Masonería
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La masonería o francmasonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, filosófico y progresista. Fundada en el sentimiento de fraternidad, igualdad y libertad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomenta el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social. Los masones, tanto hombres como mujeres, se organizan en estructuras de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior normalmente denominada "Gran Logia", "Gran Oriente" o "Gran Priorato".
Es una asociación universal, filantrópica, filosófica y progresiva; procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes, desarrollar en el corazón humano los sentimientos de abnegación y caridad, la tolerancia religiosa, los deberes de la familia; tiende a extinguir los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias y de intereses, uniendo a todos los hombres por los lazos de la solidaridad, y confundiéndoles en un tierno afecto de mutua correspondencia. Procura, en fin, mejorar la condición social del hombre, por todos los medios lícitos, y especialmente la instrucción, el trabajo y la beneficencia. Tiene por divisa Libertad, Igualdad, Fraternidad". [1].
La masonería es la doctrina moral que trata del mejoramiento del hombre con la ayuda de la Filosofía, la Ciencia y la Cultura. La palabra hombre es usada en sentido genérico y en ella se incluye a la mujer y a toda la comunidad, sin distingos de credos, clases, razas, etc. EI mejoramiento del hombre a que aspira la masonería, es integral, o sea, material, espiritual, moral, etc., al igual que individual, social, económico, técnico, científico, etc., porque la masonería aspira a que el hombre evolucione, progrese y mejore en todos los aspectos de su vida y de la persona.
Sumario
- 1 Etimología
- 2 Carácter
- 3 Historia
- 4 Ritos masónicos
- 5 Simbolismo masónico
- 6 Escala de los grados en la masonería
- 7 Concepciones
- 8 Referencias
- 9 Fuentes
Etimología
"La palabra masón proviene de la palabra inglesa mason, la cual es a su vez una derivación del francés antiguo, en el cual aparece en dos formas: machun y masson; de esta última palabra proviene la forma francesa moderna, maçon, que significa indistintamente, colocador de ladrillos o albañil. De algunos términos del latín vulgar, como macio o mattio, es posible que se originara el término francés. Con posterioridad se identificó con el contenido de constructor, con lo cual se generalizó durante la Edad Media europea. Este resulta su sentido contemporáneo, pero no se refiere al arte de construcción de edificios, sino al sentido de construcción espiritual y ética del hombre". [2].
El vocablo francmasón, es empleado, en muchos casos, como sinónimo de masón; en otros, para distinguir algunas tendencias de la masonería relacionadas con las corrientes latinas. Se puede observar el empleo de uno u otro término, según países o tendencias de la institución. En Cuba, el más utilizado es el de masón, pero en otros países de América Latina predomina el francmasón.
Carácter
Es filosófica porque orienta al hombre hacia la investigación racional de las leyes de la naturaleza, invita al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación geométrica hacia la abstracción metafísica.
Es filantrópica porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase. Sus esfuerzos y recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y a la tranquilidad de las conciencias.
Es progresista porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de pensamiento. La masonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad desechando el fanatismo abordando sin prejuicios todos los nuevos aportes de la invención humana, estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad.
Historia
Origen
Tuvo su origen, supuestamente en la Edad Media, en algunas asociaciones profesionales francesas de constructores de edificios (maçons). Éstos se reunían en gremios, regulados por normas que los instruían en los secretos del oficio. En el año 1717, surgió una nueva etapa ya no ligada a la actividad de la construcción, con la creación de la Gran Logia de Londres. Las Constituciones donde se establecen los estatutos sobre cuyas bases van a desarrollar su acción fueron redactados en 1721, por el Gran Maestre, James Anderson, un pastor protestante.
Logia
Las logias son fragmentaciones formadas por grupos de personas miembros, que se reúnen en secreto con fines de ayuda mutua, celebrando rituales esotéricos. Varias Logias pueden agruparse en asociaciones mayores que reciben el nombre de Gran Logia, Gran Oriente o Gran Priorato. Comprende 33 grados, en una escala de jerarquías en las que se ubican "los hermanos" que la integran. Los tres primeros grados, en los cuales se encuentran la mayoría de los miembros, son los de aprendiz, oficial y maestro. El grado supremo es el de Soberano gran inspector general. Poseen símbolos que los identifican como la escuadra, el compás o el mandil.
Los masones: constructores de piedras
Este movimiento es considerado como la orden fraternal más grande que alcanzó niveles mundiales. En un primer momento, las cofradías masónicas se limitaban a los trabajadores, quienes compartían sus secretos, mediciones, técnicas, etc. No obstante, en el contexto de la Reforma Protestante, sobre todo en Inglaterra, estas fraternidades comenzaron a aceptar hombres provenientes de sectores altos de la sociedad. De esta manera, las cofradías se convirtieron en sociedades dedicadas a ideas universales, como la fraternidad, la igualdad y la paz.
Sus reuniones eran citas sociales, núcleos de sociabilidad. El año de 1717 dio lugar a la "Gran Logia" para Londres y Westminster, producto de la unión de cuatro cofradías situadas en la capital inglesa. Seis años más tarde se conocería con el nombre de "Gran Logia de Inglaterra". Esta logia se convirtió en la precursora de todas las uniones masónicas, y de ella surgieron todas las otras logias reconocidas. En 1725 se fundó la "Gran Logia de Toda Inglaterra" en York; y en junio del mismo año se creó en Irlanda, y al año siguiente en Escocia.
Los sectores dedicados al comercio en Inglaterra consideraron a la masonería libre como un medio de promoción social. De esta manera, los ideales masónicos de tolerancia religiosa e igualdad iban en consonancia con el espíritu del liberalismo emergente durante el siglo XVIII. Es más, una de las reglas básicas de las órdenes masónicas del mundo angloparlante ha sido considerar a la religión como un asunto personal de cada individuo. En Estados Unidos, las primeras logias fundadas bajo la autoridad de la "Gran Logia de Inglaterra" fueron la Primera Logia de Boston y la de Filadelfia, establecidas ambas en 1733. Antes de la guerra de la Independencia (1775), ya había unas 150 logias. En la actualidad, los estadounidenses representan el 75 por ciento del total de masones del mundo, unos 4,5 millones de personas.
Evolución
Bajo las ideas del liberalismo individualista, propugnaron como lema, la libertad, la igualdad y la fraternidad, los mismos que en 1789, impulsaron a los revolucionarios franceses, sobre quienes influyeron, a través de la Gran Logia de Francia creada en 1743. Este movimiento luego se extendió a varios países europeos como Holanda, Italia, España, Alemania y Bélgica. En Inglaterra tuvo gran influencia en las revoluciones de 1648 y 1688. En el continente americano se impusieron en Estados Unidos, México, Venezuela, Colombia y Argentina, teniendo importancia en la gestación de las ideas de independencia de las colonias europeas en América. Entre algunos masones destacados pueden nombrarse a Voltaire, George Washington, Winston Churchill, Simón Bolívar y José de San Martín, quien integró la Logia Lautaro, cuyo fin era lograr la independencia americana.
Desde 1738, fueron condenados por la Iglesia, desde el Papa Clemente XII, en 1738, y sobre todo, por el Papa León XIII, en su encíclica "Humanum genus" de 1884. La crítica se basa en que se aceptan como miembros o hermanos a personas de cualquier religión, ya que la idea es establecer una religión común universal, poniendo a todas en un plano de igualdad. Esto se denomina indiferentismo cultural. Además, confían en la razón y en la fuerza de voluntad del hombre, independiente de la de Dios, para alcanzar el fin de una vida recta y honrada. Dios cumple el papel de creador del mundo y el hombre es el creador de su propio destino. Los masones, al igual que el filósofo iluminista Rousseau, adoptan la idea de un hombre naturalmente bueno. El cristianismo lo considera una criatura caída y redimida, que necesita para cumplir su fin último a Dios.
Se trata además de borrar los límites entre los estados, uniendo a todos los hombres del planeta sin distinción de banderas, lo que se conoce con el nombre de internacionalismo. Esto también es puesto en tela de juicio por la iglesia ya que se destruiría el concepto de Patria. Durante el siglo XIX, adquirieron posturas más conservadoras, distinguiéndose las Logias lideradas por Inglaterra, de estricta observancia a la moral y a las costumbres y la francesa, con mayor compromiso político y liberal, que se desvincularon a partir de 1877 en que el Gran Oriente de Francia, quitó la obligación de la creencia en un ser supremo. Así, a partir de entonces, se distinguieron una Logia conocida como Regular, bajo la preeminencia de la Gran Logia Unida de Inglaterra, basada en el reconocimiento de un ser superior, no importa la religión a la que se pertenezca, no aceptándose mujeres entre sus miembros.
Por otro lado, liderados por el Gran Oriente de Francia, surge la liberal o adogmática, que admite entre sus miembros también a los ateos, y a las mujeres, tomando ingerencia en la vida religiosa y política, al contrario de la anterior. Luego de varios intentos frustrados se logró la unificación de las Logias, en 1961, basados en la mutua tolerancia y en la libertad de conciencia.
Libro de las Constituciones
El 17 de enero de 1723 se publicó la obra Book of Constitutions, traducida al español como Libro de las Constituciones, la cual constituye el texto fundador de la masonería moderna.
"Según estas nuevas leyes institucionales, el masón está obligado a practicar la moral por vocación; no estará obligado a pertenecer a ninguna religión en particular, sino aceptará aquella de su libre conciencia y dejará a los demás la completa libertad de sus opiniones: su "religión consiste en ser buenos y leales, hombres de honor y probidad, cualquiera que sea la diferencia de posición social que tengan o sus convicciones individuales"; "un masón ha de ser un individuo pacífico, obediente al poder del lugar donde habite y trabaje y no debe jamás dejarse arrastrar a motines o conspiraciones contra la paz y prosperidad del pueblo, ni mostrarse rebelde a las autoridades superiores; porque la guerra, los derramamientos de sangre son siempre funestos a la francmasonería"". [3]
Ritos masónicos
Se llama Rito en masonería al conjunto de reglas o preceptos con los que se practican las ceremonias y se comunican los signos, toques, palabras y demás instrucciones secretas. En masonería ningún Rito tiene supremacía sobre otro y si el Rito ha sido reconocido, el hermano lo es de todos los masones del Universo.
El Gran Oriente de Francia
El Gran Oriente de Francia admite y gobierna varios Ritos y dirige todos los Ritos que practica por un Cuerpo especial que se titula Gran Colegio de Ritos (para Francia y sus posesiones), y que está formado por 33 hermanos masones, regulares, del grado 33º, número que no puede sufrir alteración y es el único Cuerpo que tiene derecho para conferir los grados 31, 32 y 33 del R:.E:.A:.A:.
El origen de los Ritos es difícil de establecer; algunos lo atribuyen a los Colegios de Arquitectos Romanos formados por Numa en el año 715 a J:C:; otros a los Esenios, a los Dionisianos, a los Judíos, a la construcción del Templo de Salomón, etc. Se considera el año de 1.641 como el de la más clara reforma radical de la antigua masonería y de él se parte, porque fue cuando las cofradías de masones constructores empezaron a admitir a personas de todas las clases y condiciones, aunque fueran completamente extrañas al Arte de la Arquitectura manual.
Esto se consideraba como una distinción honorífica que no daba derecho a disfrutar los privilegios de que gozaban los verdaderos obreros y se otorgaba a distinguidos y notables personas por su sabiduría y su talento o de quienes se esperaba alcanzar alguna protección o utilidad y de aquí proviene la palabra Aceptado. Los tres primeros Grados del Simbolismo Masónico fueron creados así: el primero en 1640, el segundo en 1648 y el tercero en 1649. Por este tiempo en Inglaterra fue destronado y decapitado Carlos I, quien siempre había protegido a los masones constructores y quien fue gran maestro de la confraternidad.
En este momento fueron adoptados el grado de Templario y el de Maestro Escocés. Luego de algún tiempo, fueron apareciendo los Grados de Maestro Secreto, Perfecto y Elegido, que aunque solo fueron profesados por partidarios de la caída dinastía Inglesa, más tarde y hoy tiene lugar preferente en la abigarrada escala jerárquica del Escocismo. Con la restauración de la Monarquía y la subida al trono de Inglaterra de Carlos II, la masonería volvió a sus antiguos cauces, aunque se conservaron los grados superiores creados.
Al mismo tiempo las Corporaciones de Constructores perdieron su carácter práctico y manual, consagrándose al trabajo espiritual y dando origen a la masonería moderna en 1717 al reunirse las cuatro Logias de Londres, que separándose de la Gran Logia de York, se constituyeron en Gran Logia, y, sólo reconoció los tres grados simbólicos de Aprendiz, Compañero y Maestro. En 1724, el escocés Miguel Ramsay propuso a la Gran Logia de Inglaterra un sistema que comprendía la adopción de los grados Escoces, Novicio y Caballero del Templo. La propuesta fue rechazada por la Gran Logia Inglesa, pero tuvo gran aceptación en Francia, y estos grados fueron como los precursores de la infinidad de sistemas de todo género que se sucedieron después. A los grados irlandeses y a los del reformador Ramsay, que sólo tenían por objeto, o bien la restauración de los Estuardos, o bien el fortalecimiento del catolicismo en Inglaterra, se sucedieron los del filosofismo, que penetraron en muchas Logias Francesas.
En 1754 se fundó en París el Capítulo de Altos Grados llamado "CONSEJO DE EMPERADORES DE ORIENTE Y OCCIDENTE", de donde salieron muchos Ritos tales como el de Heredom o de Perfección que se llamó también Escocés Primitivo de 25 grados y otros muchos Ritos, hasta que en 1772 se disolvió en Francia la Gran Logia y se creó la Unificación Masónica naciendo el Gran Oriente Francés que consideró "peligrosos y antimasónicos los altos grados", en circular dirigida a todas las Logias, proclamando que el Gran Oriente no admitiría ni practicaría más que los tres grados simbólicos del Rito Inglés, a los que dio el nombre de Rito Francés.
Sin embargo, la creación de nuevos Ritos continuó y como el Gran Oriente no logró imponer su autoridad "por cuanto continuaba la pasión por los altos grados", el Gran Oriente declaró que reconocía el derecho que tenían todos los masones y las logias para practicar cualquier Rito y que su jurisdicción sólo abarcaba a las Logias que profesaban el Rito Francés. En ese momento, 1730, las mujeres tomaron parte en los trabajos masónicos y siguieron creándose nuevos Ritos.
En 1782 se creó en el Gran Oriente de Francia una Cámara de Grados para estudiar y depurar los Sistemas Masónicos y concluyó que además de los tres grados simbólicos debían adoptarse cuatro más, que venían a ser como un resumen de todos los demás agregados. Al mismo tiempo surgió el pleito del R:.E:.A:.A:., cuyo origen unos dicen Inglés, Irlandés o Escocés; otros lo atribuyen a las reformas de Ramsay y otros al Rey Federico de Prusia. El Rito de Ramsay considerado el origen de los grados super masónicos, fue compuesto en Francia en 1928 por el Caballero Escocés, Baron de Ramsay, y cambió los nombres de Aprendiz, Compañero y Maestro por los de Macocés, Novicio y Caballero.
Ramsay dio a sus grados el nombre de su país y más tarde estableció o añadió otros grados super masónicos, que fueron el origen del conjunto de grados del llamado Escocismo. El Sistema Masónico Templario fue organizado por el Capítulo de Clermont de París, en memoria del desastroso fin de dicha Orden y la muerte de su Gran maestro De Molay. En 1806 se conoció en París la Orden del Temple con seis grados: los tres grados del Simbolismo, más los grados de Maestro del Oriente, Maestro del Aguila Negra de San Juan y Maestro Perfecto del Pelícano.
Son muchos los grados y Ritos que se han engalanado con el título de Escocés, pero ninguno de ellos tiene que ver con aquel país donde no han sido inventados, ni siquiera practicados, porque en 1836 fue conocida una declaración que dice:
La base del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se encuentra en el Rito de Perfección, creado en París en 1756 con 25 grados por el Capítulo de Emperadores de Oriente y Occidente. Vino este Rito a América por el judío Esteban Morin el 27 de agosto de 1761 y tuvo mucho éxito. Morin amplió sus grados hasta el 33 en Charleston (Carolina del Sur) y fundó además allí el 31 de mayo de 1801 el primer SUPREMO CONSEJO DE LA NUEVA MASONERIA. Al año siguiente se creó el Supremo Consejo de Santo Domingo y se nombró Soberano Inspector a Grasse Tilly, un militar Francés, residente en la Isla. Cuando Tilly regresó a Francia en 1804, se dedicó a dar a conocer los 33 grados del Nuevo Rito, introduciéndolos en París en la Logia Escocesa de San Alejandro.
El 12 de octubre de 1804 por inspiración de Tilly, se constituyó la Gran Logia General Escocesa de Francia del Rito Antiguo y Aceptado en París. La nomenclatura de grados del R:.E:.A:.A:. incluye los tres grados simbólicos, más los grados del Escocismo. Con el nombre de Escocés se conocen varios ritos de la masonería, tales como: Escocés Filosófico de 15 grados de 1776; Escocés Primitivo de 25 grados de 1758; Escocés Primitivo de 33 grados de 1770; Escocés Reformado de 7 grados de 1743; Escocés Filosófico de 18 grados de 1750; Escocés Antiguo y Aceptado de 33 grados por reforma realizada por el Rey de Prusia Federico II.
El verdadero origen del título Escocés Antiguo y Aceptado se remonta a la disidencia surgida en 1739 en la Gran Logia de Inglaterra, que fue acusada de alterar los rituales, ingeriéndose en las ciudades que se hallaban bajo la jurisdicción de York. Los Disidentes se acogieron bajo la bandera de York y formaron una nueva Gran Logia de Inglaterra, con el nombre de "Régimen Escocés Antiguo". Las Grandes Logias de Escocia e Irlanda se pusieron de parte de los innovadores, los cuales agregaron a su título la palabra ACEPTADO. El RITO ESCOCES ANTIGUO Y ACEPTADO, en 33 grados, ha promovido grandes controversias, siendo considerado en general como una mistificación que ha causado gran confusión dentro de la Orden Masónica.
Escocismo
Escocismo es el nombre dado al conjunto de grados, ritos y sistemas que son, o pretenden ser, originarios de Escocia. Aunque su número pasa de 200, se tiene plenamente probado que salvo los 3 primitivos grados, base de todos los sistemas, ninguno se encuentra relacionado directa ni indirectamente con aquél país. La masonería primitiva fue una asociación de personas dedicadas al arte de la construcción (operativa).
Se reconoce esta institución porque organizaron grupos definidos de aprendices (neófitos), compañeros (iniciados en conocimientos y secretos) y maestros (expertos y en posesión de los secretos del arte), que optaron por un lenguaje y signos especiales de reconocimiento (solo transmisibles en ceremonias litúrgicas), así como sitios de reunión (logias), con el fin de resguardar los secretos de la profesión y a sus adeptos, creando asociaciones similares a donde fueron, lo que explica su gran profusión e identidad.
Estas asociaciones obtuvieron además de algunos privilegios, el derecho de jurisdicción, o sea que se daban a sí mismas sus reglamentos y dirimían sus conflictos o diferendos independientemente de otros tribunales, lo que les valió el nombre de free masons o masones libres o francmasones. las asociaciones de obreros constructores, existían desde el principio de la era cristiana, dado que las legiones romanas conquistadoras las llevaban consigo para realizar obras de fortificación, o para construir las grandes poblaciones.
Cuando estas asociaciones empezaron a aceptar a personas ajenas al arte de la construcción, ya fuera por su sabiduría, importancia política o por esperar de ellas alguna protección especial y se adoptó la filosófica y simbólica expresión de perfeccionar el edificio moral del ser humano, se creó la masonería especulativa, que desde luego abrió nuevos niveles de gradación para que los aceptados fueran logrando por sus obras o méritos o posiciones jerárquicas, que constituyen hoy el sistema escocista.
En 1721, los masones ingleses establecieron la masonería en Francia; en 1756 cambió la tendencia de la masonería francesa, adoptando los principios filosóficos sociales, luchando por las libertades de conciencia y de pensamiento. En 1758 se fundó en París el Consejo de Emperadores de Oriente y Occidente, con 25 grados y llamado Rito de Perfección, traído a Estados Unidos por el judío francés Esteban Morín, investido con el grado de gran inspector general y con poderes suficientes para establecer esta rama masónica, fue así que esta fecha dio nacimiento en Estados Unidos al REAA y a su origen de la rama masónica francesa.
En la ciudad de Charleston (estado de Carolina del Sur), el 3 de enero de 1797 se constituyó el Gran Consejo de Sublimes Príncipes del Real Secreto, con 25 grados, a los que se agregaron luego 8 grados más, para un total de 33 grados, del "Rito Escocés Antiguo y Aceptado", cuyos miembros son llamados «soberanos grandes inspectores generales» y su conjunto supremo «consejo del grado 33».
La palabra latina «ritus», de donde se ha tomado la traducción significa ‘una práctica’ o ‘costumbre aprobada’ o una ‘observancia exterior’. Vesio la deriva por transposición del griego, de donde procede y significa literalmente ‘una senda hollada’, y, metafóricamente, ‘una costumbre de larga duración’. Como término masónico su aplicación es, por lo tanto, aparente. Significa el método de conferir luz masónica por una colección y distribución de grados. Es, en otras palabras, el método y orden observados en el gobierno del sistema masónico
Listado de principales ritos
- Rito de York.
- Rito escocés antiguo y aceptado.
- Rito moderno o rito francés.
- Rito americano.
- Rito escocés filosófico.
- Rito escocés primitivo.
- Rito reformado.
- Rito helvético reformado.
- Rito de Fessler.
- Rito de Schroeder.
- Rito de la gran logia de los tres globos.
- Rito del elegido de la verdad.
- Rito del velo púrpura.
- Rito del capítulo de Clermont.
- Rito de Permnetty.
- Rito de la estrella flamígera.
- Rito de Chastanier.
- Rito de los filaletes
- Rito primitivo de los filadelfos.
- Rito del martinismo.
- Rito del hermano Henoch.
- Rito de mizraim.
- Rito de Menfis.
- Rito de la estricta observancia.
- Rito de la observancia laxa.
- Rito de los arquitectos africanos.
- Rito de los hermanos del Asia.
- Rito de perfección.
- Rito de los elegidos Cohens.
- Rito de los emperadores del este y del oeste.
- Rito primitivo de Narbona.
- Rito de la Orden del Templo.
- Rito sueco.
- Rito de Swedenborg.
- Rito de Zinzendorf.
- Rito egipcio de Cagliostro.
- Rito de los caballeros bienhechores de la Ciudad Santa.
Rito de York
Este es el más antiguo de todos los ritos, y consta originalmente de tres grados únicamente, que son:
- El de aprendiz iniciado;
- El de compañero masón, y
- El de maestro masón.
El último incluía una parte que contenía la «palabra verdadera», pero fue dilacerado de ella por Duckerley a fines del siglo pasado, y nunca más fue restituido. El rito en su pureza y no existe actualmente en ninguna parte. La forma que le es más aproximada, se encuentra en la masonería de San Juan de Escocia, pero el grado del Maestro de la Gran Logia de Escocia, no es el grado del maestro del rito de York. Cuando Dunckerley desmembró el tercer grado, destruyó la identidad del Rito.
En 1813, fue reconocido aparentemente por la Gran logia Unida de Inglaterra, que fue cuando lo definió en "Masonería Antigua pura compuesta de tres grados y no más; es decir, los del Aprendiz Iniciado, el Compañero Masón, y el Maestro Masón, incluyendo la Orden Suprema del Arco Real Sagrado".
Si la Gran Logia hubiese abolido el grado del Arco Real, que se practicaba entonces como una Orden independiente en Inglaterra, y hubiese reincorporado sus secretos en el grado de Maestro Masón, el Rito de York habría sido restaurado. Pero por razones del reconocimiento del Arco real como grado separado, conservando el Grado del Maestro en su forma mutilada, fue repudiado el Rito. En los Estados Unidos ha sido costumbre casi universal el llamar Rito de York a la Masonería que se practica. Pero no tiene menor derecho a esta designación que el que tiene de llamársele Rito Antiguo y Aceptado, o Rito Francés, así como Rito de Schoereder. No tiene las pretensiones que el Rito de York.
De sus primeros tres grados, el del Maestro es el mutilado, que es el que tomó la Masonería de Inglaterra del Rito de York, y ha agregado a estos tres grados otros seis que nunca fueron conocidos por el Rito Antiguo de York, o sea el que se practicó en Inglaterra, en la primera mitad del siglo XVIII, por la Gran Logia legítima. Hughan, hablando del Rito de York (En sus Obras inéditas, p. 148), dice:
aunque al parecer, esta declaración es demasiado arrebatada en su estilo. Le asiste la razón al expresar que no existe actualmente rito semejante, pero está en un error al sostener que se ignora actualmente su carácter. Al emplear el título, no se refiere en nada a la Gran Logia de Inglaterra entera, que verificó sus asambleas durante muchos años del siglo pasado, sino más bien a la leyenda de York, y a la hipótesis de que York fue la cuna de la Masonería Inglesa.
El Rito de York fue el Rito que se organizó probablemente o más bien se modificó durante la restauración en el año de 1717, y es lo más verosímil, que se practicó cincuenta años en la Gran Logia Constitucional de Inglaterra. Se compone de tres grados simbólicos solamente, y el último, o sea el grado de Maestro, contiene en sí mismo los secretos que se transmiten en nuestros días en el Arco real. Este Rito fue conducido a Francia en toda su pureza en 1724. Hacia mediados del siglo XVIII los masones continentales, y a fines de él, los americanos empezaron a sobreponer en él aquellos grados superiores, los que, con la mutilación necesaria del tercero, han dado origen a otros Ritos numerosos. Pero el Rito Antiguo de York, aunque ya no se cultiva, debe permanecer en los archivos de la historia como el más puro y antiguo de todos los Ritos.
Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Los escritores franceses llaman a éste el "Rito Antiguo y Aceptado", pero como las Constituciones Latinas de la Orden, lo designan como "Antiquus Scoticus Ritus Acceptus", o "Rito Escocés Antiguo y Aceptado", ese título ha sido adoptado muy generalmente como el nombre correcto del Rito, no obstante que uno de los Ritos masónicos más recientes fue establecido no antes del año 1801, actualmente es el más popular y más extensamente difundido. Los Supremos Consejos o cuerpos gubernamentales del Rito, se encuentran en casi todos los países del mundo civilizado, y en muchos de ellos es la única autoridad masónica. La historia de su organización es tan breve que puede compendiarse en estas palabras. En el año 1758, se organizó un cuerpo en París llamado "Consejo de Emperadores de oriente".
Este Consejo organizó un Rito llamado el "Rito de Perfección", que consistía de 25 grados de los cuales el superior era el de "Príncipe Sublime del secreto Real". En 1761, este Consejo concedió Poder o Diputación a Esteban Morín, autorizándolo para propagar el Rito en el continente occidental, a donde debía dirigirse en seguida. En el mismo año Morín arribó a la ciudad de Santo Domingo, donde comenzó a diseminar el Rito, desde luego, hizo nombramiento de diferentes Inspectores, tanto para las Indias Occidentales como para los Estados Unidos. Entre otros, confirió los grados a M. Hayes, con poder para nombrar otros, si fuere necesario.
De conformidad con estos arreglos, Hayes nombró a Isaac Da Costa Diputado Inspector General para South Carolina, quien en 1783 introdujo el Rito en el estado por el establecimiento de la Gran logia de Perfección en Charleston por Juan Juan Mitchell y Federico Dalcho. Existe una prueba evidente en los Archivos del Supremo Consejo, de que hasta esa época los veinticinco grados del Rito de Perfección, eran los únicos que se habían reconocido. Por consiguiente, debido a la organización del Supremo Consejo, y de una manera inesperada, apareció allí un nuevo Rito, manufacturado con la adaptación de ocho más de los grados superiores continentales, formando de este modo lo que constituye el grado treinta y tres y no el grado veinticinco que es la culminación del Rito. El Rito consta de treinta y tres grados, los cuales están divididos en siete secciones, encontrándose cada sección bajo la propia jurisdicción, en la forma que sigue:
I. Logia Simbólica
- 1. Aprendiz iniciado
- 2. Compañero Masón.
- 3. Maestro Masón.
Estos se llaman grados azules o simbólicos. No se confieren en Inglaterra, Escocia, Irlanda, ni en los Estados Unidos, porque los Consejos Supremos del Rito se han abstenido de ejercer jurisdicción por atención y respeto a la antigüedad que se dispensa en esos países a los Ritos de York y Americano.
II. Logia de Perfección
- 4. Maestro secreto.
- 5. Maestro perfecto.
- 6. Secretario Íntimo.
- 7. Preboste y Juez.
- 8. Intendente del Edificio.
- 9. Caballero Elegido de los Nueve.
- 10. Elegido Ilustre de los Quince.
- 11. Caballeros Sublimes Elegidos de los Doce.
- 12. Gran Maestro Arquitecto.
- 13. Caballero del Arco Noveno, o Arco Real de Salomón.
- 14. Gran Masón Sublime, Elegido y Perfecto.
III. Consejo de los Príncipes de Jerusalén
- 15. Caballero del Oriente.
- 16. Príncipe de Jerusalén.
IV. Capítulo de la Rosa Cruz
- 17. Caballero del Oriente y Occidente.
- 18. Príncipe Rosa Cruz.
V. Consejo de Kadosh
- 19. Gran Pontífice.
- 20. Gran Maestro de Logias Simbólicas.
- 21. Noachida o Caballero Prusiano.
- 22. Caballero del Hacha Real, o Príncipe del Líbano.
- 23. Jefe del Tabernáculo.
- 24. Príncipe del Tabernáculo.
- 25. Caballero de la Serpiente.
- 26. Príncipe de Misericordia.
- 27. Caballero Comandante del Templo.
- 28. Caballero del Sol, o Príncipe Adepto.
- 29. Gran Caballero Escocés de San Andrés.
- 30. Caballero Kadosh.
VI. Consistorio de Príncipes Sublimes del Secreto Real
- 31. Inspector Comandante Inquisidor.
- 32. Príncipe Sublime del Secreto Real.
VII. Consejo Supremo
- 33. Gran Inspector General Soberano.
Origen del Rito Escocés en Europa
La autenticidad de las fechas en lo que se refiere a los años, no puede considerarse fiel y exacta, por la circunstancia de no existir dato para poderla determinar como positiva. Por consiguiente, no es de extrañar que algunos s historiadores masónicos difieran ligeramente en los años que se describen, La Masonería era totalmente desconocida en Europa. Santiago Kilbourne Harris, 32°, en la edición de octubre de 1921, del "Rito Escocés" dice en un excelente artículo: "La falta de historia auténtica y las diferentes opiniones que existen han dado origen necesariamente a un estudio más extenso con el propósito de compilar estos hechos".
La Masonería, está convencida, según dicen por las leyendas, documentos, e inscripciones masónicas encontradas en las construcciones antiguas, de que rituales y símbolos se practicaban entre los antiguos desde antes de que la historia tuviera su origen. la realidad, es que únicamente si hubiese existido la escritura y si los acontecimientos históricos se hubiesen guardado siempre, como se hace en la actualidad, quizás nos encontraríamos en una posición más enaltecida en este asunto.
Aunque más bien parece que fuese la Masonería conocida e historiada, la que tomara experiencias, organización y jerarquías del mundo antiguo, y no que existan pruebas evidentes que solo han sido definitivamente establecidas y esclarecidas ante la luz por ellos mismos, en cuanto a quesea cierto que los antiguos egipcios, sirios y judíos, estaban perfectamente versados en la Masonería activa y que cada oficio tuviera su propia "Logia Masónica", cuya maestro desempeñaba el cargo por vida y el mando supremo de ella -una verdadera "Sociedad Obrera".
Estas "pruebas" de la Masonería activa se encontrarían en Egipto en las Pirámides; en Siria y la Tierra Santa en los lugares de adoración. Así, la Masonería activa se manifestaría incluso en la construcción del templo del Rey Salomón. Obedeciendo los mandatos del Gran Arquitecto, la historia de este producto maravilloso se leería y se estimaría hasta la consumación de los siglos por la masonería. La Masonería Activa, siempre según los propios masones, se conocía y practicaba también en Europa desde los primeros siglos. Los albañiles de Alemania eran los más conocidos entre todos los artesanos de los demás oficios.
Europa produjo no menos que treinta mil masones, que se unieron a la segunda Cruzada hacia mediados del siglo XII, dirigiéndose a la Tierra Santa con el fin de arrebatar la supremacía de los "Infieles Turcos". Estos masones, al regresar a Europa, introdujeron muchas innovaciones De los documentos y leyendas a que tuvieron acceso, tuvo su principio la Masonería. Más de cincuenta grados tuvieron su origen desde la época del regreso de los masones hasta el año 1725. En esos tiempos existían en Francia los grados de las tres Logias Azules con instrucción adicional del Arco Real. En 1736 fueron agregados otros tres grados, los Escoceses, Novicio y Caballero del Templo. Había muchos grados separados y extraviados, pero la mayoría de estos grados sobrevivían por sus instituciones.
El Perfección fue el germen del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, basado en los principios fundamentales de la Masonería. En 1754 el Consejo de París organizó estos grados en la forma conocida como Rito de Perfección y, en adición a los tres grados originales, agregó otros veintidós grados, haciendo un total de veintiocho grados, en la forma siguiente:
- I. Aprendiz Iniciado.
- II. Compañero Masón.
- III. Maestro Masón.
- IV. Maestro Secreto.
- V. Maestro Perfecto.
- VI. Secretario Íntimo.
- VII. Intendente del Edificio.
- VIII. Preboste y Juez.
- IX. Elegido de los Nueve.
- X. Elegido de los Quince.
- XI. Jefe Ilustre, Elegido de las Doce Tribus.
- XII. Gran Maestro Arquitecto.
- XIII. Arco Real.
- XIV. Gran Primer Masón, Elegido y Perfecto.
- XV. Caballero de la Espada.
- XVI. Príncipe de Jerusalén.
- XVII. Caballero de Oriente y Occidente.
- XVIII. Caballero de la Rosa Cruz.
- XIX. Gran Pontífice.
- XX. Gran Patriarca.
- XXI. Gran Maestro de la Clave de la Masonería.
- XXII. Soberano y Adepto Príncipe del Líbano.
- XXIII. Jefe del Gran Consistorio.
- XXIV. Ilustre Caballero Comandante del Águila Blanca y Negra.
- XXV. Ilustrísimo Príncipe Soberano de la Masonería, Gran caballero, Comandante Sublime del Real Secreto.
Para el año 1761 las Logias, Consejos, Capítulos y Consistorios del Rito habían verificado tales progresos y aumentado en número semejante, que se encontraban extendidas por todo el continente de Europa. Sin embargo, para esa época, Francia había superado en mucho en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Estos grados existieron en Francia hasta 1786, época en que el Gran Oriente de Francia, modificó el Rito de Perfección. Condensó los veinticinco grados del Rito de Perfección en siete grados, los cuales formaron después el Rito Francés Moderno. Además de los primeros tres grados, el Rito Francés reconocía otros cuatro, que son los siguientes:
- 4. Maestro Elegido.
- 5. Masón Escocés.
- 6. Caballero del oriente.
- 7. Príncipe Soberano de la Rosa Cruz de Heredom
Este acto del Gran Oriente ocasionó la división en la fraternidad masónica en Francia.
Simbolismo masónico
Los símbolos usados en masonería, tienen diversos orígenes y un solo principio. Así, hay algunos provenientes de los magos, asociación de sabios persas que expresaban el concepto de Dios a través del Sol y la Naturaleza. Los misterios judíos y los cristianos de los esenios, son los que mas han influido en la masonería especulativa. Los símbolos en Masonería, tienen el mismo propósito que desde la más lejana antigüedad poseyó, esto es ocultar por medio de ellos las verdades que solo la voluntad, la perseverancia y la humildad del hombre, es capaz de arrancarle a la Naturaleza y al Cosmos.
Los símbolos masónicos pertenecen en principio a la Doctrina Tradicional y por ello, ninguna agrupación o gremio humano, puede atribuirse el privilegio de su creación. Pero esto no descalifica el hecho que otra escuela tradicional se los haya transmitido en heredad. El simbolismo masónico se divide en siete grandes grupos que son:
- Los adornos: El pavimento de mosaico, la guarda dentada, la estrella rutilante
- Los muebles: el Volumen de la Ley Sagrada, la Escuadra y el Compás.
- Las joyas: que son de dos tipos:
- Móviles: escuadra, nivel y perpendicular
- Fijas: la plancha de trazar, la piedra tosca y la piedra pulida.
- Utensilios del templo: El Sol, la Luna, las Columnas, la cadena de unión, el ara o altar, el delta, las borlas, las estrellas.
- Instrumentos de construcción: la vara de 24 pulgadas, el cincel, el mazo
- Armas y herramientas: las espadas, el puñal, las varas.
- Objetos naturales: de origen animal: gallo, cordero, serpiente, abejas; de origen vegetal: granada, vino, trigo, pan, incienso; y de origen mineral: el agua, la sal, el oro, la plata, la piedra.
Símbolos verbales
La jerga masónica
La palabra, por su misma etimología, es una "parábola (> gr. parabolé)" o "lo lanzado hacia fuera", una "proyección" exterior, sensible, de lo mental y, a la vez, una referencia a lo invisible. Como todos los signos, consta de significante y significado. El significante es lo audible de la palabra pronunciada y lo visible de la escrita. El significado es como el alma encarnada en el cuerpo o significante; se estructura en varios estratos: el conceptual, el psíquico-afectivo, el simbólico cultural. Las palabras "masón, masonería", tecnicismos de origen francés/inglés, incorporados ya al léxico español, originariamente significaban "albañil, albañilería", alusión evidente a la "masonería operaria" o constructora de catedrales, monasterios e iglesias en el Medioevo.
Los albañiles, sobre todo los cualificados, estaban organizados en cofradías de impronta cristiana que celebraban las fiestas de sus santos patronos, participando en una Misa, en la comida de confraternización, etc. A lo largo del siglo XVII fueron "aceptados" otros profesionales (abogados, cirujanos, mercaderes, filósofos, etc.) que, con el tempo, se impusieron de modo exclusivo. Así se incubó la "masonería especulativa", o sea, la masonería actual, cuya partida de nacimiento fue expedida el 24 de junio del año 1717. Desde entonces "masón, masonería" son palabras dotadas de un significado metafórico, técnico.
Todas las palabras, usadas o no por la masonería, son símbolos o signos compuestos de significante y de significado. Pero la simbología de algunas es específicamente masónica en cuanto solo son inteligibles desde la jerga o lengua especial de un grupo social diferenciado, el masónico. Prescindo ahora de su alfabeto que llama la atención por su sencillez, la facilidad de su memorización y el juego de las mismas figuras geométricas con o sin punto, así como por el predominio de dos tan masónicas como la escuadra y el triángulo.
Se refiere a tecnicismos o palabras portadoras de un valor semántico de curso legal sólo en el ámbito masónico, por ejemplo: "valle" = cada región o subdivisión de una nación, "tenida" = reunión reservada a los masones, "tenida blanca" = reunión masónica a la que pueden asistir uno o más no masones, "tronco de proposiciones" = caja cerrada en la que los masones depositan las "planchas, piezas de arquitectura", o sea, los trabajos intelectuales (cartas, artículos, documentos escritos) ordinariamente leídos y corregidos en las tenidas y que a veces se publican en los periódicos; "alzar" y "abatir columnas" = la apertura o clausura de los trabajos en la logia conforme al ritual, "durmiente" = el masón que obra como si no lo fuera, pues no cumple con sus obligaciones (no asiste a las reuniones, etc.) [8]; "pólvora" = licores, "llana" = cuchara ("pala" en algunos ritos), "recibir la Luz" = ser iniciado en la masonería, "de los pasos perdidos" = pasillo o vestíbulo de la logia, en el cual no puede hablarse de religión ni de política, etc.
La "palabra perdida"
Si todas las palabras de cualquier idioma son simbólicas, mucho más las masónicas, y, entre todas ellas, la llamada "palabra perdida", clave de las creencias religiosas de los masones, sobre todo en la masonería "regular", la nacida en 1717, llamada así porque "se regula" por unas normas y principios de obligado cumplimiento (los Landmarks = "antiguos límites"), conocida también como "masonería inglesa, Grandes Logias". En la mitología tradicional de la masonería se refiere a los secretos del arquitecto del templo de Jerusalén: Hiram Abiff, que se habría perdido cuando este fue asesinado. El rey Salomón habría ordenado reemplazar la palabra perdida por otras provisionales. Figura en el rito iniciático del Arco Real.
La palabra perdida, encontrada por la masonería, sería el verdadero nombre propio de Dios, nombre sincrético y pagano: JAHBULON, compuesto de JAH (nombre hebreo: Yahweh y caldeo de Dios), BUL (abreviatura siriaca de "Baal", joven dios mistérico cananeo, que significa "Señor, Poderoso") y ON (palabra egipcia, abreviatura de Osiris-Apis en la religión telúrico-mistérica de Isis en el antiguo Egipto). Un caso paradigmático de sincretismo religioso, concorde con el talante de la masonería, empeñado en descubrir y aceptar lo común a todas las religiones. Al ser descubierta la palabra perdida de la masonería por Hannah, Knight, etc., y quedar patente su incompatibilidad con el cristianismo, la masonería regular, abrumada por las críticas, "recomienda al Supremo Capítulo la supresión en el ritual de toda referencia a la palabra (perdida: Jahbulon)" en el año 1989, si bien se ha conservado en varios ritos y rituales.
Símbolos cósicos
En la masonería, además de los verbales, abundan los cósicos, o sea, las cosas u objetos cargados de valencias simbólicas. Baste enunciar los principales:
- La escuadra, el triángulo, la plomada
- El mandil o delantal, simbólico del "trabajo" (masónico) con sus signos distintos en los diferentes grados (dos, tres rosetas azules en los grados 2º y 3º; la tau griega invertida en los demás grados, etc.).
- Las llamadas "joyas", es decir las insignias características de cada cargo.
- El suelo ajedrezado, las columnas, los 3 grandes candelabros, el friso adornado por un cordel con nudos, el hemiciclo de bóveda azulada y estrellada (7 estrellas), al cual se asciende por 3 peldaños, el mallete o mazo, una espada flamígera, un peñasco o piedra, etc., de la "logia, templo o cámara", o sea, la sala o lugar en reunión.
Escala de los grados en la masonería
Los grados son como peldaños en el camino de iniciación y de ascenso hacia el vértice de la pirámide, hacia la cima de la perfección masónica. Los tres primeros, los llamados "simbólicos o masonería azul" en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, a saber, "Aprendiz, Compañero y Maestro", designaciones idénticas a las de los grados o categorías profesionales de los gremios medievales de la construcción, son el cimiento de la masonería y uno de los Landmarks en la masonería regular de suerte que, si faltan, no puede llamarse masonería. Los masones del primer grado conocen solo lo relacionado con él e ignoran lo de los restantes grados, a saber, 33 en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado que es con mucho el más extendido, 90 grados el Rito Misraim, 9 el Rito de York, etc.
Por tanto, para la mayoría de los iniciados queda invisible una parte mayor o menor de los grados y de la masonería. De los aproximadamente 3.000 masones, existentes ahora en España, solo unos 250 se hallan en la cima del grado 33º. No sin razón, una de las máximas autoridades masónicas "Albert Pike reconoce que en los rituales de los primeros grados la propia Masonería engaña a sus adeptos para luego revelarles la verdad en los grados superiores".
No obstante, un masón grado 33, León Zeldis, "gran figura de la masonería regular de Israel" se lamenta de la degradación de la masonería en las últimas décadas. Entre otras causas, que deben remediarse con urgencia, destaca el hecho lamentable de que "las Grandes Logias practican una política de puertas abiertas, y organizan reuniones multitudinarias de iniciación que un día confieren los tres primeros grados a una gran cantidad de candidatos y al día siguiente les inician en los Altos Grados hasta el 32".
Concepciones
Aspecto religioso
La Masonería reconoce la existencia de un principio superior ideal que denomina Gran Arquitecto del Universo (GADU). Tal reconocimiento de un principio originario y de una causa primera, deja a cada uno de los masones sus puntos de vista particulares sobre la naturaleza del mismo, absteniéndose de todo acto confesional. Por tanto, no prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción religiosa y rechaza toda afirmación dogmática y todo fanatismo. La Masonería predica el culto a Dios por medio de la oración, el trabajo y la virtud. Pero no se opone a cualquier otra forma de rendirle culto. Los principios religiosos de la Masonería son tan universales que pueden ser aceptados por los creyentes de cualquier religión.
La Masonería no puede identificarse con ninguna religión, porque perdería su universalidad, que ha de mantener a todo trance, ya que si no se conserva a igual distancia de todas las religiones, haría imposible el logro de la fraternidad universal. A la Masonería no le interesa determinar la veracidad o falsedad de las religiones, pero eso no le impide brindarle su ayuda a cualquier religión que luche por el mejoramiento material y espiritual del Hombre. A los masones la Masonería les dice:
Aspecto cósmico
Para la Masonería la Naturaleza es una manifestación de Dios, al que llama Gran Arquitecto del Universo. Haciendo uso del lenguaje simbólico, la Masonería nos dice que la Naturaleza es un Templo, pero que es un templo en construcción, que se edifica de acuerdo con los planos del Gran Arquitecto del Universo, que se vale de todas sus criaturas para realizar su obra. El Sol es el autor de la vida terrestre. Es el creador de la Luz, y cada año, de manera periódica o cíclica, experimenta una serie de cambios que afectan la vida terrestre en todos sus aspectos.
En el solsticio de invierno, la Masonería celebra el nacimiento o aparición de la Vida, en todos sus aspectos. En el equinoccio de primavera, festeja el esplendor o la belleza de la Vida, en todas sus formas, En el solsticio de verano, celebra la plenitud de la vida, en todas sus modalidades. Y en el equinoccio de otoño, conmemora la muerte o la desaparición de la vida, en todos sus aspectos. La Masonería ve a la Naturaleza como una obra de Dios, y por tanto, exige que se tenga hacia ella una conducta moral que nos impulse a conservarla y mejorarla en todos sus aspectos, para el bien de todos.
Aspecto moral
La moral es la esencia de la Masonería, y hasta tal punto esto es cierto, que sin ella es inconcebible la Masonería. La moral masónica es dinámica y no se reduce a una contemplación pasiva del bien, sino que pregona un activo combate contra el mal. La Masonería exige de todos los masones la tolerancia, a fin de garantizar el ejercicio de la libre investigación de la verdad. EI masón debe vivir honradamente. Amar a sus semejantes y trabajar sin descansar por el bienestar de la humanidad y por su progresiva y pacifica emancipación.
El verdadero masón practica el bien en beneficio de todos los necesitados. La Masonería rechaza y mira con desprecio a la inmoralidad. Propugna y defiende los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y en consecuencia combate la explotación del hombre por el hombre, los privilegios y la intolerancia. Todo masón, en su vida privada y pública, debe poner el sello de la virtud; la dignidad, el honor, la justicia y la rectitud sobre todo si tiene la responsabilidad de conducción en el gobierno de los hombres y los pueblos.
Aspecto individual
La Masonería considera que la condición masónica se adquiere cuando el que aspira a serlo se halla dispuesto a seguir la senda de la virtud y la verdad, tiene la mente exenta de errores y prejuicios y la conciencia tranquila; no es esclavo de vicios y pasiones. El hombre que ingresa al mundo masónico, llega a él procedente de una sociedad profana en la cual reinan la envidia, el fanatismo, la discordia; el egoísmo, la vanidad, la injusticia y otras pasiones que lo degradan y lo esclavizan, por lo que necesita morir para ese mundo y renacer en otro distinto, en el que impere la virtud y se practique la fraternidad.
Para la Masonería, el hombre ignorante o inculto es como un ciego, dominado por las pasiones y constreñido a vivir en la ignorancia y la superstición. No tiene idea de la elevada misión del hombre en la tierra, vive esclavo de los errores, vicios y pasiones. 0bedece ciegamente al impulso de sus instintos. Cede al atractivo de los goces materiales; sólo concibe el bien para sí propio y es víctima infeliz del egoísmo. Quien no crea en la moral ni tenga vocación de servicio, no tiene condiciones para ser masón. Un sujeto que solo piensa en su propio bienestar, no ha nacido para ser masón, porque la Masonería exige todo lo contrario a sus seguidores.
Ser masón significa entregarse a las más nobles causas de la humanidad. Luchar por el mejoramiento de los servicios públicos. Dedicarse a la preservación y mejoramiento de los bienes o valores patrios. Entregarse a la práctica del servicio en todas sus formas. Considerar al trabajo como la actividad más noble del hombre. Luchar por la fraternidad en todas sus variedades.
Ver la tierra como la patria de la humanidad y la propia nación como la patria del pueblo a que pertenece. Se ingresa a la Masonería para desarrollar cuanto de más noble y elevado existe en nosotros, para compartirlo con nuestros hermanos y ponerlo al servicio de la humanidad. Como la Masonería pretende ser una reserva moral de la humanidad, tiene que exigirle a sus hijos una moral tan elevada y tan pura que le premia el logro de ese propósito.
Esto podrá mover a risa o a incredulidad en el mundo en que vivimos, pero serán los hombres con moral masónica, aunque nunca hayan pertenecido a la Orden Masónica, los que salvarán a la humanidad actual, que camina hacia el abismo de la inmoralidad. Debemos aclarar que existen o han existido muchos masones que no pertenecen ni han pertenecido a nuestra institución y que jamás se han ceñido un mandil masónico, pero por su moralidad y la pureza de sus vidas, han sido o son auténticos masones. Porque la condición verdadera del masón la da su calidad moral. Existen muchos masones que no lo son, y hay muchos profanos que sí tienen esa calidad, por su elevada moral. Todo el que viva la moral que predica la Masonería o luche por sus ideales, es masón, no importa la raza a que pertenezca o el país donde viva.
Aspecto social
La Masonería nos enseña que en la sociedad antifraternal en que vivimos, imperan las guerras, los odios, los celos, las traiciones, las desgracias y los tormentos de todo género así como la ignorancia, la superstición, el despotismo y la explotación. Por lo que se hace necesario crear una sociedad fraternal en la que impere la paz, la justicia, la fraternidad, la ciencia y la virtud.
El Máximo ideal de la Masonería es la creación de una sociedad en la que no existan antagonismos, luchas de clases, explotaciones, injusticias ni abusos de ningún género. Su máxima ambición es la creación de una sociedad en la que los hombres se consideren hermanos y se traten con amor fraternal. Y su mayor deseo es que las naciones sean fraternales y las guerras desaparezcan. La Masonería tiene fe en la posibilidad perfectiva de la sociedad y eso la impulsa a luchar por mejorar moral y materialmente la sociedad actual.
La Masonería tiene por objeto el mejoramiento material y moral de la humanidad fundado en el respeto a la personalidad humana. Y a lo anterior podemos añadir que reconoce la posibilidad del mejoramiento indefinido del hombre y de la humanidad. La fraternidad es el amor que se tienen entre sí los hermanos o los que se consideran como tales. La Masonería, al igual que muchas religiones, es partidaria de que la fraternidad debe reinar en la humanidad. Pero ocurre que ésta ha sido entendida de varias maneras y en ciertos casos es concebida en forma limitada o parcial, como cuando se la circunscribe a los miembros de una religión, de una nación, de una institución, etc.
La concepción masónica de ella es más amplia, ya que la Masonería la concibe en forma universal, y por tanto, considera a todos los hombres como hermanos, sin hacer distingos de sexo, raza, nacionalidad, religión, etc. La fraternidad es un fenómeno complejo cuyos diversos aspectos son: psicológico, moral, religioso, social, valioso, etc. Desde el punto de vista psicológico, la fraternidad es un sentimiento profundo cuyo desarrollo depende del grado de madurez sicológica del sujeto que la experimenta.
Considerada en su aspecto moral, la fraternidad es una virtud, pero para que se desarrolle y progrese, es necesario que exista cierta madurez moral, porque es hija de la moral recíproca, que tiene por lema: "Tu para mí y yo para ti". Hoy por mí y mañana por ti", etc. Donde impera la moral egocéntrica o egoísta, cuyos lemas son: "Todos para mí y yo para nadie". "En salvándome yo, que se hundan los demás", la fraternidad es imposible.
El fundamento religioso de la fraternidad es el hecho de que todos los hombres son hijos de Dios, o sea, que tienen un padre común y a eso podemos añadir que también poseen una madre común, que es la Naturaleza. En el mundo actual es muy difícil el desarrollo de la fraternidad, porque conspiran contra la misma fuerza y costumbres antifraternales. Por eso la fraternidad se desarrolla mejor en pequeños grupos formados por personas que tengan muchas cosas en común. De ahí que la Masonería sea partidaria de la división de los masones en logias pequeñas. Para que exista la fraternidad, se requiere que haya justicia social por que la justicia es el fundamento de la vida social, ya que donde hay injusticias, explotaciones o abusos, no puede haber fraternidad.
Aunque la aspiración final de la Masonería es la fraternidad universal, en la forma que hemos descrito más arriba, no se puede llegar a ella sin antes haber desarrollado la fraternidad nacional con la ayuda del patriotismo. Desde el punto de vista valioso o del valor, la fraternidad es un valor espiritual o moral, y como tal, tiene la virtud de ser formativo y normativo. A pesar de todas las dificultades que entraña el desarrollo de la fraternidad en el mundo actual, ésta no puede quedarse en las mentes de los masones como una simple idea, sino que debe convertirse en una realidad material.
Aspecto laboral
Como para la Masonería Dios es el Gran Arquitecto del Universo, la vida material es una obra en construcción en la que participan todos los seres vivientes. Nosotros, los hombres, somos sus obreros que lo ayudamos a construir la misma. Pero resulta que con el trabajo constructivo que realizamos, evolucionamos y aprendemos a ser cada día mejores obreros. Como masones, de manera consciente, le ofrecemos a Dios nuestro trabajo, por humilde o modesto que sea, como una contribución a su Gran Obra.
En este inmenso taller que es la vida, unos somos aprendices, otros compañeros y algunos maestros, y de acuerdo con esa clasificación está la naturaleza de nuestro trabajo. Como todo trabajo implica un salario, el nuestro será, ante todo, evolutivo. La paga que recibiremos por nuestra labor será el adelanto, el progreso, la abundancia, etc.
El mundo ha de ser mejorado por el hombre y en esta labor de mejoramiento, los masones han de ser los primeros. Trabajar para Dios, mejorando su obra y ayudando al prójimo en todo lo necesario, ésta ha de ser nuestra principal labor como masones. El trabajo masónico a que aquí hacemos referencia, puede ser manual, intelectual, artístico, religioso, etc. En la Gran Obra de Dios son necesarios los obreros de todas clases. En esta época en la que se le reconoce al trabajo sus valores sociales, económicos, espirituales, culturales, etc., la Masonería hace énfasis especial en sus valores morales y religiosos.
Esto constituye un altísimo mérito que nadie le podrá regatear a la Masonería. Recuérdese que en la antigüedad el trabajo era visto como cosa propia de hombres inferiores o esclavos, y téngase presente que en algunas de sus formas inferiores, era considerado como denigrante. Por eso resulta sorprendente el alto concepto que la Masonería tiene del mismo y, lo que es más extraño, que su héroe iniciático sea un hombre de trabajo, que alcanza su grandeza espiritual al preferir la muerte antes que traicionar los principios laborales que el mismo había establecido.
EI trabajo masónico de las logias es esencialmente un trabajo social y consiste en la labor que hace la Orden con la ayuda de las logias para resolver los problemas o satisfacer las necesidades sociales. Una de las razones de la existencia de la Masonería es el trabajo social. Por eso donde no hay trabajo social, no existe verdadera Masonería.
Las logias o la Orden Masónica no pueden limitarse o realizar obras de caridad o de bien público, porque su misión va más allá de eso. Porque si la Masonería se dedica a tales cosas únicamente; se convierte, simple y llanamente, en una asociación de beneficencia, como tantas otras que existen en el mundo profano.
Siendo la Masonería actual hija de la Filosofía de la ilustración, no podía pasar por alto el trabajo de la transformación social, que tanto tomó en cuenta dicha filosofía. En toda comunidad existen problemas de salud, de drogas, de transporte, de educación, etc., que deben ser estudiados o analizados por las logias, con el fin de aportar ayudas que pueden ser recursos materiales o ideas que contribuyen a la solución de éstos. O dicho de otro modo: de las logias deben salir soluciones, sugerencias, o ayudas materiales que sirvan para resolver los problemas sociales. Las logias deben convertirse en centros de bien social, donde existan grupos de hombres entregados a trabajar por el bien común, o sea, por el mejoramiento social.
Aspecto político
La Masonería considera que la política es una de las más nobles actividades humanas y la que más influencia tiene en la vida de los pueblos. Es tal su importancia, que sin ella la vida social sería imposible porque se caería en el caos ó en la anarquía. Pero para que pueda ejercer su benéfico influjo a plenitud, es necesario que se apoye en los principios del derecho y la moral.
La Masonería es partidaria de la democracia por cuanto ella respeta, dignifica y exalta la personalidad humana. Sus derechos y libertades inalienables e inminentes del hombre. Y aspira a que las leyes nacionales e internacionales que se promulguen en cuanto se refiere a los deberes y derechos de los pueblos y los hombres, se adapten al ideal democrático de convivencia humana que ella patrocina.
La Masonería Interamericana, por su parte, hace suya la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se compromete a luchar por su divulgación y cumplimiento, tanto en el mundo profano como en el masónico, y dispone su exposición obligatoria anual, en todos los talleres.
La Francmasonería debe ejercer una función activa en los problemas humanos y sociales, trazándose políticas y estrategias que sus obreros deben ejecutar. Uno de los propósitos de la Masonería es estudiar e impulsar, al margen de todo partido político o agrupación social, los problemas referentes a la vida humana, para asegurar la paz; la justicia y la fraternidad, sin diferenciación alguna de raza o nacionalidad. La Masonería prohíbe en sus talleres toda discusión política y religiosa, y acoge a todos los profanos, cualquiera que sean sus opiniones políticas o religiosas, con tal que sean libres y de buenas costumbres.
La Masonería, aunque es política, es apartidarista. Y no puede ser de otro modo, porque si se identifica con un régimen o partido político, crearía la división o la separación entre los masones. En eso la Masonería tiene la misma postura que mantiene en lo religioso. Como la Masonería es apartidarista, cuando interviene en la política lo hace en forma neutral o en favor de todos los partidos o del pueblo. En ciertos casos la Orden Masónica lo más que puede hacer es señalarle al partido ganador en una contienda política los problemas que a su juicio deben resolverse, a fin de que los solucione para bien de todos.
Aspecto institucional
La institución encargada de conservar, propagar y aplicar la Masonería se denomina la Orden Masónica, pero frecuentemente se la llama La Masonería, al igual que La Doctrina. La Orden Masónica o la Masonería consta de dos grandes cuerpos denominados: La Gran Logia y el Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia. La Gran Logia abarca un grupo determinado de logias, o sea, de instituciones masónicas menores que tienen a su cargo todo lo relativo a enseñanzas primarias o elementales de la Masonería. EI Supremo Consejo tiene bajo su mandato a una serie de agrupaciones que reciben distintos nombres y que se numeran desde el grado cuarto hasta el treinta y tres.
El régimen de gobierno de la Masonería es el democrático y en las Logias, igual que en el Estado democrático, el poder político está dividido en tres poderes independientes. En ella, el poder legislativo está representado por la asamblea constituida por los miembros de la logia. EI ejecutivo se halla representado por el Venerable Maestro o Jefe de la Logia, y el Judicial, por el Consejo Judicial, que hace las veces de tribunal. Los miembros de esos poderes son elegidos cada cierto tiempo, por voto directo y secreto, como ocurre en los gobiernos democráticos. La Orden Masónica o la Masonería se rige por un Estatuto General, que hace las veces de código, y por una constitución. Cada logia, además, tiene su reglamento interno. Las logias son autónomas y cada una tiene su estandarte y la facultad de nomb rar sus representantes ante las otras logias.
En las tenidas o sesiones ordinarias, la logia actúa como una asamblea legislativa: ante ella se presentan proyectos de resoluciones, que son verdaderas leyes. Cuando se presenta un proyecto de resolución, si se considera necesario, se nombra a una comisión para que proceda a su estudio, y se le da un plazo para ofrecer las conclusiones. Vencido éste, la comisión brinda su informe. Se abren los debates sobre el tema, y cuando el Venerable Maestro, que es el que preside la logia, considera que este ha sido suficientemente debatido, se cierran éstos, y el orador, que es el representante de la ley masónica, presenta sus conclusiones. Después de esto, se somete a votación el proyecto, y se aprueba o rechaza con modificaciones o no, según sea el caso.
El Venerable Maestro, como representante del Poder Ejecutivo de la logia, realiza el gobierno de ésta, en unión de dos ayudantes que reciben los nombres de Vigilantes, y de un asesor que es el Ex-Venelable Maestro del período anterior. Lo más arriba expuesto permite formarse una idea, bastante completa, de la organización política de la Masonería o La Orden Masónica, y de la índole democrática de ésta. Pero no está demás que a lo anterior agreguemos:
- 1ro.) Que la Orden Masónica o la Masonería se abstiene de todo acto confesional, y por tanto, no prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción religiosa, y rechaza TODA afirmación dogmática y todo fanatismo.
- 2do.) Que la Masonería o la Orden Masónica no es órgano de ningún partido político ni agrupación social.
- 3ro.) Que la Masonería o la Orden Masónica prohíbe toda discusión política o religiosa durante las reuniones de sus miembros.
Referencias
- ↑ Frau Abrines, L. y R. Arús. Diccionario Enciclopédico de la masonería. La Habana: La Propaganda Literaria, 1883, p. 148
- ↑ Torres Cuevas, E. Historia de la masonería cubana Seis Ensayos. Segunda edición. La Habana: Ediciones Imagen Contemporánea, 2005, p. 328.
- ↑ Torres Cuevas, E. Historia de la masonería cubana Seis Ensayos. Segunda edición. La Habana: Ediciones Imagen Contemporánea, 2005, p. 9.
Fuentes
- Torres Cuevas, E. Historia de la masonería cubana Seis ensayos. Segunda Edición. La Habana: Ediciones Imagen Contemporánea, 2005
- Cuba, Gran Logia de. Legislación Masónica Cubana. La Habana: Imprenta La Habanera, 1950.
- Gabriel Findel, J. Historia de la francmasonería. La Habana: Editorial Acacia, 1946.
- Ponte Domínguez, F. La masonería en la independencia de Cuba. La Habana: Modas Magazines, 1954.
- Ponte Domínguez, F. Historia de la masonería del Rito Escocés en Cuba. La Habana: Imprenta M. Inclán, 1961.
- La Guía 2000: La Masonería
- Masonería: Asociaciones secretas centenarias
- La masonería invisible (I): Símbolos, grados y organización. Manuel Guerra
- Los Ritos en la Masonería
- ¿Qué es masonería
- Masonería
- Guerra Gómez, Manuel. La trama masónica. Styria, 2006 ISBN 978-84-96626-21-8.
- Pepe Rodríguez. Masonería al descubierto (Del mito a la realidad 1100-2006) . Temas de Hoy, 2006 ISBN 978-84-8460-595-9.
- Knight, Christopher y Lomas, Robert. La clave masónica. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2004. ISBN 84-270-3059-2.
- Vidal Manzanares, Gustavo. Masones que cambiaron la historia: 18 semblanzas masónicas. Edaf. 2007. ISBN 978-84-414-1953-7.