Cumberland

Cumberland
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Fecha:1741
Lugar:Bandera de Cuba Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba Bandera de España España Bandera de Inglaterra Inglaterra
Líderes:
Contralmirante Edward Vernon y el Brigadier General Thomas Wentworth

Cumberland. Colonia establecida durante la llamada Guerra de la Oreja de Jenkins entre España e Inglaterra (1739-1748), por una poderosa expedición británica, capitaneada por el contralmirante Edward Vernon y el Brigadier General Thomas Wentworth, luego de apoderarse, en julio de 1741, de la Bahía de Guantánamo, con el propósito de utilizarla como base de partida para asaltar Santiago de Cuba por tierra y, más tarde, apoderarse de toda Cuba.

Historia

La lucha guerrillera desplegada por milicianos llegados de distintos puntos de la Isla causó grandes bajas a los invasores y les impidió lograr sus objetivos, lo que, unido a las pérdidas sufridas por enfermedades, obligó a Vernon y Wentworth a reembarcarse derrotados, en diciembre de 1741.

El desfavorable sesgo que para los ingleses tomaba la guerra del corso en el Caribe, las activas medidas puestas en práctica por las autoridades coloniales españolas para reprimir el contrabando y el traspaso a manos holandesas y francesas, del asiento (contrato) que aseguraba a los británicos el monopolio de la trata de esclavos, llevaron a Inglaterra a declarar la guerra a España el 23 de octubre de 1739.

El motivo esgrimido ante el Parlamento inglés por los partidarios de la guerra se remontaba a 1731, cuando un buque de guerra español capturó la balandra británica Rebecca en plena faena de contrabando y su patrón, Robert Jenkins, sufrió el castigo usual en la época para los traficantes clandestinos: la pérdida de una oreja. De ahí que el conflicto pasara a la historia como Guerra de la Oreja de Jenkins y también, más justamente, como Guerra del Asiento.

Después de haber sido rechazado en La Habana en septiembre de 1739 y de fracasar al siguiente año ante Cartagena de Indias, en junio de 1740, el contralmirante Edward Vernon, comandante en jefe de todas las fuerzas navales de Gran Bretaña en las Indias Occidentales, acompañado del Brigadier General Thomas Wentworth, tanteó las defensas de La Habana; pero la activa resistencia organizada por Güemes Horcasitas, gobernador general de la Isla, en la que participó Pepe Antonio, lo persuadió de que era mejor bloquear la ciudad y capturar cuanta nave intentara entrar a puerto. Dos meses duró el bloqueo, antes de que el contralmirante decidiera retirarse a su base de Jamaica, no sin antes recalar en la deshabitada bahía de Guantánamo, donde permaneció poco tiempo, hostigado por las milicias locales.

Fundación de la colonia

El 17 de septiembre de 1741, más de un año después, Vernon y Wentworth, con el apoyo del gobernador de Jamaica, Edward Trelawney, y al mando de una flota de nueve navíos de línea, 12 fragatas y otras embarcaciones de menor porte, con un total de 600 cañones, y 40 buques de transporte, que conducían unos 4 000 soldados y 1 000 negros jamaicanos, incluido un regimiento de voluntarios norteamericanos, en el que figuraba Lawrence Washington, —medio hermano mayor de George Washington— pusieron proa a Cuba.

La expedición desembarcó durante la noche del 4 al 5 de agosto en playa Conde, en la bahía de Guantánamo, conocida como Walthenam por los ingleses hasta que la rebautizaron como Cumberland Harbour, el 23 de julio de 1741. Tanta era la seguridad de los invasores en su victoria, que el gobernador William Shirley, de Massachusetts, ofreció tierras cubanas a los futuros colonizadores.

Allí fundaron la colonia de Cumberland, en honor al hermano del rey Jorge II, patrocinador de la empresa, construyeron un pueblecito que todavía lleva el nombre de Cumberland en el actual municipio Niceto Pérez. Vernon estableció su cuartel general en Mata Abajo, y levantaron fortificaciones en playa Conde, loma de Los Ingleses y cerro Guayabo, creando condiciones para asaltar Santiago de Cuba por tierra, ya que hacerlo forzando la boca del puerto era muy riesgoso debido al fuego de las baterías del Morro y la Socapa, como lo comprobaría otro notorio almirante inglés, Charles Knowles, en 1748. Capturar Santiago era solo la parte inicial de un plan mucho más ambicioso para apoderarse de toda la Isla, según las instrucciones recibidas de Su Majestad Británica, como lo reveló Vernon a Wentworth en carta del 28 de julio de 1741.

Consecuencias y acciones

Simultáneamente, naves británicas bloquearon la escuadra española del almirante Rodrigo de Torres en La Habana y se apoderaron del control del paso de los Vientos y el estrecho de Yucatán, con lo que crearon así un régimen operativo favorable a la navegación comercial inglesa y totalmente des¬ventajoso para la española, que no podía aventurarse en el Caribe ni en el golfo de México.

El gobernador de Santiago, Francisco Antonio Cagigal de la Vega, a la usanza de la época, dejó a sus 350 soldados regulares al abrigo de fortalezas y cuarteles, y envió contra los ocupantes a unos 600 milicianos, buena parte de los cuales se los había enviado el capitán general Güemes Horcasitas desde distintos puntos de la Isla. Además, retiró el ganado de la región y cortó el suministro de agua.

Acosado por los guerrilleros, Vernon presionó a Wentworth para que, marchando sobre Santiago, forzara una decisión, como había tenido que hacerlo antes para ocupar sin resistencia Santa Catalina de Guantánamo; pero esta vez las acciones guerrilleras de los Tiradores de Tiguabos, mandados por los capitanes de partido Pedro Guerrero y Marcos Pérez —tatarabuelo de Periquito Pérez— y las embos-cadas del Capitán Limonta en el camino de las Filipinas, causaron sensibles pérdidas al destacamento de 150 norteamericanos y esclavos que mandaba el Comandante Dunster como vanguardia, y lo hicieron retroceder a su base de partida después de tres días de marcha. Cabe apuntar que el 8 de agosto, los habitantes de San Anselmo de los Tiguabos incendiaron su caserío antes de que cayera en manos del invasor.

El fracaso de Dunster llevó a Vernon a explorar la defensa naval de Santiago, acción que dirigió en persona; pero las fortificaciones y baterías le parecieron demasiado formidables para intentar el asalto. A principios de agosto, los jefes de División y Brigadier suscribieron un Round Robin (acuerdo) en el que comunicaban a Vernon que el ejército se estaba desintegrando por efecto de las fiebres, que había perdido por completo su capacidad combativa y que estaba propenso a su total aniquilamiento, argumentos que intentaban ocultar su incapacidad para vencer la resistencia que les oponían las guerrillas, los mismos que 127 años más tarde esgrimirían los españoles para justificar su impotencia ante los mambises después de cuatro meses de fracasos y dilaciones.

El 7 de octubre de 1741, Vernon celebró un consejo militar en el que reconoció tácitamente su derrota y decidió reembarcar, lo que comenzó a hacer el 5 de diciembre —cuando el número de ingleses enfermos de fiebres alcanzó los 2 260— y terminó cuatro días después. En 1898, el Gral. Shafter, al frente del cuerpo expedicionario norteamericano que intervino en la Guerra de Indepen-dencia de Cuba contra España, estudió detenidamente las experiencias de Vernon y Wentworth, y atribuyó su fracaso a la falta de empuje de Wentworth en su ofensiva terrestre, lo que, según él, le sirvió para mo¬delar sus planes de campaña, pero lo cierto es que él también fue recriminado por pasividad.

Fuente