Ramón Font Jiménez

Ramón Font Jiménez
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Destacado poeta santaclareño
NombreRamón Font Jiménez
Nacimiento24 de abril de 1885
Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento1950
Santa Clara, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
Otros nombresEl poeta de las Emociones Fuertes
CiudadaníaCubana
OcupaciónPoeta, abogado y notario
Obras destacadasPreludios, Neurosismos, Insomnios, Póstumos

Ramón Font Jiménez, poeta, abogado, notario


Biografia

Nació en Matanzas, el 24 de abril de 1885, al quedar viuda la madre, se trasladó con su familia a casa de sus padres, en Santa Clara, donde cursó sus estudios elementales y secundarios. Una anécdota ocurrida, en ocasión del último examen de sus estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara, tuvo que dar su opinión particular sobre la Enmienda Platt en contra de los “vende patria” que permitieron esa intromisión de los Estados Unidos y como resultado de tan deshonestas manifestaciones, no sólo quedó desaprobado, sino propuesto para ser expulsado del Instituto. Gracias a su tío, el Ingeniero Juan Bautista Jimémez, le permitieron hacer un examen extraordinario, en el que no se le preguntaba nada sobre el asunto, por lo que pudo matricularse en la Universidad.

Publicaciones

Poco después de recibir su título de abogado de la Universidad de La Habana, en 1906, publicó en la Imprenta “Cuba y América” su libro “Preludios”, ensayos poéticos, que mereció el aplauso de Regino Boti (1878-1958) y de José Manuel Poveda (1888-1926). El primero que lo señaló como uno de los más destacados renovadores de la lírica cubana en la provincia villareña, en su ensayo “Notas acerca de José Manuel Poveda, su tiempo y su vida”, publicado en la revista “Lauros”, de Guantánamo; el segundo saludó con elogios la aparición de aquel poemario en un artículo que insertó en el periódico santiaguero Heraldo Nacionalista.

Desde muy joven Font reflejó la frustración de la república mediatizada y mostró su inconformidad y rebeldía denunciando la corrupción de la sociedad, preocupado por la patria y la humanidad. Ramón Font vivió en su juventud y adultez en plena república neocolonial, que nacía ya encadenada con el pesadísimo lastre de la Enmienda Platt. Este apéndice a la Constitución de 1901 significaba, según la expresión del General Wood “que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia… y lo único indicado ahora es buscar la anexión”. Así surgió nuestra república, una república que nació enferma: los asesinos se presentaban como protectores de la integridad individual y social, los ladrones del Tesoro Público, como honestos funcionarios; los corruptos como virtuosos; los vende patria, como defensores del interés nacional; los negociantes usureros, como benefactores públicos; los politiqueros, como cívicos magistrados y administradores…

También la cultura de la época se reflejaba eminentemente burguesa: una cultura que excluía a negros y mestizos, donde los blancos ricos sólo tenían derecho a la educación y al disfrute de muchas instituciones culturales como tertulias, liceos, sociedades de recreo, clubes deportivos, etc. Colaboró en las principales publicaciones nacionales y locales de la época, tales como: “El estudiante”, “el Halma”, “Ibis”, fundador de la Revista “Luz”, donde colaboraron los más destacados representantes de aquel movimiento, “Liceo de Villa Clara”, “El Fígaro”, “Cuba y América”, “Alma joven”, etc. En 1912, ya casado el poeta con Lutgarda Ortega Martínez, se traslada al poblado de Rodas, dejando de escribir para dedicarse a la familia y al ejercicio de su profesión en un Bufete como abogado y notario, manteniendo una actitud honesta que lo privó de beneficios económicos, manteniéndose siempre al lado de los humildes.

Por su carácter aparentemente arisco y un poco colérico o el mismo ahuyentaba a sus presuntos clientes al negarse a intervenir en negocios que no veía perfectamente claros, lo cierto es que nunca logró, a pesar de su idoneidad profesional, mantener su hogar sin carencias. Su situación económica saltaba a la vista del menos sagaz. Una anécdota que cuenta el poeta Florentino Morales, que en aquel tiempo radicaba en el pueblo de Abreus, hasta allá llegaba el eco de las geniales y pintorescas ocurrencias del poeta Font, y decidieron un domingo por la mañana a principios del año 30 viajar a Rodas a conocer al Dr. Font.

Estando en la casa del mismo, durante el almuerzo tuvo él una de esas salidas habituales que revelaban su cruda realidad y su carencia absoluta de orgullo y vanidad. Al ver el flamante mantel blanco que cubría la mesa, sin poder contener, preguntó a su esposa: - ¿A quién le pediste prestado el mantel? Ella le respondió, herida en su amor propio de ama de casa responsable y consciente de sus deberes: - A nadie, Ramoncito: es de nosotros, lo tenía guardado para usarlos en casos como este. - No, Lutgardita; el único mantel que tenemos está lleno de huecos. No debiste hacerlo.

Cuando yo invito a alguien a almorzar, es porque sé que no se fijarán en esas pequeñeces que tanto le preocupan a ustedes las mujeres. Esto no lo hagas más. A su esposa “le subía un color y el otro le bajaba”, lo mismo que a nosotros. El reinició la conversación como si no hubiera pasado nada. En la década del 20 al 40 fue promotor de la cultura en Rodas. En 1926 volvió a escribir algunos poemas, dentro de ellos está “Abjuración”, donde expone su dolor de alejarse para siempre de la poesía. Presidió tertulias literarias, orientado a los poetas más jóvenes, para quienes escribió un “Breviario métrico” con todas las verdades métricas musicalmente conocidas, así como elementos de la técnica interior del verso. Actualmente el Taller Literario de esa localidad lleva su nombre. En 1943, regresó a Santa Clara con su familia, estaba jubilado y enfermo. Allí recibió visitas de poetas y escritores tales como: Emilio Ballagas, Raúl Ferrer, el cuentista Onelio Jorge Cardoso, el declamador Severo Bernal, quien contaba con una biblioteca particular, etc. Escribió más de 200 composiciones, hizo una selección de 150, denominadas “Ensayos poéticos de Ramón Font Jiménez”, precedida de un proemio, en 1931. Dejó su obra dividida en cuatro libros: “Preludios”, publicada, “Neurosismos”, “Insomnios” y “Póstumos”, inéditas. Por problemas económicos e injusticias propias de aquella época vivió y aumentó su pesimismo y lo dejó al silencio. Poco antes de su muerte manifestó su deseo de que se la publicaran.

Muerte

Fallece en 1950, siete años después de haber regresado a Santa Clara.

Fuente

Vadia Estévez Chaviano Ananay Bernal Pérez Alé Mauri, Carlos. Dimensiones regionales de la Literatura Cubana / Carlos Alé Mauri. Santa Clara: Ediciones Capiro, 1995. Feijoo, Samuel. “Ramón: Microantología. Revista Signos. Julio –dic, 1983. –p.190. Font Ortega, Eloísa. Recordar a un poeta / Eloísa Font Ortega, Santa Clara. 1991. Inédita. García Garófalo Mesa, Manuel. Los poetas villaclareños / Manuel García Garófalo Mesa. La Habana: Imp. J. Arroyo, 1927. Morales, Florentino. El poeta modernista Ramon Font Jiménez. Revista Signos, julio-dic., 1983. –p.178. Pascual, José Antonio. Peñas y tertulias / José Antonio Pascual. La Habana: Editorial Ágora, 1964.