José Rafael Varona Berríos
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José Rafael "Fefel" Varona Berríos. Joven estudiante puertorriqueño muerto en Viet Nam en 1968 por la aviación yanqui cuando representaba a la Organización Continental Latinoamericana y caribeña de Estudiantes (OCLAE) y a la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI).
Sumario
Biografía
José Rafael Varona Berríos nació en Puerto Rico el 6 de septiembre de 1946. Se inicio en la lucha política cuando estudiaba en la escuela secundaria “Juan José Osuna” en San Juan, donde fundo junto a varios compañeros de estudios un capitulo de la Federación estudiantil Pro Independencia (FEPI), fundada en 1962, es una organización que trabajaba por la integración de los estudiantes de escuelas secundarias a la lucha por la independencia de Puerto Rico y por el desarrollo del movimiento estudiantil de ese nivel.
Desde muy joven se despertó en el una gran inquietud por la situación política de su país, sometido por una despiadada dominación y explotación por parte del imperialismo norteamericano. Fefel, como se le conocía cariñosamente, sentía gran admiración por los héroes del nacionalismo puertorriqueño.
El ejemplo y los firmes ideales antiimperialistas del gran líder Don Pedro Albizu Campos y el ejemplo de los presos nacionalistas puertorriqueños la abnegada dedicación y sacrificios de esos patriotas por lograr la independencia de Puerto Rico ejercieron en el una gran influencia a la hora de tomar la decisión de entregarse por completo a la lucha de su pueblo.
En 1964 ingreso a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, integrándose de inmediato a las filas de la FUPI. Fue uno de los dirigentes estudiantiles más destacados durante las intensas luchas que estremecieron la universidad durante los anos sesenta, por la reforma y democratización de la enseñanza, por el rescate y defensa de los derechos estudiantiles y en contra de la presencia en las universidades del Cuerpo de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva (ROTC), institución del ejercito de Estados Unidos dedicada al reclutamiento y entrenamiento de estudiantes universitarios para que luego sirvan como oficiales en las filas de ese ejercito imperialista. Fue elegido por dos años representante estudiantil de su facultad en el consejo de estudiantes. Entre otras responsabilidades que ocupo en la FUPI podemos mencionar su labor como redactor del Periódico Patria, vocero informativo de la organización, y como secretario de relaciones internacionales.
Vida política.
Del 29 de julio al 11 de agosto de 1966 tuvo a lugar en La Habana, Cuba, el IV Congreso Latinoamericano de estudiantes (IV OCLAE) al cual asistió Fefel como delegado de la FUPI. Fundada la OCLAE en ese evento y elegido su primer secretariado permanente, Varona se integra inmediatamente a ese cuerpo, representando a su organización. El 8 de marzo de 1967 partió desde La Habana integrando una delegación de la OCLAE, con los objetivos de participar en la reunión del comité ejecutivo de la Unión Internacional de Estudiantes(UIE), a celebrarse en Praga, y el IX Congreso de esa misma organización a celebrase en Ulan Bator, Mongolia; y terminando dicho congreso, partir hacia Hanoi a cumplimentar una invitación de la Unión Nacional de Estudiantes de Vietnam(UNEV), momentos en que ese país era blanco de criminales e intensos bombardeos por parte de la aviación yanqui. La delegación cumplió las primera dos etapas de su viaje normalmente.
Llegaron a Hanoi el 10 de abril donde fueron recibidos por el presidente de la UNEV y otros dirigentes de esa organización, entre ellos, Nguyen An Hao, quien se les uniría como guía y traductor. An Hao había estudiado en Cuba y se mostraba muy interesado en conocer la problemática latinoamericana, sentía un gran cariño hacia la Revolución Cubana.
Estancia por Viet Nam.
Allí también los recibieron los muchachos vietnamitas con flores en sus manos para sus hermanos latinoamericanos. El delegado puertorriqueño por su parte, sentía una gran admiración y simpatía hacia la lucha de los estudiantes, la juventud y el pueblo del país que en esos momentos visitaba.
En las numerosas manifestaciones realizadas en Puerto Rico, donde se combinaba la campana contra el Servicio Militar Obligatorio (SMO) en las filas del ejército yanqui para la juventud puertorriqueña, Fefel siempre dijo presente. Y finalmente aceptó lleno de entusiasmo la encomienda que le hiciera el secretariado de la OCLAE (que por decisión del IV CLAE trabajaba también como Comité Permanente de Solidaridad con Viet Nam) para que le llevara a la juventud y los estudiantes vietnamitas el saludo sincero y el mensaje solidario de los estudiantes latinoamericanos y del Caribe. Durante su estancia en aquel país la delegación visitó escuelas, universidades, centros de producciones industriales y agrícolas y tuvieron encuentros de producción fraternales con los estudiantes y los jóvenes en las Brigadas de Choque en las Fuerzas Armadas, en las fábricas y en el campo.
En la Facultad de Farmacia de la Universidad de Hanoi tuvo lugar un acto solemne de bienvenida, hubo una visita a la Misión Permanente del Frente Nacional de Liberación de Viet Nam del Sur y tuvo por último el honor de entrevistarse con el Primer Ministro de la República Democrática de Viet Nam (hoy República Socialista de Viet Nam), Pham Dong.
El 18 de abril mientras se dirigía a visitar una escuela preuniversitaria en la provincia de Tahn Hoa, a unos 30 kilómetros de la misma, fueron objeto de un salvaje ataque aéreo. La delegación fue perseguida y atacada reiteradamente por dos aviones yanquis, fue un ataque criminal pues no había en los alrededores objetivo militar alguno, solo una pequeña aldea a unos 50 metros con no más de una docena de casas.
Como resultado de la agresión, murió en el acto el dirigente de la UNEV, Nguyen An Hao; un dominicano integrante de la delegación resultó con un brazo mutilado y Varona con una profunda y sangrante herida en la cabeza. Poco tiempo después el delegado dominicano relataba lo siguiente sobre aquel difícil momento que vivió. Íbamos a visitar esa mañana un preuniversitario, y una delegación de ese centro formada por dos compañeros, llego a donde nos encontrábamos para acompañarnos en el viaje. Salimos aproximadamente a las nueve de la mañana en un jeep. Bastante alegres, los compañeros insistían en que le cantáramos, y en el trayecto cantamos y le recitamos poemas que el eficiente compañero Nguyen An Hao traducía simultáneamente.
Circunstancia de su muerte.
Había transcurrido treinta minutos aproximadamente. Transitábamos durante todo ese tiempo a través de una zona bastante clara cunado sentimos el ruido de motores, enseguida nos percatamos de que se trataban de aviones muy veloces, el ruido se acercaba en forma increíblemente rápida. El chofer paró en seco el vehículo. Nos desmontamos los nueve que viajábamos en el jeep; es decir, los tres estudiantes vietnamitas que fueron a recibirnos, nuestra delegación latinoamericana, el compañero An Hao, un dirigente de la juventud de la provincia de Than Hao y el compañero chofer.
Al salir del carro vimos que en ese momento dos aviones del tipo Phantom cruzaba por sobre nuestras cabezas. Por instinto todos echamos a correr hacia la banda derecha, hacia un arrozal poco crecido y completamente encharcado; íbamos corriendo y veíamos que los aviones empezaron a girar; el ataque era inevitable. Los aviones venían en picada a gran velocidad, solo se distinguía un punto central y dos líneas plegadas y un ruido que nos hacía recordar las películas de guerra que habíamos visto cuando éramos muchachos.
Solo vi cuatro destellos que se habían despegado de las alas de un avión. No podía precisar con exactitud de que se trataba El puertorriqueño y yo caímos juntos y juntos fuimos bañados por el fango y la hierba que nos cubría la cabeza con el primer impacto, que había caído muy cerca levantado verdaderamente columnas de fango rellenos de metralla. Inmediatamente otro de los aviones disparó una ráfaga de muerte, picando también a 15 o 20 metros de donde nos encontrábamos.
Empezamos avanzar arrastrándonos por sobre el fango. Lo que sentía y lo que pensaba era indescriptible. (Cuando uno ve la muerte tan cerca y además sube la indignación porque se ve atacado a mansalva, sin nada con que defenderse, sin haber objetivos militares ni cercanos ni lejanos ni siquiera unidades de milicias que tal vez no le hubieran permitido el lujo de volar en rasante como lo hicieron a sabiendas de que atacaban a un grupo de civiles. A mi mente acudieron los sucesos del Puente Duarte, en 1965, cuando la aviación de Wessin ametralló en forma indiscriminada la cuidad de Santo Domingo).
Seguíamos avanzando con dificultad por sobre el fango, viendo como los aviones se colocaban de nuevo en posición de ataque. Sentíamos otra descarga y de inmediato otra más “la última”. Al levantar la cabeza vi mi brazo y no sabia realmente si era mi brazo derecho u otra cosa. Solamente veía carne desgarrada y un hueso salido como lanza; fango y hierva que abandonaba sus colores de origen para enrojarse por la sangre que corría libremente en todas direcciones.
Al incorporarme sentí un fuerte dolor, y mas fuerte que mi dolor fue la impresión de ver boca arriba, ojos volteados, con un hoyo manando sangre al lado derecho de la cabeza, a José Varona, compañero en el precipitado viaje a rastras por el arrozal; mi primer pensamiento fue que FUPI estaba muerto. A su lado yacía el compañero An Hao, en idéntica posición, mirando al cielo en medio de un charco de sangre. Su cuerpo se tornaba cadáver ante mis ojos. No había en el, el más mínimo aliento de vida.
Así sobre el suelo de Viet Nam en lucha, la sangre de estudiantes latinoamericanos derramada por las acciones criminales de los imperialistas se mezcló con la de sus amigos vietnamitas. Desde el mismo momento de la agresión se dedicaron para la atención de Fefel Varona todos los recursos disponibles en el mismo lugar de los hechos.
A las pocas horas de haber ocurrido sido conducido a un hospital en la provincia de Than Hoa, se envió desde Hanoi el equipo y personal científico que constantemente lo atendería con posterioridad hasta su arribo a Moscú. La primera operación permitió limpiar la gravísima herida causada en la parte superior de la cabeza por la metralla yanqui y controlar la hemorragia.
Los alrededores del hospital- pese a estar evacuada la cuidad de Than Hoa- eran bombardeados, lo que obligo a trasladar al herido hacia una pequeña aldea de las proximidades, donde se le practicarían la segunda y tercera operaciones. La cuarta operación fue la más importante y culminaba con éxito.
A las cuatro horas de estarse desarrollando, comenzó un ataque de la aviación norteamericana a la aldea, quedando interrumpida la operación cuando el personal médico fue lanzado al suelo por la onda expansiva de una de las bombas. Al tiempo de terminarse la operación sobrevino un nuevo ataque, circunstancia que obligo a conducir al herido a una trinchera abierta en una zanja, donde a modo de refugio, contaba con una capa de tierra como protección.
Allí permanecerían durante seis días, periodo de tiempo durante el cual los médicos y enfermeras abanicaban a Fefel y le aplicaban compresas de agua para refrescar su cuerpo con temperaturas altísimas.
Trasladado finalmente a Hanoi, se confirmó que la infección de la herida se había generalizado a todo el cerebro, como consecuencia de la permanencia en la trinchera, decidiéndose entonces que fuera trasladado con urgencia fuera del país, donde no existiesen los riesgos que también correría en Hanoi. La atención vietnamita a Varona había sido esmerada, pese a los escollos interpuestos por la situación de guerra que afrontaba el país.
El 25 de mayo del mismo año llego a Moscú, procedente de Hanoi, un avión conduciendo al estudiante puertorriqueño gravemente herido. A bordo del mismo se encontraba el doctor Xuong, notable medico vietnamita, jefe del departamento de neurocirugía del Hospital Universitario de Hanoi; un cirujano auxiliar, un anestesista y una enfermera, con el equipo necesario para el caso de que hubiese sido preciso operar durante la travesía aérea.
Destacados especialistas soviéticos se hicieron cargo desde ese momento del camarada Fefel, logrando mantener despierto en el un débil hálito de vida a pesar que la herida cubría la cuarta parte de la cabeza. Durante los once meses y seis días transcurridos entre la agresión y el momento en que expiro permaneció inconsciente. Nunca sabremos que buscaban sus ojos inquietos con tanta ansiedad por las paredes de la habitación del hospital, ni que pretendía decir cuando sus labios se crispaban como si fuera a hablar.
El compañero dominicano que fue a verle le pidió que le apretara su mano si lo reconocía, sintió la presión cálida de la mano de Fefel. Poco antes de morir le llegó en Puerto Rico una irónica carta donde se le exigía presentarse para ser enrolado en las filas de las fuerzas armadas de estados Unidos, las mismas fuerzas imperialistas que segaron su vida joven. El 24 de marzo de 1968 falleció Varona en Moscú a los 21 años de edad.
Legado de sus actividades políticas.
Decenas de declaraciones se emitieron en distintas partes del mundo condenando aquel crimen especialmente en Viet Nam, la Unión Soviética, Cuba y Puerto Rico. Al conocerse en La habana la noticia el secretariado permanente de la OCLAE, emitió inmediatamente una declaración que en una de sus partes señalaba:
Ahora la juventud universitaria latinoamericana tiene un nuevo nombre a sumar a la larga lista de sus héroes y mártires, y el imperialismo yanqui un nuevo crimen que agregar, a la sarta interminable de sus atrocidades. Con la muerte de Varona, la juventud latinoamericana aporta su cuota de sangre a la gran batalla que el heroico pueblo vietnamita libra, día a día, contra el agresor norteamericano y sus títeres.
La sangre de la juventud de este continente se une así, sobre el mismo suelo, a los inmortales combatientes de ese país del sudeste asiático, simbolizando la profunda unidad de nuestros pueblos en la causa de la liberación de la humanidad del yugo opresor del imperialismo.
En la misma declaración se hizo un llamado a las organizaciones estudiantiles miembros de la OCLAE y a toda su juventud universitaria de Nuestra América y del mundo a rendir tributo de recordación al inolvidable compañero José Varona, mártir genuino del estudiantado latinoamericano caído en el cumplimiento de su deber internacionalista así como el compañero Nguyen An Aho.
La declaración del Secretariado de la OCLAE terminaba señalando que el mejor homenaje que podemos rendir es incrementar el gran combate emprendido contra el imperialismo, mostrando nuestra solidaridad con el heroico pueblo vietnamita, mediante la lucha revolucionaria, que conduzcan al imperialismo a su destrucción final. Años mas tarde por acuerdo unánime del Sexto Congreso Latinoamericano de Estudiantes (VI CLAE), celebrado del 15 al 17 de marzo de 1979 en La Habana, Cuba, el conjunto del movimiento estudiantil de América Latina y el Caribe instituyó la Orden José Rafael Varona, máximo galardón que otorga la OCLAE a personalidades y organizaciones en reconocimiento a sus relevantes meritos en la lucha general de los pueblos contra el imperialismo y sus secuelas de dominación y opresión, y por su plena liberación e independencia nacionales.
La Orden ha sido conferida, hasta el momento, al presidente de los consejos de estado y ministros de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro; a Romesch Chandra, presidente del Consejo Mundial de la Paz; al general Líber Seregni, máximo dirigente del Frente Amplio de Uruguay; al destacado patriota Nelson Mandela; a los independentistas puertorriqueños Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Oscar Collazo, Irving Flores y Andrés Figueroa Cordero; y con carácter póstumo al general Omar Torrijos de Panamá, y a Carlos Fonseca Amador, fundador del FSLN y comandante en Jefe de la Revolución Popular Sandinista.
Recientemente se les otorgó la Orden a los 5 patriotas cubanos encarcelados en los EEUU. Estos son Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando Gonzáles, Rene Gonzáles. También a la Unión de Juventudes Comunistas (UJC), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y a la Universidad de La Habana, Cuba.
Fuentes
- Revista OCLAE No 4-5-1980 Monday. Dec 06, 2004 at 4:51 pm. P.O. Box 5249, Mayaguez, PR 00681