Principado de Sealand
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El Principado de Sealand es el «país» más pequeño en el mundo. Esta plataforma solitaria en medio del mar del Norte se autoproclamó principado en 1967.
Información
La fortaleza nació en el año 1942 durante la Segunda Guerra Mundial. Ese año Reino Unido construyó el HM Fort Roughs como parte de las Fortalezas Marinas Maunsell, pequeñas fortificaciones para la defensa de la nación. En el caso de Fort Roughs para controlar e informar de la posible colocación de minas nazis en aguas británicas.
Sealand proclamó como territorio soberano propio la plataforma marina británica Roughs Tower, Michael Bates es ahora el príncipe de este país que cuenta con aproximadamente entre 20 y 30 ciudadanos que viven fuera del territorio. De ellos solo 3 o 4 habitan la torre.
Esta micronación está a 7 millas náuticas de la costa de Inglaterra, en una plataforma hecha de hormigón y metal de 550 metros cuadrados, hoy tiene 22 habitantes, bandera, himno, moneda y selección de fútbol.
Su principal fuente de ingresos es la venta de títulos nobilarios a través de internet. Para ser declarado Lord o Lady hay que pagar 50 dólares y para «conde» o «condesa», 335 dólares.
A pesar de que el Estado no cuenta con el reconocimiento internacional, Sealand se ha convertido en una atracción para los aventureros y periodistas, ya que no necesitan la ayuda de nadie para sobrevivir. Producen su propia agua potable, consiguen parte de sus alimentos a través de la pesca e importan los bienes que no están en condiciones de fabricar.
Micronación
Cuando se habla de micronación que no es más una entidad constituida como un nuevo proyecto de país que sostiene ser una nación o estado independiente, aunque carece del reconocimiento de gobiernos u organismos internacionales y solo existe en Internet y en la mente de su propio creador. En cualquier caso Sealand es el mejor ejemplo para explicar el significado de la palabra. Es, después de Ciudad del Vaticano, la micronación más famosa y extravagante del planeta Tierra.
Historia
Durante la guerra, el espacio fue el hogar de entre 150 y 300 personas e incluía en su superficie equipos de radares, armamento de defensa y víveres. Tras la guerra, en 1956, la Royal Navy abandona Fort Roughs, y aquí comienza una nueva historia para este pedazo de tierra artificial en alta mar.
La estructura sobre la que está construida es técnicamente un gran barco hundido debido a la forma en la que se desplegó, como una superestructura de dos torres de hormigón huecas cubiertas con una cubierta en la que a su vez se podrían añadir otras estructuras. Las torres gemelas fueron divididas en siete plantas cada una de manera que proporcionaron restaurantes y alojamientos para dormir junto a áreas de almacenamiento para los generadores y las municiones en la guerra.
Cuando esta terminó la Royal Navy no le vio más posibilidades y comenzaron a abandonarla. En 1956 la isla se queda sin personal. Unos años más tarde, el 2 de septiembre de 1967, el el pequeño fuerte vuelve a la vida gracia de un nuevo inquilino Roy Bates. se trataba de un grupo de hippies que se establecieron allí para emitir en pirata un programa de rock. Al cabo de unos meses, en septiembre de ese año, una radio pirata desconocida comienza a rivalizar con los habitantes del fuerte.
Bates fue operador de la radio pirata Radio City en otra de las Fortalezas Marinas Maunsell, la llamada Knock John. Ocurre que esta estaba ubicada más cerca de la costa británica (en el radio de 4,5 km), por lo que constituía legalmente aguas territoriales británicas. El Gobierno británico había detectado su frecuencia y Bates acabó siendo multado por transmitir ilegalmente.
El hombre, junto a su hijo Michael, llegaron al enclave y la emprendieron a golpes con los cuatro hippies, quienes huyeron en busca de otro “paraíso”. Bates e hijo se hicieron con el fuerte y se une la mujer del primero, Joan. El día de la “conquista”, ese 2 de septiembre de 1967, Bates llama al espacio Sealand. Semanas más tarde y tras consultarlo con un abogado, Bates lo declara nuevo estado soberano e independiente y se declara «príncipe» de Sealand.
Un año después la legitimidad de este estado autodeclarado se puso a prueba. Michael Bates, el hijo de Roy, disparó un tiro de advertencia a un buque de la Armada Británica que se encontraba en las inmediaciones de Sealand. Roy y Michael fueron detenidos y el caso acabó en los tribunales, espacio donde el juez dictaminó que Sealand estaba fuera de la jurisdicción británica y por lo tanto no podría existir fallo contra los Bates por sus acciones. Las autoridades decidieron no apelar la decisión, posiblemente porque no querían dar lugar a un precedente indeseable con la resolución del mismo.
En los años siguientes los Bates vivieron con relativa calma hasta la aparición de un grupo de desconocidos que querían utilizar la plataforma para sus propios fines. Se trataba de un grupo de contrabandistas que insistieron en darle parte de los beneficios. Roy no aceptó y expulsó a los hombres de Sealand argumentando que él no quería dañar al Reino Unido.