Ramón Martí Alsina
Martí Alsina | |
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Datos personales | |
Nombre completo | Ramón Martí Alsina |
Nacimiento | 10 de agosto de 1826 Barcelona, España |
Fallecimiento | 1894 Barcelona, España |
Nacionalidad | español |
Ocupación | Pintor |
Datos artísticos | |
Área | Pintura |
Movimiento | Realismo |
Ramón Martí Alsina. Pintor español. Considerado como maestro del realismo, su obra fue fundamental para la evolución de la pintura española de la segunda mitad del siglo XIX. Se formó en la Escuela de la Lonja de Barcelona, de la que fue profesor de dibujo. Rechazó, siguiendo sus ideas liberales, el cargo de pintor de cámara de Isabel II. Su actividad se centró en Barcelona, donde obtuvo con rapidez un gran prestigio; no obstante, su vida bohemia casi le condujo a la marginación. El conjunto más destacado de su obra está compuesto por sus paisajes rurales o urbanos y por sus marinas. Ejerció gran influencia en la obra del pintor y dibujante español José Luis Pellicer.
Síntesis biográfica
Su familia era ajena a la práctica del arte, de hecho su padre era funcionario del Ayuntamiento de su ciudad natal. Sus estudios artísticos se remontan a 1840, cuando se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de La Llotja.
Trayectoria
Finalizados sus estudios realizó un primer viaje a Francia (1848), que le puso en contacto con el realismo courbetiano que por entonces desafiaba la hegemonía romántica. Desde 1852 ocupó la plaza de profesor de geometría en la escuela de la Llotja de Barcelona y desde 1854 la de profesor de dibujo de figura. Al año siguiente realizó un nuevo viaje a París con motivo de la Exposición Universal celebrada ese año, viaje que tuvo gran influencia en el posterior desarrollo de su obra, ya que durante el mismo visitó la exposición "Realismo" (1855). En 1858 expuso por primera vez en una exposición nacional convocada en Madrid, sin recibir ninguna mención honorífica, dos años después consiguió una medalla. En 1859, la Academia de Bellas Artes de San Jorge lo nombró académico.
Vida política
Hombre de fuertes convicciones políticas, practicante de un socialismo tan próximo a las tendencias realistas de las que bebe su arte, Martí Alsina sufrió los avatares de la política en su vida académica. Por ello, tras negarse a jurar la Constitución en 1869, dimitió de su cátedra en la Escuela, a la que no regresó hasta la instauración de la Primera República en el año 1873. Pendiente siempre de la escena pictórica francesa, viajó a París por tercera vez en 1879, donde asimiló las novedades más vanguardistas de la que en ese momento era la ciudad más influyente en las artes.
Obra
No fue Martí Alsina un pintor de género, en su fértil producción se encontran desde retratos hasta marinas con sabor romántico, desde bodegones que enlazan con la tradición barroca española del siglo XVII hasta cuadros de historia más propios de la escena decimonónica, además de escenas populares desarrolladas en el ambiente urbano barcelonés y paisajes, su producción más característica.
Sus primeros paisajes tienen la influencia de la visión romántica naturalista imperante en el primer cuarto del siglo XIX. Algunas de sus obras más relevantes de este periodo, Ruinas de un castillo (1858, Palacio Real, Aranjuez) o Ruinas de la Iglesia del Santo Sepulcro (1862, Museo de Arte Moderno, Barcelona), muestran su preferencia por la búsqueda de atmósferas nítidas y el empleo de un empaste denso, atento a la captura de los efectos lumínicos.
Como en algunas de sus marinas, también sus paisajes mantienen ecos del paisaje romántico, al representar una naturaleza agreste y salvaje. Frente a esta visión típicamente romántica, Martí Alsina realizó otra serie de paisajes más serenos, en los que la visión naturalista del artista atempera los ecos románticos; Jardín de San Gervasio (1875, Museo de Arte Moderno, Barcelona) o El jardín de la "torra" (1878, colección particular, Barcelona), son ejemplos significativos.
Entre sus cuadros de temática histórica, Último día de Maguncia (1858) fue presentando a la Muestra Nacional de ese año sin merecer para el jurado distinción alguna, aunque éste subrayó al autor como un:
Sus escenas históricas más conocidas son las que ilustraron episodios de la defensa de Cataluña durante la Guerra de la Independencia. El sitio de Gerona (1865) o El Somatén del Bruch (1866), ambas en el Museo de Arte Moderno de Barcelona, son buenos ejemplos.
Entre su producción de retratos, destacan su serie de Autorretratos, el retrato de Ramón Tusquets (1862, Museo del Monasterio de Montserrat) y el de El pintor Francesc Torrescassana (1858, Museo del Prado, Madrid).