Gertrude Caroline Ederle
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Gertrude Caroline Ederle. Nadadora estadounidense, reconocida por su hazaña de cruzar el Canal de la Mancha a nado estilo crawl. Durante su carrera deportiva rompió varios récords en estilo libre y mantuvo 29 marcas nacionales y mundiales. Como secuela de una enfermedad, sufrió afectaciones en el oído, que más tarde le provocan una sordera, lo cual no limitó su actividad física, ocupándose, luego de su retirada como atleta, de la enseñanza de natación a niños sordos en Nueva York.
Sumario
Síntesis biográfica
Nace en Nueva York el 23 de octubre de 1905.
De niña se cayó en un lago durante un viaje familiar a Alemania. Juró que nunca más le tendrían que rescatar del agua. Aprendió, por supuesto, a nadar y, a partir de entonces, se dedicó a esa disciplina en contra del consejo de los médicos. Un sarampión le había afectado el oído y el contacto con el agua la dejaría sorda décadas después.
Trayectoria deportiva
El 6 de agosto de 1926 se escribía una de las más grandes hazañas en la natación, Gertrude Ederle cruzaría a nado al estilo crawl, el Canal de la Mancha con una distancia que separa Francia de Inglaterra en 14 horas y 31 minutos, suceso que le ganaría la simpatía y la admiración de miles de personas.
Récords
A sus 19 años, Ederle batía en esa jornada la marca de los cinco hombres que habían emprendido similar aventura antes que ella. Transcurrirían otros 35 años antes de que otra mujer le arrebatara el récord femenino.
En los años veinte, rompió una serie de récords en estilo libre en distancias de entre 100 y 800 metros. Durante cinco años, desde 1921 a 1925, mantuvo un total de 29 marcas nacionales y mundiales.
Competencias
Compitió por su país en los Juegos Olímpicos de París de 1924, alzándose con la medalla de oro en los 400 metros estilo libre por relevos. A título individual, se tuvo que conformar con bronce en los 100 y 400 metros.
El público no olvidó su proeza, pero la creciente sordera le afectó el ánimo. Una caída, en 1933, con malas consecuencias para la espalda, la alejaron de su deporte favorito y los médicos incluso pronosticaron que nunca más volvería a nadar. Pero seis años más tarde, durante la Feria Mundial de Nueva York, Gertrude Ederle nadó el largo de la piscina ante los aplausos de la audiencia.
A partir de entonces, enseñó natación a los niños de una escuela de sordos de Nueva York.
Muerte
Sin descendientes directos, y con una decena de sobrinos, pasó sus últimos días en una residencia de Nueva Jersey, donde le soprendió la muerte a los 98 años de edad en diciembre del 2003.