Causalidad (Filosofía)
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Causalidad. (del latín «causa»: causa). Categoría que denota la conexión necesaria de los fenómenos, uno de los cuales (denominado causa) condiciona a otro (denominado efecto).
Sumario
Causa absoluta y causa específica
Se distingue la causa absoluta y la causa específica. La causa absoluta es el conjunto de todas las circunstancias cuya presencia determina necesariamente el efecto. La causa específica es el conjunto de circunstancias cuya aparición (ante muchas otras circunstancias que existen ya en la situación dada antes de que se produzca el efecto y que forman las condiciones para que la causa actúe), lleva a la aparición del efecto.
Establecer la causa absoluta sólo resulta posible en casos relativamente sencillos; por lo común, la investigación científica se orienta hacia el descubrimiento de las causas específicas de un fenómeno dado. Esto también ocurre, además, porque en la causa específica se unen las componentes de la causa absoluta más esenciales en la situación dada, y los componentes que quedan aparecen sólo como condiciones de la acción de dicha causa específica.
Problema de la causalidad
El problema de la causalidad es campo de una enconada lucha entre materialismo e idealismo.
El materialismo defiende la tesis de que la causalidad posee un carácter objetivo y universal, considera los nexos causales como nexos de las mismas cosas, los cuales existen fuera de la conciencia e independientemente de ella.
Idealismo subjetivo
El idealismo subjetivo o bien niega en general la causalidad reduciéndola a una mera sucesión de sensaciones habitual para el hombre (David Hume), o bien, reconociendo que la causalidad constituye un nexo necesario, estima que el sujeto cognoscente la aporta al mundo de los fenómenos (carácter apriorístico de la causalidad, Kant).
Idealismo objetivo
El idealismo objetivo puede reconocer la existencia de la causalidad independiente del sujeto cognoscente, pero ve sus raíces en el espíritu, en la idea, en el concepto, a los que considera independientes del sujeto.
Materialismo dialéctico
El Materialismo Dialéctico no sólo reconoce el carácter objetivo y universal de la causalidad, sino que además rechaza la visión simplista de la misma, en particular la contraposición –característica de la metafísica- de causa a efecto y viceversa, a los que considera como momentos de una interacción en la cual el efecto, determinado por la causa, desempeña a su vez un papel activo, ejerciendo una acción inversa sobre la causa. Las conexiones causales poseen un carácter multiforme y no es posible reducirlas a un solo tipo, como hacía el materialismo metafísico (por ejemplo, el determinismo de Laplace, que asignaba un valor absoluto a la causalidad mecánica).
Determinismo e Indeterminismo
(del latín «determinare» determinar). Concepciones filosóficas contradictorias relativas al lugar que ocupa y al papel que desempeña la causalidad.
Se da el nombre de determinismo a la teoría en que se afirma la condicionabilidad causal y universal de todos los fenómenos. El determinismo consecuente sostiene que la causalidad posee un carácter objetivo, y esto lo distingue de las concepciones seudodeterministas, que reconocen de palabra el carácter universal de la causalidad, pero que en realidad la limitan negando su carácter objetivo (Kant). El indeterminismo, en cambio, niega el carácter universal de la causalidad (en su forma extrema, niega la causalidad en general).
Las ideas deterministas aparecen ya en la filosofía clásica griega, alcanzando su expresión más brillante en el atomismo. El determinismo alcanza un ulterior desarrollo y una fundamentación más amplia en la ciencia natural y en la filosofía materialista de la Epoca Moderna. (Bacon, Galileo, Descartes, Newton, Lomonósov, Laplace, Spinoza y materialistas franceses del siglo XVIII). En consonancia con el nivel en que se encontraba la ciencia natural, el determinismo de dicho período posee un carácter mecanicista y abstracto. De ahí que se asigne un valor absoluto a la forma de la causalidad; ésta se describe según las leyes rigurosamente dinámicas de la mecánica, lo cual conduce a identificar la causalidad con la necesidad y a negar el carácter objetivo de la casualidad.
Determinismo de Laplace
Quien formula con mayor relieve este punto de vista es Pierre Simon de Laplace (de ahí que el determinismo mecánico se conozca también con el nombre de determinismo de Laplace). Según él, los valores de las coordenadas y de los impulsos de todas las partículas del universo, en un momento dado del tiempo, determinan su estado de manera absolutamente igual al de cualquier otro momento pasado o futuro. El determinismo así concebido lleva al fatalismo, adquiere un carácter místico y, en realidad, coincide con la fe en la predeterminación divina. El avance de la ciencia ha refutado el determinismo de Laplace no sólo en lo que respecta a la naturaleza orgánica y a la vida social, sino, además, en la esfera de la física. El establecimiento del principio de indeterminación en la mecánica cuántica puso de manifiesto la inconsistencia de tal determinismo, mas por otra parte dio pie a que la filosofía idealista lo interpretara en un sentido indeterminista (conclusiones acerca del «libre albedrío» del electrón, ausencia de causalidad en los microprocesos, etc.).
Viva lucha entre el determinismo y el indeterminismo
El materialismo dialéctico supera la limitación del determinismo mecanicista y, reconociendo el carácter objetivo y universal de la causalidad, no la identifica con la necesidad, no reduce su manifestación al tipo exclusivamente dinámico de las leyes. La lucha entre el determinismo y el indeterminismo, siempre viva, se ha agudizado sensiblemente, tanto en la ciencia natural como ante todo en lo tocante al estudio de los fenómenos sociales.
La filosofía burguesa contemporánea hace amplia propaganda del indeterminismo en sociología presentándolo bajo la forma de voluntarismo y también contraponiendo las ciencias sociales como si fueran sólo aptas para describir los fenómenos individuales (ciencias idiográficas), a las ciencias naturales que establecen leyes (ciencias nomotéticas), a la sociología empírica en la cual el empirismo se presenta como tendencia a «no hacer el menor caso de toda generalización» etc. Por el contrario, en los casos en que los sociólogos burgueses no rechazan el determinismo como tal, lo conciben según formas toscamente vulgares (teorías biológicas del desarrollo social, tecnicismo vulgar, etc.).
Tan sólo el materialismo histórico estableció, por primera vez, el auténtico determinismo en las investigaciones sociales. Ofrece un brillante ejemplo de cómo se enfocan con sentido determinista los procesos sociales.
Ciencia moderna
El progreso de la ciencia moderna, que no admite se atribuya valor absoluto a las formas de conexión de causa y efecto antes conocidas, descubre el carácter polifacético de tales relaciones, confirma, ahonda y enriquece la concepción materialista dialéctica de la causalidad. La categoría de causalidad constituye una de las categorías de la investigación científica que, en última instancia, siempre se orienta hacia el descubrimiento de las principales dependencias causales. Ahí donde el conocimiento alcanza un estadio en el cual resulta posible el riguroso análisis cuantitativo de los fenómenos estudiados, los nexos causales reciben expresión en forma de dependencias funcionales, lo cual, sin embargo, no hace superflua la categoría de causalidad.
Mecánica
Mecánica clásica
En la mecánica clásica, causalidad significa que todas las variables dinámicas de un sistema pueden medirse con precisión y su evolución en el tiempo está determinada en forma exacta por las fuerzas aplicadas. Por lo tanto, en la física clásica puede prepararse repetidamente el mismo estado inicial en un sistema y obtener el mismo estado final después de transcurrido un intervalo de tiempo.
Mecánica cuántica
En la mecánica cuántica existe también una rigurosa ley de causalidad. No obstante, existen diferencias importantes. No todas las variables pueden especificarse por completo: hay una incertidumbre inherente regida por las relaciones de incertidumbre de Heisenberg, las cuales se encuentran del todo integradas a la estructura de la mecánica cuántica. Por consiguiente, al preparar un estado inicial se especifica una función de onda cuyo cuadrado (absoluto) se interpreta como una distribución de probabilidad.
La ley de la causalidad en la mecánica cuántica establece que en un sistema aislado, el estado inicial determina por completo, por medio de la dinámica de la ecuación de Schrödinger, el estado futuro, el cual otra vez lleva a la distribución de probabilidad. Para entender físicamente esto, considérese la dispersión de protones por un núcleo. La mecánica cuántica sólo puede predecir una distribución promedio para el proceso de dispersión: es el promedio de un gran número de sucesos medidos los que pueden compararse con la teoría. Nótese también que de acuerdo con el principio de incertidumbre siempre habrá algún esparcimiento de la cantidad de movimiento (ímpetu) de los estados iniciales del protón. Además, la detección de protones perturba el sistema (otra vez por el principio de incertidumbre) y destruye la relación existente entre la función de onda antes y después de la medición.
Fuentes
- ROSENTAL, M. IUDIN, P. Diccionario soviético de Filosofía. Editora Política, 1981, La Habana, Cuba. pp.62-63.
- Causalidad en Diccionario soviético de filosofía
- Enciclopedia McGraw-Hill de Ciencia y Tecnología. 2da. Edición, Tomo II, 1992, pp.391