Charrúas (etnia)
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Los charrúas fueron un pueblo nómada que se sustentaba mediante la pesca y la recolección, por eso no construyen estructuras permanentes ya que vivían de forma errante en campamentos o aldeas.
No se sabe mucho acerca de los charrúas debido a su pronta erradicación en un momento temprano en la historia de Uruguay. Los únicos documentos supervivientes que se refieren a los charrúa son de los exploradores españoles. En la antigua lengua guaraní el término Uruguay significa ‘tierra de coloridas aves’. Las fuentes testimoniales históricas permiten incluir tres tribus como componentes de las entidades étnicas que componen la etnia charrúa: guenoas o minuanes y bohanes.
Sumario
Ubicación geográfica
Inicialmente, ocupaban las dos márgenes del río Uruguay, desde Itapeiú hasta el delta del río, más adelante ampliaron sus dominios hasta las costas del río Paraná y ocuparon el sur del estado de Río Grande del Sur (en Brasil).
Ocuparon la Cuchilla de Haedo (es una cordillera de cuchillas que cruza el territorio norte de Uruguay y separa las aguas que confluyen en el Río Negro de las que lo hacen en el Río Uruguay). En 1730 se aliaron a los minuanes, que vivian al otro lado del rio Uruguay y se establecieron en las tierras cercanas a la laguna Merín y de la Laguna de los Patos.
Los guenoas o guanoo fueron indios patagónicos quienes vivían de forma errante en las tierras al este del río Uruguay, en el ángulo sudoeste de Rio Grande del Sur, que se extiende hacia el Océano Atlántico. Los guenoas son considerados charruas septentrionales. Los tres pueblos son de origen patagónico (patagones).
Historia
Los charrúas opusieron tenaz resistencia a la colonización española, siendo el primer episodio conocido la muerte de Juan Díaz de Solís durante su descubrimiento del Río de la Plata, aunque, según los cronistas españoles, Solís padeció ante una "tribu antropófaga". Dado que la antropofagia es prácticamente desconocida en la etnia charrúa, los historiadores suponen que la muerte de Solís puede haberse debido a un grupo de linaje amazónico que se encontraba en ese entonces merodeando las riberas platenses, sin embargo este hecho tradicionalmente se ha atribuido a los charrúas.
El cronista de la expedición del «adelantado» Pedro de Mendoza, Ulrico Schmidl, describió a los charrúas en su obra Viaje al Río de la Plata, llamándolos «zechurúas»:
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En 1702, unos 200 charrúas fueron vencidos por 2000 guaraníes en la batalla del Yi. Sufrieron 300 muertes y 500 prisioneros (la mayoría mujeres y niños). En los años siguientes unos 4000 guaraníes de las misiones jesuitas se pusieron bajo el dominio de los españoles para exterminar a los charrúas. Hacia 1750, los charrúas fueron fuertemente diezmados en la campaña punitiva llevada a cabo por José de Andonaegui.
Pocos años después, muchos indígenas pelearían en los ejércitos independentistas de Artigas, Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe y Fructuoso Rivera. Además de las acciones bélicas, las enfermedades europeas como la gripe, la viruela y la sífilis diezmaron durante siglos a poblaciones indefensas.
En 1715 la expedición del teniente García de Piedrabuena menciona que encontró sobre el arroyo Calá en Entre Ríos, 25 toldos de yaros y bohanes. En noviembre de 1749 el teniente de gobernador de la ciudad de Santa Fe, Francisco Antonio de Vera Mujica aprehendió a 339 charrúas que habían escapado del territorio uruguayo, entre ellos los caciques Maigualén, Gleubilbe y Dóienalnaegc, que fueron trasladados a las cercanías del río Salado (en la provincia de Santa Fe), dando origen al pueblo de Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá, fundado el 17 de septiembre de 1750 en el lugar donde estuvo situada la primitiva ciudad de Santa Fe («Santa Fe de Luyando») y la efímera reducción de San Francisco Javier de los Mocovíes (en 1743). Otra expedición de Vera Mujica en enero de 1752 sobre la provincia de Entre Ríos, tomó prisioneros a 53 charrúas que fueron repartidos entre los expedicionarios para su servidumbre. La reducción de Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá desapareció hacia 1820.
En las sucesivas campañas de los gobernadores de Buenos Aires para "civilizar" a la Banda Oriental se produjeron combates con los indígenas. Las expediciones de Juan Ortiz de Zárate, Juan de Garay y Hernandarias se batieron sucesivamente con indígenas, provocando cientos de muertos. Las fundaciones de Colonia del Sacramento y de Montevideo también fueron motivo de conflicto con los indígenas, ahondando la mortandad. La Guerra Guaranítica, entre 1754 y 1756, donde españoles y portugueses se unieron para combatir al "infiel", tuvo efectos devastadores. Incluso hacia finales del siglo XVIII, los Blandengues españoles iniciaron una campaña denominada como "guerra charrúa", donde participó el entonces sargento mayor José Artigas. El 4 de octubre de 1800 el virrey Avilés envió al capitán Jorge Pacheco a expedicionar contra los charrúas ubicados en el noroeste del actual Uruguay. Pacheco realizó 3 expediciones y fundó Belén el 16 de junio de 1801.
Cultura
Los charrúas estaban emparentados con los pámpidos, un grupo de etnias aborígenes que habitaron la llanura Chacopampeana y la Patagonia extra andina. Tenían fisiotipos y cultura material similar a las sub-etnias de los puelches o pampas antiguos, de los tehuelches o patagones, de los toba y de los caduveos. Sin embargo, hacia el siglo XV parecen haber recibido importantes influjos culturales del pueblo de los avá o guaraníes. Mucho del léxico actualmente conocido deriva de aportes lexicales del avañe'ẽ o guaraní, como son la toponimia y los nombres propios.
Economía y armamento
Economía
De está etnia esta comprobado su existencia ya desde el siglo XVI. Ello ha incidido, naturalmente, en sus pautas culturales. Podemos distinguir dos periodos cuya principal diferencia se centra en la introducción del caballo y el uso que hicieron de el. En el primer período se dedicaban a la caza de venados y avestruces, corriéndolos a pies. Utilizaban boleadoras de dos a tres ramales para voltearlo y luego lo remataban con lanzas cortas o con bolas sujetas al puño. Practicaban la recolección especialmente de huevos de avestruz y cogollos de ceibo. Eran de gran importancia por su valor nutritivo. Miel y frutos silvestres completaban su dieta. Construían canoas de hasta 22 metros de largo, que utilizaban para la pesca. Fue practicada durante los primeros tiempos, luego menos importante debido a la existencia de ganado cimarrón.
Armamento
Su armamento estaba constituido, por arcos y flechas de punta de piedra, jabalinas o lanzas corta de puntas de piedra o madera endurecida al fuego; y la honda.
Lengua
Su lengua era dura y gutural; lengua particular; distinta del guaraní. La llegada de los españoles significó un fuerte impacto para este grupo, modificando sus hábitos y sus acervo ergo lógico y espiritual. Se incorporaron a la órbita cultural europea, pero la mayoría la rechazaron completamente resistiéndola con todas sus fuerzas. En esa resistencia llegaron a dominar y/o incorporaron a otros etnos y tribus de distinto origen, como en el caso de los yaros. El caballo aumentó su movilidad y dispersión, cambiando sus costumbres guerreras. Aparece como consecuencia la lanza larga, y el ganado cimarrón pasa objeto de sus caserías. Las tribus desaparecen a mediados del Siglo XVIII, fuertemente diezmadas tras la campaña punitiva llevada a cabo por José de Andonaegui. El 11 de abril de 1831, en las puntas del Queguay, el Presidente, Rivera determinó los primeros de los episodios que llevó al exterminio de los charrúas.
Utensilios de uso doméstico
Eran confeccionado por las mujeres. Consistían en piezas de forma probablemente subglobulares u oculares. La cerámica la adquirían de la región del río Uruguay medio.
Sociedad
Los charrúas no eran pacíficos; tenían una organización social muy fuerte, organizadas en jefaturas (esto es: gobernadas por un «cacique», jefe que aunque solía pertenecer a un linaje debía ser electo y consensuado permanentemente por el conjunto), donde los vínculos interpersonales eran muy importantes y conservaban la filiación machista poligámica (un varón con varias mujeres).
Vestimenta
Usaban una especie de delantal o taparrabos, de piel o de algodón. Producto este obtenido, seguramente, por comercio con los guaraníes. En las estaciones frías, usaban el típico manto de piel patagón llamado quiyapí. Los adornos corporales y faciales formaron parte de sus elementos mágicos.
Cuando llegaban a la pubertad se les trazaban tres rayas azules en el rostro, a través de la nariz, cruzada de una a otra mejilla. Desde el siglo XVI se ponían un tarugo en la nariz.
A los pocos días de nacido un niño, en el labio inferior se le colocaba el barbote, que debía llevar siempre.
Vivienda
Por el hecho de practicar el nomadismo, la vivienda no era de carácter estable. En sus primeras etapas era sólo un paravientos, construido con cuatro estacas formando un cuadrado abierto y sin techo. Las paredes eran esteras de junco que colgaban de travesaños. Armaron chozas hechas con ramas arqueadas y cubierta con cueros de caballo. Sus campamentos estaban generalmente asentados a la vera de los arroyos y los componía una chozas, habitada por otras tanta familias.
Sociedad. Creencia. Religión y prácticas funerarias
Cada toldería tenia su propio cacique. En épocas de guerra se forma un consejo que el que decidía las acciones a seguir. Resuelto el ataque o la defensa cada cacique arengaba su hueste, mientras que las mujeres se mantenían atrás y cantaban. Practicaban una especie de chamanismo.
Las costumbres funerarias eran bastante salvajes. Los deudos del fallecido ―sobre todo los varones―, se clavaban astilla de caña o de madera en los brazos, ayunaban y se mantenían aislados de los demás.
Otra característica es que cuando se les moría padre, madre o algún pariente, en señal de tristeza o luto se cortaban una coyuntura de un dedo y cuantos se les morían tantos se cortaban, hasta a quedar mochos en mano y pies, y los que más dedos tenían cortados eran tenidos y respetados por más honrado.
Los muertos eran enterrados en hoyos en cementerios situados en pequeños cerros. Cuando alguien moría lejos de su lugar, se le descarnaban los huesos y estos se transportaban hasta su tierra.
Características físicas
Esta etnia fue incluida dentro de los grupos que integran el tipo racial pámpido. Se basa este concepto en las constancias históricas que describen su aspecto externo y porque su cultura se pareció a la de los pueblos del sur.
En el siglo XIX, la mayoría de los sobrevivientes estaban mestizados, eran de anchas espaldas, cabeza grande, labios gruesos, nariz estrecha en la base y escasa pilosidad.
Supervivencias culturales
En el año 2002, debido a las protestas de grupos que buscan honrar la memoria de los primeros habitantes del lugar, los restos del jefe Vaimaca Pirú fueron repatriados desde Francia, y recibieron sepultura en el Panteón Nacional del Uruguay (en Montevideo). En particular, debe mencionarse que existen numerosos descendientes de aquella nación.
Se concentran, sobre todo, en la ciudad de Guichón (Uruguay), cercana a la zona donde se perpetró la matanza.
En las costas del río Paraná medio, en territorios de la provincia argentina de Santa Fe habitaban los calchines (no confundir por paronomasia con "calchaquíes"), pequeña parcialidad que se considera era de etnia charrúa, aunque probablemente mestizada con otro pueblo afín, el de los ya mencionados chanás.
Asimismo, en la provincia de Entre Ríos (en Argentina), lindera a Uruguay, existen grupos de descendientes de charrúas mestizados que se encuentran en proceso de recuperación cultural. Se creó la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos (Codecha) con el apoyo de seis comunidades urbanas charrúas ubicadas en Villaguay (comunidad charrúa del Pueblo Jaguar), Paraná (Onkaiujmar), Maciá (Comunidad Gue Guidai Bera), Concordia (Salto Chico), Federal (Comunidad Charrúa) y Sauce de Luna (Comunidad Sauce).
Un pequeño grupo no organizado de descendientes charrúas se halla en la provincia de Chaco (Argentina), en donde sus ancestros se refugiaron luego de la Rebelión Jordanista.
La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (2004-2005), complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (Argentina, 2001), dio como resultado que en la provincia de Entre Ríos se reconocen o descienden en primera generación del pueblo charrúa 676 personas, de las cuales ninguna reside en comunidades indígenas. En todo el país se autorreconocieron 4511 charrúas, ninguno de ellos viviendo en comunidades
Fuentes
- «El mundo de los charrúas», artículo publicado en el diario La Republica (Montevideo).
- «Charrúas», artículo publicado en el sitio web Henciclopedia.
- «Los charrúas», artículo publicado en el sitio web Taringa.
- «Cultura charrúa», artículo publicado en el sitio web Monografías.com.
- «Charrúas», artículo publicado en el sitio web Oni Escuelas (Argentina).
- «Pueblo charrúa, indígenas de Uruguay», artículo publicado en el sitio web Historia Cultural.