Meditación
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La meditación, vista de un modo general, es la posibilidad que tiene una persona cualquiera de ser testigo directo de la realidad externa o interna, es decir, sin que intermedien los pensamientos y las conductas aprendidas. Por consecuencia, se dice del que medita que se encuentra relajado y con la atención puesta en el aquí y el ahora a diferencia de la persona que se halla entregada a sus pensamientos y emociones.
Sumario
Introducción
En la mayoría de las religiones se pueden encontrar conceptos y prácticas muy variadas relacionadas con la búsqueda de paz, armonía, consciencia y autorrealización. Por poner unos pocos ejemplos: en el cristianismo se estudian las enseñanzas de Jesús y se recita la oración, en el taoísmo se busca la longevidad en plenitud y se practica el chi kung, y en el sufismo se aprecian los poemas de Rumi y los Derviches giradores danzan al compás de la flauta y los tambores.
Son especiales los casos de las religiones budistas y de las disciplinas del yoga pues en ellas la meditación ocupa el lugar más privilegiado y se utiliza como fuente de sabiduría para recrear su cosmovisión. Es por esta razón que son las culturas que más han desarrollado esta práctica.
Sin embargo, esto no significa que la meditación sea una experiencia religiosa, ni que su variedad de formas implique diferencias importantes en su esencia.
Descripción
La meditación comienza por el cuerpo y termina en la mente. Primero es necesario relajarse en una posición que sea cómoda y que a la vez nos mantenga despiertos y alertas. Las tensiones en el cuerpo son resultado de conflictos inconscientes; identificar las zonas tensas y relajarlas progresivamente es un modo muy efectivo de calmar la mente.
Se tiene más posibilidades de sentirse relajados y alerta cuando uno se concentra en algo que gusta, como por ejemplo:
- Escuchar música
- Observar los pájaros en el jardín
- Practicar yoga
- Practicar cualquier ejercicio con conciencia
- Ducharse
- Hacer un ramo floral
- Estar acostado escuchando los ruidos de la calle y de la casa
- Estar sentado escuchando el viento y la lluvia
- Estar sentado notando cómo el cuerpo se expande y se contrae al respirar. Esto es, meditar con la respiración.
Para qué meditar
Para alcanzar un estado personal en el que el cuerpo esté relajado, la mente tranquila y vivir las sensaciones del momento. Concentrar la mente es el secreto. La meditación es mucho más que una técnica de relajación; también sirve para aclarar la mente y mantenerse alerta. Se vuelven más sensibles hacia los sentimientos y los detalles del mundo que nos rodea. Si se medita unos minutos cada día, los resultados pueden ser profundos y tener larga duración.
A medida que las personas se sienten más relajadas y conscientes, cada uno de los aspectos de la vida se puede beneficiar.
Instrucciones básicas
Mantener la mente alerta, relajándose concentrándose en algo. Esto ayuda a mantenerse despierto e impide pensamientos que distraigan a la persona.
- Relajar el cuerpo.
- Elegir algo para concentrarse y explorar.
- Si la mente se distrae, traerla nuevamente a la concentración.
- Dejar de lado todo lo demás.
Diferentes prácticas y sus efectos
Hay miles de diferentes meditaciones, pero las instrucciones para casi todas ellas son similares: relajarse, concentrarse en un objeto o actividad y dejar de lado todo lo demás. La diferencia principal entre las distintas meditaciones es el objeto sobre el que se decide concentrarse.
Las meditaciones más ampliamente usadas son:
- Respiración y conciencia corporal.
- Mantra y afirmaciones.
- Visualización.
- Objetos sensoriales (naturaleza, música, vela, sonido, etc.).
Posturas para meditar
Para meditar se puede utilizar cualquier postura (sentados, de pie, caminando o acostados) o situación intermedia. Cada postura tiene un efecto mental diferente y no hay una postura concreta que sea «la mejor». Lo que importa no es la postura sino lo que hacemos en ella.
Su postura debe permitirle respirar con facilidad (nada de hombros caídos) y mantenerse despierto y alerta.
Ondas cerebrales alfa y beta
Las ondas cerebrales representan la actividad eléctrica producida por el cerebro. Estas ondas pueden ser detectadas mediante el electroencefalógrafo y se clasifican en:
- ondas delta (1 a 3,9 hercios o ciclos por segundo), sueño profundo
- ondas theta (4 a 7,4 Hz), soñar
- ondas alpha o ritmo mu (7,5 a 12,9 Hz), relajación con los ojos cerrados, pero todavía despierto. Estas ondas se enlentecen al quedarse dormido y se aceleran al abrir los ojos, al moverse o incluso al pensar en la intención de moverse.
- ondas beta (13 a 29 Hz), vigilia normal, concentración activa, pensamiento ocupado, activo o ansioso
- ondas gamma bajas]] (30 a 69 Hz).
- ondas gamma altas (70 a 150 Hz).
En el estado mental activo, las ondas eléctricas del cerebro son más rápidas (14 a 30 ciclos por segundo). Esas ondas se llaman «beta».
En la relajación profunda, las ondas eléctricas del cerebro son más lentas «alfa» a este estado, dado que las ondas cerebrales alfa (entre 7 y 13 ciclos por segundo) son dominantes cuando nos relajamos.
Reconocimiento de estados mentales más profundos
La meditación extiende las fronteras de la conciencia. Se comienza a familiarizarse con los alrededores de la conciencia, particularmente con los estados más cercanos al sueño. Esta progresión tiene una descripción clásica:
- Ser consciente estando despierto.
- Ser consciente estando relajado.
- Ser consciente en estado de sueño.
- Ser consciente en un estado sin sueños.
Fuentes
- http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0864-21251998000200012&script=sci_arttext
- Tolle, Eckhart. El poder del ahora.
- Calle, Ramiro. Las zonas oscuras de tu mente.