Calle Brasil (Habana Vieja)
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Calle Brasil (conocida como Teniente Rey). Calle de la capital de Cuba en La Habana Vieja, la zona más antigua de la ciudad. Es recta, estrecha, sombreada y conserva el aire del periodo colonial español.
Sumario
Historia
Límites
Recorre de este a oeste por la parte más central de La Habana Vieja. Desde Oficios, justo frente al segundo claustro del antiguo Convento Iglesia de San Francisco de Asís, hasta Prado (Paseo de Martí) frente a la escalinata del Capitolio de La Habana. Es atravesada por las calles. Mercaderes, San Ignacio, Cuba, Aguiar, Habana, Compostela, Aguacate, Villegas, Bernaza, Egido y Zulueta.
El nombre
La calle debe su nombre a Félix del Rey, Teniente del Rey de la Isla en 1781. El cargo de Teniente del Rey existía desde 1715, con funciones de cabo subalterno, en ausencia del Excelentísimo Gobernador y Capitán General. Aunque el nombre de Teniente Rey prevaleció, éste no fue el único con el que fue llamada esa calle.
Otros nombres
- También se llamó del Barranco y de Santa Teresa, éste último por el Convento de las Carmelitas en Teniente Rey y Compostela.
- El primer tramo, el de Teniente Rey entre Oficios y Mercaderes, se le llamó San Salvador de Orta por la capilla que existía casi frente al Convento que inicia la calle, dedicada al lego franciscano catalán de ese nombre y muerto en 1567, entonces beato, y canonizado en 1938.
- Aunque en el pasado más reciente se intentó cambiar a República de Brasil, la costumbre popular lo impidió, pues normalmente se le continúa llamando Teniente Rey.
Plaza e Instituciones
Nace frente al segundo claustro del antiguo Convento e Iglesia de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja, cuya portada posee columnas toscanas superpuestas en tres niveles y rematadas con motivo barroco y su tercer claustro, llamado Orden Tercera de San Francisco, actualmente es un teatro para niños, sede de la Compañía infantil La Colmenita, que fuera inaugurado en el año 2005.
- Plaza Vieja. Fue Mercado de Cristina en 1835, parque Juan Bruno Zayas en 1908, y parqueo soterrado en 1952. Después de muchos nombres toma el de Plaza Vieja una vez construida la Plaza del Cristo. Pero su imagen actual con los portales comienza a tomarla a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Nunca tuvo ni iglesias ni edificios administrativos, sus inmuebles eran de uso residencial principalmente. Las construcciones que la rodean son de estilo ecléctico, la mayoría de las primeras décadas del pasado siglo XX.
- Fondo Cubano de Bienes Culturales. Quien fue casa del Conde de San Juan de Jaruco, cuya fecha de construcción se remonta al año de 1737. Ésta se considera la más valiosa residencia de la Plaza y está entre las más importantes del siglo XVIII. Posee uno de los patios más acogedores y se destacan sus cenefas.
- Centro de las Artes Visuales. Bello inmueble colonial cuya carpintería es barroca, y cuenta con un inigualable arco mixtilíneo en su zaguán. Los balcones originales eran de madera y luego fueron sustituidos por los metálicos. La restauración que le dio su actual fisonomía es del año 1989 y se le debe al arquitecto Nelson Melero. Fue residencia de Juan Izquierdo y González Larrinaga y por los portales del Rosario, donde estuvo el colegio "El Santo Ángel".
- Museo de la Farmacia Habanera. El 20 de mayo de 1853 se establece en la calle Teniente Rey, no. 41, la farmacia La Reunión, nombrada así por sus dueños (la sociedad Catalá, Sarrá), con el propósito de agrupar en un mismo sitio las farmacias alopática y homeopática. Hacia 1886, La Reunión era una de las farmacias más elegantes y prestigiosas de la Habana, llegando a considerarse a principios del siglo XX la segunda en importancia en el mundo y la primera en Cuba.
Tras una gran remodelación, la farmacia se reinaugura el 20 de mayo de 1914, a la par que se devela una tarja en recordación a José de la Luz y Caballero en Teniente Rey 39. Al triunfo de la Revolución, a tenor con las leyes de desprivatización, La Reunión es nacionalizada y continuó funcionando hasta que, en 1999, la Oficina del Historiador de la Ciudad decide acometer su restauración y convertirla en Museo de la Farmacia Habanera.