y las puertas del templo. La entrada está flanqueada por dos estatuas ecuestres: Carlomagno a la izquierda, obra de Agostino Cornacchini en 1725, y Constantino obra de Bernini en 1670, situado ante la entrada del palacio Apostólico por la Scala Regia. La bóveda está decorada con diseño de Martino Ferrabosco pero realizada por Ambrogio Buonvicino, e incluye las esculturas de treinta y dos papas, situadas a los lados de las lunetas que contienen relieves en los que se representan episodios de la vida de San Pedro.En la pared por encima de la entrada principal de la basílica se encuentra una parte del mosaico llamado La Navicella, obra de Giotto y que se encontraba en la antigua basílica de San Pedro, fue colocada en 1674
Puerta de la Muerte
La Puerta de la Muerte fue encargada por Juan XXIII y realizada en 1963 por el escultor Giacomo Manzú y toma su nombre por ser esta la puerta de salida de los cortejos fúnebres de los papas. Se presentan cuatro paneles: en el primero hay una representación de la Deposición de Cristo y la Asunción de María. En el segundo se representan los símbolos de la Eucaristía, el pan y el vino. En el tercer cuadro aparece el tema de la muerte, representa el asesinato de Abel, la muerte de José, el martirio de san Pedro, la muerte de Juan XXIII (en una esquina aparece el título de la encíclica Pacem in terris), la muerte en el exilio de Gregorio VII y seis animales en el acto de la muerte. En la cara interna de la puerta se encuentra la huella de la mano del escultor y un momento del Concilio Vaticano II en el que el primer cardenal africano, Laurean Rugambwa, rinde homenaje al papa.
Puerta de Filarete
La «Puerta de Filarete» o «puerta central» fue mandada construir por el papa Eugenio IV a Antonio Averulino Filarete, que la realizó entre 1439 y 1445. Está hecha de bronce y dividida en dos hojas, cada una de las cuales presenta tres cuadros superpuestos. En los cuadros en la parte superior se representan a la izquierda a Cristo entronizado y a la derecha a la Virgen entronizada, en los paneles centrales están representados san Pedro entregando las llaves al papa Eugenio IV, y san Pablo con una espada y un jarrón de flores. Los cuadros inferiores presentan el martirio de los dos santos: a la izquierda la decapitación de San Pablo, y a la derecha la crucifixión de San Pedro. Los paneles están enmarcados por medallones con los perfiles de los emperadores, y entre ellos frisos con episodios del pontificado de Eugenio IV. En la parte interna se encuentra la inusual firma del autor.
Órgano
El órgano de la basílica se encuentra entre la girola y el presbiterio; fue construido por Tamburini en 1962. Presenta dos cuerpos que se ubican en los brazos de la girola que parten del presbiterio, respectivamente apodados, «Cornu Epistulae» y «Cornu Evangelii». Estos dos cuerpos se corresponden con dos órganos construidos a principios del Siglo XX por Vegezzi-Carlo Bossi y Walker. El órgano del primer cuerpo comprende los registros del segundo y tercer teclado, mientras que al segundo cuerpo corresponde el primer y cuarto teclado. Los registros de pedal son repartidos en dos partes como el organista necesite. Se utilizan dos consolas de transmisión eléctrica; una se sitúa entre las butacas del coro cantor durante las celebraciones en el interior, mientras que otra se ubica en la plaza para las celebraciones del exterior. Fueron construidas por el fabricante Mascioni en 1999.
Altar Papal
Se encuentra en el crucero, situado bajo la cúpula, y está enmarcado por el monumental baldaquino de San Pedro obra de Gian Lorenzo Bernini, construido entre 1624 y 1633. Realizado en bronce extraído del Panteón, presenta una altura de 30 m. Está sostenido por cuatro columnas salomónicas a imitación de las del Templo de Salomón y el tabernáculo de la antigua basílica, cuyas columnas se recuperaron y se colocaron como adorno en los pilares de la cúpula de Miguel Ángel. En el centro, a la sombra del baldaquino, rodeado por el inmenso espacio bajo la cúpula, se encuentra el altar papal, un bloque de mármol blanco en forma de paralelepípedo, y sobre él un crucifijo de bronce y un juego de siete candeleros, en el cual solamente el papa puede celebrar la Eucaristía en ocasiones solemnes. Fue colocado verticalmente sobre la tumba de san Pedro y consagrado el 5 de junio de 1594 por el papa Clemente VIII. Este altar es conocido como «Altar de la Confesión», al estar situado sobre el lugar conocido como «Confessio», la tumba del Apóstol que con su martirio confesó su fe.
Cúpula
La cúpula de la basílica de San Pedro se eleva a una altura total de 136,57 m desde el suelo hasta la parte superior de la cruz externa. Es la cúpula más alta del mundo. Su diámetro interno es de 41,47 m, ligeramente menor que dos de las tres enormes cúpulas que la precedieron: la del Panteón de Agripa, de 43,3 m; y la de la catedral de Florencia, de 44 m. Los arquitectos de San Pedro se basaron en estas dos cúpulas para buscar la manera de construir la que se concibió como la mayor cúpula de la cristiandad. Se construyó desde 1547 hasta 1590 por Miguel Ángel Buonarroti, quien después falleció y ocupó su lugar su discípulo Giacomo Della Porta.