Radamanto
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Radamantis. En la mitología griega era un hijo de Zeus y Europa y hermano de Sarpedón y Minos, rey de Creta.
Mitología griega
Radamantis. (en griego Ραδαμανθυς) era un hijo de Zeus y Europa y hermano de Sarpedón y Minos, rey de Creta. Fue criado por Asterión. Tuvo dos hijos, Gortis y Eritro. También se le conoce como Radamanthys o Radamanto.
Radamantis gobernó Creta antes que Minos, y dotó a la isla de un excelente código de leyes, que los espartanos se creía habían copiado.
Expulsado de Creta por su hermano Minos, que estaba celoso de su popularidad, huyó a Beocia, donde se casó con Alcmena. Homero lo representa morando en los Campos Elíseos.
De acuerdo con leyendas posteriores, a causa de su inflexible integridad fue uno de los jueces de los muertos en el Hades, junto con Éaco y Minos. Se suponía que juzgaba las almas de los orientales, mientras Éaco hacía lo propio con los occidentales, teniendo Minos el voto decisivo.
Es creencia popular que Dante hizo a Radamantis uno de los jueces de los condenados en la parte del Infierno de La Divina Comedia. En realidad, no existe una sola parte en la La divina comedia que hable de Radamantis, o Radamanto. Dante solo coloca como Juez a Minos, omitiendo por completo a Éaco y Radamantis.
Sin embargo, Virgilio en la Eneida, en el libro VI, hará una breve descripción de las funciones de Radamantis como Juez de las sombras: "El cretense Radamanto ejerce aquí un imperio durísimo. Indaga y castiga los fraudes y obliga a los hombres a confesar las culpas cometidas y que vanamente se complacían en guardar secretas, fiando su expiación al tardío momento de la muerte. Al punto de pronunciada la sentencia, la vengadora Tisífone, armada de un látigo, azota e insulta a los culpados, y presentándoles con la mano izquierda sus fieras serpientes, llama a la turba cruel de sus hermanas", las Furias. Radamanthys es, sin duda, uno de los personajes con más peso dentro de la Saga de Hades. Nos lo presentan rápidamente, como un guerrero de alto rango, encargado de guiar a los espectros enviados al Santuario. Pese a que e nunca entra a las tierras de Atena, está muy al pendiente, y el fue el que envió a los espectros. Al desconfiar un poco de los santos dorados resucitados, decide enviar a más de sus tropas, desobedeciendo directamente a Hades, que odia ver morir a sus guerreros. Esto le causa grandes problemas, siendo castigado directamente por Pandora con su arpa, pero le perdonan la vida, ya que al final no resultó todo tan mal, Atenea estaba muerta (recordemos que se suicida).
Radamanthys se mide directamente con los santos de oro, tanto los resucitados como los que no. Primero elimina sin ninguna dificultad a Mascara de la Muerte y a Afrodita, arrojándolos al pozo, directo al mundo de los muertos. Más tarde se mediría contra 3 santos dorados: Mu, Milo y Aioria. Estos estaban en total desventaja ya que, mientras el Kioto gozaba de todo su increíble poder, ellos estaban disminuidos, porque en el castillo de Hades, los guerreros de Atena pierden casi todo su poder, quedando a 1/10 del mismo para darles una cifra.
Gracias a esa ventaja, y por el hecho de que su poder es enorme, humilla a los santos de oro, eliminandolos con su poderoso ataque "Greatest Caution", soportando el "Relámpago de Voltaje" de Aioria, la "Aguja Escarlata" de Milo y el poderoso "Starlight Revolution" de Mu.
Más tarde se mediría con los caballeros de bronce cuando estos llegan al castillo, ya con sus armaduras restauradas y con el gran deseo de salvar a su diosa. Pero por más energía que pusieron, no eran rival para el poderoso Kioto, que hizo con ellos lo que quiso.
Su batalla mas significativa se daría con Kannon, vistiendo este la Armadura de Géminis. Esta lucha se extiende mucho tiempo (en el que no se sabe quien ganara) dándose la conclusión cuando Géminis es privado de su armadura cuando esta es llamada junto a las otras 11 doradas para dar "inicio" al sacrificio de todos los dorados. Radamanthys ve eso como un suicidio: sin la armadura de oro no tendría chance contra su Greatest Caution. Enseguida ejecuta su ataque, que hiere por todas partes al ahora moribundo Kannon, que toma una determinación suicida: toma a Radamanthys por la espalda y sube con el a toda velocidad para morir juntos. El Kioto le advierte que si hace eso morirán ambos, pero a Kannon no le interesa y termina automáticamente con la vida de ambos al explotar con la "Explosión de Galaxias"... Ese sería el fin del Kioto con más participación de los tres.
Su personalidad
Cabe decir que en cuanto a su personalidad, es bastante interesante, ya que es un general orgulloso que no desea aceptar órdenes de Pandora por lo que toma riendas el del asunto sin preocuparse por el castigo, además es un guerrero frío, que pelea sin ningún tipo de preocupación hacia nadie, sin sentimentalismos como es bien reflejado en la siguiente frase de la escena inédita de la ova 12 de Hades: "He aquí lo que pasa cuando uno se deja invadir por los sentimientos... Pensaba que te divertirías un poco... Pero te voy a decir lo que me garantiza la victoria... La fuerza y guardar la sangre fría... Si quieres ganar, eso es lo unico que necesitas..."
Mitología de Pluton
Por ser el más joven de los tres, le tocó el reino de los infiernos en el reparto que hicieron los reyes hijos de Saturno: Júpiter, Neptuno y Plutón. Se llaman infiernos a las moradas subterráneas a donde van los difuntos después de la muerte. Los keres, seres malignos servidores de Plutón, son los encargados de dar a los hombres el golpe mortal y luego conducir sus almas volando hasta la morada de Hades. Allí estas almas han de ser juzgadas y recibir la pena por sus crímenes, o bien la recompensa por sus actos virtuosos. A la puerta del reinado hay siempre en vela un perro con tres cabezas llamado Cancerbero, para impedir que los vivos entren o que las almas salgan. Este vasto imperio subterráneo está rodeado por dos ríos: el Aqueronte y el Estigio (Estigia). Caronte es el barquero de este mundo infernal y está dedicado a transportar las almas de los muertos de una orilla a otra del Aqueronte.
Se le representa como un viejo muy feo y de larga barba gris, que exige que se le pague por cada viaje un óbolo como mínimo y tres como máximo. Los familiares colocan las monedas en la boca del pasajero antes de enterrarlo. Caronte rechaza a los que no pueden pagar el óbolo. A los demás, los sienta en la barca, los lleva a la orilla opuesta y los entrega a Mercurio, quien los pone ante el terrible tribunal. Caronte es un verdugo al servicio del Infierno. Tres jueces forman parte del mencionado tribunal, administrando justicia en nombre de Plutón y en su presencia; estos son Minos (antiguo rey de Creta), Eaco (Rey de Egina) y Radamanto (hermano de Minos), los tres de una gran integridad; pero Minos, el más sabio, es el más poderoso del trío y lleva en su mano un cetro de oro. Una vez hecha pública la sentencia, los buenos son llevados a los Campos Elíseos y los malos son arrojados al Tártaro. Los Campos Elíseos son de un verdor maravilloso y praderas llenas de flores. El Sol brilla y los pájaros cantan con una dulce melodía, ríos, tierras fecundas, cosechas abundantes, son otras de sus delicias.
En este lugar no hay dolor, enfermedad ni vejez, ni para el cuerpo ni para el alma, como tampoco existen pasiones ni envidias humanas. El Tártaro, recompensa de los maliciosos, es una prisión fortificada rodeada de un río de fuego llamado Flaguetón. En él hay tres barqueros que son las tres Furias: Alecto, Meguera y Tisífone. Con una mano empuñan una antorcha candente y con la otra un látigo ensangrentado, con el cual flagelan sin cesar a los malvados que merecen duros castigos. En el Tártaro se hallan varios personajes destacados por su maldad. Aquí moran los violentos, los traicioneros, los infieles, los avaros, los belicosos, etc. Todos expían sus faltas y, a la vez, quieren volver a gozar de la luz del día y de una vida apacible. Cerca del Tártaro viven los Remordimientos, la Miseria, las Enfermedades, la Guerra, la Muerte, las Arpías, etc. Este es, en definitiva, el reino de Plutón quien, ya cansado de su largo celibato, decidió un día recurrir a la violencia para conseguir una esposa. Todas las diosas huían de Plutón por su horroroso reino, su fealdad física como hombre y su rudeza.
Proserpina o Perséfone, hija de Ceres, vivía en Sicilia en una juventud pacífica e inocente. En una ocasión en que recogía flores del campo con unas amigas, Plutón la raptó a pesar de su negativa a acompañarle. Plutón salió corriendo en su carro de caballos negros, abrió la tierra con su cetro mágico y penetró en su reino. Cuando Ceres se enteró de esto, acudió a Júpiter indignada para pedirle justicia. Zeus le dijo que Proserpina le podía ser devuelta si no había comido nada desde que entró en los infiernos; la ley era que el que ingería algo allí ya no podría salir más. Entonces, Hades obligó a Proserpina a que comiera un grano de granada para hacer imposible su regreso a la superficie de la tierra.
A pesar de todo y, después de muchos ruegos, Ceres consiguió que su hija morase seis meses al año en los infiernos y seis en la tierra. Se suele representar a Plutón con rostro pálido, cejas espesas, ojos rojizos y mirada amenazadora. En su mano derecha tiene un cetro de dos puntas y, en su siniestra (izquierda), una llave representando entre otras cosas la imposibilidad de escapar de los infiernos o, quizás, la llave de los tesoros internos del yo. Posee una obscura corona de ébano y algunas veces cubre su cabeza con un casco que le hace ser invisible. Hay una segunda vertiente más benéfica de Plutón, en la que se le describe usando el cuerno de la abundancia, lo cual puede simbolizar que, cuando la persona realiza una labor de autoperfeccionamiento individual, las riquezas materiales le vienen por añadidura. En este caso, Plutón es el símbolo de la vida y de la muerte (transformación) de las manifestaciones de la naturaleza.