Ermita de San Francisco de Paula
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Ermita de San Francisco de Paula. Templo levantado a finales del siglo XVII, por iniciativa de Agustín Francisco José de Arocha, a cuyos alrededores creciera el poblado que adoptó el mismo nombre de San Franciasco de Paula. La ermita fue declarada Monumento Local, en diciembre de 2010 por la Comisión Nacional de Monumentos.
Surgimiento
Historia
El origen de la ermita de San Francisco de Paula, se encuentra muy relacionado con la llegada a Cuba en 1794 de un inmigrante español de nombre Agustín Francisco José de Arocha, natural de Islas Canarias, el cual venía a bordo del bergantín San Francisco de Paula.
De acuerdo con la leyenda, durante la travesía el barco fue azotado por una tormenta y el joven Arocha, prometió a San Francisco de Paula, erigir una ermita para su culto y dedicar el resto de su vida como ermitaño, si llegaba con vida a tierra cubana.
En 1795 Arocha se encontraba levantando la ermita prometida, junto al Camino Real de Güines, en la falda de la loma El Bacalao, cerca del nacimiento del río Luyanó, en tierras que eran propiedad de varios campesinos.
Con dinero entregado por los fieles, el santuario se fue haciendo de capital, el que también fue utilizado para comprar tierras, cuyo arriendo le serviría más tarde de manutención permanente. Es así como la ermita, se convirtió en la primera edificación levantada en el poblado y la que le dio origen. El poblado toma su nombre del santuario.
El ermitaño, según se cuenta, vivió pobremente y dedicó su existencia al servicio del santo y a enseñar las primeras letras a los jóvenes campesinos de la zona, por ello se le considera el primer educador del poblado.
Arquitectura
La construcción de la ermita, comenzó en el año 1795 y concluyó antes del 2 de abril de 1797 en que se ofició la primera misa. En sus orígenes fue una nave rectangular de mampostería ordinaria, con techo de tejas a dos aguas y otra nave adosada al fondo, dedicada a la sacristía. Durante el siglo XIX fue sufriendo cambios. En el año 1896 el poblado de San Francisco de Paula resultó ser tomado por los mambises, siendo incendiada la iglesia. Aunque solo la fachada sufrió daños considerables, fue necesario realizar algunas reparaciones que le dieron su aspecto definitivo, manteniéndose inalterada hasta la actualidad. La puerta principal desapareció como consecuencia de aquel incendio; antes había tenido forma de arco y después se hizo rectangular. La fachada fue coronada con un pretil para enmascarar la techumbre a un agua que botaba hacia delante y sobre el campanario se colocó otro pretil con cuatro pilares en las respectivas esquinas.
Desarrollo
En el siglo XX los muros del atrio y de los patios fueron rematados con rejas y la techumbre de tejas españolas fue sustituida por planchas de fibrocemento, pero se conservó el interior con techo de alfarje mudéjar. El baptisterio y la sacristía, mantuvieron las tejas españolas. El piso hecho con losas de San Miguel fue sustituido por baldosas modernas en la década de 1930.
Los altares originales fueron sustituidos; no obstante se conserva el púlpito con su escala y el confesionario. Permanece en el retablo del altar mayor una imagen de San Francisco de Paula, de 60 centímetros de altura, traída de España en 1797.
Entre los años 1896, en que fue quemada la iglesia parroquial de San Miguel del Padrón, durante un ataque mambí, hasta 1943 en que se construye la nueva parroquia, la ermita de San Francisco de Paula asumió las funciones correspondientes de la parroquia. A pesar de algunos cambios de menor importancia, la ermita se ha mantenido prestando servicios ininterrumpidos hasta la actualidad.
Es la única edificación colonial en todo el municipio que se conserva completa.
En diciembre del 2010, la Comisión Nacional de Monumentos aprueba declarar la ermita de San Francisco de Paula Monumento Local, debido a los valores patrimoniales que presenta.
Fuente
- Centro de Documentación de Museo Municipal de San Miguel del Padrón.
- Lic. Cándida R Sánchez Villalobos.