Beclometasona Dipropianato

BECLOMETASONA DIPROPIONATO
Información sobre la plantilla
Beclometasona2.jpg


BECLOMETASONA DIPROPIONATO no se conocen los mecanismos del efecto antiasmático local en los bronquios y bronquiolos, pero pueden estar relacionados con alguna de las acciones inmunosupresoras y antiinflamatorias descritas para los glucocorticoides sistémicos. Los glucocorticoides sistémicos evitan o suprimen las reacciones inmunes mediadas por células (hipersensibilidad retardada) y reducen la importancia de la respuesta inmune primaria; disminuyen o evitan la respuesta de los tejidos ante los procesos inflamatorios, inhiben posiblemente la acumulación de células inflamatorias e incluyen macrófagos y leucocitos, en los lugares de la inflamación, así como inhiben la fagocitosis, la liberación de enzimas liposomales y la síntesis de mediadores de la inflamación, derivados del ácido araquidónico (prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos).

Composición

Cada nebulización contiene 250 µg de dipropionato de beclometasona para 200 aplicaciones.

Farmacocinética

Se absorbe rápido a través de los tejidos respiratorio y gastrointestinal; sin embargo, los efectos sistémicos no suelen producirse con dosis habituales, debido probablemente a su rápido metabolismo. Aproximadamente entre 10 y 25 % de una dosis inhalada por VO se deposita en el tracto respiratorio (tráquea, bronquios), y el resto se deposita en la boca, garganta y se traga. Unión a proteínas: alta (65-90 %). El metabolismo es principalmente hepático (rápido); también se metaboliza en el riñón, pulmón y otros tejidos. Comienzo de la acción: mejoría de la función pulmonar (en pacientes que no reciben corticosteroides sistémicos cuando se instaura el tratamiento por inhalación). Aunque se produzca alguna mejoría en menos de una semana, para lograr esta de manera apreciable se requiere de 1 a 4 semanas, su eliminación es principalmente local; de 12 a 15 % de la dosis se excreta por la orina.

Indicaciones

Profilaxis del asma bronquial.

Contraindicaciones

No debe usarse cuando el paciente presente asma aguda. Debe evaluarse la relación riesgo-beneficio en caso de existir infección activa producida por bacterias, hongos o virus en la boca, garganta o pulmones (se pueden enmascarar los síntomas y verse retrasada la recuperación).

Precauciones

Niños: la absorción sistémica de corticoides en dosis altas, administrados a largo plazo por inhalación, puede producir supresión adrenal y retraso en el crecimiento (vigilar talla). Adulto mayor: puede exacerbarse la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, que reciben tratamiento durante períodos prolongados. TB pulmonar: puede reactivarse durante tratamiento prolongado sin administración concurrente de quimioprofilaxis. Si se requieren dosis altas, por períodos prolongados, se debe vigilar posible efecto supresor sobre el eje hipofiso-hipotálamo-adrenal. En condiciones de estrés o empeoramiento del asma será necesario acudir al uso adicional de corticoides sistémicos. Aumento de la susceptibilidad a infecciones.

Reacción adversas

Frecuentes: tos, sequedad o irritación de la mucosa nasal, garganta, disfonía. Ocasionales: cefalea, disgeusia, náusea, adelgazamiento de la piel de la cavidad oral, candidiasis orofaríngea. Raras: broncospasmo paradójico, nerviosismo, infiltrados pulmonares y eosinofilia, cataratas, glaucoma, reacciones de hipersensibilidad (erupción, angioedema).

Posología

Ajustar dosis según severidad del asma. Dosis estándar de inhalaciones de aerosol presurizado: adultos, 200 µg 2 veces/día o 100 µg 3-4 veces/día (en casos más severos dosis inicial 600-800 µg/día); niños: 50-100 µg 2-4 veces/día.

Fuentes