Combate de El Plátano

Combate de El Plátano
Información sobre la plantilla
Lugar:Bandera de Cuba Cuba
Resultado:
Fue una derrota para los cubanos
Consecuencias:
Muerte en combate del Mayor General Antonio Maceo


Combate de El Plátano . Según Varona Guerrero [1], el combate conocido como “El Plátano”, no fue sólo un combate, sino tres acciones de guerra que un día tras otro se sucedieron en dicho lugar, hasta el 7 de diciembre de 1896, fecha tristemente célebre donde ocurriera la muerte en combate del Mayor General Antonio Maceo.

Desarrollo del combate

Por los cubanos se había dispuesto una concentración de fuerzas que operarían a las órdenes de Maceo, al que se esperaba, y que acudiría después de cruzar la Trocha de Mariel-Majana. Allí se reunieron las Brigadas Norte y Centro de La Habana con todos sus Jefes y Oficiales.

Recordar que la Brigada del Centro fue dirigida primeramente por el General José María Aguirre y al producirse la muerte de este, el 29 de diciembre de 1896, comienza a ser mandada por el General Adolfo del Castillo y Sánchez.

Es obvio que el plan era dejar en Pinar del Río el grueso de las fuerzas llevadas por Maceo y burlar este jefe con un grupo las fortificaciones de la trocha, entrando en La Habana donde desarrollaría operaciones en gran escala para acreditar su presencia, con lo cual evidenciaría otro fracaso de los españoles que lo decían encerrado en la extremidad occidental.

Un plan de tal envergadura era difícil mantenerlo en secreto, y así, las operaciones militares españolas encaminadas a obstaculizar esa concentración hacen suponer que la conocían por el espionaje, así lo reconoce Varona Guerrero.

Se combatió tanto en El Plátano como en otro lugar denominado Volcán, del Término de San Antonio de las Vegas (actualmente perteneciente al municipio de San José de las Lajas)

Los españoles perdieron en el combate de El Plátano al coronel Aguayo, [2] jefe del Batallón de las Navas, y otras bajas.

Las de los cubanos fueron sensibles. Dice el teniente coronel del Ejército Libertador Quirino Zamora Rodríguez, que el día 6 había acampado en unas lomas peladas, sin comida para los hombres, ni yerba para los caballos.

Le tocó a Zamora ese día 7 de diciembre ser Oficial de Guardia y recuerda que al sentarse para almorzar a las 10:00 a.m., comenzó el fuego por la guardia del rastro, cubierta por el Cuarto Escuadrón de Raúl Arango. [3]

Se ordenó entonces a Zamora que con el Segundo Escuadrón reforzara la guardia del rastro y, sostuviera el fuego, que en seguida se generalizara, combatiéndose hasta la tarde. A esa hora la fuerza cubana comenzó a desfilar; bajaron una loma, pasaron una sabanita y cruzaron un río, del otro lado se puso un retén, que fue el Primer Escuadrón del comandante Manuel Martínez Amores, para proteger la retirada, pues la caballería española atacaba.

Sin que los cubanos lo notaran, los españoles corrieron su infantería y la ocultaron en una arboleda muy espesa, precisamente por el lugar por donde se retiraban las fuerzas libertadoras.

Cuando por orden superior Zamora retiró el retén, la caballería española, muy numerosa, comenzó a pasar el río, por lo cual los regimientos Habana y Jaruco recibieron y cumplieron la orden de carga, tomando parte en la misma, Zamora.

En este choque se mezclaron los contendientes luchando alarma blanca en gran confusión. Pero los cubanos tuvieron la peor parte debido a que la infantería española emboscada les abrió fuego de fusilería y artillería, por lo cual no pudieron sostenerse. Allí murió un coronel español y junto a Zamora cayó una bala de cañón.

Los cubanos se retiraron por un camino estrecho. Junto a un portillo, una bala cortó la correa de la cartuchera que llevaba Zamora, por cierto que la cortó limpiamente de canto, sin herirlo. Pudo recogerla, pero en ese momento cayó acribillada la yegua que montaba. Estaba a pie, cerca de la caballería enemiga; para salvarse formó una línea de fuego que contuvo al enemigo. Con un nuevo caballo llamado Arrogante siguió por un callejón con los cubanos en retirada.

Partes del Ejército español relacionado con este combate

Informe al General en Jefe (Don Valeriano Weyler) del Coronel de la Guardia Civil, Sr. Guillermo Tort, desde San Antonio de las Vegas, con fecha 3 de diciembre de 1896.

“…Con noticias de que las partidas de esta provincia proyectaban reunirse en las lomas del “Navío” “Marianas”, “Añil”, “Plátano”, hasta las de “Nazareno”, en el día de ayer reconcentré en "Guara la fuerza a mis órdenes y envié exploración que me confirmó las anteriores noticias, así como que las que se habían de reunir eran las de Castillo, Aguirre, Collazo, Cuervo, Cárdenas, Pitirre y otra de Oriente, cuyo jefe no es conocido (la de Ruz que estaba en Matanzas) en número mayor de 4.000 hombres, salí en la madrugada de hoy con la columna compuesta de la Guerrilla local de Guara, los Escuadrones de Guardia Civil y Lusitania, una compañía de Guardia Civil, cinco de Barbastro y la pieza de artillería de montaña, [4] formando un total de 796 hombres, entrando en el “Navío” por la loma de Quiñones, Martínez, Delgado y Rio Bayamo, cuyos puntos fueron reconocidos sin encontrar más que pequeños grupos exploradores hasta llegar a las del Añil, donde el enemigo en crecido número estaba posesionado de las alturas, con una subida precisa e infranqueable, rompiendo nutrido fuego: sin contestar y avanzando rápidamente, fue desalojado el enemigo nutrido de su fuerte posición tomándola la vanguardia compuesta de la Guerrilla de Guara, el escuadrón y una compañía de guardias civiles y otra de Barbastro al mando del Teniente Coronel Pagliery, a cuyo Jefe le mataron el caballo y continúo en primera línea al frente de la vanguardia.

El enemigo se replegó a las lomas del "Plátano” eslabonadas con las anteriores, donde ya en mayor número y posesionado otra vez de las alturas volvió a hacer resistencia, por lo que dispuse que una compañía de Barbastro reforzase la vanguardia, para emprender el ataque por la derecha, mientras que yo con el resto de la fuerza lo hacía por el frente, por ser infranqueable la izquierda.

Emprendido el movimiento de avance y defendiéndose el enemigo apostado detrás de trincheras de piedras se le disparó una granada a doscientos metros, aprovechando el efecto producido para que coronásemos las alturas que abandonaron replegándose hacia otras lomas de las cuales también fue desalojado disparando la pieza catorce granadas ordinarias que precedieron a un rudo ataque de la Infantería que lo puso en dispersión tomando el grueso de la partida rumbo a “Morales”, “Menocal” y “Añilito”, dejando en el campo 23 hombres muertos, 7 caballos vivos y 14 muertos, cananas, municiones y 9 tercerolas. Por nuestra parte tuvimos 4 guardias civiles, dos soldados de Barbastro, muertos; y tres guardias, un soldado de Lusitania y 7 de Barbastro, heridos. Además 9 caballos muertos y 3 heridos."

El coronel Tort, que llegó a las nueve y media de la noche a San Antonio de las Vegas, añade en su parte que “… he sabido que una gruesa partida había cruzado la línea férrea entre Durán y Guara…” proponiéndose salir a la mañana siguiente en su persecución.

Esta acción fue precursora del sangriento combate sostenido por fuerzas de los españoles mandadas por el General Figueroa con las partidas capitaneadas por José María Aguirre, que acudía a la reconcentración ordenada, por Maceo. El combate tuvo lugar el día mismo que en “San Pedro” murió el Lugar Teniente de la insurrección.

Dice así el parte del General Figueroa:

"Al General en Jefe: En cumplimiento de las órdenes recibidas emprendí la marcha desde Quivicán a las seis de la mañana en dirección a Aguacate, donde se hallaba la columna del Coronel Tort que cumpliendo instrucciones mías había salido desde Durán con objeto de reunírseme en dicho punto. Desde Aguacate organicé la marcha de las dos columnas reunidas, dirigiéndola a “Rio Hondo”. Disponíame allí a dar descanso a la fuerza para que comiera la tajada, cuando comenzó un ligero tiroteo de la vanguardia con las avanzadas enemigas.

Inmediatamente dispuse continuara la marcha en el orden que traía la columna, haciendo avanzar la caballería para la exploración y para apoyar los flancos del Batallón de vanguardia que había desplegado en orden de combate. Al poco rato se generalizó el fuego en todas las líneas principalmente por el flanco derecho desde las lomas del “Añil” donde se divisaba numeroso enemigo que se movía en distintas direcciones.

No siendo fácil atacar de frente esta posición creí más conveniente envolverla tomando antes las lomas de “Morales” y el “Volcán” para lo cual, apoyando el movimiento con unos disparos de artillería, hice avanzar la caballería al trote de terreno despejado, y continué el avance con la infantería desalojando al enemigo de sus posiciones más próximas, ocupando a poco después la loma de Morales. En esta primera parte del combate tuvimos un muerto y dos heridos.

Una parte pequeña del enemigo se dispersó por nuestra izquierda hacia el llano retirándose la otra parte a reunirse con el grueso. La segunda parte del combate se desarrolló desde la posición “Morales”, avanzando de frente hacia las lomas del “Volcán” y “Babiney”, que sucesivamente fueron tomadas bajo nutrido fuego enemigo. En ese ataque la caballería avanzaba a la altura del Batallón de vanguardia, apoyando su izquierda seguía la artillería con dos compañías de infantería y las acémilas con el Batallón de Barbastro en columna a retaguardia.

Tomadas las segundas posiciones del enemigo continuó la vanguardia su movimiento de avance, cruzando una profunda cañada que hacía difícil el acceso al “Plátano” donde se hallaba el grueso del enemigo. Este movimiento fue apoyado por la artillería, siendo esta a su vez apoyada por dos compañías de Barbastro que avanzaron desde la retaguardia con dicho objeto, por haber avanzado para este último ataque todo el batallón de las Navas reunido.

Al asomar nuestros soldados por las alturas del “Plátano” aumentó considerable el fuego enemigo, por descargas, siendo vivamente atacados y rechazados los insurrectos por las tres compañías de Las Navas que primeramente llegaron a la loma, tomando posición en unas cercas de piedras. Quebrantado el enemigo y puesto en retirada llegó el momento de cargar la caballería haciéndolo de una manera brillante los Escuadrones de la Reina, Lusitania y Pizarro completando la derrota del enemigo que abandonó más de 60 muertos en el campo del combate donde además se recogieron armas y caballos.

En último ataque murió el Teniente Coronel de Las Navas Sr. Aguayo. Después de tomar esta última posición y de reunirse en ella toda la columna se recogieron los muertos y heridos y se continuó la marcha hasta el «Nazareno» habiendo cesado completamente el fuego con la huida del enemigo […] Figueroa.”

El Plátano fue una derrota para los cubanos, pero no los deprimió tanto como la noticia de la muerte de Maceo ocurrida ese mismo día en San Pedro.

Referencias

Bibliografías

  • Gómez Fernando. La insurrección por dentro. Apuntes para la historia. Editorial M. Ruiz y Cía. Obispo 18, pág. 223-226
  • Morales Patiño, Oswaldo. El Capitán Chino Teniente Coronel Quirino Zamora, Historia de un mambí en la provincia de la Habana. Cuadernos de Historia Habanera No. 54. Oficina del Historiador de la Ciudad, 1953, pág. 38