Insuficiencia respiratoria
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Insuficiencia respiratoria. La insuficiencia respiratoria no es una enfermedad sino un trastorno de la función respiratoria que puede ser causado por diversos estados que, directa o indirectamente, afectan los pulmones aun cuando en algunas oportunidades éstos pueden ser normales.
Es la incapacidad del organismo para mantener los niveles arteriales de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) adecuados para las demandas del metabolismo celular. Es un mal intercambio gaseoso entre el aire que ventila y la sangre que circula por los pulmones.
Fisiopatología
En el orden fisiopatológico, se presentará por uno o varios de los siguientes mecanismos:
- Hipoventilación: se encuentra en enfermedades que afectan los centros respiratorios del cerebro; en la depresión del sistema nervioso central por agentes anestésicos, sedantes, etc.; en los transtornos neuromusculares que alteran la función de los músculos de la respiración; en las lesiones de la caja torácica y en las enfermedades graves del parénquima pulmonar y de las vías aéreas.
- Disociación ventilación-perfusión: la discordancia entre la ventilación y la perfusión por encima de lo normal es la causa más común de hipoxia arterial observada en la práctica médica.
- Shunt de derecha a izquierda: afectación respiratoria como causa básica. Es una anomalía máxima de ventilación-perfusión, en la cual hay perfusión pero no hay ventilación.
- Alteraciones de la difusión: los dos componentes que afectan fundamentalmente la difusión en pulmones sanos y enfermos son: el área y espesor de la membrana alveolocapilar y el volumen de sangre capilar pulmonar.
- Respiración de gas con baja PO2
Síntomas
Los valores disminuidos de oxígeno causan un mal funcionamiento cardíaco y cerebral, provocando una alteración de la consciencia y de la frecuencia cardíaca (arritmias) con riesgo de muerte. Si la insuficiencia respiratoria se desarrolla lentamente, la presión en los vasos sanguíneos de los pulmones aumenta, ocasionando una alteración denominada hipertensión pulmonar. Sin un tratamiento adecuado, ésta daña los vasos sanguíneos, dificultando la transferencia de oxígeno a la sangre y, al forzar el corazón, causa insuficiencia cardíaca. El déficit de oxígeno provoca que la persona tenga las siguientes señales de alarma:
- Sensación de que se está ahogando.
- La piel y las mucosas adquieren una tonalidad azulada signo de que a los tejidos les llega poco oxígeno.
- Aumento del número de pulsaciones por minuto.
- Hipertensión arterial.
- Aumento del número de glóbulos rojos para compensar el déficit de oxígeno.
- Confusión
- Convulsiones