Mohicanos (etnia)

Mohicanos
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Muhhekunneuw (gente del río). El término mohicano proviene del nombre aplicado al clan Lobo, que en su lengua se llamaba manhigan y en inglés se pronunció mahican, lo que dio origen al vocablo mohicano en español.

Leyenda

La leyenda cuenta que “un gran pueblo llegó del Norte y el Oeste y cruzaron las aguas hasta donde la tierra casi se tocaba” No sabemos muy bien a qué lugar se refiere este relato, aunque algunos historiadores apuntan al Estrecho de Bering, como el lugar donde la tierra casi se tocaba. Lo que si sabemos es que los Mohicanos llegaron del Norte para instalarse en tierras más fértiles de la costa, cerca de un río que más tarde se llamó Delaware, en la región de Albany (Nueva York). Llamaron a este río “Mahicannituck” y a ellos se les empezó a conocer como “Muh-he-con-neok” (Pueblo de las aguas que nunca están quietas), término que acabó adaptándose al inglés como “Mohicans”. Cuenta la tradición mohicana que sus ancestros llegaron del mar , muy lejos en el noroeste, en busca de una tierra similar a la que dejaron atrás, cruzada por ríos y cubierta por bosques frondosos. Tras una larga marcha hacia el este. Con el tiempo se dividieron en varios grupos, con lenguas diferentes. El más viejo de todos era conocido por el nombre de “Muh-he-con-ne-ok” –y con el tiempo, Mohicano-, asentado junto a un río que llamaban “Muh-he-kun-ne-tuk” (más tarde Río Hudson). Siglos antes de la llegada de los europeos, los mohicanos ya estaban organizados políticamente como una confederación que se extendía desde Scoharie Creek al oeste, el lago Champlain al norte (territorio en permante conflicto entre ingleses y franceses durante el siglo XVIII), los territorios de los actuales estados de Vermon y New Hampshir, y hasta la Isla de Manhattan, al sur.

Familias

Llegaron a formar una poderosa confederación de clanes, entre los que estaban los propios Mohicanos, los Westenhuck, los Wawayachtonoc, los Mechkentowoon, y los Wiekagjoc. Dentro de los Mohicanos había tres grandes familias, los “Muchquauh” (Oso), “Toonpaooh” (Tortuga) y “Mechchaooh”(Lobo). Un Consejo de sus líderes gobernaba los poblados. Sin embargo en tiempos de guerra el Consejo pasaba toda su autoridad al Jefe de Guerra que era elegido por sus capacidades.

No llegaron sin embargo a formar parte de la gran Confederación de Iroquois, la más poderosa unión de clanes, dominada por los Mohawk. También conocida como Liga de las Seis Naciones, estaba integrada por los propios Mohawk, los Oneida, Onondaga, Cayuga, Seneca y los Tuscarora. Pero sí llegaron a tener representación en el Gran Consejo, a través del Jefe Mohicano Etow Oh Koam, del clan “Toonpaooh” (Tortuga).

Actividades económicas

Su vida no era muy distinta a la del resto de tribus americanas pre-coloniales. Vivían fundamentalmente de la caza y de la pesca y eran habilidosos guerreros. Al finalizar la época de caza, los hombres regresaban a casa a celebrar los rituales del “Sacrificio del Oso” y el “Sacrificio del Ciervo”, lo que se convertía en una gran fiesta. Su modo de vida estaba ligado a los bosques en los que vivían, en los que proliferaban robles, arces, abedules, olmos y, especialmente, abetos rojos.

La pesca era muy abundante y no faltaba la caza de osos negros, ciervos, alces, nutrias, castores, visones, linces y pavos. Eran frecuentes los poblados cercanos a las márgenes de los ríos, facilitando así el abastecimiento de agua, el transporte y el comercio. Las mujeres se encargaban de las pequeñas plantaciones y de la recolección de frutos, especialmente savia de arce con la que confecionar un jarabe muy dulce. Mientras, los hombres utilizaban sus canoas para la pesca de arenques y salmones, usando tanto arpones como redes. La carne de caza completaba una rica dieta y permitía un excedente que aliviaba los rigores del duro invierno. A tal fin, tras desecar frutos, carne y pescado, se almacenaban en bolsas,. junto al tabaco, en agujeros no muy profundos, abiertos en el suelo de las casas, cubiertos con hierba, tierra o madera.

Durante los meses de invierno, el tiempo se aprovechaba en la confección de mantas, utensilios de caza, guerra u hogar, desarrollando, también una alfarería decorada con vistosos dibujos. Si la reserva de alimentos bajaba en demasía, los hombres salían de caza, desplazándose sobre la nieve, provistos de raquetas.

Viendas

Las viviendas (“wigwams”), en general de gran tamaño (a veces de hasta cien pies), eran rectangulares, con tejados inclinados, cubiertos con corteza de olmo. Casas que albergaban a varias familias del mismo clan y, aunque no tenían ventanas, cada cierta distancia, una obertura en el techo servía para la salida del humo del hogar de cada núcleo familiar.

Curiosidades

Con la llegada de las Misiones, se crearon las primeras escuelas y poco a poco los jóvenes Mohicanos fueron adoptando las costumbre europeas. Paralelamente los monarcas europeos reclaman las tierras para sí, expulsando o comprando a precios irrisorios los territorios, permitiendo a los nativos permanecer en ellos a cambio de servidumbre o de alistarse en la guerrilla. Fue en 1826 cuando el escritor James Fenimore Cooper publicó su novela llamada “El Último Mohicano”. Un gran éxito entonces y con la que se dio a conocer la historia de este pueblo. Cooper relata en su libro el periodo de la “Guerra de los Siete Años”, desde 1756 hasta 1763, cuando ya el pueblo Mohicano había prácticamente desaparecido. Ya en el siglo XX su historia fue llevada al cine en numerosas ocasiones. Probablemente la más famosa fue la adaptación de Michael Mann, con Daniel Day-Lewis y Madeleine Stowe como protagonistas.

Fuentes