Richard Sorge

Richard Sorge
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NombreRichard Sorge Kobeleva
Nacimiento4 de octubre de 1895
ciudad de Bakú,
Azerbaiyán,
Imperio ruso Bandera del Imperio Ruso
Fallecimiento7 de noviembre de 1944 (49 años) 
ciudad de Tokio,
Imperio japonés Bandera de Japón
Causa de la muerteAhorcado por los japoneses
NacionalidadAlemana
EducaciónSuperior
Alma materUniversidad de Hamburgo
OcupaciónPeriodista
Conocido porRamsay
Partido políticoPartido Nacional Socialista
CónyugeEkaterina
PadresWilhelm Sorge y Nina Kobeleva

Richard Sorge. Héroe de la Unión Soviética; para muchos el mejor espía de la Segunda Guerra Mundial. Nació en CAF, una ciudad al Sur del Cáucaso el 4 de octubre de 1895 y murió en Tokio, 7 de noviembre de 1944, de nacionalidad alemana, fue un espía soviético cuyo sobrenombre fue Ramsay.

Síntesis biográfica

Nació en Bakú, Azerbaiyán. Sus padres fueron Nina Kobeleva y el ingeniero alemán Wilhelm Sorge, quien estaba al servicio de una compañía alemana que realizaba obras en los campos petrolíferos de Bakú. Cuando tenía dos años la familia viajó a Alemania y allí se instaló en el barrio residencial de Lankwitz en Berlín.

Desde niño se destacó como un alumno brillante, y al terminar el bachillerato fue aceptado en la Universidad de Hamburgo. Obtuvo su doctorado en Ciencias Políticas en 1919. Por influencia materna Richard se mantuvo muy ligado a la patria de su mamá y tenía una marcada influencia de la revolución rusa y por tanto una acentuada tendencia hacia la izquierda. Su admiración por la Unión Soviética lo hizo pasar de ser un teórico admirador, a un militante activista en el Partido Comunista de Alemania, desde 1925.

En 1926, el Doctor Sorge, estuvo en la Unión Soviética como miembro del Partido y fue entonces cuando fue reclutado como agente, actividad a la que dedicó todas sus habilidades, que no eran pocas. Se casó con una bailarina rusa llamada Yekaterina y Nina en el entorno familiar. Un ejemplo de ello, es que él no fue enviado a China, sino que él mismo decidió hacerlo a finales de los años veinte.

En China aprendió el idioma y la cultura oriental, todo lo cual le causó mucha satisfacción y hasta llegó a admirar al pueblo chino. Sorge era una persona muy inteligente, pero descuidado en su apariencia, maloliente, bebedor y fumador empedernido, mujeriego y jugador, un maestro en el disimulo, pero con tal dominio sobre sí mismo que aún estando embriagado jamás pudieron sacarle ninguna confesión o siquiera caer en una infidencia.

Relación con Eugen Ott

Regresó a Alemania con la idea preconcebida de obtener un cargo como corresponsal en algún periódico al que le interesara sus servicios en Oriente. En ese momento, ingresó a las filas del Nacional Socialismo. Su relación con los servicios secretos rusos continuaba en todo su vigor y él reportaba detalladamente todos sus movimientos. En Berlín conoció al teniente coronel Eugen Ott, quien entonces era agregado militar de Alemania en Tokio y con el que inició una estrecha amistad.

El 30 de julio de 1933 comunicó a sus jefes en Moscú que no podía aseverar que había cumplido con todos sus propósitos, pero que había decidido ir a Japón como corresponsal del Frankfurter Zeitung. Coincidentemente, el teniente coronel Ott ascendió a General y se convirtió en el Embajador de Alemania en Tokio. Ambos, Ott y Sorge, estrecharon aún más su amistad.

Segunda Guerra Mundial

Su mayor participación a favor de la Unión Soviética fue el mantener informado de los movimientos del ejército japonés y de sus posible actividades en la frontera chino-soviética. El 12 de mayo de 1941 Sorge le informó a Moscú sobre el inminente ataque alemán con 170 divisiones que se realizaría el 20 de junio. En realidad la Operación Barbarossa ocurrió el 22. El 14 de septiembre de 1941, Sorge le informa a Moscú que el gobierno japonés ha decidido no entrar en guerra con la Unión Soviética, aunque sí, que seguirán manteniendo las tropas de ocupación en Manchuria. Pero que, sin embargo, Japón podría comenzar operaciones en Rusia si los alemanes conquistaban Moscú.

Un par de semanas después, hacia fines de septiembre, reiteraba que Japón no atacaría a la Unión Soviética y por medio de un colaborador, confirmó que las tropas japonesas en Manchuria no hacían movimientos que pudieran indicar un posible ataque a la Unión Soviética, más bien informó que había evidencias de que se retiraban de la frontera soviética. Luego, el 15 de octubre reconfirmaba, que Japón no atacaría a la Unión Soviética, sino que más bien, estaban planeando un ataque contra los Estados Unidos e Inglaterra.

Informes

El lugar donde Sorge escribía los informes para las tres potencias, era el restaurante Alt-Heidelberg, de estilo alemán, de muy dudosa reputación, con japonesas vestidas a la usanza alemana, con las faldas cortas y los bustos muy elevados. Era un centro de reunión de personas, en especial extranjeros de mal vivir, donde realizaban turbios negocios. En resumen el tipo de local que los japoneses detestaban, aún más, que el que les permitía su natural desprecio por todo lo extranjero.

Sorge, con sus notas, se dirigía a un bosque donde encendía un cigarrillo. Si alguien en la obscuridad hacía lo propio, a cierta distancia, era la señal de que todo estaba en orden. Sorge y el acompañante se dirigían a un barco anclado en la bahía. Entregaba sus notas y abandonaba el barco luego de concertar una nueva cita.

Un día cualquiera, Sorge le entregaba al embajador alemán su informe periódico, en una de las recepciones diplomáticas tal cual era su costumbre. Mientras el general Ott se retiraba a su despacho para redactar su propio informe, basado en los datos proporcionados por Sorge, éste se dedicaba a las damas de sociedad japonesas y luego se retiraba discretamente con una periodista sueca, a quien le entregaba un paquete de fotografías. Luego hábilmente ingresaba a la oficina del secretario, donde cámara en mano fotografiaba los informes secretos de los movimientos navales alemanes. Luego, Sorge se retiraba con la sueca, quien luego se convertiría en su amante.

Lo que fotografió Richard Sorge, fueron las claves de la Kriegsmarine, las cuales descifró en la noche gracias a su habilidad e inteligencia, sumados a su increíble olfato detectivesco. Esa misma clave no había sido descifrada por los japoneses luego de meses de arduo trabajo por especialistas.

Detención

Tres días después, Sorge fue detenido, pero ya sus informes se encontraban en Moscú. Ante esas evidencias, Stalin ordena el traslado de la mitad de las tropas, que resguardaban la frontera con China, en dirección a Moscú. Poco después y con ayuda del invierno, las fuerzas alemanas son detenidas frustrándose el asalto final a la capital de la Unión Soviética.

Debido a ese movimiento de tropas, los alemanes, quienes estaban al límite de su capacidad de aprovisionamiento y totalmente agotadas por el veloz ataque que realizaron, se encontraron con tropas rusas de refresco, las que en mejor estado, pudieron detener el ataque y rechazarlo. Incluso, patrullas alemanas lograron estar a la vista del Kremlin, pero definitivamente el asalto final fue cancelado. La suerte estaba echada y el siguiente escalón era Stalingrado donde definitivamente se sella la suerte de la guerra.

Duda

Ante la detención de Sorge, el Embajador alemán intercede, al no poder creer en las acusaciones de las que era objeto su amigo. El General Ott no podía creer que fuera cierto lo que se decía, porque Sorge le había proporcionado informes secretos de los Japoneses, que éstos habían ocultado a su socio alemán.

Por otro lado, el Ministerio de Asuntos Exteriores había verificado siempre, que los informes fueron invariablemente veraces. Pero, por otro lado, Sorge se hizo amigo del secretario del Canciller japonés, quien resultó ser también un admirador del comunismo y quien no tuvo ningún remordimiento en pasarle información secreta, para que fuera a dar a mano de los rusos. Por su parte, a través de ese secretario, Sorge le informaba a los japoneses de todos las movimientos y planes secretos, que el gobierno alemán ocultaba a sus aliados orientales.

Revelación

Se cree que las actividades de Sorge fueron denunciadas por un miembro de su propio equipo, el Grupo Ramsey, quien los traicionó. Aunque ese hombre no estaba bien enterado de todas las actividades de la organización, sí sabía lo del barco y en consecuencia, fueros asignadas unas patrulleras para que le siguieran el rastro. Luego de confirmar la existencia del buque, y sabiendo de la debilidad de Sorge por las mujeres, los japoneses se valieron de una dama de la sociedad, hija de japonesa e inglés, pero de un patriotismo a toda prueba, para tenderle una trampa.

Un día de octubre de 1941, Sorge, acompañado de la mujer, se dirigía a su casa, cuando rompió un papel que arrojó por la ventanilla del carro. La dama le dijo, que sólo se podría quedar a dormir con él, si hablaba por teléfono, para avisar a su casa que no regresaría esa noche. Sorge buscó una cabina telefónica, desde donde la mujer informó sobre el lugar donde Sorge había arrojado los papeles.

Al amanecer, la policía irrumpió en la casa donde dormía la pareja. Detuvieron a Sorge, diciéndole a la dama "Señora, ha rendido usted un valioso servicio a la patria." Sorge y su grupo fueron condenados a muerte. No fue aceptada la repatriación a Alemania, puesto que sabía mucho de los propios japoneses y demasiado sobre los rusos, para deshacerse de él. Por esa razón, es posible que no se llevó a cabo la sentencia y en vez de ello se realizaron innumerables interrogatorios. Se corrió el rumor que la dama terminó sus días en un manicomio, pues su vida se convirtió en un infierno luego de que su acción salió a la luz pública durante el juicio de Richard Sorge.

El fin de Sorge es un misterio. Debido a que fue interrogado durante largo tiempo, surgieron muchos mitos. Unos dicen que fue canjeado a los rusos y otros, que fue visto luego de la guerra en Alemania del Este.

Richard Sorge fue ejecutado en la horca el 7 de noviembre de 1944 en compañía de una agente rusa de nacionalidad japonesa llamada Ozaki Hotsumi. Una tumba con su nombre se encuentra en Tama, Tokio.

En 1964, Richard Sorge fue declarado héroe de la Unión Soviética.

Formas de operar y seguridad

Sorge se constituyó en un verdadero maestro en el arte de la reunión de informaciones. Sus medidas de seguridad y directivas operativas constituyen todo un modelo en su género y, decididamente, fueron adoptadas por el resto del espionaje soviético. Los tres principales principios en que basó su trabajo eran los siguientes:
1ro) La red debe evitar todo contacto con el partido comunista local, legal o ilegal.
2do) En lo posible no debía figurar ningún agente de nacionalidad soviética declarada en la red.
3ro) La red debía ser del tipo celular ramificada, evitándose que los integrantes se conocieran entre sí, ni supieran la misión concreta de la red, y aun para qué organismo estaban trabajando.

La base general del trabajo se basaba en la división de las tareas de reunión, asignándolas a las personas más aptas para cada tipo de información, de acuerdo con su capacidad, conocimientos e infiltración lograda. No obstante, en determinados casos particulares, todos los miembros de la red estaban concentrados en un solo problema, independientemente de su especialidad habitual. Las necesidades eran planteadas a cada agente o jefe de célula en particular, de manera que los miembros de la red sólo sabían lo que el Jefe les decía respecto a las misiones encomendadas y a las partes específicas asignadas a cada uno de ellos.

En cada reunión, los agentes debían suministrar datos sobre todos los problemas en los que aquél estuviera interesado o creyese importante. Dentro del enorme caudal de informaciones recogidas, Sorge seleccionaba a veces, y llamaba la atención a sus agentes sobre cuestiones que consideraba dignas de una actuación especial. Otras veces decía que un problema carecía de interés en lo referente a las finalidades perseguidas, o llamaba la atención sobre el hecho de que se había aportado mucha información contradictoria y que era preciso que se recogieran informes más exactos a fin de determinar las verdaderas causas de los acontecimientos.

Éxitos de Sorge

Los éxitos logrados por la ‘Red Sorge’, y especialmente por éste en persona, fueron fundamentales y decisivos tanto para el desarrollo de la guerra como para la conducción futura del espionaje soviético.

En primer lugar, gracias a las informaciones suministradas por la red, el Kremlin pudo saber:

  1. - que el Japón no llevaría adelante en 1939 ningún plan agresivo en Manchuria después del sonado choque armado de Nomonhan entre fuerzas rusas y niponas,
  2. - que Alemania estaba concentrando de 170 a 190 divisiones a lo largo de la frontera soviética y que la invasión alemana comenzaría el 20 de junio de 1941 (en realidad comenzó el 22 de dicho mes),
  3. - que a pesar de la alianza germano-japonesa, Japón no iba a seguir el ejemplo de su aliado y que no atacaría a la URSS. De esta manera, las numerosas divisiones soviéticas que guarnecían las fronteras manchurianas fueron trasladadas tranquilamente al frente occidental, llegando oportunamente para la defensa victoriosa de Moscú, cuya batalla decidiera prácticamente la suerte de la campaña en Rusia. De ahí el mote que rodeó después a Sorge: “el espía que salvó a Moscú”.

Asimismo, Sorge y sus colaboradores pudieron establecer con bastante exactitud que los japoneses iniciarían su campaña de conquistas en el sudeste asiático, y que antes de finalizar 1941 atacarían a las bases norteamericanas de las Filipinas, Wake y Hawaii.

Fuente

  • Stalin's Spy: Richard Sorge and the Tokyo Espionage Ring (El Espía de Stalin: Richard Sorge y el Círculo de Espionaje de Tokio.)
  • Artículo Dr. Richard Sorge. Disponible en: "www.exordio.com". Consultado: 9 de octubre de 2011.