Carlos Segrera Fernández
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Carlos Segrera Fernández (Santiago de Cuba, 2 de febrero de 1880 - Santiago de Cuba, 12 de agosto de 1922) fue un arquitecto e ingeniero civil cubano. Fue durante muchos años arquitecto municipal. Proyectista destacado, inició una nueva era constructiva en la ciudad. Fue bautizado como el iniciador del progreso urbanístico y arquitectónico en Santiago de Cuba.
Sumario
Síntesis biográfica
Estudios
A los quince años partió para España a cursar estudios de Arquitectura, pero culminó la carrera en la Universidad de La Habana el 19 de julio de 1900.
También se graduó de ingeniero civil y agrimensor. Fue un arquitecto de la primera graduación efectuada en este país, con una sólida formación en los aspectos artísticos y técnicos; objetivo primordial del plan de estudios de los primeros años de la Escuela de Ingenieros, Electricistas y Arquitectos.
Trayectoria profesional
Como arquitecto se extendió hasta poco antes de su fallecimiento. Incursionó en un amplio repertorio temático, realizó proyectos de viviendas, clínicas, hospitales, hoteles, teatros, iglesias, museos y comercios.
Muerte
Murió en su domicilio, el 12 de agosto de 1922, a los 42 años de edad.
Obras destacadas
- El Museo Emilio Bacardí
- El Palacio de Gobierno Provincial
- El Club San Carlos
- Los hoteles Casa Granda, Venus (desaparecido), e Imperial
- El edificio La California
- El Teatro Vista Alegre y Skating Ring en Vista Alegre (desaparecidos)
- El remozamiento de la Catedral
- El remozamiento de la Iglesia San Francisco
- El antiguo Palacio de justicia (hoy Gran Hotel)
- El Hospital Infantil de Oriente
- El Matadero Municipal (desaparecido)
- La Clínica-vivienda del Dr. Ortiz, hoy policlínico Camilo Torres
- El edifico Serrano
- El café-restaurante para la Compañía Eléctrica de Vista Alegre (desaparecido)
- Varias viviendas en Vista Alegre, entre ellas la suya y la actual Cámara de Comercio.
Proyectos
Realizó proyectos para otros términos municipales de la antigua provincia de Oriente. En sus proyectos se ajustó a las regulaciones urbanísticas y sanitarias de la época, que en sí conllevaban la aplicación consecuente de varios códigos funcionales, espaciales y técnico constructiva. En el aspecto formal, empleó el estilo vigente, reafirmado y ampliado a partir de las experiencias acumuladas en sus viajes por Europa y Estados Unidos.
En lo funcional supo dar respuesta a las disímiles actividades y necesidades puestas en función de la actividad humana. Aún cuando inspirado en modelos eclécticos se sirvió de elementos figurativos internacionales, le imprimió a sus edificaciones personalidad propia acorde con su función. Fue pionero en el uso de técnicas y materiales novedosos, en el empleo de estructuras metálicas y el hormigón armado.
No se limitó sólo a la actividad proyectual, sino que realizó la dirección facultativa de algunas de sus obras, paralelamente al control que como Arquitecto Municipal debía ejecutar a las que se les había expedido su permiso de construcción.
Desde el punto de vista urbano supo ajustar sus edificaciones a las características de la trama y de los lotes asignados en el centro histórico y en Vista Alegre. Los edificios públicos se concibieron a una escala monumental por sus valores simbólicos, mientras las viviendas fueron más moderadas, sin abandonar la opulencia y prestancia propias del eclecticismo.
Reconocimiento
Existen ejemplos suficientes para considerarlo uno de los arquitectos más importantes de Cuba del Siglo XX, y sus obras son paradigmas del eclecticismo en Santiago de Cuba y en el país.
Recibió el reconocimiento de sus conciudadanos en pleno desarrollo de su vida profesional. De él dijo el arquitecto guantanamero José Salcines: “¡Cuánto proyecto, cuanta buena idea, cuanta fecundidad poseía este hombre!....aún cuando murió relativamente joven, ha vivido más que cualquiera de sus convecinos, porque se adelantó a su época…”