Josefa Ricardo Muñoz
|
Josefa Ricardo Muñoz. Mujer mambisa. Colaboradora del Ejército Libertador cubano. Participó en la guerra, junto con su esposo y sus hijos.
Información personal
Contrae matrimonio con el miembro del Ejército Libertador Luis González Almaguer. Por las difíciles condiciones en las que vivían, Luis se lleva a la familia de La Concepción pasando por Guayacán y salen a Guairajal, y de ahí a la laguna de San Francisco y luego para Banes, para protegerla de la persecución española. Allí se alimentaban de guineos, cangrejos, frutas y otros tomados de la naturaleza.
Actividad revolucionaria
Luis regresa a Cacocum incorporándose al Ejército Libertador, donde trabaja en un predio en el barrio de La Grúa de Peralta para abastecer las tropas mambisas. En este lugar levantan los ranchos. Después de tener alimentos busca a la familia y se establecen en el lugar, todos participan en el cultivo de la tierra y la atención a los hijos. Un día que estaban velando a un tío, llegó la guerrilla española, traída por un delator cubano, y con la misma vela le prendieron fuego a la casa, algunos los cogieron presos y otros lograron irse al monte.
El padre de Josefa y un hermano, que estaban abriendo la sepultura los mataron y los sepultaron en la misma fosa que estaban abriendo. A ella se la llevaron con los niños que estaban enfermos de tosferina, los conducían maltratándolos, dándoles golpes para que avanzaran, ella se les enfrentó y les dijo que los mataran.
Un sargento español le dijo que se fuera quedando atrás para que se fugara, que nadie sabía que ellos iban presos. Así ella lo hizo, cuando los voluntarios cubanos se percataron de su ausencia volvieron atrás a buscarla, pero ya se había escondido en el monte, ante la fuerte tos de los niños, ella tuvo que rasgarse su vestido e introducirle los paños en la boca para evitar ser descubierta y caer de nuevo presa.
Durante la guerra muere uno de los hijos como consecuencia de las necesidades y el hambre propias de la guerra, le quedaron vivos José, Rita, Estelba, Luisa y Ana. Regresaron al predio, varios meses tuvieron que luchar para proteger y cumplir la misión encomendada, esconderse en los montes hasta el fin de la guerra. Al licenciarse Luis vuelven a la finca de La Concepción a trabajar. Educaron a sus hijos en los ideales por los que habían luchado, fue ejemplo de mujer combatiente y madre.
Fuente
- Entrevista a su nieto Américo González.