Cortisona
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Cortisona
La cortisona es un fármaco corticoideo de acción corta, efecto rápido con vida media corta. Hoy por hoy, los fármacos corticoideos precisan un manejo regular por los reumatólogos para el tratamiento y control de las enfermedades autoinmunes. Su toma debe ser siempre tras la indicación de un médico y en ningún momento debe iniciarse ni suspenderse sin comunicarlo a su médico de Atención Primaria o médico especialista.
Sumario
Tipo de fármaco
La Cortisona posee muchos usos para el tratamiento del cáncer. Se usa con mayor frecuencia como medicamento de apoyo. La Cortisona se clasifica como glucocorticosteroide.
¿Para qué se utiliza la Cortisona?
- Como medicamento antiinflamatorio. La Cortisona alivia la inflamación en varias partes del cuerpo.
- También para tratar o prevenir reacciones alérgicas.
- Como tratamiento de determinados tipos de enfermedades autoinmunitarias, afecciones cutáneas, asma y otras afecciones pulmonares.
- Como tratamiento para diferentes cánceres, como leucemia, linfoma y mieloma múltiple.
- Para tratar las náuseas y vómitos asociados con algunos fármacos de quimioterapia.
- Se lo usa para estimular el apetito en pacientes con cáncer con problemas graves de este tipo.
- La loción (tópica) se una en el tratamiento de reacciones cutáneas alérgicas, y alivia los síntomas de picazón, enrojecimiento e inflamación.
- También se la usa como reemplazo de esteroides en afecciones con insuficiencia suprarrenal (disminución en la producción necesaria de esteroides de las glándulas suprarrenales).
Efectos secundarios de la cortisona
- Aumento del apetito
- Irritabilidad
- Dificultad para dormir (insomnio)
- Hinchazón de los tobillos y los pies (retención de líquidos)
- Náuseas (tómela con las comidas)
- Ardor de estómago
- Disminución de la cicatrización de las heridas
- Aumento de la concentración de azúcar en sangre (es posible que las personas con diabetes reciban controles más rigurosos del nivel de azúcar en sangre y que se realicen ajustes en los medicamentos para la diabetes)
¿Cómo actúa la cortisona?
La glándula suprarrenal del cuerpo produce naturalmente corticosteroides. Los corticosteroides influyen el funcionamiento de la mayoría de los sistemas corporales (cardíaco, inmunitario, muscular y óseo, endocrino y nervioso). Provocan una amplia variedad de efectos, incluso sobre el metabolismo de los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Ayudan a conservar el equilibrio de los líquidos y electrolitos.
La cortisona se clasifica como corticosteroide (más precisamente un glucocorticosteroide) y posee muchos usos en el tratamiento del cáncer.
Una de sus funciones es la de disminuir la inflamación (hinchazón). Esto lo realiza al evitar que los leucocitos (leucocitos polimorfonucleares) que previenen las infecciones de desplacen al área de inflamación en el cuerpo (éste es el motivo por el que es más propenso a las infecciones durante el uso de corticosteroides). También aprovechando las propiedades antiinflamatorias de la cortisona, los corticosteroides se usan para disminuir la hinchazón que rodea los tumores. Por ejemplo, al disminuir la inflamación en tumores en la columna, el cerebro o los huesos, puede reducir la presión del tumor sobre las terminaciones nerviosas y aliviar el dolor u otros síntomas provocados por la presión del tumor.
Otra función de este fármaco es alterar las respuestas normales del sistema inmunitario. Los corticosteroides se usan para tratar determinadas enfermedades que afectan el sistema inmunitario, como anemia aplásica (AA), púrpura trombocitopénica inmunitaria (PTI), púrpura trombocitopénica trombótica (PTT) o anemia hemolítica. Además, se cree que los corticosteroides pueden ser útiles en el tratamiento de pacientes con trastornos sanguíneos, como mieloma múltiple. Los corticosteroides pueden actuar al provocar la destrucción celular programada (apoptosis) de determinadas células, lo cual puede ayudar a combatir la enfermedad.