Geoingeniería
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La Geoingeniería (no debe ser confundida con la ingeniería geotécnica) es un término que hace alusión a la manipulación intencional, en gran escala, de los sistemas de la Tierra. Sus técnicas pueden dividirse en tres grandes áreas: manejo de la radiación solar (reflejar la luz del sol hacia el espacio), remoción de gases con efecto de invernadero y modificación climática[1].
La Geoingeniería surge de las teorías científicas que abordan el problema del cambio climático formulando técnicas especialmente desarrolladas para influenciar el clima terrestre estipulando como su propósito combatir el calentamiento global. The Royal Society define la Geoingeniería como:
Métodos de la Geoingeniería
Los métodos de la geoingeniería llegan a ser catalogados en dos categorías principales:
- La remoción del dióxido de carbono.
- El control de la radiación solar.
Estos métodos varían también por su efectividad, ya sea a corto o largo plazo y por los efectos potenciales, incluyendo ecológicos y otros aún desconocidos, que cada técnica pueda tener en el medio ambiente. La fertilización oceánica usando hierro para incrementar el florecimiento de fitoplancton (plancton con capacidades fotosintéticas) para capturar el CO2 y así al morir estos organismos se llevarían el CO2 al fondo del mar.
El control de la radiación solar conlleva técnicas que se consideran de efecto más rápido y también controversial porque no reduce los niveles de CO2 y por los efectos dañinos potenciales, ya que se basan principalmente en el bloqueo de la luz y el calor solar mediante la introducción de agentes químicos a gran altura de la atmósfera. Por ejemplo: La imitación volcánica mediante la introducción de compuestos sulfúricos como el dióxido de sulfuro o el sulfato de hidrógeno en la atmósfera para reflejar y así bloquear la luz y el calor solar (a esto le llaman "volcanes falsos" porque se busca imitar los efectos que una erupción volcánica enorme tiene sobre el clima).