Guerras napoleónicas
|
Guerras napoleónicas. Fueron los conflictos bélicos librados durante el gobierno de Napoleón Bonaparte. Se cree que empezaron en Europa, en el período comprendido entre las Guerras de la Revolución francesa (1792-1800), marcado por el ascenso al poder dictatorial de Napoleón, como Primer Cónsul, en diciembre de 1799. Finalizaron el 20 de noviembre de 1815, tras la derrota final de Napoleón en la Batalla de Waterloo y el Segundo Tratado de París de 1815. En conjunto, el casi continuado período de guerras comprendido entre el 20 de abril de 1792 y hasta el 20 de noviembre de 1815 es llamado con frecuencia La Gran Guerra Francesa.
Sumario
Antecedentes
Las batallas libradas desde 1799 hasta 1815 entre Francia y varias naciones europeas son ya históricamente conocidas como las Guerras Napoleónicas. Estos enfrentamientos militares fueron una continuación de las guerras mantenidas por Francia en Europa durante la Revolución francesa (1789-1799). En ellas sobresalió el talento estratega de Napoleón Bonaparte. Durante los años que Napoleón había pasado en guarniciones de provincias aprovechó su tiempo para ampliar su preparación militar, profundizando en sus estudios de matemáticas, artillería y táctica militar, entrando, además, en conocimiento de los pensadores políticos clásicos y descubriendo también su pasión por la historia.
Coaliciones
Las Guerras Napoleónicas, se tiende cada vez más a llamar las Guerras de Coalición por haberle sido impuestas a Napoleón por los aliados. El período de las guerras lo componen las diferentes coaliciones que conformaron los enfrentamientos.
Primera Coalición
La Primera Coalición[1], (1792-1797) de Austria, Prusia, el Reino Unido, España y el Piamonte (Italia) contra Francia fue el primer intento para acabar con el republicanismo.
Descripción
El gobierno francés confió a Napoleón la dirección de las
operaciones militares contra las tropas austriacas en el norte de Italia en 1796. En menos de un año, Napoleón había vencido a las fuerzas de Austria, superiores en número. En 1797, se le asignó el mando de una expedición que tenía como objetivo conquistar Egipto para cortar la ruta británica a la India. La invasión fracasó tras la batalla del Nilo y Napoleón regresó a Francia. Aunque ambas campañas se produjeron durante el régimen del Consulado, antes de la asunción del poder por Bonaparte, suelen ser consideradas como la primera fase de las Guerras Napoleónicas. Fue en ellas donde el líder francés desplegó por primera vez a gran escala su talento como jefe militar.
La coalición fue derrotada por los franceses debido a una movilización general, levas en masa, reformas en el ejército y una guerra absoluta.
Segunda Coalición
El período comenzó con la Guerra de la Segunda Coalición[2], que incluye la Campaña de Italia (1899), las acciones en Egipto (1800-1801) y en el mar, la victoria naval de Nelson en Copenhague, período que concluyó con el Tratado de Amiens en 1802.
Las hostilidades entre Francia e Inglaterra se reanudaron en mayo de 1803 con el pretexto de que esta última se negaba a entregar la isla de Malta a los caballeros de la Orden de Jerusalén, como estipulaba el tratado.
Descripción
La victoria de Napoleón en la campaña contra
los austriacos en el norte de Italia puso fin a la Primera Coalición. No obstante, durante su estancia en Egipto se formó la Segunda Coalición (24 de diciembre de 1798) integrada por Rusia, Gran Bretaña, Austria, el reino de Nápoles, Portugal y el Imperio otomano. Las batallas principales de la guerra de la Segunda Coalición, que se inició a finales de 1798, tuvieron lugar en el norte de Italia y en Suiza al año siguiente. Los austriacos y los rusos, dirigidos por el general Alexandr Suvórov, vencieron a los franceses en el norte de Italia en las batallas de Magnano (5 de abril de 1799), Cassano (27 de abril), el Trebbia (17 al 19 de junio) y Novi (15 de agosto). La Coalición también tomó Milán; abolió la República Cisalpina, que se había constituido bajo los auspicios del gobierno francés en 1797; ocupó Turín y privó a Francia de sus anteriores conquistas en Italia.
El resultado de la lucha en Suiza fue más favorable para los franceses. Tras ser derrotados en Zurich (7 de junio) por Carlos de Habsburgo, archiduque de Austria, las fuerzas francesas dirigidas por el general André Masséna vencieron a las tropas rusas del general Alexander Korsakov el 26 de septiembre. Suvórov y sus fuerzas abandonaron el norte de Italia atravesando los Alpes para unirse a Korsakov en Suiza, donde sus tropas se habían dispersado tras ser vencidas. El ejército de Suvórov hubo de refugiarse en las montañas del cantón de los Grisones, donde quedó diezmado a causa del frío y el hambre. Los rusos se retiraron de la Segunda Coalición el 22 de octubre alegando como motivo la falta de cooperación de los austriacos.
Cuando Napoleón regresó a Francia procedente de Egipto en octubre de 1799, pasó a ser el líder del Consulado y ofreció la paz a los aliados. La Coalición rechazó esta propuesta y Napoleón planeó una serie de ataques contra Austria para la primavera de 1800. Bonaparte se adentró en Italia cruzando los Alpes con un nuevo ejército formado por 40.000 hombres y venció a los austriacos en la Batalla de Marengo el 14 de junio. Mientras tanto, las tropas francesas del general Jean Victor Moreau habían penetrado en el sur de Alemania atravesando el Rin y tomando Munich. Moreau también había derrotado a las fuerzas austriacas del archiduque de Austria Juan de Habsburgo en la Batalla de Hohenlinden, que tuvo lugar en Baviera el 3 de diciembre, y se había aproximado a la ciudad de Linz (Austria). Las victorias francesas obligaron a firmar a Austria el Tratado de Lunéville el 9 de febrero de 1801, por el que Austria y sus aliados alemanes cedían la orilla izquierda del río Rin a Francia y reconocían a las repúblicas Bátava, Helvética, Cisalpina y Ligur, además de realizar otras concesiones. Asimismo, este tratado marcó la disolución de la Segunda Coalición. El único aliado que continuó la lucha contra Francia fue Gran Bretaña. Las tropas británicas se habían enfrentado sin éxito contra las francesas en territorio holandés en 1799, pero habían conquistado algunas posesiones francesas de Asia y otros lugares. Gran Bretaña firmó el 27 de marzo de 1802 la Paz de Amiens con Francia.
No obstante, esta paz resultó ser una mera suspensión de las hostilidades. En 1803 se produjo una disputa entre ambos países a propósito de la cláusula del acuerdo que establecía la restitución de la isla de Malta a la Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Gran Bretaña se negó a entregar la isla, por lo que estalló una nueva guerra contra los franceses. Una importante consecuencia de este conflicto fue que Napoleón abandonó su proyecto de establecer un gran imperio colonial francés en Norteamérica, al verse obligado a concentrar sus recursos en Europa. Así pues, vendió Luisiana a Estados Unidos. En 1805, Austria, Rusia y Suecia se unieron al conflicto en apoyo del bando británico, y España se alió con Francia; este fue el inicio de la guerra de la Tercera Coalición.
Tercera Coalición
En 1805 Inglaterra, Rusia, Austria y Suecia se aliaron a Inglaterra contra Francia, y España a Francia, lo que inició la Guerra de la Tercera Coalición[3], que, junto a la Revolución haitiana, obligaron a Napoleón a abandonar su sueño de reconquistar el imperio americano francés.
En esta guerra los austriacos y suecos fueron derrotados en Ulm y Austerlitz (1805), pero Inglaterra ganó la supremacía naval en Trafalgar (octubre de 1805). Rusia entró en la guerra al lado de los aliados, pero fue derrotada en la Batalla de Auerstedt, después de lo cual los restos de la resistencia ruso-prusiana fueron liquidados en Eylau y Friedland (1807), y culminaron en los Tratados de Tilsit el 7 y 9 de julio de ese año. También ese año comenzó la Guerra Peninsular, y dos años después Austria se incorporó a la guerra, pero fue derrotada en Wagram en julio, y firmó el Tratado de Schönbrunn en octubre.
Descripción
Napoleón se apresuró a tomar medidas contra la nueva alianza. Había
ejercido una gran presión sobre Gran Bretaña desde 1798 al mantener a un ejército concentrado en Boulogne -a orillas del canal de la Mancha-, que hacía pensar a los británicos que se preparaba una invasión de Inglaterra. Bonaparte aumentó considerablemente el número de fuerzas destacadas en Boulogne cuando comenzaron las disensiones que hicieron estallar la guerra en 1803. Tras la formación de la Tercera Coalición contra Francia, sus tropas abandonaron Boulogne para enfrentarse a los austriacos, que habían invadido Baviera con un ejército dirigido por Fernando III, el gran duque de la Toscana, y el general Karl Mack von Leiberich. Varios estados alemanes, entre los que se contaban Baviera, Württemberg y Baden, se aliaron con Francia. Napoleón derrotó a las fuerzas de Austria en Ulm, capturó a 23.000 prisioneros y, a continuación, marchó con sus tropas a lo largo del Danubio y conquistó Viena.
Los ejércitos rusos, liderados por el general Mijaíl Kutúzov y Alejandro I, emperador de Rusia, respaldaron a los austriacos, pero Bonaparte venció a las fuerzas austro-rusas en la Batalla de Austerlitz, también denominada de los Tres Emperadores. Austria se rindió nuevamente y firmó el Tratado de Presburgo el 26 de diciembre de 1805. Una de las cláusulas del acuerdo estipulaba que Austria debía entregar a Francia la zona del norte de Italia y a Baviera parte del propio territorio austriaco; asimismo, Austria reconoció a los ducados de Württemberg y Baden como reinos.
Cuarta Coalición
Rusia se levantó nuevamente contra el Emperador y este la invadió. Prusia se sumó a los aliados para la campaña, lo que dio lugar a la Cuarta Coalición[4], (1806-1807), que comenzó con la batalla de Lützen.
Austria se incorporó a la alianza y Napoleón fue derrotado en Leipzig (octubre), después de lo cual sus enemigos invadieron Francia con los prusianos de Blücher desde Mainz y los austriacos desde Langres.
Descripción
Prusia, ante el incremento de poder de Francia en
Alemania, se unió a la Cuarta Coalición compuesta por Gran Bretaña, Rusia y Suecia en 1806. Bonaparte aplastó a las tropas prusianas en la Batalla de Jena el 14 de octubre de ese mismo año y tomó Berlín. A continuación, derrotó a los rusos en la batalla de Friedland y obligó a firmar la paz a Alejandro I.
De acuerdo con las principales condiciones del Tratado de Tilsit, Rusia tuvo que entregar sus posesiones polacas y aliarse con Francia, mientras que Prusia perdió casi la mitad de su territorio, tuvo que hacer frente a cuantiosas indemnizaciones y se le impusieron severas restricciones al tamaño de su ejército permanente. Rusia y Dinamarca emprendieron una acción militar contra Suecia que obligó a su monarca, Gustavo IV Adolfo, a abdicar en favor de su tío, Carlos XIII, a condición de que éste nombrara como su heredero al general Jean Baptiste Jules Bernadotte, uno de los mariscales de Napoleón. Bernadotte fue coronado en 1818 con el nombre de Carlos XIV Jean-Baptiste Bernadotte y fue el fundador de la dinastía actual sueca.
Nacionalismo antinapoleónico
En 1808, Napoleón dominaba toda Europa, a excepción de Rusia y Gran Bretaña. Las principales razones del posterior declive fueron el surgimiento del espíritu nacionalista en varias de las naciones europeas derrotadas y la persistente oposición de Gran Bretaña, que, a salvo ya de una invasión gracias a la superioridad de su armada, no cesó de organizar y financiar nuevas coaliciones contra Napoleón.
España fue la primera nación en la que Bonaparte tuvo que hacer frente a las insurrecciones nacionalistas que provocaron su caída. El emperador francés, después de haber destronado al rey Carlos IV de España, nombró a su hermano José Bonaparte rey de este país en 1808. Los españoles se rebelaron y expulsaron al nuevo gobernante de Madrid. Se desató la guerra de la Independencia española (1808-1814) entre los franceses, que intentaban restaurar a José I Bonaparte en el trono, y los españoles, apoyados por las fuerzas británicas mandadas por Arthur Colley Wellesley, duque de Wellington.
Los franceses fueron derrotados, y el número de bajas que sufrieron perjudicó seriamente a Napoleón cuando se vio obligado a hacer frente a sus nuevos enemigos del este y el norte de Europa. Su primera oponente era Austria, que se unió a Gran Bretaña para formar la Quinta Coalición en 1809. El emperador francés derrotó a los austriacos en Wagram (julio de 1809) y les obligó a firmar el Tratado de Viena, por el cual Austria perdió Salzburgo, parte de Galitzia y grandes áreas de sus territorios del sur de Europa. Asimismo, se divorció de su primera mujer y contrajo matrimonio con la hija de Francisco II de Austria, con la vana esperanza de que este país no participara en nuevas coaliciones contra él.
Quinta Coalición
El alzamiento popular contra la invasión francesa el 2 de mayo de 1808 dio lugar a la Guerra de la Independencia Española, que finalizó en 1814 con la expulsión del trono de José Bonaparte y la restauración de la monarquía borbónica en la figura de Fernando VII.
La Quinta Coalición[5], (1809) del Reino Unido y Austria contra Francia se formó mientras España se enfrentaba con Francia en la Guerra de la Independencia Española.
Descripción
El Reino Unido se encontraba ya luchando contra Francia aliado con los rebeldes españoles en la Guerra de Independencia. Al mismo tiempo, Austria había reclutado un nuevo ejército para tratar de dar un vuelco a las desfavorables condiciones impuestas tras la derrota de la guerra anterior en la Cuarta Coalición que culminó con el Tratado de Pressburg. A pesar de que Austria obtuvo algunas victorias en operaciones menores de tipo defensivo, la ausencia de Rusia y Prusia de la coalición significó la inferioridad numérica de Austria frente a los enormes ejércitos franceses, lo que la condujo a la posterior derrota en la Batalla de Wagram. Austria fue obligada a firmar el Tratado de Schönbrunn, perdiendo aún más territorio frente a Napoleón.
Sexta Coalición
La Sexta Coalición[6], (1812-1814) estuvo formada por el Reino Unido, Rusia, Prusia, Suecia, Austria, y cierto número de estados germánicos para combatir al Imperio Francés de Napoleón y sus aliados. Como resultado de esta guerra Napoleón fue derrocado y confinado a la Isla de Elba.
Descripción
En 1812, Francia y Rusia entraron en guerra porque
Alejandro I se negaba a aplicar el Sistema Continental. Dado que gran parte de sus hombres se encontraban en España, Napoleón Bonaparte invadió Rusia sólo con 500.000 hombres.
Derrotó a los rusos en Borodino y conquistó Moscú el 14 de septiembre de 1812. Los rusos invadieron la ciudad, impidiendo así a las tropas francesas establecer allí cuarteles de invierno. Abandonaron Rusia y se adentraron en Alemania, pero la mayoría de los hombres murieron a lo largo del camino a causa del frío, el hambre y los ataques de la guerrilla rusa.
El Imperio Ruso se unió entonces a la Sexta Coalición, de la que también formaban parte Prusia, Gran Bretaña y Suecia. Prusia, en un estallido de fervor nacionalista provocado por las reformas políticas y económicas que se habían implantado desde la derrota de Jena, inició la guerra de Liberación contra Napoleón en 1813. Éste consiguió su última victoria importante en la Batalla de Dresde, donde el ejército francés derrotó a las fuerzas conjuntas de Austria, Prusia y Rusia el 27 de agosto de 1813. Sin embargo, durante el mes de octubre, Napoleón se vio forzado a replegarse sobre el Rin tras la Batalla de Leipzig, quedando liberados los estados alemanes. Los ejércitos rusos, austriacos y prusianos invadieron Francia desde el norte al año siguiente y tomaron París en marzo de 1814; Napoleón abdicó y hubo de exiliarse en la Isla de Elba, situada en el Mar Mediterráneo.
Los miembros de la Quinta Coalición se reunieron en el Congreso de Viena para restaurar a las monarquías que Napoleón había derrocado en Europa.
Séptima Coalición
La Séptima Coalición[7], fue apresuradamente preparada durante las Guerras Napoleónicas en 1815, tras el regreso a Francia de Napoleón desde su exilio en Elba y su entrada en París. Los miembros de la Séptima Coalición fueron: Reino Unido, Rusia, Prusia, Suecia, Austria, los Países Bajos y cierto número de estados alemanes.
París cayó el 30 de marzo de 1814 y el Emperador abdicó el 11 de abril. Su regreso a Francia el 1 de marzo de 1815 dio lugar a Los Cien Días, que culminaron el 20 de noviembre de 1815, tras la derrota final de Napoleón en la Batalla de Waterloo y el fin de las Guerras Napoleónicas por el Segundo Tratado de París de 1815.
Descripción
El periodo conocido como Los Cien Días comenzó cuando Napoleón
abandonó Elba y desembarcó en Cannes, el 1 de marzo de 1815.
A medida que se trasladaba hacia París, fue recabando apoyos por donde pasaba, y finalmente derrocó al recién restaurado Luis XVIII.
Una vez que los intentos de Napoleón por disuadir a uno o más aliados para que no invadieran el territorio de Francia fracasaron, su única salida para permanecer en el poder era atacarles antes de que la Coalición pudiera sobrepasarle en fuerzas. Si pudiera destruir las fuerzas aliadas existentes en Bélgica antes de que fueran reforzadas por los contingentes de otros aliados, era posible que pudiera enviar a los ingleses al mar y golpear a los prusianos hasta echarlos de la contienda. Era una estrategia que le había servido con éxito en anteriores ocasiones.
La mayor batalla de la Séptima Coalición fueron en realidad una sucesión de enfrentamientos en Ligny y Quatre Bras (16 de junio), Wavre (18 y 19 de junio) que culminaron en la conocida como Batalla de Waterloo (18 de junio). En Ligny, las fuerzas francesas bajo el mando directo de Napoleón consiguieron hacer retroceder en desbandada a los prusianos. En Quatre Bras, en una acción separada el mismo día de la lucha en Ligny, el ala izquierda del ejército francés, bajo el mando del mariscal Ney, bloqueó a las fuerzas anglo-aliadas que se dirigían a ayudar a los prusianos que luchaban en Ligny. El día 18 de junio se produjo el enfrentamiento más decisivo de la campaña, y éste tuvo lugar en Waterloo. Durante gran parte del día un ejército francés ligeramente superior al aliado bajo el mando de Napoleón atacó las posiciones anglo-aliadas en la cima de una colina, estando a punto de hundir el centro enemigo hacia las 19 horas. La llegada inesperada de los prusianos a la caída de la tarde hizo cambiar las tornas para Wellington, consiguiendo éste la victoria para las fuerzas aliadas. A pesar de que la batalla simultánea de Wavre fue una victoria táctica para los franceses, fue infructuosa, en el sentido de que las fuerzas prusianas consiguieron detener a las fuerzas francesas cuya presencia en Waterloo podría haber salvado a Napoleón de perder la batalla y, por consiguiente, la guerra. Al llegar a París, tres días después de Waterloo, Napoleón todavía se aferraba a la esperanza de la resistencia nacional, pero los cargos políticos, y el público en general, le había retirado su apoyo. Napoleón fue forzado a abdicar de nuevo el 22 de junio de 1815. Los aliados le exiliaron entonces a la remota Isla Santa Helena, en el Atlántico Sur, donde, supuestamente, sería envenenado con raticida y moriría en 1821.
Fin de las Guerras
Así concluyen las Guerras Napoleónicas, una serie de 400 batallas y
combates librados entre 1792 y 1815, en los que se implicaron todas las potencias occidentales con un gran costo de muertos a Europa entre soldados franceses y de otras naciones.
La gran mayoría de las muertes se debieron a causas derivadas de los enfrentamientos, como represalias o enfermedades, sin contar a los lisiados o las familias destrozadas. Las pérdidas estructurales no pueden mesurarse. Muchos puentes fueron demolidos, cientos de pueblos quedaron arrasados, varias ciudades sufrieron graves daños; algunas grandes capitales, como Leipzig o Moscú quedaron en ruinas.
Napoleón saqueó media Europa. La mayoría de las ocasiones que sometía a un estado, le obligaba a pagar tributos en dinero y obras de arte que enriquecieron el Tesoro de Francia. Sus tropas, al prescindir de logística para aumentar su velocidad de maniobra, vivían sobre el territorio en campaña, saqueando las propiedades ajenas sin piedad.
Repercusión de las Guerras Napoleónicas
- Existen países europeos que tienen un sistema de leyes civiles, con un código legal influido por el código napoleónico.
- Francia no volvió a ser una potencia dominante en Europa, como lo había sido desde los tiempos de Luis XIV.
- Se desató el nacionalismo, fuerza que avivó el nacimiento de naciones y el fin de otras. El mapa de Europa tuvo que ser redibujado sobre las bases de la cultura, el origen y la ideología de las gentes.
- Gran Bretaña se convirtió en la potencia hegemónica, tanto en tierra como en el mar.
- La guerra en la Península Ibérica dejó completamente destrozada a España, así como su armada y ejército. Para 1825, toda la antigua América española, con la excepción de Cuba y Puerto Rico, se había convertido en repúblicas independientes o había pasado a formar parte de Estados Unidos (Florida, Luisiana), Gran Bretaña (Trinidad) o Haití (Santo Domingo).
Referencias
- ↑ Se conoce como Primera Coalición (1792-1797) al primer esfuerzo coordinado de varias potencias europeas para contener la Revolución francesa. Esta coalición se formó cuando ya había estallado el conflicto bélico. Comprendía a los siguientes países: Austria, Prusia, Reino de Nápoles, Reino de Cerdeña (en guerra con Francia desde 1792), Reino Unido, Provincias Unidas de los Países Bajos, España.
- ↑ Se conoce como la Segunda Coalición (1798-1800) al segundo esfuerzo combinado de múltiples países europeos para contener a la Revolución francesa. La Coalición comprendía a: Imperio austríaco, Inglaterra (ya en guerra con Francia desde 1793), Imperio ruso, Imperio otomano, Reino de Portugal, Reino de Nápoles, Estados Papales.
- ↑ La Tercera Coalición fue una alianza militar creada en 1805 por el Reino Unido, Austria, Rusia, Nápoles y Suecia contra Francia con el fin de derrocar a Napoleón del trono imperial y disolver la influencia militar francesa en el continente europeo
- ↑ La Cuarta Coalición fue una alianza organizada contra el Imperio Francés de Napoleón entre los años 1806 y 1807. Los participantes en esta coalición fueron Inglaterra, Prusia, Rusia, Sajonia y Suecia.
- ↑ La Quinta coalición fue una alianza entre Austria y el Reino Unido, creada en 1809 para luchar contra el Imperio francés del emperador Napoleón I.
- ↑ La Sexta Coalición (1812-1814) fue una coalición formada por el Reino Unido, Rusia, Prusia, Suecia, Austria, y cierto número de estados germánicos para combatir al Imperio Francés de Napoleón y sus aliados. Como resultado de esta guerra Napoleón fue derrocado y confinado a la isla de Elba.
- ↑ La Séptima Coalición fue una alianza militar de las potencias europeas contra el Emperador Napoleón I en 1815.
Fuente
- Colectivo de autores. Enciclopedia Historia Militar de Cuba (1510-1868). Centro de Información para la Defensa, MINFAR. Consultado el 9 de octubre de 2011.
- Guía de las Guerras Napoleónicas y principales hechos de Napoleón Bonaparte y su tiempo. Disponible en: Remilitari. Consultado el 13 de octubre de 2011
- Guerras Napoleónicas. Disponible en: Wikipedia. Consultado el 13 de octubre de 2011.
- Napoleón Bonaparte y sus batallas. Disponible en: Biografías y vidas. Consultado el 13 de octubre de 2011.