Proclo
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Proclo. Llamado "El sucesor" o "Diádoco", principal figura de la escuela ateniense del neoplatonismo. Nació en Constantinopla, murió en Atenas.[1]
Síntesis biográfica
Nace el 8 de febrero de 410 en Constantinopla. Cursó estudios en Alejandría, Egipto, con el filósofo griego Olympiodorus y más tarde ingresó en la Academia de Atenas, de la que fue director, o diadochus (sucesor de Platón, fundador de la Academia en el 387 a.C.).
Bajo la influencia del filósofo Jámblico, la escuela ateniense se caracterizó por una compleja especulación metafísica y su creencia en el paganismo y la magia. Sistematizó esta tradición. A pesar de su oposición al cristianismo, contribuyó a la teología cristiana medieval occidental y oriental a través de su influencia sobre el teólogo del siglo VI conocido como pseudo-Dionisio.
Al igual que el principal filósofo neoplatónico del siglo III, Plotino, Proclo difundió la existencia de una última e indescriptible realidad, lo Uno, de la cual las realidades inferiores, incluidas las humanidad y el universo material, se producen por un proceso de emanación. De acuerdo con esta línea de reflexión, el cometido de la filosofía es trascender las limitaciones de los sentidos humanos y el intelecto y así indicar el camino hacia una unión mística del individuo con lo Uno.
Esta teología negativa es, en esencia, una interpretación religiosa del pensamiento de Platón. Además de los comentarios sobre la obra de Platón, sus trabajos más destacados son Elementos de Teología y Teología platónica.
Muerte
Fallece el 17 de abril de 485 en Atenas.
Concepciones
A Proclo pertenece la idea dialéctica de los tres momentos (Tríada, Hegel). Por sus esfuerzos para incluir el contenido de la antigua mitología grecorromana en un esquema filosófico único, Proclo aparece en la historia de la filosofía como el sistematizador del paganismo, como un escolástico del helenismo. Partiendo de la idea de Platón de que lo único se revela en lo múltiple, y lo múltiple tiende a la unidad, Proclo establecía tres grados en el desarrollo de todo lo existente: permanencia, tendencia hacia adelante, tendencia inversa. El desarrollo, según Proclo, no es fruto de la división o transformación, sino que se produce como consecuencia de la plenitud de fuerzas, gracias a lo cual una cosa crea otra sin que la primera se modifique.
Obras principales
- "Elementos de Teología"
- "Sobre la teología platónica"
Referencias
Fuentes
- Rosental M. y P. Iudin. Diccionario Filosófico. Ediciones Universo, Argentina, 1973, p. 376.
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