Boulevard de Santa Clara
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Boulevard de Santa Clara. Arteria comercial de la ciudad de Santa Clara, capital de la provincia cubana de Villa Clara, ubicada en las inmediaciones del parque Leoncio Vidal Caro, en el centro de la urbe. En orden de aparición, constituye el tercero de Cuba luego de los construidos en las calles San Rafael y Obispo de La Habana, convirtiéndose, con su ejecución, en referente para los que con posterioridad se edificarían en el resto del país. Emplazado en la antigua calle Santa Elena, hoy Independencia, actualmente vive un proceso de rediseño y ampliación que busca dar respuesta a las crecientes demandas de una ciudad, en la que el turismo ha experimentado un vertiginoso crecimiento por su privilegiada posición en el centro de la nación caribeña y sus valores patrimoniales e histórico-culturales.
Historia
Antecedentes
El boulevard de Santa Clara se ubica en lo que fuera la calle Santa Elena, conocida desde el siglo XIX, pero fundamentalmente a inicios del XX, por su marcado carácter comercial. La arteria, hoy nombrada Independencia, atraviesa la ciudad desde la carretera Central en su salida hacia La Habana, hasta la avenida Liberación que conduce a Camajuaní, Remedios y Caibarién, lo cual le convertiría, de facto, en una de las más transitadas de la urbe villaclareña.
Construcción
Previsto desde 1978 como parte del primer plan director de Santa Clara, el proyecto de construcción del Boulevard se ejecutaría entre 1988 y 1990, en el marco del programa por el 300 aniversario de la fundación de la ciudad y el 30 de la batalla de Santa Clara. Su dirección estaría integrada por un equipo de urbanistas, arquitectos, ingenieros e historiadores liderados por la arquitecta Gloria Esther Artze Delgado, profesora del departamento de arquitectura de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas.
La solución, en su concepción integradora, se enfocaría hacia la sustentabilidad, ejecutándose mediante una efectiva estrategia de manejo y gestión. Las propuestas respondieron gradualmente a soluciones endógenas de un evidente carácter local, que se valieron de las oportunidades brindadas por la potencialidad de nuevos proyectos motores y dinamizadores identificados para el desarrollo urbano.
Los objetivos estuvieron orientados a la recuperación y preservación de los valores patrimoniales, así como a la puesta en valor del eje comercial como un sistema donde se fundieran tradiciones tangibles e intangibles, de una dinámica de fuerte arraigo en la memoria colectiva de la comunidad de Santa Clara. También era importante la erradicación del agudizado conflicto vehículo-peatón que aquejaba esta arteria comercial.
Fuentes
- Artículo publicado en el periódico Vanguardia de Villa Clara. Disponible en:[1]