Cactaceae
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Cactáceas (Cactaceae), conocidas también como cactus o cactos. Es una familia de plantas originarias de América. Existen 120 géneros con quizá 1700 especies, casi todas oriundas de América. Los cactos se hallan entre las plantas más resistentes a la aridez y, por consiguiente, prosperan en regiones muy áridas. El grupo se caracteriza por su forma carnosa, la presencia de espinas y púas, así como por sus grandes flores solitarias de colores brillantes. Existe una gran variedad de formas y modelos, y muchas especies se cultivan como ornamento o curiosidad. Algunas tienen fruto comestible. El Saguaro (Cereus giganteus) de Arizona y Sonora es el más largo de los cactos, ya que alcanza una altura de 21 m (70 ft).
Sumario
Los cactus, plantas suculentas
Es muy difícil dar consejos sobre el cultivo de éstas plantas cuando los aficionados se encuentran en casi todos los países del mundo, porque se hallan ante diferentes condiciones meteorológicas. Es frecuente el uso de invernaderos o el
cultivo bajo cristal para mantener en perfectas condiciones nuestras plantas. Aún así habrá ciertas variaciones que afectan a las temperaturas mínimas invernales, por lo que las normas que aquí se dan se deben modificar ligeramente en los lugares donde no son necesarios los Invernaderos o sólo lo son para plantas más delicadas.
Etimología
La palabra cactus deriva del griego Κάκτος káktos, utilizado por primera vez por el filósofo Teofrasto para nombrar una especie de cardo espinoso que crecía en la isla de Sicilia, posiblemente el cardo Cynara cardunculus.
Curiosamente, existen también dos referencias poéticas de la antigüedad sobre esta planta. Así, el poeta Teócrito de Siracusa escribió en sus Idilios: "A ti te dejen como una oveja del rebaño, cuya pata se haya picado por un cactus". Asimismo, Filetas, poeta proveniente de la isla de Cos, escribió sobre ella: "Debe lamentarse quien haya perdido el afecto de una mula, por el temor a las heridas del cactus espinoso"
La palabra pasó al latín como cactus a través de Plinio el Viejo, quien en su Naturalis Historia retomó aquello que Teofrasto escribió sobre esta planta que crecía en Sicilia. De cactus derivó la palabra latina carduus, que finalmente dio lugar a la española cardo.
Durante la Edad Media la palabra cactus era el nombre usual para la alcachofa comestible. Más tarde, fue usada como nombre genérico Cactus por Carlos Linneo en 1753, dentro del cual agrupaba 22 plantas que hoy se consideran dentro de géneros diversos de la familia Cactaceae.
Subfamilias
La familia se divide en cuatro subfamilias: Pereskioideae (provistas de hojas bien formadas), Opuntioideae (a la que pertenece la chumbera o nopal), Maihuenioideae (restringida a Argentina y Chile) y Cactoideae (la de mayor riqueza de especies)
Aspectos botánicos sobre plantas suculentas
Los cactus pertenecen a la familia Cactáceas y son un grupo de plantas muy joven con respecto a la edad de la Tierra. Poseen normalmente areolas o una cubierta de espinas y soportan la sequedad.
Las plantas suculentas son aquellas que presentan tejidos en sus hojas o ramas en los cuales se acumula agua, y también los cactus. Algunas plantas bulbosas también se consideran como suculentas porque almacenan Agua en sus raíces. Existen muchas plantas suculentas con formaciones espinosas. Éstas son llamadas xerofíticas o plantas que soportan la sequía.
Hay plantas que en vez de formar tejidos acumuladores de agua, han desarrollado otro sistema para soportar la sequía como algunas que forman una pequeña capa para la protección contra la evaporación, una reducción de las superficies de las hojas, o desplazamiento de los estomas al envés de la hoja o en hendiduras en el haz de la misma. También hay plantas que enrollan las hojas con la sequía, para así reducir la transpiración.
La mayoría de los cactus son suculentos de tallo, esto quiere decir que tienen un tallo blando capaz de almacenar agua. La superficie de los tallos posee una capa externa cérea, que reduce la pérdida de agua por evaporación. Su estructura estriada es así para hincharse cuando se absorbe agua. En épocas de sequedad se contraen hasta un determinado punto.
¿Por qué los cactus tienen espinas?
Cuantas más espinas tenga el cactus, mayor es la protección contra el sol. También se puede condensar la humedad en las espinas, con lo que las gotas que se forman caen a la tierra y es absorbida por las raíces. Algunas plantas forman retoños que se desprenden con facilidad y sus espinas con forma de gancho se enganchan en la piel de algunos animales y es así transportada durante kilómetros donde caen y forman una nueva planta. Las espinas son hojas transformadas que varían en forma y tamaño y que brotan de las areolas.
Familias
Las familias de plantas se diferencian entre sí por la forma y color de las flores. En los cactus, esto no es siempre así. El fruto en el que se encuentran las semillas es unilocular. Algunos frutos, cuando maduran poseen un color y olor que atrae a las aves y otros animales. Éstos comen el fruto y las semillas son ampliamente propagadas.
Clasificación científica
Pertenecen a la familia de las Cactáceas (Cactaceae).
Las especies provistas de hojas bien formadas se clasifican en los géneros Pereskia y Pereskiopsis. Los saguaro y los cactus con floración nocturna pertenecen al género Cereus. El cactus de Navidad es Schlumbergera bridgesii. Las especies de chumbera o nopal son Opuntia ficus-indica y O. vulgaris.
Sinonimia
- Cereaceae.
- Leuctenbergiaceae.
- Nopaleaceae.
- Opuntiaceae.
Cultivo de Cactus
No se necesita de un gran espacio para mantener una colección. Por ejemplo, en tan sólo un metro cuadrado de una terraza cualquiera pueden tener 64 macetas de 12 cm. Si se dispone de un jardín, en sólo unos pocos años se puede disfrutar de una magnífica colección.
Un Cactus no es un Bonsái, pero se pueden adaptar a vegetar en pequeñas macetas si elegimos especies enanas que tan sólo crecen unos pocos centímetros pero que producen floraciones espectaculares.
Es difícil aburrirse con los cactus: Existen más de 2.500 especies distintas. Si se añaden las variedades y los híbridos más conocidos, se puede llegar con facilidad a más de 10.000 formas diferentes.
La situación de los cactus en sus sitios de origen es cuanto menos delicada. Estas plantas han sido muchas veces salvajemente recolectadas para su tráfico ilegal en circuitos comerciales de países ricos y se encuentran, muchas de ellas, en peligro, figurando cada vez más en las listas CITES de especies protegidas.
Riego
El saber regar correctamente es algo que se adquiere con la experiencia y tras el sacrificio de algunas plantas. No existen reglas respecto a cada cuánto tiempo hay que regar. Depende de muchos factores. Por ejemplo:
- Si recibe más o menos sol.
- Si hace más o menos calor.
- Si llueve mucho o poco.
- Del tipo de sustrato: los hay más arenosos y secos que otros más compactos.
- Si la maceta es grande o pequeña, o si es de barro o de plástico (el barro "transpira", el plástico, no).
Si cultivas en tierra, en el exterior, puedes regar una vez por semana en verano. Durante la primavera y el otoño con las lluvias quizás no es necesario ni regar (repito, en tierra, en maceta es diferente). En caso de que no se produzcan esas precipitaciones, aporta cada 15 días. En invierno nada de riego o alguno muy esporádico en general. Desde luego, cuando la temperatura sea menor de 10ºC no se debe regar los Cactus ni demás Crasas por el riesgo de pudriciones. Si el cultivo es en maceta, durante la primavera y el otoño, riega cada 15 días y espera una semana después de que se seque el substrato. Durante el verano cuando veas el substrato seco, riega. Recuerda que las macetas de barro se secan con mayor rapidez que las de plástico. Según este último dato, maceta de barro o de plástico, hay plantas que podrán cultivarse durante todo el año en el exterior y otras deberán resguardarse en algún invernadero durante el invierno para que no reciba demasiada agua de lluvia.
Referencias
- ↑ Géneros de Cactaceae. Consultado 1 de noviembre de 2012. Disponible en:www.theplantlist.org
Fuentes
- Lagaleriecactus
- Plantas.facilisimo
- Enciclopedia McGraw-Hill de Ciencia y Tecnología. 2da. Edición, Tomo II, 1992, pp. 329.