Cabra montés portuguesa

Cabra montés portuguesa
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Es una de las cuatro subespecies de cabra montés conocidas, ya extinguida.
Clasificación Científica
Nombre científicoCapra pyrenaica lusitanica
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Mammalia
Orden:Artiodactyla
Familia:Bovidae
Género:Capra

La cabra montés portuguesa es una subespecie de cabra montés, también es conocida por los nombres de cabra montés gallega, mueyu en España y cabro en Portugal. Es una de las cuatro subespecies de cabra montés conocidas, ya extinguida.

A finales del siglo XIX se extinguió, ya que desapareció en 1890 el último ejemplar de España y en 1892 murió la última cabra en un refugio en la Sierra de Geres en Portugal, su último refugio.

Subespecies de cabra montés

Las subespecies conocidas de cabra son cuatro, de las cuales dos ya están extinguidas en tiempos recientes:

Bucardo o cabra montés de los pirineos (Capra pyrenaica pyrenaica): en el 2000 murió el último ejemplar. [[

Capra pyrenaica hispanica: distribuida en las cordilleras cercanas al Mar Mediterráneo. Alcanza su mayor concentración en Sierra Nevada (España).

Capra pyrenaica victoriae: distribuida de forma desigual en las cordilleras del centro y norte de España. Su principal población está en la Sierra de Gredos, donde moran unos 10000 ejemplares. Subespecie cinegética, bajo ciertas restricciones.

Características

Como suele pasar con los animales ya extinguidos en los siglos XIX y principios del siglo XX, se suele encontrar menos información como ocurre en este caso, sobre todo si hablamos de registros fotográficos, tal vez porque no son animales que llamen muchísimo la atención, porque no son tan impresionantes como los animales históricos, porque no son lo suficientemente recientes como para que nos haya afectado directamente, o por todo ello.

Las cabras monteses son una especie dentro de la familia de los bóvidos, siendo esta y sus subespecies endémicas de la Península Ibérica (España y Portugal).

En coloración y tamaño se le parecía a las otras cabras. Era de un tamaño similar bucardo pero con el color y las manchas negras más reducidas de la Capra pyrenaica hispanica. En verano era de un color entre marrón y rubio, con marcas negras poco extendidas en los costados y las patas como se puede observar en el dibujo esquemático. En invierno la línea dorsal se hacía más grande y vistosa. Las hembras carecían prácticamente de estas manchas negras.

Su cornamenta sí que las hacía diferentes del resto de cabras montesas; era la mitad de grande que la cornamenta de los bucardos, siendo unos cuernos pequeños en relación con el tamaño del animal.

Tenía una longitud de cabeza y cuerpo de 142 cm y una altura hasta la cruz de 73 cm. Los cuernos medían unos 36 cm en los machos adultos si se miden teniendo en cuenta la curva que hacen. En el museo Coimbra hay una cornamenta de macho que mide 48 cm, y la de una hembra que mide 18 cm.

Algunos investigadores dicen que esta cabra realmente es una especie y no una subespecie, a raíz de los estudios del zoólogo Carlos França que en 1908 propuso el nombre científico de Capra lusitanica.

Hábitat y área geográfica

Esta cabra aunque se le conoce como cabra portuguesa no solo habitaba en este país, si no que también se le veía en el país vecino, España. De hecho su distribución abarcaba las zonas montañosas del norte de Portugal, y dentro de España se distribuía por Galicia, el Principado de Asturias y Cantabria occidental.

Amenazas

Hasta 1800 esta cabra era abundante en toda su distribución, pero luego sufrió un continuo descenso debido a la presión de la caza y esto agravado porque los cazadores no respetaban las temporadas de caza. Se le cazaba por su carne y porque se utilizaban partes de su cuerpo como medicamentos y antídotos para venenos de todo tipo. La piel se utilizaba para cubrirse y los cuernos se usaban como decoración y como instrumento para comunicarse en los estrechos valles entre las montañas, ya que aquí el sonido podía alcanzar grandes distancias.

En 1870 ya era un animal raro, y ya solo quedaba un rebaño en 1886. En 1889 se capturó una hembra viva que solo sobrevivió tres días. Dos hembras más fueron encontradas muertas al año siguiente debido a una avalancha en Galicia. La última hembra en España murió en 1890, y la última hembra de la que se supo vivía en la Sierra de Geres en Portugal, en 1892.

Además de la caza, algunos científicos han señalado otras amenazas para la especie como los lobos y las águilas reales, las enfermedades de otros bóvidos que pudieron ser contagiadas a los animales salvajes, y el avance de las poblaciones humanas que afectaran al hábitat de la subespecie. Sea como fuere, seguramente la caza fue la amenaza más importante, ya que si nos fijamos los últimos avistamientos fueron todos de hembras, y normalmente los cazadores cazan machos que son los que tienen cornamenta grande.

Medidas de conservación

Mientras estas cabras aún existían, no se hizo mucho, y lo que han llegado son medidas posteriores. Desde 1993 la Junta de Galicia (España) ha estado repoblando algunas zonas de Galicia con la subespecie de cabra montés más parecida aún viva, la cabra montés ( Capra pyrenaica victoriae ) de la Sierra de Gredos (perteneciente al Sistema Central, situada entre las provincias de Ávila, Cáceres, Madrid y Toledo). Esta medida también se ha llevado a cabo por Asturias y está en estudio en Cantabria, en este último caso más bien por motivos cinegéticos, ya que está permitida su caza aunque con ciertas restricciones.

Fuentes