El mito de la insularidad

El mito de la insularidad
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Concepto:Teoría cultural, con fuertes raíces filosóficas donde su creador José Lezama Lima sugiere explicar la cultura cubana ante el mundo de una forma única, utilizando la verdadera esencia de la cubanidad

El mito de la insularidad. En Cuba, como en cualquier otra sociedad agraria latinoamericana, el discurso de la tierra se convirtió en una práctica afirmativa de la literatura y el pensamiento durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. De José Antonio Saco a Ramiro Guerra, de José María Heredia a José Lezama Lima, y de Cirilo Villaverde a Enrique Labrador Ruiz, la representación del paisaje propio fue un correlato de la conquista de la tierra tal como la registra la historia económica y política de la isla. La insularidad ha demostrado ser uno de los conceptos ontológicos de lo cubano más indulgentemente dados a la recurrencia en su tratado ya sea por los periódicos reforzamientos de su incidencia como condición objetiva-subjetiva sobre los asuntos de nuestra realidad y nacionalidad.

Teoría cultural

Creada esta teoría cultural por José Lezama Lima con fuertes raíces filosóficas, donde sugiere explicar la cultura cubana ante el mundo de una forma única, utilizando la verdadera esencia de la cubanidad. La expresión mestiza del pueblo y el sentimiento de que Cuba es una isla rodeada de agua donde el ritmo, el color y la sensualidad no pueden ser medidos del mismo modo que en otras latitudes y es ante todo un intento para explicar la cultura y sensibilidad cubana, en una época donde prevalecía lo superficial en la cultura José Lezama Lima anuncia que el uso de la ficción tendrá que ser válida cuando la realidad histórica no pueda establecer sus dominios, o sea si nos faltaran mitos o leyendas, de alguna manera podemos llenar ese vacío con la poesía.

Contexto social en que aparece el mito

En la Cuba de los años 30 del pasado siglo XX, la intelectualidad cubana buscaba un mito que reafirmara al país como nación moderna y promoviera la defensa de los valores nacionales, es allí cuando aparece el culto José Lezama Lima en el ambiente cultural cubano con su teoría de que se puede salvar al país a través de la cultura.

En el año 1936, el poeta español Juan Ramón Jiménez llega de visita a Cuba donde entabla amistad con Lezama, de este fructífero encuentro nacería un ensayo titulado Coloquio con Juan Ramón Jiménez. En esta obra la conversación entre los dos poetas refleja una teoría cultural, con fuertes raíces filosóficas, se trata de un mito que sugiere como valor unificador de la cultura nacional, la reafirmación de una expresión mestiza, el color local.

En el célebre coloquio el fundador del Grupo Orígenes expone que el mito posee en su “anverso, el sentimiento de lontananza y en su reverso, el aporte de la resaca insular a las corrientes oceánicas'”, mientras que por su parte el creador de Platero y Yo, afirmaba que “también el planeta es una isla”.

Estas ideas, del entonces juvenil Lezama Lima, obtendrían más puntos de apoyo luego de conocer de las investigaciones del sabio cubano Fernando Ortiz y sus seguidores y serían integradas perfectamente al discurso lezamiano, donde la poesía, las artes plásticas y la música, junto al paisaje de la isla serían parte imprescindibles del diseño de esas catedrales del futuro, que forman ya parte de la más firme tradición cubana.

La sensibilidad insular cubana

En una búsqueda por explicar la cultura y sensibilidad cubana y para suplir el papel del mito que nos faltaba, el escritor cubano José Lezama Lima creó el mito de la insularidad, siempre aclarando que Cuba tiene su propio mito y por tanto no puede ser medida con los raseros de otras latitudes. Conciente del hallazgo de una sensibilidad insular distinta, logra conciliar la patria con una suerte de paraíso personal, donde el mito de la insularidad, permite ante todo convertir en importante lo aparentemente poco significativo, en grande lo pequeño y sobre todo lo nacional en universal.

La insularidad ha marcado a lo largo del tiempo, los destinos de toda la nación cubana, situación geográfica que ha sido también abordada por escritores y artistas de varias generaciones, reflejándose así a través del arte el destino de vivir siempre rodeados por las aguas.

Martí y lo insular

José Lezama Lima en las inmediaciones de los sucesos del Moncada, plantearía algo muy importante, que el mito de la insularidad americana y universal se llama José Martí, del cual los cubanos creen saber lo necesario, hasta que luego descubren que les falta mucho por aprender.

Ciertamente en Martí, el autor de Paradiso, reconocía antecedentes y ejemplos éticos y literarios de su propia literatura, porque en el héroe cubano es un poderoso ejemplo de alguien que sentía un amor sin límites por Cuba, la isla que llamamos madre. Por cierto, la insularidad tiene mucho que ver con el sentimiento de la maternidad, como bien decía el escritor francés Jean Servier en su obra “Historia de la Utopía” para comprenderlo es preciso habitar islas utópicas o soñadas, islas creadas como las de Lezama Lima, islas cargadas de mitos.

El mito en la obra de Lezama Lima

Mientras que el escritor cubano Alejo Carpentier utiliza su visión personal del surrealismo para sustentar su afamada teoría de "Lo real maravilloso, Lezama por su parte, busca con Paradiso ofrecerle sentido a una porción considerable de la historia cubana donde la frustración ante una república ficticia termina por encontrar refugio en el mito de la insularidad. Pero la victoria de Lezama radica en que este crea un arte de significación universal, pues consigue recrear lo insular en lo americano y antillano y luego con la misma facilidad deja que su obra se invada por lo universal, para pasar nuevamente a lo cotidiano y sí lo consigue, eso es gracias a su extraordinario nivel cultural y sobre todo porque utiliza técnicas como la metáfora como instrumento expresivo en sus textos, ya sean estos líricos o no.

El erudito cubano José Juan Arrom insiste que el paraíso de José Lezama Lima es Cuba, y ciertamente por eso el autor de Paradiso no siente la necesidad de viajar y llega a darse a conocer al mundo con el epíteto de peregrino inmóvil y ha de expresar con cierto orgullo "…hay viajes más espléndidos: los que un hombre puede intentar por los corredores de su casa, yéndose del dormitorio al baño, desfilando entre parques y librerías”. Una isla es muy parecida a un círculo y la insularidad Lezamiana es circular y es utópica, Lezama Lima también es muy parecido a su concepto de isla, tesis que refuerza con el mito de la insularidad, sobre todo porque esta es un mito que permanente alimenta el paraíso creativo del autor.

La poesía es también parte esencial del mito de la insularidad, porque es en primer lugar lo que se lleva dentro, el lenguaje perfecto para transmitir los sentimientos y Lezama como poeta, al igual que su personaje de Paradiso, está tratando de fundar un sistema poético con la plena certeza de que nacer dentro de la poesía es nacer dentro de una isla. La hermosa isla de Cuba para el escritor cubano Lezama es su gran nido de esperanza, el espacio maravilloso con el que se identifica a plenitud. Por lo que agrega al ámbito literario cubano un concepto al que llama el mito de la insularidad, el cual ha demostrado ser uno de los conceptos filosóficos de lo cubano más dados a relacionar los asuntos de la realidad y nacionalidad cubana, así como la constante relación de nosotros como isla con el mundo y del mundo con la isla y así sucesivamente.

En uno de los más importantes poemas de Lezama titulado “Muerte de Narciso” se muestran ideas muy esenciales en torno a la insularidad, aunque el mensaje lírico se apoye en un tema de mitología griega, el concepto de cubanidad está implícito en la prosa lezamiana, como bien puede verse cuando se analiza que este es un texto cargado de conchas, olas, sal, playa, espumas. Por supuesto esta visión metafórica de la insularidad es la primera, pero no la última en la poesía de Lezama, quien cultivó en la totalidad de sus obras un sentido de la cubanidad tal donde la exaltación del ritmo, el color y la sensualidad por momentos se vuelven parte esencial en la historia de la literatura cubana.

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Fuentes