Betametasona

Betametasona
Información sobre la plantilla
Betametasona.jpg
Gluocorticoide de acción rápida, antiinflamatorio y antialérgico
Presentación farmacéuticaSolución

La betametasona y sus derivados, el fósfato sódico de betametasona y el acetato de betametasona, son glucocorticoides sintéticos que se utilizan como agentes inmunosupresores y anti-inflamatorios.

Mecanismo de acción

La betametasona reducen la inflamación al inhibir la liberación de las hidrolasas ácidas de los leucocitos, previniendo la acumulación de macrófagos en los lugares infectados, interfiriendo con la adhesión leucocitaria a las paredes de los capilares y reduciendo la permeabilidad de la membrana de los capilares, lo que ocasiona una reducción del edema. Además, la betametasona reduce la concentración de los componentes del complemento, inhibiendo la liberación de histamina y cininas, e interfiere con la formación de tejido fibroso. Los efectos anti-inflamatorios de los corticoides en general se deben a sus efectos sobre las lipocortinas, unas proteínas inhibidoras de la fosfolipasa A2. Las lipocortinas controlan la síntesis de potentes mediadores de la inflamación como los leucotrienos y las prostaglandinas, al actuar inhibiendo la síntesis de su procursor, el ácido araquidónico. La actividad inmunosupresora de los corticoides se debe a que alteran la función del sistema linfático, reduciendo las concentraciones de inmunoglobulinas y del complemento, inhibiendo el transporte de los inmunocomplejos a través de las membranas capilares, reduciendo el número de linfocitos e interfiriendo con las reacciones antígeno-anticuerpo.

Indicaciones terapeuticas

Tratamiento de diversas enfermedades endocrinas reumáticas de la colágena, dermatológicas, alérgicas, oftálmicas gastrointestinales, respiratorias, hematológicas y de otros tipos que responden al tratamiento corticosteroide. El tratamiento con hormona corticosteroide es un coadyuvante y no reemplaza la terapéutica convencional. Esta preparación está indicada cuando se necesita o desea un efecto corticosteroide rápido e intenso.


Trastornos endocrinológicos: Insuficiencia corticosuprarrenal primaria o secundaria (conjuntamente con mineralocorticosteroides si se aplican); insuficiencia suprarrenal aguda; en el periodo preoperatorio o en caso de traumatismos o enfermedades graves en pacientes con insuficiencia suprarrenal conocida o cuando las reservas corticosuprarrenales son dudosas; choque que no responde al tratamiento convencional si existe o se sospecha insuficiencia corticosuprarrenal; adrenalectomía bilateral; hiperplasia suprarrenal congénita; tiroiditis aguda; tiroiditis no supurativa y crisis tiroidea e hipercalcemia asociada con cáncer.


Choque: El principio del tratamiento corticosteroide coadyuvante en el choque se basa más bien en los efectos farmacológicos que en un reemplazo fisiológico.


Edema cerebral (aumento de la presión intracraneal): Los beneficios clínicos del tratamiento corticosteroide coadyuvante en el edema cerebral probablemente se deriven de la depresión de la inflamación cerebral. Los corticosteroides no deben considerarse como un reemplazo de procedimientos neuroquirúrgicos. Son de valor para reducir o impedir el desarrollo del edema cerebral asociado con traumatismo quirúrgico u otro traumatismo craneoencefálico, accidentes cerebrovasculares y tumores cerebrales primarios o metastásicos.


Episodios de rechazo de aloinjertos renales: ha demostrado eficacia en el tratamiento del rechazo primario agudo y del rechazo tardío clásico conjuntamente con tratamiento convencional en la prevención de rechazo de trasplante renal.


Uso antes del parto para prevención del síndrome de insuficiencia respiratoria en neonatos prematuros: está indicado como tratamiento profiláctico de la enfermedad de membranas hialinas en neonatos prematuros cuando se administra a las madres (antes de la 32a. semana de gestación).


Trastornos osteomusculares: puede administrarse como tratamiento coadyuvante para tratamiento a corto plazo (para sostener al paciente a través de un episodio agudo o una exacerbación) en casos de artritis reumatoide; osteoartritis (después de traumatismo o sinovitis); artritis psoriásica; espondilitis anquilosante; artritis gotosa; bursitis aguda y subaguda; fiebre reumática aguda; fibrositis; epicondilitis; tenosinovitis no específica aguda; miositis; heloma. También puede ser útil en el tratamiento de tumores císticos de una aponeurosis o tendón (ganglión).


Enfermedades de la colágena: Durante una exacerbación o como tratamiento de mantenimiento en ciertos casos de lupus eritematoso sistémico, carditis reumática aguda, esclerodermia y dermatomiositis.


Enfermedades dermatológicas:Pénfigo; dermatitis herpetiforme; eritema multiforme (síndrome de Stevens Johnson); dermatitis exfoliativa; micosis fungoide; psoriasis grave; eccema alérgico (dermatitis crónica); dermatitis seborreica severa. La administración intralesional está indicada para el tratamiento de queloides; lesiones hipertróficas localizadas infiltradas inflamatorias de liquen plano; placas psoriásicas; granuloma anular y liquen simple crónico (neurodermatitis) lupus eritematoso discoide; necrobiosis lipoide de los diabéticos; alopecia areata.

Estados alérgicos: Control de afecciones alérgicas severas e incapacitantes que no responden al tratamiento convencional como rinitis alérgica estacional o perenne, pólipos nasales, asma bronquial (incluso estado asmático), dermatitis por contacto, dermatitis atópica (neurodermatitis), hipersensibilidad a los medicamentos, edema laríngeo agudo no infeccioso.


Enfermedades oftálmicas: Procesos alérgicos e inflamatorios severos agudos y crónicos que afectan los ojos y sus anexos como conjuntivitis alérgica, queratitis, úlceras marginales corneales alérgicas, herpes zóster oftálmico, iritis e iridociclitis, coriorretinitis, inflamación del segmento anterior, uveítis posterior difusa y coroiditis, neuritis óptica; oftalmia simpática.


Enfermedades respiratorias: Sarcoidosis sintomática; síndrome de Loeffler que no puede tratarse por otros medios; beriliosis; tuberculosis pulmonar diseminada cuando se acompaña concurrentemente de quimioterapia antituberculosa apropiada; neumonitis por aspiración.


Trastornos hematológicos: Trombocitopenia idiopática y secundaria en adultos; anemia hemolítica adquirida (autoinmune); eritroblastopenia (anemia eritrocítica) y anemia hipoplásica (eritroide) congénita; reacciones de transfusión.


Enfermedades gastrointestinales: Para ayudar al paciente durante periodos críticos de colitis ulcerativa y enteritis regional.


Enfermedades neoplásicas: Para el tratamiento paliativo de leucemias y linfomas en adultos; leucemia aguda en niños.


Enfermedades renales: Para inducir la diuresis o remisión de proteinuria en el síndrome nefrótico sin uremia de tipo idiopático o el debido al lupus eritematoso.


Trastornos diversos: Meningovasculitis tuberculosa con bloqueo subaracnoideo o bloqueo inminente cuando la administración se acompaña concurrentemente de quimioterapia antituberculosa apropiada; triquinosis con afección neurológica o miocárdica.

Farmacocinética

La betametasona se administra por vía oral, mientras que el fosfato sódico de betametanosa se puede administrar por vía intravenosa, intramuscular, intrasinovial, intraarticular o intralesional. La suspensión de betametasona fosfato y betametasona acetato, se puede administrar por vía intramuscular y por infiltración en los lugares deseados. Las preparaciones tópicas se administran colocando una fina capa de producto en el área afectado con un suave masaje, pudiendose emplear o no vendajes oclusivos. También hay preparados oftámicos, espumas en aerosol, y gotas intranasales. Después de su administración oral, la betametasona se absorbe rápidamente. Los máximos niveles plasmáticos después de una dosis oral son alcanzados a las 1-2 horas. El comienzo y la duración de la acción de las suspensiones de betametasona dependen de la vía de administración (intramuscular, intraarticular, etc) y de la irrigación sanguínea del lugar en el que se ha realizado la infiltración. Por ejemplo, después de la administración intraarticular, el fármaco pasa lentamente a la circulación general. La absorción de la betametasona a través de la piel depende de la integridad de la misma en el lugar de la aplicación y del área de la aplicación. Aumenta cuando la piel se encuentra lesionada, inflamada o cuando se administra mediante vendaje oclusivo y también es mayor en las zomas en las que el estrato córneo es más fino como en las párpados, los genitales o la cara. La absorción sistémica después de una aplicación tópica es pequeña por regla general, pero aumenta en las mucosas, en particular, en la mucosa oral.

La betametasona administrada sistémicamente se distribuye rápidamente en los riñones, intestinos, piel, hígado y músculos. El fármaco se une débilmente a las proteínas del plasma, siendo activa solamente la parte no unida a dichas proteínas. Los corticoides en general, y la por tanto la betametasona, atraviesan la barrera placentaria y se excretan en la leche humana. La betametasona tópica es metabolizada localmente en la piel, mientras que la betametasona sistémica es metabolizada en el hígado, produciéndose metabolitos inactivos. Estos, conjuntamente con una pequeña cantidad de fármaco si metabolizar son excretados en la orina. La semi-vida biológica de la betametasona es de unas 35 a 54 horas.

Contraindicaciones

Para inyección intraarticular: anterior a la artroplastia articular, trastornos de la coagulación sanguínea, fractura intraarticular, articulación inestable. Para todas las indicaciones, se debe evaluar la relación riesgo-beneficio en presencia de sida, cardiopatía, insuficiencia cardíaca congestiva, hipertensión, diabetes mellitus, glaucoma de ángulo abierto, disfunción hepática, miastenia gravis, hipertiroidismo, osteoporosis, lupus eritematoso, tuberculosis activa y disfunción renal severa.

Interacciones medicamentosas

El uso simultáneo con paracetamol favorece la formación de un metabolito hepatotóxico de éste, por lo tanto aumenta el riesgo de hepatotoxicidad. El uso con analgésicos no esteroides (AINE) puede incrementar el riesgo de úlcera o hemorragia gastrointestinal. La anfotericina B con corticoides puede provocar hipopotasemia severa. El riesgo de edema puede aumentar con el uso simultáneo de andrógenos o esteroides anabólicos. Disminuyen los efectos de los anticoagulantes derivados de la cumarina, heparina, estreptoquinasa o uroquinasa. Los antidepresivos tricíclicos no alivian y pueden exacerbar las perturbaciones mentales inducidas por corticoides. Puede aumentar la concentración de glucosa en sangre por lo que será necesario adecuar la dosis de insulina o de hipoglucemiantes orales. Los cambios en el estado tiroideo del paciente o en las dosis de hormona tiroidea (si está en tratamiento con éstas), pueden hacer necesario un ajuste en la dosificación de corticosteroides, ya que en el hipotiroidismo el metabolismo de los corticoides está disminuido y en el hipertiroidismo está aumentado. Los anticonceptivos orales o estrógenos incrementan la vida media en los corticoides y con ello sus efectos tóxicos. Los glucósidos digitálicos aumentan el riesgo de arritmias. El uso de otros inmunosupresores con dosis inmunosupresoras de corticoides puede elevar el riesgo de infección y la posibilidad de desarrollo de linfomas u otros trastornos linfoproliferativos. Puede acelerar el metabolismo de la mexiletina con disminución de su concentración en plasma.

Reacciones Adversas

Efectos tópicos: los preparados tópicos de betametasona pueden estar asociados a reacciones adversas locales como rash acneiforme, dermatitis de contacto, foliculitis, hipertricosis, irritación, miliaroa, dermatitis perioral, prurito, atrofia de la piel, hipopigmentación, estrías y xerosis. La absorción transcutánea de la betametanosa es mínima por lo que no son de esperar las reacciones adversas que se observan trás la admnistración sistémica.


Efectos sistémicos: la administración prolongada de dosis fisiológicas de corticoides en la terapia de sustitución no suelen causar reacciones adversas

La severidad de los efectos adversos asociados a un tratamiento prolongado aumenta con las dosis y la duración del tratamiento. Los tratamientos a corto plazo usualmente no producen reacciones adversas, pero los tratamientos largos pueden ocasionar una atrofia de las glándulas suprarrenales y una depleción generalizada adrenocortical.

Los glucocorticoides son responsables del metabolismo proteico por lo que un tratamiento prolongad puede ocasionar diversas manifestaciones músculoesqueléticas (mipatía, mialgia), atrofia de la matriz ósea y retraso de la cicatrización. También interaccionan con el calcio a distintos niveles en particular disminuyendo la síntesis de las proteínas de la matriz ósea por los osteoblastos y reduciendo la absorción de calcio a nivel intestinal y en la nefrona. Sin embargo, no modifican el metabolismo de la vitamina D.

Las inyecciones intra-articulares de betametasona pueden ocasionar artropatías similares a las de Charcot y también se han comunicado atrofias en los puntos inyección, incluyendo la ruptura de tendones.

Los efectos gastrointestinales asociados a la terapia a largo plazo con los corticoides incluyen nauseas y vómitos y anorexia con la subsiguiente pérdida de peso. También se ha descrito los efectos opuestos, con estimulación del apetito y aumento de peso, constipación, diarrea, dolor abdomnal, ulceraciones esofágicas, gastritis y pancreatitis. Algunos pacientes con historia de úlcera péptica tratados con corticosteroides durante periodos largos han experimentado una reactivación de su enfermedad, a veces con perforación y retrasos de la cicatrización de la úlcera.

Algunos efectos adversos dermatológicos de los corticosteroides sistémicos incluyen atrofia de la piel, acné vulgaris, diaforesis, retraso en la cicatrización de heridas, eritema facial, estrías, petequias, hirsutismo, y equimosis . Entre las reacciones de hipersenibilidad se incluyen la dermatitis alérgica, urticaria, y/o angioedema.

Se han descrito parestesias (quemazón y hormigueos) en el área perineal después de la inyección i.v. de betametasona. También se han descrito casos de hipopigmentación, hiperpigmentacion, esclerosis y otros efectos locales en los lugares donde se practicó la inyección, incluyendo abscesos estériles.

La brusca discontinuación de un tratamiento sistémico crónico con betametasona puede ocasionar una insuficiencia adrenal grave y el síndrome de discontinuación de corticosteroides no relacionado con la supresión de la funciòn HPA. Se caracterizan por anorexia, letargia, nauseas y vómitos, cefaleas, fiebre, artralgia, dermatitis exfoliativa, pérdida de peso e hipotensión. También se ha descrito aumento de la presión intracraneal con papiledema después de la brusca interrupción de un tratamiento crónico con corticosteroides.

Otras reacciones adversas infrecuentes son palpitaciones, taquicardia sinusal, glositis, estomatitis, incontinencia urinaria y urgencia


Fuentes.