Elvis Céllez González
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Elvis Céllez González. Destacada figura de la pintura contemporánea en el municipio Minas de Matahambre, provincia Pinar del Río.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en el año 1972, en Pinar del Río .En el año 1996 se gradúa en la Escuela Profesional de Artes Plásticas (EPAP) de la provincia.
Trayectoria artística
Actualmente se desempeña como artista independiente. Ha expuesto con éxito en Cuba y el extranjero y sus obras se encuentran en importantes colecciones estatales y privadas de países como Estados Unidos (Arizona State University Art Museum), Cuba (Museo de Arte Pinar del Río, MAPRI), España (Galería Carmen Durango, Valladolid), Alemania y Costa Rica. También es fundador e integrante del Proyecto Galería Ars Nabis.
Con una labor destacada en la provincia de Pinar del Río y a nivel nacional como internacional, sus obras han sido recogidas en una veintena de exposiciones personales y colectivas.
Asociaciones a las que pertenece
- Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), de la Asociación “Hermanos Saíz” (AHS)
- El Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC)
Exposiciones Personales
- 1995 “Un millón de amigos” (caricaturas). Casa de Cultura “Miguelito Cuní”, Minas de Matahambre. Pinar del Río, Cuba.
- 2000 “Yo vengo a ofrecer mi corazón” (pintura). Museo Municipal Minas de Matahambre. Pinar del Río, Cuba.
- 2002 “Cuando los gritos se apagan” (pinturas). Centro Provincial de Artes Visuales (CPAV). Pinar del Río, Cuba.
- 2004 “Bocetos al desnudo” (pinturas y dibujos). Museo Municipal, Minas de Matahambre, Pinar del Río, Cuba.
- 2004 “De mis soledades voy a mis soledades vengo” (pinturas). La Torre de Babel, Romerías de Mayo, Holguín, Cuba.
- 2005 “Antes del Amanecer” (pinturas). Galería Servando, Ciudad de la Habana, Cuba. Proyecto Génesis.
- 2006 "Presión baja y otros estados" (colateral a la 9na. Bienal de la Habana). Galería “Eduardo Abela”, San Antonio de los Baños, Cuba.
- 2007 Yo, después (dibujos). Itinerante (proyecto Ars Nabis): Galería Murciélago, San Cristóbal, Pinar del Río; Galería de arte, Consolación del Sur, Pinar del Río; Galería Nexos, Universidad Hermanos Saíz, Pinar del Río, Cuba.
- 2009 “Toque de queda” (Pintura). Museo de Arte Pinar del Río (MAPRI), Cuba.
- 2010 “Imágenes de la herejía”. Galería Villa Manuela, Ciudad de la Habana, Cuba.
Exposiciones Colectivas
- 2009 Bomba, Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, Habana Vieja, La Habana, Cuba.
- 2009 Ars Cuba, el peso de la Isla. Galería Nacional, Museo de los niños, Costa Rica.
- 2009 Primera muestra de arte contemporáneo, 17 de noviembre, Pinar del Río, Cuba.
- 2008 V Feria de arte, San Rafael Escazú, San José, Costa Rica.
- 2007 XXIV Salón Provincial “20 de Octubre”, Pinar del Río, Cuba
- 2007 Subasta – Carnaval de Río. Museo de Arte de la Universidad de Arizona (31 de marzo de 2007). USA
- 2007 Closed (Ars Nabis Itinerante), galería de arte Nexos, Universidad Hermanos Saíz, Pinar del Río, Cuba.
- 2007 Closed (Ars Nabis Itinerante), galería de arte, Sandino, Pinar del Río, Cuba.
- 2007 Closed (Ars Nabis Itinerante), galería de arte Atilano Armenteros, San Luis, Pinar del Río, Cuba.
- 2007 Closed (Ars Nabis Itinerante), galería de arte Murciélago, San Cristóbal, Pinar del Río, Cuba.
- 2007 Closed (Ars Nabis Itinerante), galería de arte, Consolación del Sur, Pinar del Río, Cuba.
- 2007 Encuentros (IV Bienal de las Artes y la Salud Mental), galería de arte Nexos, Universidad Hermanos Saíz, Pinar del Río, Cuba.
- 2006 Có-digo30. Galería “Arturo Regueiro”, Pinar del Río, Cuba.
- 2006 Jet-Lag (colateral a la 9na. Bienal de la Habana). Casa Carmen Montilla, Oficina del Historiador de la Ciudad, Habana Vieja, La Habana, Cuba.
- 2006 Closed (Proyecto galería Ars Nabis). Galería “Arturo Regueiro”, Pinar del Río, Cuba.
- 2005 Feria Internacional de Toronto, Canadá.
- 2005 2 + 2 no siempre es paisaje. De miembros de la UNEAC de Pinar del Río. Galería Villa Manuela, UNEAC, Ciudad de la Habana, Cuba.
- 2005 IX Salón Nacional Tiburcio Lorenzo, UNEAC, Pinar del Río, Cuba.
- 2005 El cuerpo erótico. Centro Provincial de las Artes Visuales, Pinar del Río, Cuba.
- 2005 Autorretratos. Centro Provincial de las Artes Plásticas, Pinar del Río, Cuba.
- 2004 XXI Salón Provincial “20 de octubre”. CPAV, Pinar del Río, Cuba.
- 2004 La mirada de Tiburcio. Museo de Arte de Pinar del Río (MAPRI), Pinar del Río, Cuba.
- 2004 VIII Salón Nacional “Tiburcio Lorenzo”, UNEAC, Pinar del Río, Cuba.
- 2004 Salón de Arte Joven, Casa del Joven Creador, AHS. Pinar del Río, Cuba.
- 2004 Yo, me, mi, conmigo. AHS, Casa del Joven Creador, Pinar del Río, Cuba.
- ·2004 10 Salón de Premiados, Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, Ciudad de la Habana, Cuba.
- 2003 XX Salón Provincial 20 de octubre. Centro Provincial de las Artes Visuales, Pinar del Río, Cuba.
- 2003 VIII Bienal de la Habana. “Contando a la izquierda”, Galería Mariano Rodríguez, La Habana.
- 2003 Pabellón de la Cultura, Expocuba. Ciudad de la Habana, Cuba.
- 2000 Primer Salón de pequeño formato “Por un siglo más verde”, Centro Provincial de las Artes Visuales. Pinar del Río, Cuba.
- 2000 Salón Provincial “20 de octubre”, Centro Provincial de las Artes Visuales. Pinar del Río, Cuba.
- 2000 IV Salón de Arte Joven, Centro Provincial de las Artes Visuales. Pinar del Río, Cuba.
- 2000 Salón “14 de Diciembre”, UNEAC. Pinar del Río, Cuba.
- 1999 III Salón de Arte Joven, CPAV. Pinar del Río, Cuba.
- 1998 II Salón de Arte Joven, CPAV. Pinar del Río, Cuba.
- 1997 Pintura Cubana. Diputación de Córdoba, España.
- 1997 Salón Provincial “Ponce de León”, Galería Municipio Sandino. Pinar del Río, Cuba.
- 1997 Primer Salón de Arte Joven, CPAV. Pinar del Río, Cuba.
- 1996 Exposición Profesional de Artes Plásticas, Escuela Profesional de Artes. Pinar del Río, Cuba.
- 1996 13 Salón Provincial de Artes Plásticas 20 de Octubre, CPAP. Pinar del Río, Cuba.
- 1996 Primer Taller sobre Plástica Pinareña, UNEAC. Pinar del Río, Cuba.
- 1995 13 Salón Provincial de Artes Plásticas, CPAV. Pinar del Río, Cuba.
- 1994 Salón Provincial “Ponce de León”, Galería Municipio Sandino. Pinar del Río, Cuba.
- 1993 14 Salón Provincial de Artes Plásticas, Centro de Cultura Comunitaria. Pinar del Río.
Premios Obtenidos
- 1994 Premio Salón Provincial 20 de Octubre, Escuela Profesional de Artes Plásticas. Pinar del Río, Cuba.
- 2003 Premio VI Salón Provincial “Fidelio Ponce de León”, Galería Municipal de Sandino. Pinar del Río, Cuba.
- 2003 Premio VI Salón Provincial de Arte Joven. Pinar del Río, Cuba.
- 2003 Premio UNEAC Salón Nacional "Tiburcio Lorenzo". Pinar del Río, Cuba.
- 2003 Premio Fondo de Bienes Culturales, Salón Nacional "Tiburcio Lorenzo". Pinar del Río, Cuba.
- 2003 Premio Vigésimo Salón Provincial "20 de octubre". Pinar del Río, Cuba.
- 2004 Premio de la UNEAC y FCBC, VIII Salón Nacional “Tiburcio Lorenzo”. UNEAC, Pinar del Río, Cuba.
- 2005 Premio 6to. Proyecto cultural Plástica - Identidad, Galería de Arte Sibanicú, Camaguey, Cuba.
- 2005 Primer Premio IX Salón Nacional “Tiburcio Lorenzo”, UNEAC, Pinar del Rio, Cuba.
- 2006 Premio CUBAneo, otorgado por el pintor Pedro Pablo Oliva al mejor artista plástico del año en Pinar del Rio.
- 2007 Premio de la Asociación de Artistas Cubanos y Artesanos (ACAA), en el XXIV Salón Provincial “20 de Octubre”, 2007.
- 2011 Premio en el XXVI Salón Provincial “20 de Octubre”,Pinar del Río, Cuba, 2011.
Otros trabajos realizados
- Diseñó la portada del cuaderno de poesía INTERIORES EN SOLEDAD (finalista del concurso literario Hermanos Loynaz), Pinar del Río.
- Sus dibujos aparecen en varias publicaciones de corte sociocultural, así como en libros de poesía aún inéditos.
- Ilustró la revista de arte y literatura La Gaveta, de la sección de Literatura de la Asociación “Hermanos Saíz” (AHS) en Pinar del Río. Año V, No. 10, junio-septiembre de 2004.
Fragmento del artículo
"Que se vayan ellos o quien es el monstruo".
La obra de Elvis Céllez (Pinar del Río, 1972) resulta de una subversión muy desestabilizadora. El humanismo deconstruido por Elvis pone en solfa todas las presunciones acerca de la abstracción, el escapismo tecnológico o la fruición hedonista. Elvis demuestra que otra vez el hombre, porque el hombre no ha dejado de estar, ni dejará, mientras sea necesario el arte justo para el hombre. La poética de Elvis confirma precisamente que el siglo XX estableció una paleta de códigos, géneros y posibilidades expresivas que en este otro siglo, todo lo más, funcionan como ciclos en alternancia, presuposición, convivencia. Es hoy ya ridículo discutir si resulta más pertinente la abstracción que el expresionismo, o la instalación que la performance, o la indagación surreal que la simulación del naïf. Lo que ayer fueron todavía posibles estilos históricos, con una especificidad epocal y un programa, constituyen hoy un repertorio de posibilidades idénticamente legítimas en medio de esta democracia difícil, en donde el mercado fatigosamente puede sobrestimar cualquiera de las opciones artísticas. Elvis revisa toda la tradición expresionista y neo del siglo XX: de los bohemiso de Basquiat y Schnabel, del expresionismo performático, automutilador y catártico de Vito Acconci a los transvanguardistas concentrados en la exploración estética, de Ñica Eiriz y Cabrera Moreno a Nicolás Lara, Tomás Esson, Pedro Vizcaíno, Borodino y Segundo Planes.
La poética de Elvis tiene el excedente de valor de recordar que la sensibilidad que inspiró el arte cubano de los años ochenta no es letra muerta. En los últimos años el recuerdo de los ochenta se ha movido entre dos polos igualmente lunáticos e intencionados: aquellos que quisieran “salvar” el arte cubano sobre la base de volver a vivir los ochenta; y la negación que viene de estos para quienes, acallados los ochenta, se acabó el sobresalto que de siempre ha interpuesto el arte nuevo entre el hecho estético y el mundo. Sin pretenderlo Elvis continúa una sensibilidad, ajeno por completo al espíritu de grupo que animaba a los magníficos insolentes de entonces. Por el contrario, él trabaja apartado en sus Minas de Matahambre, otro emporio que vive del recuerdo, del viejo prestigio del cobre. Por eso también aunque su trabajo no discurre exento de connotaciones sociológicas, es la antropología, el centramiento definitivo en el hombre, la matriz de su poética, y el valor estético que lo aparta consistentemente de todos los fundamentalismos de última hora.
Hay una sección de la poética que se ocupa sin dilatación de la tragedia humana. La demencia, el cólera, la soberbia, la flagelación, la muerte en vida, la masturbación; la violencia de los sentimientos, en una palabra, tras un mal que no tiene cura: la soledad, y que conduce hasta la locura a sus excepcionales seres pictóricos, evidentes y flamantes alteridades del pintor.
Hay tal honestidad, tal radicalidad, tal desmesura en el coraje con que Elvis pinta a sus criaturas en caída que no faltan quienes tachan de efectismo, histeria y melodrama a los impetuosos personajes del artista. Que suceda eso está muy bien. Una obra de la rectitud y la enhestadura de esta obra nos es aliada del silencio o la indiferencia jamás. Que la gente chille como lloran los genuinos personajes de los lienzos.
Con todo, en los últimos tiempos ha ido apareciendo una variante compositiva y discursiva que a mi juicio dispara todavía más el interés de la obra de Céllez. Me refiero a esas estructuras enigmáticas, muy poco confesoras, en donde brotan por lo general dos personajes, uno de ellos, o los dos, refracciones del propio creador, y al auspicio de un plano de significación medio vago, o presuntamente vago, que consigue tal nivel de sugerencias y de ambivalencia que termina situando las piezas en tierra de la mejor poesía pictórica. Son los casos de Ellos se van ahora y Todos nos vamos a morir, algunas de las mejores piezas que inundan la galería.
Con un inaudito poder de síntesis, y auxiliado por la tensión entre la imagen y el texto, hay siempre en Elvis un relato larvado. En Por favor, no te vallas la imagen apenas nos enfrenta a la mirada punzante, endiabladamente pintada, de un personaje a medio camino entre el clown y el obrero, el hombre lírico y el hombre borde; pero pronto el texto completa el sentido “Que se vayan ellos”. Hombre y circunstancia, sentimiento e historia, texto y contexto, son perfectamente hilados en una pintura que revisa más de un siglo de legado expresionista pero que al cabo no se parece a nada ni a nadie.
La precoz excelencia del Elvis aparece asediada, desde luego, por impropios fantasmas y mayores interiores.
Todo lo anterior, por ejemplo, pugna con la serie de retratos puntuales o genéricos que el artista se ha permitido, y que lo han encaminado rápido al cartelito de “el pintor de las Minas”. Eso me parece lamentable, sinceramente. Porque la serie de retratos con personajes del entorno responde a una perspectiva de exposición frontal, pasiva, en que la descripción reemplaza a la observación visceral de los otros trabajos, comprometidos con las entrañas del hombre y el viaje abismal a los entresijos menos negociables de lo humano.
Los años dirán hacia qué variante se inclina Elvis. Hemos decidido curar esta exposición para facilitar el encuentro de esa verticalidad que como una agresión casi física, un vómito de espiritualidad, una violencia sentimental tremenda se hace sobre el espectador hasta anunciarle que puede estar aquí el nuevo monstruo del arte cubano.
Entretanto, es cierto que aguardan una medalla y un mural. Quienes insisten en registrar “el drama del hombre”, ellos más que ninguno, desde tiempos inmemoriales rondan siempre, de hecho, el repliegue o el concilio. El artista tiene entre sus manos, esperemos que no mutiladas, una disyuntiva vital. En lo que llega su elección, aquí está nuestra apuesta.
La poética de Elvis tiene el excedente de valor de recordar que la sensibilidad que inspiró el arte cubano de los años ochenta no es letra muerta. En los últimos años el recuerdo de los ochenta se ha movido entre dos polos igualmente lunáticos e intencionados: aquellos que quisieran “salvar” el arte cubano sobre la base de volver a vivir los ochenta; y la negación que viene de estos para quienes, acallados los ochenta, se acabó el sobresalto que de siempre ha interpuesto el arte nuevo entre el hecho estético y el mundo. Sin pretenderlo Elvis continúa una sensibilidad, ajeno por completo al espíritu de grupo que animaba a los magníficos insolentes de entonces. Por el contrario, él trabaja apartado en sus Minas de Matahambre, otro emporio que vive del recuerdo, del viejo prestigio del cobre. Por eso también aunque su trabajo no discurre exento de connotaciones sociológicas, es la antropología, el centramiento definitivo en el hombre, la matriz de su poética, y el valor estético que lo aparta consistentemente de todos los fundamentalismos de última hora.
Hay una sección de la poética que se ocupa sin dilatación de la tragedia humana. La demencia, el cólera, la soberbia, la flagelación, la muerte en vida, la masturbación; la violencia de los sentimientos, en una palabra, tras un mal que no tiene cura: la soledad, y que conduce hasta la locura a sus excepcionales seres pictóricos, evidentes y flamantes alteridades del pintor.
Hay tal honestidad, tal radicalidad, tal desmesura en el coraje con que Elvis pinta a sus criaturas en caída que no faltan quienes tachan de efectismo, histeria y melodrama a los impetuosos personajes del artista. Que suceda eso está muy bien. Una obra de la rectitud y la enhestadura de esta obra nos es aliada del silencio o la indiferencia jamás. Que la gente chille como lloran los genuinos personajes de los lienzos.
Con todo, en los últimos tiempos ha ido apareciendo una variante compositiva y discursiva que a mi juicio dispara todavía más el interés de la obra de Céllez. Me refiero a esas estructuras enigmáticas, muy poco confesoras, en donde brotan por lo general dos personajes, uno de ellos, o los dos, refracciones del propio creador, y al auspicio de un plano de significación medio vago, o presuntamente vago, que consigue tal nivel de sugerencias y de ambivalencia que termina situando las piezas en tierra de la mejor poesía pictórica. Son los casos de Ellos se van ahora y Todos nos vamos a morir, algunas de las mejores piezas que inundan la galería.
Con un inaudito poder de síntesis, y auxiliado por la tensión entre la imagen y el texto, hay siempre en Elvis un relato larvado. En Por favor, no te vallas la imagen apenas nos enfrenta a la mirada punzante, endiabladamente pintada, de un personaje a medio camino entre el clown y el obrero, el hombre lírico y el hombre borde; pero pronto el texto completa el sentido “Que se vayan ellos”. Hombre y circunstancia, sentimiento e historia, texto y contexto, son perfectamente hilados en una pintura que revisa más de un siglo de legado expresionista pero que al cabo no se parece a nada ni a nadie.
La precoz excelencia del Elvis aparece asediada, desde luego, por impropios fantasmas y mayores interiores.
Todo lo anterior, por ejemplo, pugna con la serie de retratos puntuales o genéricos que el artista se ha permitido, y que lo han encaminado rápido al cartelito de “el pintor de las Minas”. Eso me parece lamentable, sinceramente. Porque la serie de retratos con personajes del entorno responde a una perspectiva de exposición frontal, pasiva, en que la descripción reemplaza a la observación visceral de los otros trabajos, comprometidos con las entrañas del hombre y el viaje abismal a los entresijos menos negociables de lo humano.
Los años dirán hacia qué variante se inclina Elvis. Hemos decidido curar esta exposición para facilitar el encuentro de esa verticalidad que como una agresión casi física, un vómito de espiritualidad, una violencia sentimental tremenda se hace sobre el espectador hasta anunciarle que puede estar aquí el nuevo monstruo del arte cubano.
Entretanto, es cierto que aguardan una medalla y un mural. Quienes insisten en registrar “el drama del hombre”, ellos más que ninguno, desde tiempos inmemoriales rondan siempre, de hecho, el repliegue o el concilio. El artista tiene entre sus manos, esperemos que no mutiladas, una disyuntiva vital. En lo que llega su elección, aquí está nuestra apuesta.
Rufo Caballero
Pinturas
Fuentes
- Revista de Arte y Literatura la Gaveta. Año IV, No. 11 enero- marzo de 2005, páginas 30, 32 AHS, Pinar del Río.
- Revista de Artes Visuales Arte Cubano. No. 2, 2008. Página 41. CNAP, Ciudad de la Habana.
- Revista Cultural Cauce, No. 1, 2006. Reverso de portada. UNEAC, Pinar del Rio.
- Revista ArtNexus, No. 59, diciembre-marzo de 2005. Sección Reseñas, “Elvis Céllez”, Amalina Bomnín, Colombia.
