Lavandina

Lavandina
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Concepto:Es un agente germicida clave en el control de infecciones.

Origen

Inventada en el siglo XVIII por el francés Claude Louis Berthollet, la lejía tomó su nombre en francés de un pueblo a día de hoy desaparecido llamado Javel, situado en París. En un principio, la lejía se desarrolló para facilitar el blanqueo de la ropa.

Definición

Es hipoclorito de sodio que se disuelve en una solución acuosa. Por sus características, es una sustancia adecuada para eliminar bacterias y otros microorganismos, por lo cual suele aprovecharse para limpiar la cocina y el baño.

Otras Definiciones

En países como Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Bolivia, la idea de lavandina se emplea para aludir al producto que, en otras regiones, se conoce como lejía. Se trata de una mezcla de agua y sales alcalinas que se utiliza como blanqueador y desinfectante.

Más allá de estas cuestiones, la lavandina es muy útil por su amplio espectro de acción contra los microbios. Al limpiar correctamente con lavandina, se garantiza la desinfección de la superficie y, por lo tanto, se minimiza el riesgo de contraer diferentes enfermedades.

Las personas que usan lavandina para limpiar cada rincón de la casa por miedo a contraer ciertas enfermedades pueden resultar víctimas de una intoxicación a causa de no quitar todo resto de este producto tan tóxico luego de la limpieza o, peor aún, poner en riesgo a los niños y animales de la casa por esta misma razón. Tan sólo inhalarla representa un peligro.

La lavandina en gel es un producto muy recomendado como reemplazo de la tradicional, ya que no salpica y elimina un mayor número de gérmenes a causa de no deslizarse rápidamente.

Para obtener la lavandina, se utiliza gas de cloro líquido para producir el activo del hipoclorito de sodio (NaClO). El gas de cloro es producto de la electrólisis de agua salada. El gas de cloro forma burbujas mediante una solución de soda cáustica que produce una solución de cloro líquido para uso doméstico. La reacción se lleva a cabo en un contenedor cerrado y sellado para que no queden rastros de cloro libre en el producto final.

Acerca de

Historia de los blanqueadores

El proceso de blanqueo se conoce desde hace miles de años, y la forma más temprana concernió a la difusión de tejidos y telas sobre un campo de blanqueo sometidos a la acción del sol y el agua. Los blanqueadores modernos resultaron del trabajo de científicos del siglo XVIII, entre ellos el químico sueco Carl Wilhelm Scheele —que descubrió el cloro— y los franceses Claude Louis Berthollet (1748–1822) —que reconoció que el cloro podía usarse para blanquear telas y que hizo el primer hipoclorito de sodio (Eau de Javel, o agua de Javel)— y Antoine Germain Labarraque —que descubrió la capacidad de desinfección de los hipocloritos—. El químico e industrial escocés Charles Tennant produjo por primera vez una solución de hipoclorito de calcio, luego hipoclorito de calcio sólido (blanqueador en polvo).

Louis Jacques Thénard produjo por primera vez peróxido de hidrógeno en 1818 por reacción del peróxido de bario con ácido nítrico. El peróxido de hidrógeno se utilizó por primera vez para el blanqueo en 1882, pero no llegó a ser comercialmente importante hasta después de 1930. El perborato de sodio fue lanzado a principios del siglo XX, pero no se hizo popular en América del Norte hasta la década de 1980. Ha sido sustituido por productos industriales, tales como el hidróxido de sodio, el carbonato de sodio y el bicarbonato de sodio. La lejía (también conocida como lavandina) es el nombre dado a diferentes sustancias que, en disolución acuosa, son un fuerte oxidante y que suelen utilizarse como desinfectante (eficaz contra hongos y bacterias), como decolorantes y en general como solventes de materias orgánicas. El elemento cloro es la base de los blanqueadores más utilizados, por ejemplo, la solución de hipoclorito de sodio, que en disolución acuosa solo es estable en pH básico. Al acidular en presencia de cloruro libera cloro elemental, que en condiciones normales se combina para formar el gas dicloro, que es sumamente tóxico.

Ventajas de la lejía: •amplio espectro bactericida •bajo coste económico

Desventajas: •corrosivo para algunos metales •inestable (pierde efectividad con el tiempo), se ve afectado por factores como luz y calor •se inactiva por sustancias orgánicas •en contacto con amoníaco formará cloramina, un gas muy tóxico

Existen 3 tipos de lejía que usamos a diario: diluida, concentrada y de uso alimentario (apta desinfección de agua de bebida). La lejía diluida y concentrada se diferencia en la cantidad de cloro activo que tienen concentrada. La diluida es la que llamamos lejía amarilla de toda la vida.

Para obtener la lavandina, se utiliza gas de cloro líquido para producir el activo del hipoclorito de sodio (NaClO). El gas de cloro es producto de la electrólisis de agua salada. El gas de cloro forma burbujas mediante una solución de soda cáustica que produce una solución de cloro líquido para uso doméstico.

Fuentes