Juan del Prado Malleza Portocarrero y Luna
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Juan de Prado Malleza Portocarrero y Luna. Marqués del Real Transporte. Militar español. Capitán General de Cuba en 1761-1762. Su mandato se destacó por su incompetencia y falta de energía en la defensa de La Habana contra la invasión inglesa.
Antecedentes
Nació en 1716 en León, España, hijo de un noble leonés. En su juventud se incorporó al ejército, donde se destacó, por lo que obtuvo el grado militar de mariscal de campo. Alcanzó a su vez el título de Marqués del Real Transporte.
En 1760 Francisco Antonio Cagigal de la Vega fue relevado de su cargo de Capitán General de Cuba cuando éste año se trasladó a Nueva España, hoy México, para sustituir al virrey Agustín de Ahumada, marqués de las Amarillas, recién fallecido. A Cagigal lo sustituyó interinamente Pedro Alonso, y ya el 13 de mayo de ese mismo año Carlos III había designado a Juan de Prado Portocarrero como gobernador y capitán general de la Isla, advirtiéndole que preparara La Habana para la defensa, pues era de esperar un conflicto con Inglaterra.
Gobernador de Cuba
Prado Portocarrero dejó pasar casi 9 meses antes de ocupar su cargo el 7 de febrero de 1761, en cuyo período tuvo que mantenerse como Gobernador interino Pedro Alonso. Es de suponer que no estaba muy apurado en venir para la Isla, pues esa fue una época en que se temía ya el ataque directo de los ingleses que ansiaban tomar a Cuba.
Ya en 1841 había ocurrido una invasión inglesa a Guantánamo, donde incluso establecieron en una zona cercana a esa ciudad una colonia militar llamada Cumberland, que después fracasó con la pérdida de más de dos mil vidas a causa de enfermedades tropicales. Continuaron, sin embargo sus amenazas y ataques de corsarios y piratas de esa nacionalidad. Ya los ingleses estaban establecidos en Norteamérica, se habían apoderado de Jamaica, y a costa de Francia se habían hecho dueños de parte de Canadá, y de otras islas del Caribe como Martinica y Guadalupe.
Por ello surgió el llamado Pacto de Familia, una alianza entre Francia y España, que fue la causa de que Inglaterra rompiera las hostilidades contra España en 1761.
Prado Portocarrero vino acompañado de los hermanos ingenieros militares franceses Francisco y Baltasar Ricaud para iniciar las obras de fortificación de "La Cabaña", con vistas a la bahía, y hacer mejoras en el Castillo del Morro. Sin embargo, el gobernador no estuvo muy apurado en ello, y además se mismo año, la ciudad fue golpeada por una epidemia de fiebre amarilla (conocida en esa época como vómito negro) que causó numerosas víctimas entre la población urbana. La fuerza de trabajo estaba tan diezmada que el trabajo de las fortificaciones se postergó, y solo se encargaron de estudiar los planos de las obras.
A lo largo de ese año, y durante la primera mitad de 1762, Prado recibió abundante información de que su plaza estaba a punto de ser atacada por una considerable fuerza británica, pero tampoco desplegó la actividad necesaria para cumplir la misión que su rey le había encomendado, ni para organizar la cooperación con las fuerzas navales francesas estacionadas en el Cabo Haitiano, a pesar de que su jefe, el almirante Courbon de Blenac, le envió un oficial de enlace para hacerlo.
La defensa de la ciudad estaba a cargo del Regimiento de Infantería de La Habana mandado por el Coronel Alejandro Arroyo y compuesto por cuatro batallones de seis compañías con una fuerza total de 856 soldados, sin contar oficiales y los destacamentos destinados en diferentes puntos de Cuba y La Florida. A ello se le sumaba el Cuerpo de Dragones de La Habana que estaba repartido por diferentes destinos estando en La Habana una fuerza de cuatro compañías compuestas por 54 soldados a caballo y 21 a pie.
Para aumentar las fuerzas combativas Juan del Prado emitió órdenes inmediatas para que las villas y colonias de la región le enviaran refuerzos, dichas ordenes fueron respondidas eficazmente antes de mediados del año 1761 cuando se incorporaron a la guarnición trece compañías de los regimientos de Aragón y de España, el de Aragón estaba al mando del Teniente Coronel Panés Moreno, estando formado por nueve compañías con 636 soldados sin contar oficiales; el segundo batallón del Regimiento de infantería España al mando del Teniente Coronel Feliú formado por nueve compañías con 645 soldados sin contar oficiales; además de un destacamento de 200 dragones de Edimburgo, sin contar oficiales, que sólo llevaron sillas por haber en el país facilidad para montarlos.
Por su parte la situación de la artillería era bastante precaria. Se consideraba que para una buena defensa de la ciudad eran necesarios 595 cañones, disponiéndose solo de 340 de los cuales únicamente 107 estaba totalmente operativos. A estos se sumaban 69 que envió el Virrey de Nueva España y 171 artilleros divididos en dos compañías.
En esas circunstancias el 6 de junio de 1762, un enorme ejército inglés, en una flota comandada por George Pocock y con George Keppel como comandante en jefe de la invasión, entró en Cuba y comenzó a asediar La Habana. Los ingleses desembarcaron unos 8 000 hombres bien armados, contra los cuales poco podían hacer las exiguas tropas españolas y milicias criollas.
Juan de Prado tomó el mando de la defensa, pero cometió numerosos errores, entre ellos el descuidar la protección de los accesos a las alturas de La Cabaña, en cuyos lugares no se tomaron medidas para la comunicación entre los soldados españoles y las milicias con el resultado de que se tirotearon entre ellos, por lo cual de Prado mandó a destruir las baterías. También hizo hundir tres navíos a la entrada de la bahía, que eran los mejores de la escuadra española en el puerto, en vez de utilizar su artillería para enfrentar lo flota inglesa.
Los verdaderos héroes fueron el capitán español Luis de Velasco en la defensa del Morro y después en acciones terrestres, así como el jefe de milicias José Antonio Gómez (Pepe Antonio), al mando de un grupo de criollos. El sitio y los combates duraron poco más de dos meses, pues la ciudad fue tomada finalmente el 13 de agosto. Véase: Toma de La Habana por los ingleses.
Últimos años
Juan de Prado y las tropas españolas que sobrevivieron fueron trasladados a España en un convoy español de 28 navíos que partió del puerto de La Habana el 28 de agosto llegando a Cádiz a finales de octubre y principios de noviembre.
A su llegada, el gobierno de Madrid le llevó a ser juzgado por un tribunal militar. Fue declarado culpable por incompetencia y falta de energía en la defensa de La Habana, y fue condenado a muerte, pero la sentencia fue conmutada por diez años de prisión.
Muerte
Murió en 1770 en una prisión de Vitigudino, en la provincia de Salamanca, Castilla y León.
Fuentes
- Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
- Jacobo de la Pezuela. Historia de la isla de Cuba. Carlos Bailly-Baillière. Madrid, 1868.