Campañas del Sur
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Campañas del Sur
Sumario
Abnegación de Bolívar.
Después de la batalla de Carabobo el Congreso Constituyente de Cúcuta nombró a Bolívar y a Santander Presidente y Vice-Presidente Constitucionales de Colombia. Pero Bolívar no quiso tomar posesión de la presidencia, aunque el artículo 128 de la Constitución le daba amplias y extraordinarias facultades para gobernar, porque al mismo tiempo le prohibía mandar personalmente las tropas.
El pudo ocupar la presidencia, organizar y armar 10.000 hombres como había formado y disciplinado el ejército vencedor en Carabobo, tomar luego su mando, dejarle entonces la presidencia al Vice-Presidente Santander, y marchar al Sur, seguro de llegar a Guayaquil sin tropiezo alguno. ¿Por qué no lo hizo así? Por su espíritu de sacrificio, porque no ejerciendo la presidencia daba una lección a los ciudadanos y ensayaba el régimen republicano deseado por los hombres de más saber y virtudes.
Bolívar va a Popayán.
Sensiblemente la realidad no correspondió a estas esperanzas: Bolívar procuró llevar la mitad de los vencedores de Carabobo al Cauca, pero las pérdidas naturales por el cansancio y las enfermedades fueron todavía mayores de lo previsto, y aunque recogió algunos contingentes, apenas pudo reforzar con 1.200 hombres la división de Pedro León Torres, encargada de custodiar la provincia de Popayán. Todos los pedidos que hacia Bolívar al Gobierno encontraban la dificultad de la aplicación de las leyes (1).
Sigue a Pasto.
Y por último, cansado de tomar medidas, casi en su totalidad ineficaces, por la desidia de las poblaciones, la hostilidad de los enemigos ocultos partidarios de España, y la indiferencia del gobierno, se puso en marcha el 23 de marzo desde Popayán hacia Pasto con solos 2.850 combatientes (2).
Campaña de Bomboná.
Al cruzar el río Mayo el ejército dejó a la izquierda el ominoso camino de Berruecos, el más directo a Pasto y tomó el de la derecha indicando claramente en su movimiento el propósito de rodear las posiciones de los enemigos situados en el primero, detrás del Juanambú.
Demostraciones falsas permitieron atravesar, casi sin resistencia este río por el paso de Burrero, más abajo de Guambuyaco. El ejército se estableció en el Peñol, abundante en productos agrícolas.
Allí se organizaron un hospital y depósitos de víveres y municiones. La hostilidad de los habitantes, como en todos los puntos del tránsito, obligó a establecer en este lugar una guardia y se puso a las órdenes del coronel Laurencio Silva. Cruz Paredes había quedado en Mercaderes y Pablo Conde en Taminango desempeñando funciones análogas.
El 2 de abril, rodeadas las tropas independientes de numerosas guerrillas realistas, atravesaron la quebrada de los Molinos de Aco y acamparon en Cerro Gordo, a la vista de los enemigos. Por estas marchas Bolívar dejaba a su izquierda el ejército real en posiciones fuertes y subía por la derecha del río Guáitara buscando un paso para trasladarse a los pueblos del otro lado y atraer al enemigo a campo abierto. Sus tropas por las bajas y destacamentos se habían reducido a 2.100 hombres.
Después de un día de descanso los independientes tomaron el camino de Pasto, pero al llegar a la Cumbre cerca de Jenoy donde los enemigos se hallaban cubiertos de fortificaciones, convergieron a la derecha en dirección de Bombuco (o Mombuco, La Florida) y acamparon en Chahuaico. El día 4 las guerrillas realistas atacaron al ejército, pero fueron batidas y obligadas a encerrarse en sus fortificaciones de Jenoy por el batallón Bogotá, a las órdenes del valeroso comandante Joaquín París. El 5 al romper la marcha fué necesario batir y ahuyentar a otras guerrillas enemigas. Las tropas siguieron por el Trapiche de Matacuchos. Al otro día, 6 de abril, los enemigos repitieron la misma maniobra y las guerrillas volvieron a atacar. El batallón Vencedor las derroté y persiguió por espacio de una legua. La división acampé en el pueblo de Consacá, muy cerca de Pasto y el batallón Bogotá, adelante, en la hacienda de Bomboná (3).
El eminente historiador Sergio Elías Ortiz, práctico del terreno, se expresa así: "Creo que el Libertador tenía decidido pasar el Guáitara sin tocar con Pasto, ni comprometer una batalla formal en terreno tan peligroso como este formidable bastión, rodeado por todos los lados de fortificaciones naturales. Su plan, genial, político y militar, era interponerse entre Pasto y Quito rápidamente y llegar a tiempo a la batalla de Quito, que estaría a esas horas intentando el general Sucre. Prueba de ello es que desde Taminango, en 25 de marzo se dirigía al coronel Cruz Paredes para decirle: "Vd. debe estar ya situado para el 30 del corriente (es decir de marzo), en las inmediaciones del pueblo de Mercaderes, hasta que sepa positivamente que nosotros hemos pasado los ríos Juanambú y Guáitara, lo que debe ejecutarse probablemente dentro de ocho días a más tardar" (4).
Batalla de Bomboná.
El 7 de abril muy temprano al acercarse la vanguardia a la quebrada de Cariaco, observó el Libertador una fuerza enemiga aproximándose a la altura inmediata al otro lado de la quebrada. En el acto ordenó a Torres atacar y batir dichas fuerzas antes de almorzar la tropa. Torres lo entendió mal y la altura fue ocupada sólidamente por los españoles (5). Ya en ese caso Bolívar creyó que debía combatir en lugar de retirarse, y se empeñé la batalla en condiciones desventajosas para los patriotas por el empeño de tomar la fuerte posición de los realistas, apoyados a la derecha en el volcán de Pasto y a la izquierda en los bosques del Guáitara. Los pastusos contaban 2.200 partidarios resueltos a morir antes de ceder el terreno. Los ataques de frente ejecutados por la división Torres sufriendo grandes pérdidas fueron sangrientos. Diezmados también los enemigos, un ataque de flanco dado por la división Valdés en la parte alta decidió la jornada. Bolívar quedó dueño del campo, pero perdió muchos oficiales distinguidos, entre ellos el general Pedro León Torres gravemente herido y muerto pocos meses después. Por todo, el ejército libertador tuvo 341 heridos y 116 muertos, mientras los realistas apenas tuvieron 250 muertos, heridos y prisioneros.
La batalla de Bomboná no fue inútil como han pretendido algunos escritores adversos a Bolívar. Gracias a ella las fuerzas de Pasto no concurrieron a defender a Quito y la población indómita de la región pudo apreciar la energía de la República.
Pero Bolívar varios días después tuvo que retirarse al Peñol en vista de que no recibía socorros de ninguna clase del Gobierno de Bogotá. Desgraciadamente no llegaron a manos de Sucre oportunamente sendos oficios de Bolívar del 6 y 18 de enero en los cuales le encargaba avanzar hasta Quito, de manera de hallarse en la ciudad o en sus inmediaciones a principios de abril. Si esto se hubiera realizado, Bolívar habría atacado de nuevo y destruido a los pastusos después de la batalla de Bomboná (6). Esta extraña acción se realizó en lucha contra la población antes y después de la batalla.
Retirada Heroica.
Hasta el 16 de abril Bolívar esperé en la posición de Cariaco algún suceso que le permitiera renovar las hostilidades, pero sin recibir noticias, ni auxilios de Bogotá, tuvo que emprender la retirada. En el caserío de Consacá dejó 200 heridos, entre ellos al general Torres, y le envió 2.000 pesos al comandante español para los gastos de los heridos mientras tardaba en volver.
El 17 el ejército fue a dormir a la hacienda de Segura, cerca de San Donado. Durante la marcha por el camino de Jenoy varias guerrillas, en junto 400 hombres, atacaron por vanguardia y centro mientras otra de 300 hombres hostigaba la retaguardia, pero todas fueron batidas con pocas pérdidas de los colombianos. El 19 en la tarde, al moverse el ejército, las guerrillas cargaron de nuevo. Rechazadas a larga distancia el ejército acampé en Cerro Gordo. Los soldados sufrieron mucho en la noche a causa del frío intenso y de la lluvia.
Mientras tanto repuestas sus bajas con voluntarios, el comandante español Basilio García se había aproximado y situado al frente de los independientes en Tambo Pintado, cubierto a derecha e izquierda por partidas de paisanos armados. El Libertador experimentaba la misma hostilidad opuesta por el denodado pueblo de Margarita al general Morillo en 1817. Al marchar el ejército el 20, el comandante García atacó con su izquierda vivamente la derecha colombiana. Después de una hora de fuego, la fuerza realista rechazada, replegó a su primera posición. Los colombianos fueron a dormir al Peñol con el ánimo de establecerse allí muchos días. El 21 los enemigos acamparon a la vista de los colombianos en las laderas de los Molinos de Aco. En los días 24 y 25 rechazaron y persiguieron largo trecho a las guerrillas para proteger el forraje en los campos vecinos. Para las tropas se construyeron barracas. Fortificados algunos puntos, el campo quedó sólidamente establecido (7).
Mientras el ejército había avanzado en el mes anterior aparecieron de nuevo las guerrillas del Patía y una de ellas degollé sin piedad a los enfermos del hospital del ejército establecido en Miraflores. El coronel Cruz Paredes y el capitán Tomás Cipriano de Mosquera con los enfermos y convalecientes de éste y otros hospitales dispersaron dichas guerrillas.
Por este motivo cuando en julio del año siguiente de 1823 se consumó la rebelión de Merchancano, Bolívar atrajo a los rebeldes pastusos a las llanuras de Ibarra donde los llaneros de Apure y Casanare, discípulos de Ramón Nonato Pérez y de José Antonio Páez, acabaron con sus rebeldías para siempre.
Detalles sobre los combates librados antes y después de la batalla de Bomboná.
Para destacar la conducta heroica del pueblo de Pasto, amante de su terruño y del Rey, exponemos estos hechos.
El coronel Joaquín París, dirigió la mayor parte de los combates librados en defensa del ejército. Los batallones Bogotá, Vencedor y Rifles se distinguieron en la persecución de los rebeldes.
4 de abril. En el camino de Chahuaico. Batidas en este lugar las guerrillas de los pastusos fuéron obligadas a encerrarse en Jenoy.
5 de abril. Combate del Trapiche de Mataduchos. Las guerrillas realistas atacaron la retaguardia y fuéron vigorosamente rechazadas.
6 de abril.Combate en el camino de Consacá. Los batallones Vencedor y Rifles arrojaron las guerrillas a una legua de distancia.
7 de abril. Batalla de Bomboná. En los días subsiguientes hasta el 17 no hubo combates.
18 de abril. Combate empeñado con vigor a la salida de la hacienda de Segura. Los pastusos atacaron con tesón la vanguardia, centro y retaguardia, pero en todas partes fuéron batidos y arrojados a larga distancia.
19 de abril. En Cerro Gordo, los enemigos tirotearon durante todo el día la retaguardia de los independientes. Como de ordinario los batieron.
20 de abril. Combate en el Peñol. En éste y en el día anterior los realistas fuéron rechazados en diferentes ataques. En el curso de la tarde el ejército acampé en el Peñol.
22 de abril. El ejército quedó cómodamente establecido en diferentes atrincheramientos preparados en los primeros días del mes.
24 de abril. En el Peñol fué dispersada una guerrilla que trató de impedir su labor a los forrajeros. El 25 volvió otra con el mismo objeto y fué dispersada.
Previendo Bolívar la resistencia que iba a encontrar había establecido en este punto almacenes de víveres y vestuarios y un hospital para los cansados y heridos. Todo fue puesto a las órdenes del valiente y honrado llanero Laurencio Silva (8).
Alzamientos en el Patía.
Mientras el ejército avanzaba hacia Bomboná, en el Paita se alzaban entre otros los guerrilleros Torres, Córdova, y La Torre.
Este último sorprendió al destacamento establecido en Miraflores al mando de Francisco Luque, degollé sin piedad a los enfermos del hospital y se llevó 200 fusiles y 500 vestuarios. El valeroso coronel Cruz Paredes con una compañía de infantería y otra de caballería, batió estas guerrillas y apoyado por el capitán Tomás Cipriano de Mosquera acabó de dispersarlas el 22 de abril.
Fuentes
- Oficio del Vice-Presidente Santander, 28 de enero. No puede mandar refuerzos por carecer de dinero en las cajas públicas, y estar comprometidas las rentas. O'Leary, tomo III, Santander, pag. 84.
- Oficio al coronel José M. Córdova. 22 de marzo de 1822. O'Leary, tomo XIX, pag. 229.
- Manuel Antonio López. Recuerdos Históricos, obra impresa en Bogotá, 20 de julio de 1878. pag. 63.
- Véase el oficio dirigido a Cruz Paredes, el 25 de marzo, O'Leary, tomo XIX, pag. 229.
Carta de Sergio Elías Ortiz a Vicente Lecuna. Pasto, 16 de abril de 1953.
- Memorias de Tomás Cipriano de Mosquera. Bogotá, 1940, pag.
441.
- Oficios de Bolívar a Sucre, Caly, 6 y 18 de enero de 1822. Boletín de la Academia de la Historia N0 99, pags. 247 y 248. Los originales existen en el archivo de Sucre.
- Diario del Estado Mayor. O'Leary, XIX, pags. 245 a 249.
- Instrucciones al mayor Pablo Conde el 25 de marzo y al teniente coronel Laurencio Silva el 2 de abril. O'Leary, tomo XIX, pags. 230 y 232.