Cáncer óseo

Cáncer Óseo
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Clasificación:Enfermedad genética
Agente transmisor:Células cancerosas
Región de origen:En el mismo hueso o llegar desde otros órganos del cuerpo, lo que se conoce como metástasis.
Forma de propagación:Metástasis.

El cáncer óseo o cáncer en los huesos, es una enfermedad poco común que puede afectar a cualquier edad y a menudo lo hace en la infancia y adolescencia.

Es uno de los tipos de cáncer más dolorosos y difíciles de controlar y se inicia con el crecimiento de Células cancerosas en los Tejidos de los huesos que pueden tener su origen en el mismo hueso o llegar desde otros Órganos del cuerpo, lo que se conoce como metástasis.

Tipología

Cuando el cáncer inicia en los tejidos de los huesos, se le conoce como cáncer de huesos primario y cuando las células cancerosas se originan en otro órgano se le conoce como cáncer de huesos secundario o metastático.

Cáncer de huesos primario

Entre los tipos de cáncer de huesos primario, los más comunes son: el Osteosarcoma y el Sarcoma de Swing, que afectan principalmente a niños y adolescentes.

Osteosarcoma

El osteosarcoma es una enfermedad en la que se encuentran células cancerosas (malignas) en el hueso. En niños ocurre más frecuentemente en los huesos de la Rodilla y por lo general si no se controla a tiempo pude diseminarse hacia los Pulmones o a otros huesos.

Sarcoma de Swing

El sarcoma de Ewing, es otro tipo de cáncer de hueso, mucho más raro, las células cancerosas son totalmente distintas a las del osteosarcoma. El sarcoma de Ewing, afecta principalmente a adolescentes y las áreas más comunes en que ocurre son la Pelvis, la pierna (fémur), el brazo (húmero) y las Costillas.

El sarcoma de Ewing se disemina más a menudo a los pulmones, a otros huesos y a la Médula ósea (el tejido esponjoso dentro de los huesos largos del cuerpo que produce los Glóbulos rojos y Blancos de la sangre). También puede diseminarse a los Ganglios linfáticos que se encuentran a lo largo de todo el cuerpo y que producen y almacenan células del Sistema de defensao al Sistema nervioso central, al Cerebro y Médula espinal.

Cáncer de huesos secundario

El cáncer de huesos secundario, con frecuencia se origina en otros partes del cuerpo y se diseminan a los huesos. El Cáncer de mama, pulmones, Tiroides, Próstata, Estómago, Colon y Recto y Riñones, son los que tienen más probabilidad de propagarse hacia los huesos.

Otros tipos de cáncer de hueso

Tumor óseo

Un tumor óseo es una proliferación anormal de células de una estirpe determinada dentro de un hueso. Básicamente los dividimos en 2 grupos: malignos o benignos, en función de su capacidad o no de extenderse (dar metástasis) a otros órganos y Tejidos. Dentro de las lesiones benignas, también hay un grupo particular que denominamos Lesiones paratumorales, porque no son propiamente tumores (no son una proliferación anormal de células) pero se les parecen. Un ejemplo de estas lesiones son los quistes óseos.

Según la Estirpe celular de la que proceda el tumor, tanto los Tumores malignos como los benignos se clasifican en tumores formadores de hueso, tumores formadores de cartílago, tumores de Células gigantes, etc. Cada uno de ellos tiene un pronóstico y un tratamiento distinto.

Causa

En la mayoría de los tumores malignos del Esqueleto no conocemos la causa que los ha producido. Sin embargo hoy en día sabemos que el cáncer es una Enfermedad genética , no porque se transfiera de padres a hijos (aunque en algunos casos también ocurre esto) sino porque en su origen está alguna alteración de los genes que controlan la multiplicación de las células. Actualmente se está avanzando mucho en el estudio de estas alteraciones, y esperamos en un Futuro próximo poder actuar sobre los genes que lo provocan. En las muestras obtenidas de cada paciente se realizan innumerables Estudios genéticos con este fin.

En algunos Sarcomas(este es el nombre que se le da a los tumores malignos del Sistema musculoesquelético) se conoce la alteración genética concreta que los ha producido. La enorme mejoría de las Técnicas de laboratorio en este campo que se ha producido en los últimos años ha generado grandes avances también en el diagnóstico y el pronóstico de estas lesiones y, en el futuro, permitirá un tratamiento más específico para cada tumor. Con estos estudios genéticos, algunos sarcomas pueden diagnosticarse con certeza en menos de 24 h., y además, se puede saber si ese sarcoma en concreto tiene mayores o menores posibilidades de responder al tratamiento.

Síntomas

El síntoma más frecuente es el Dolor en una extremidad. Este dolor suele ser constante, incluso nocturno, de manera que despierta al paciente por la noche. Sin embargo, los síntomas pueden variar dependiendo de la localización y del tamaño del tumor. Los tumores que se presentan en las Articulaciones o cerca de ellas pueden causar inflamación o sensibilidad en el área afectada. El cáncer de hueso puede también interferir con los movimientos normales. Puede debilitar los huesos y conducir en ocasiones a que haya fracturas.

Otros síntomas pueden ser la fatiga, la Fiebre, la pérdida de peso y la Anemia. Ninguno de estos síntomas es signo seguro de cáncer, pues pueden también ser causados por otras condiciones menos serias. Por eso es importante consultar con un Médico.

Factores de riesgo

Aunque los científicos no están seguros de la causa del cáncer de hueso, algunos factores pueden aumentar el riesgo para una persona. Estos cánceres ocurren con más frecuencia en niños y en adultos jóvenes. Ocurren especialmente en quienes han tenido tratamientos de Radiación o de Quimioterapia para otras enfermedades.

Los adultos que tienen la Enfermedad de Pager, una condición no cancerosa que se caracteriza por un desarrollo anormal de las células óseas nuevas, pueden tener un riesgo mayor de Osteosarcoma. Un número reducido de cánceres óseos son hereditarios. Por ejemplo, los niños que tienen Retinoblastoma hereditario (un cáncer raro de los ojos) tienen un riesgo mayor de desarrollar osteosarcoma.

Diagnóstico

El diagnóstico debe basarse en tres pilares: la Historia Clínica (síntomas que refiere el paciente y signos que encontramos en la exploración médica), las imágenes (radiografía simple, TAC, Resonancia Magnética, Gammagrafía) y la biopsia. Y además hay que "cuadrar" los datos de estos 3 pilares diagnósticos. Uno sólo de estos datos aislado, no es diagnóstico de nada, aunque sea muy sugerente.

Es necesario por tanto un equipo multidisciplinario. Dada la escasa incidencia de estos tumores, es muy importante que el equipo de radiólogos y patólogos que colaboraran con el clínico en el diagnóstico sea también muy experto. Hay multitud de [[lesión ósea|lesiones óseas] que pueden ser confundidas entre sí, por clínicos, radiólogos o patólogos inexpertos.

Los síntomas característicos ya han sido descritos en el anterior apartado. En cuanto a los métodos de imagen, el más específico es la radiografía simple. [[Roentgen] descubrió los Rayos X en 1895, por lo tanto, la experiencia con este método es mucho mayor que con otras técnicas más sofisticadas. La Resonancia Magnética ha resultado muy útil en los sarcomas para evaluar la extensión local de la lesión. Otras pruebas de imagen que se emplean para el diagnóstico y seguimiento de estos pacientes son el Scanner, la Gammagrafía y el PET.

El Scanner o Tomografía Axial Computorizada (TAC) se emplea fundamentalmente para descartar o confirmar la presencia de metástasis pulmonares. En la mayoría de los sarcomas no se detectan metástasis en el momento del diagnóstico. Pero si esto ocurre, las posibilidades de curación son menores. Además, el hecho de que no se detecten metástasis, no quiere decir que no las haya. Por este motivo, como comentaremos más adelante, es necesario el tratamiento quimioterápico adecuado para cada sarcoma.

Con la gammagrafía ósea (que consiste en la inyección por vía venosa de una sustancia que se deposita en las zonas del esqueleto donde existe alguna alteración) se puede detectar si hay metástasis óseas, o lesiones multifocales (poliostóticas). La Tomografía de Emisión de Positrones (PET) también es muy sensible para detectar lesiones a distancia del tumor principal, valorar su [[metabolismo], etc.

La biopsia puede tener importantes consecuencias pronósticas y terapéuticas (por ejemplo, una biopsia mal hecha puede suponer la amputación de una extremidad, o incluso la diseminación de la enfermedad y la muerte del paciente), y por tanto debe realizarla siempre el equipo que tratará de forma definitiva al paciente.

Es preferible (y en los centros con experiencia es casi siempre posible) la realización de la biopsia con aguja o trocar, a cielo cerrado (sin-abrir) para evitar la diseminación del tumor. Mario Campanacci (uno de los cirujanos más expertos del mundo en estas lesiones en el pasado siglo XX) decía que "la biopsia de un tumor óseo la debe hacer siempre el profesor, mientras que la cirugía definitiva puede ser hecha por el especialista en formación". Aunque esta frase es intencionadamente exagerada, recalca muy bien la importancia que tiene este asunto.

Tratamiento

El tratamiento de estos tumores también debe basarse en tres pilares: la Cirugía, la Quimioterapia y en ocasiones la Radioterapia, durante un largo periodo de tiempo (cercano al año), aunque con ingresos hospitalarios intermitentes. Se trata por tanto de un abordaje multidisciplinar en el que el trabajo en equipo de Oncólogos, Pediatras, Cirujanos ortopedas, Radioterapeutas, etc. cobra un papel primordial.

La Quimioterapia actúa sobre las Células tumorales induciendo su muerte, y se emplea con distintos fines. Por un lado, pretende controlar las células malignas que pueda haber en el Torrente circulatorio, y por lo tanto evitar la diseminación del tumor a otros órganos. Por otro lado, actúa sobre la localización primaria del tumor, reduciendo así las posibilidades de que reaparezca tras su extirpación (y en algunos casos disminuyendo también su tamaño) si el tratamiento es efectivo.

Por este motivo, en algunos sarcomas se comienza el tratamiento con esta arma terapéutica, para facilitar su posterior cirugía. La quimioterapia tiene también sus efectos secundarios: caída del Pelo, Vómitos, interrupción de la Menstruación en las niñas, etc. Habitualmente estos efectos secundarios desaparecen al terminar el tratamiento.

La radioterapia es útil en algunos sarcomas para evitar que reaparezcan. La duración de este tratameinto suele rondar las 5-6 semanas, aunque no es necesaria la hospitalización durante todo ese periodo. En algunos centros especializados existen técnicas de radiación sofisticadas como la Radioterapia intraoperatoria, la Braquiterapia, etc, que se han mostrado muy útiles en algunos sarcomas. No todos los sarcomas son sensibles a la radioterapia, que por otra parte, también tiene sus efectos secundarios, algunos de ellos muy graves.

Con respecto a la parte quirúrgica del tratamiento, hasta finales de los años setenta la amputación era la única alternativa y las tasas de supervivencia con este tratamiento eran mínimas. Tanto era así, que cuando algún paciente sobrevivía, lo que pensaban los médicos que lo trataban era que había habido algún error diagnóstico (cosa nada improbable, dadas las dificultades que había en este sentido cuando no se contaba con las técnicas de que disponemos ahora). Con el advenimiento de la quimioterapia, el pronóstico ha cambiado drásticamente. Por tanto, estos tumores no se curan sólo con la cirugía, por muy buen cirujano que uno sea.

Aunque la aparición de metástasis supone una reducción en las posibilidades de curación, el tratamiento adecuado puede llegar a superar este grave problema. Como hemos dicho, la localización más frecuente de las metástasis es el pulmón, y en algunos casos es necesario también una o más operaciones para extirpar las lesiones metastásicas.

Una vez acabado el tratamiento, es necesario realizar revisiones periódicas, para asegurar que el tumor no reaparece. La aparición de metástasis recidivas, etc. es más frecuente durante los primeros 5 años después del diagnóstico.

Fuentes