Edicto de Milán
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Edicto de Milán (313). Decreto firmado y aprobado Constantino I el Grande y Licinio mediante el cual finaliza la persecución de cristianos en el Imperio romano al considerarla iusta religio o religión lícita. La firma de este documento da evidencia de la silenciosa acción de principios cristianos de Constantino[1], siendo el fue el máximo responsable de la redacción de la también denominada Carta Magna de la Cristiandad. Mediante este Edicto se concedía a los cristianos una libertad total y absoluta para el ejercicio de su religión. Sería difícil encontrar un mayor contraste que el que se observa entre la posición de la iglesia al principio y al final del reinado de Constantino. Como bien ha dicho Miller
La encontró encarcelada en minas, mazmorras y catacumbas, y excluida de la luz del cielo; y la dejó en el trono del mundo.
Notas
- ↑ Parece que hay una buena justificación para decir que «Constantino era pagano de corazón, y cristiano sólo por motivos militares». Su bandera imperial, que exhibía de manera destacada el símbolo de la cruz, llevaba también en oro la imagen del emperador, y estaba dispuesta para ser objeto de culto tanto para los soldados paganos como para los cristianos. Además, aunque reconocido como cabeza de la iglesia, nunca renunció al título de «sumo pontífice» de los paganos.
Fuentes
- G. H. S. Price: Una breve sinopsis de la Historia Pública de la Iglesia. Versión impresa: Verdades Bíblicas (Cochabamba, Bolivia). versión digital: SEDIN (Servicio Evangélico de Documentación e Información), Cassà de la Selva (Girona, España). p. 6.