Gregorio IV
Gregorio IV | |
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Papa de la Iglesia católica | |
20 de enero de 827 - 11 de enero de 844 | |
Ordenación | 827 |
Consagración episcopal | 828 |
Predecesor | Valentín |
Sucesor | Sergio II |
Información personal | |
Nombre religioso | Gregorio IV |
Nacimiento | (?) Roma, Italia |
Fallecimiento | 844 Roma, Italia Véase Anexo:Tumbas papales |
Padres | Juan |
Gregorio IV. (* Roma, (¿?) – † 11 de enero de 844). Papa n.º 101 de la Iglesia católica de 827 a 844. Introdujo en el calendario romano la fiesta de Todos los Santos. Defendió Roma de los ataques de los musulmanes. Intervino sin éxito en la querella de Ludovico Pío con sus hijos.
Síntesis biográfica
Nació en Roma. Elegido el 20 de noviembre del 827 y murió el 11 de enero de 844. Organizó una poderosa armada que al mando del Duque de Toscana derrotó por bien cinco veces a los sarracenos en África. Estos, desembarcaron en Italia, destruyeron Civitavecchia, Ostia y amenazaron Roma.
Elegido por la nobleza romana, sucedió a Valentín. Fue nombrado en el año 827 y consagrado en el 828. Hizo un viaje a Francia con objeto de restablecer la paz entre la familia de Luis el Piadoso. Pero como tomó partido a favor de Lotario, su hijo rebelde, recibió enérgicas reconvenciones de los obispos franceses y tuvo que volver a Roma. Reedificó la ciudad de Ostia dándole el nombre de Gregoriópolis. Instituyó la fiesta de Todos los Santos, además de reparar monasterios y edificar iglesias. Mandó trasladar solemnemente a San Pedro los restos de Gregorio el Grande.
No se sabe cuando nació pero era romano e hijo de Juan. Antes de ser elegido para el papado era cardenal-presbítero de la Basílica de S. Marcos, la que adornó con mosaico que aún se pueden ver. Fue ordenado sacerdote debido a su piedad y sabiduría, por Pascual I.
Relación con el Imperio
Aunque la mayor parte de su pontificado Gregorio se vio envuelto en las disputas de Luis el piadoso y sus hijos que iban a ser fatales para la dominación de los francos. Debido, quizás, a la falta de una visión política o por su fuerte temperamento y firmeza de carácter, sus esfuerzos para promover la paz doméstica en la familia imperial no resultaron ni en éxito ni en gloria. Luis había hecho en un acto solemne, confirmado por Pascual I , la división de su imperio en favor de los tres hijos de su primera esposa Lotario I , Pipino y Luis el Germánico. Pero cuando su esposa murió, se casó con la joven y ambiciosa Judit, y pronto fue inducido por ella a que se dedicara completamente a favorecer los intereses de su hijo, después conocido como Carlos el Calvo.
Los medios hermanos de Carlos se unieron en armas contra su padre (830) le apresaron y le obligaron a confirmar la Constitución de 817. Pero pronto surgieron las diferencia entre ellos y Luis fue repuesto en el poder por una dieta celebrada en Nimwegen y, por decisión del papa, a su mujer de la que había sido separado a la fuerza (octubre, 830). Sin haber aprendido de la experiencia, Luis siguió favoreciendo a su hijo más joven. Los hermanos se levantaron de nuevo en armas y el mayor, Lotario (que gobernaba en Italia) convenció al papa por alguna presión argumento o engaño que le acompañara a través de los Alpes. La aparición del papa en el campo de los rebeldes parecía indicar que estaba a su favor. Desde este momento, los obispos que permanecían fieles al emperador, sospechando de la buena fe del papa, no acudían a su presencia cuando eran llamados. De nada sirvió que Gregorio rechazara sus acusaciones. Cuando por fin se encontró con el mismo Luis, vio que tampoco confiaba en él. Mientras se negociaba, Lotario, que era falso con todos, sobornaba a los soldados de su padre que, traicionado, volvía a caer en manos de sus hijos. Lotario se apoderó del imperio, permitió a Gregorio volver a Roma más triste y quizás más sabio, y degradó a su padre (833).
Pero al año siguiente volvieron a pelear los hermanos y hubo una segunda restauración de Luis, que sin embargo fue débil permitiendo que Lotario retuviera el reino de Italia. El resultado de estos equivocados gestos de clemencia fue que no solo tuvo que proteger al papa contra las agresiones de Lotario sino que tuvo que enfrentarse a otra rebelión de uno de sus hijos. Murió cuando se dirigía a someterlos.
Su muerte dejó a Lotario en posesión del nombre imperial. Para ser emperador de hecho decidió eliminar a sus hermanos por la fuerza de las armas. Detuvo al legado enviado pro Gregorio para lograr la paz y cruzó los Alpes. La terrible batalla de Fontenay (Fontenoy- en-Puisaye) cerca de Auxerre (841), dio como resultado en la derrota de Lotario pero también en la casi práctica aniquilación de los francos y en el fin del imperio. Mientras se daba el colapso del imperio, los sarracenos avanzaban en sus conquistas. Durante el pontificado de Gregorio se apoderaron de Sicilia y habían sido invitados al sur de Italia para que tomaran parte en las guerras de los pequeños príncipes del sur de Italia. Para hacer lo posible para proteger a Roma, el papa fortificó la antigua Ostia erigiendo un fuerte que se llamó Gregoriopolis. También para el beneficio de Roma y del Patrimonio de S. pedro, Gregorio reparó el acueducto y las iglesias y fundó “colonias-granja en la Campaña. Apoyó los heroicos esfuerzos de S. Anascario, Apóstol del Norte , para la conversión de Suecia, autorizando su consagración como primer arzobispo de Hamburgo, enviándole el pallium y “ante el cuerpo y confesión de S. Pedro” dándole “autoridad completa para predicar el evangelio” nombrándole su legado “entre los suecos, daneses y eslavos”.
Gregorio dio el pallium a los arzobispos de Salzburgo, Canterbury y Grado protegiendo a ésta última del intento de absorción por el patriarca de Aquilea. También apoyó a Aldric, obispo de Le Mans, que tuvo problemas por apoyar a Luis contra sus hijos rebeldes. En agradecimiento a Luis hizo que algunos de sus eclesiásticos aprendieran música en Roma y le dio instrucciones para proclamar la fiesta de Todos los Santos a través del imperio. Gregorio fue enterrado en S. Pedro.
Muerte y Sucesor
Murió en el año 844. Su sucesor fue Sergio II.