Fiebre miliar

(Redirigido desde «Sarpullido»)
Sarpullido por el calor ‎
Información sobre la plantilla
Fiebremiliar1.jpeg


Sarpullido causado por el calor, también conocido como Fiebre miliar o Sarpullido estival, es una erupción de pequeños bultitos (y a veces pequeñas ampollas) en la piel que pueden aparecer cuando un niño está demasiado caliente. Los bultitos pueden ser de color rojo, en especial si la piel es blanca. Es más común en los bebés, pero pueden padecerlo niños de todas las edades.

Cómo se produce

El niño suda para enfriarse. Si suda tanto que sus poros se obstruyen y el sudor no puede salir, desarrollará un sarpullido causado por el calor. (Los niños son particularmente propensos porque tienen poros más pequeños que los adultos.)

El tiempo cálido y húmedo es el más propicio para este tipo de sarpullido, pero puede aparecer en el invierno también, si el niño lleva demasiadas prendas de vestir o si tiene una fiebre que lo hace sudar mucho. A veces, los niños tienen sarpullido después de que se les ponga un ungüento para la tos en el pecho.

Tratamientos

Mantén al niño cómodamente fresco vistiéndolo con prendas holgadas y livianas, en especial en los climas cálidos y húmedos. Los tejidos naturales como el algodón son absorbentes y le permitirán sudar con mayor eficacia que los tejidos sintéticos.

Una leve aplicación de almidón de maíz (maizena) en los pliegues de piel del niño puede ayudar a evitar el sarpullido, pero evita usar talco, ya que es peligroso si el niño lo respira.

Si el día es muy caluroso, mantén al niño dentro de la casa o busca un lugar externo fresco, con sombra o con brisa donde pueda sentarse a jugar. Asegúrate de que el niño beba mucho líquido para que no se deshidrate.

Revíselo regularmente para ver si está calentándose demasiado. Si no estás segura, toca su piel. Si está húmeda y cálida, está demasiado caliente.

Dolores

No,en general no es doloroso, pero puede causar una comezón irritante. Algunos de los bultitos pueden doler un poco al tocarlos.

Cómo se debe tratar

Comienza enfriando a tu niño. Aflójalo o quítale la ropa y llévalo a una sala aireada o a un lugar con sombra. Puedes ponerlo sobre una toalla de algodón, para ayudar a absorber la transpiración. Colócale paños húmedos frescos en las áreas afectadas por el sarpullido. Un baño tibio con un poco de bicarbonato de sodio, 2 cucharaditas por galón, también puede ayudar.

Déjalo secar al aire en lugar de secarle con una toalla. Y no uses ungüentos o cremas sobre el sarpullido. Eso puede empeorarlo al atrapar la humedad.

Si hace calor durante la noche, usa un acondicionador de aire o un ventilador en el dormitorio. Orienta el ventilador cerca de donde está el niño pero no directamente sobre él. O colócalo lo suficientemente lejos como para que sólo le llegue una brisa suave. La idea es que el niño esté cómodo, no que tenga frío.

Asegúrate de que tenga las uñas cortas, para que no se pueda rascar si el sarpullido comienza a darle comezón. Si es un bebé muy pequeño, puedes ponerle guantes para que no se rasque sin querer.

Fuentes