Droga
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Droga. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es toda sustancia que introducida en un organismo vivo por cualquier vía (inhalación, ingestión, intramuscular, endovenosa) es capaz de actuar sobre el Sistema Nervioso Central (SNC), provocando una alteración física y/o psicológica, la experimentación de nuevas sensaciones o la modificación de un estado psíquico, es decir, capaz de cambiar el comportamiento de la persona, y que posee la capacidad de generar dependencia y tolerancia en sus consumidores.
Sumario
- 1 Definición
- 2 Condiciones para que una sustancia sea considerada droga
- 3 Drogas estimulantes
- 4 Datos de interés
- 5 Cuba contra las drogas
- 6 Véase también
- 7 Referencias
- 8 Fuentes
Definición
Una droga es cualquier sustancia con capacidad de alterar un proceso biológico o químico en un organismo vivo con un propósito no nutricional. Son ejemplos de sus innumerables usos, el alterar intencionalmente la conciencia, caso en el que se denomina mejor como sustancia psicoactiva; combatir una enfermedad, aumentar la resistencia física o modificar la respuesta inmunológica.
Popularmente, el término droga suele utilizarse preferencialmente para referirse a las de uso ilegal y que producen psicoactividad. Para las de uso médico es más común el término fármaco, medicamento, droga medicinal o simplemente remedio.
Paracelso decía en 1500, que todas las sustancias son venenos. Para él, la diferencia entre un veneno y un medicamento era la dosis, es decir que un medicamento administrado en dosis excesivas y durante un tiempo inadecuado se convierte en un factor perjudicial que puede llevar a la muerte de la persona.
Condiciones para que una sustancia sea considerada droga
Para que una droga sea considerada como tal, ha de cumplir con las siguientes condiciones:
- Ser sustancias que introducidas en un organismo vivo son capaces de alterar o modificar una o varias funciones psíquicas de éste (carácter psicótropo o psicoactivo).
- Inducen a las personas que las toman a repetir su auto-administración por el placer que generan.
- El cese en su consumo puede dar lugar a un gran malestar somático y/o psíquico (dependencia física y/o psicológica).
- No tienen ninguna aplicación médica y si la tienen, pueden utilizarse con fines no terapéuticos.
A efectos penales, el concepto de droga (a pesar de las diferentes formas de actuación en el organismo) engloba también las sustancias estupefacientes y psicotrópicas, naturales o sintéticas, cuyo consumo reiterado provoca la dependencia física u orgánica, así como el deseo irrefrenable de seguir consumiéndolas en mayores dosis a fin de evitar el síndrome de abstinencia.
La OMS menciona entre los estupefacientes a la marihuana (cannabis) y sus resinas, las hojas de coca y a la heroína, entre otras; y como psicotrópicos, los barbitúricos, las anfetaminas y los ampliadores de la conciencia. Las características propias de las drogas hacen de ellas sustancias sumamente peligrosas. Los efectos que producen en el organismo no son siempre iguales y cambian según la clase de droga, por ejemplo, unas son estimulantes y otras, depresoras. También varían de acuerdo con la dosis pues la misma droga puede causar efectos diferentes según sea la cantidad consumida. Dichos efectos se relacionan con las características psicofísicas de cada persona y con las particularidades del medio en que se produce el consumo. Por estas razones, nunca existe certeza sino probabilidad de que la droga produzca el efecto buscado. Adicción es la necesidad imperiosa de consumir droga regularmente (no ser capaz de moderar el consumo o suprimirlo). Viene determinada por fenómenos psíquicos y físicos.
Taquifilaxia es la necesidad de consumir dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos. La presentan muchos fármacos porque el organismo potencia sus mecanismos de degradación de la sustancia, pero a las drogas se añade un fenómeno de tolerancia psicológica. Los cuadros de abstinencia siempre son psicológicos y, en el caso de algunas drogas, son además síndromes físicos que pueden resultar mortales. Pueden controlarse con medidas terapéuticas sintomáticas o sustitutivas (sustancias menos nocivas, de efectos parecidos, que se retiran progresivamente).
Clasificación
Las drogas han sido clasificadas según múltiples sistemas de categorización, predominando, en la actualidad, las clasificaciones en función de sus efectos farmacológicos. Entre los diferentes tipos de clasificación empleados a lo largo del tiempo destacan los siguientes:
- Según sus efectos sobre el SNC.
- Drogas duras y drogas blandas.
- Drogas legales e ilegales.
Según los efectos producidos en el SNC, esta clasificación de las drogas constituye el sistema de clasificación más aceptado en la actualidad. Según éste las distintas sustancias podrían clasificarse en una o varias (drogas mixtas) de las siguientes categorías:
- Depresores del SNC o psicolépticos: inhiben el funcionamiento del SNC, enlenteciendo la actividad nerviosa y el ritmo de las funciones corporales. Entre los efectos que producen se encuentran relajación, sedación, somnolencia, sueño, analgesia e incluso coma. Ejemplos de estas sustancias los constituirían el alcohol, los diversos tipos de opiáceos, etc.
- Estimulantes o psicoanalépticos: Producen una activación general del sistema nervioso central, dando lugar a un incremento de las funciones corporales. Se establece una distinción entre estimulantes mayores (tales como la cocaína o las anfetaminas) y menores (como la nicotina o las xantinas: cafeína, teína, teobromina).
- Alucinógenos o psicodislépticos: también conocidos como perturbadores. Producen un estado de conciencia alterado, deforman la percepción y evocan imágenes sensoriales sin entrada sensorial. Ejemplos de estas sustancias los constituirían el LSD o las drogas de síntesis (que por los efectos que producen serían más bien consideradas como sustancias mixtas estimulantes-alucinógenas)
- Drogas duras y drogas blandas; la clasificación entre drogas duras y blandas es una forma poco precisa y arbitraria de designar a las drogas que en la actualidad se encuentra en desuso. En su origen esta distinción pretendió servir para distinguir las drogas altamente adictivas que comportan serios daños a la salud (duras), de las poco adictivas, que no presentan un riesgo grave para quien las consume (blandas). A pesar de ello esta distinción es aún empleada tanto en el discurso oficial como en el habla informal.
- Drogas duras: la cocaína, los opioides (morfina, heroína, etc.), el alcohol, o las anfetaminas son comúnmente descritas como drogas duras.
- Drogas blandas: el término es aplicado generalmente a los derivados del cannabis. Por lo general el término se aplica a sustancias cuyo consumo no conlleva patrones de comportamiento social desadaptativos, curiosamente, algunas drogas blandas como el cannabis y el crak están prohibidas en la mayoría de los países, mientras que drogas duras como el alcohol pueden ser adquiridas (aunque con restricciones) en la mayor parte del mundo.
La distinción entre drogas duras y blandas es importante en la política de drogas de los Países Bajos, entre otros estados, donde ciertas drogas blandas gozan de la tolerancia oficial, aunque casi siempre están sujetas a restricciones en cuanto a su comercio, producción y consumo.
Drogas estimulantes
Cocaína
Artículo principal: Cocaína.
La cocaína es un alcaloide contenido en las hojas del arbusto Erythroxylon coca siendo químicamente un derivado de la latropina. Es un estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares a las anfetaminas. Además, es un enérgico vasoconstrictor y anestésico local, siendo absorbido por las mucosas nasales cuando se aspira, se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina.
Las consecuencias de su consumo son complejas, involucrando daños de muy diversa índole: cerebrales, sociales, familiares, etc. La cocaína estimula el sistema nervioso central, actuando directamente sobre el cerebro. Sus efectos fisiológicos inmediatos son: sudoración, aumento en la potencia muscular, midriasis, incremento de actividad cardíaca y presión sanguínea, dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, convulsiones, aumento en el ritmo respiratorio y de la temperatura corporal. Estos síntomas pueden provocar la muerte por paro cardíaco o fallas respiratorias. Además se presentan irritaciones y úlceras en la mucosa nasal.
La cocaína es una droga extremadamente adictiva, cuyos efectos se perciben en un lapso de 10 segundos y duran alrededor de 20 minutos. Actúa directamente sobre los centros cerebrales encargados de las sensaciones del placer. Dada su alta capacidad de producir daños y hasta destrucción celular, las sensaciones que eran placenteras en sujetos recién iniciados se convierten en efectos desagradables como agitación, llanto, irritabilidad, alucinaciones de tipo visual, auditiva y táctil, delirio paranoide, amnesia, confusión, fobias o terror desmedido, ansiedad, estupor, depresión grave y tendencias suicidas.
Los adictos habituales presentan tolerancia y necesitan de mayores dosis para alcanzar iguales resultados. A ésto puede llegarse por causas diversas pero siempre relacionadas con factores familiares, sociales y ambientales determinantes. Dado que los efectos de la cocaína sobrepasan su punto álgido a los treinta minutos, el individuo precisa varias dosis durante el día para alcanzar cierta estabilidad emocional y evitar el efecto disfórico que la propia droga ocasiona luego de varias horas desde la ingesta.
Heroína
Artículo principal: Heroína.
La heroína es una droga adictiva cuyo uso constituye un grave problema en los Estados Unidos. Estudios recientes sugieren que ha habido un cambio en la forma en que se usa la heroína, pasando de inyectársela a inhalarla o fumarla, debido a que ahora se consigue una heroína de mayor pureza y que prevalece el concepto erróneo de que estas formas de empleo son más seguras.
La heroína es un derivado de la morfina, una sustancia que ocurre naturalmente y se extrae de la bellota de la amapola o adormidera asiática. La heroína generalmente aparece en forma de polvo blanco o marrón. Los nombres callejeros relacionados con esta droga incluyen "pasta", "H", "dama blanca", "polvo blanco" y "lenguazo" en español y "smack", "H", "skag", y "junk" en inglés. Otros nombres se refieren al tipo de heroína producido en una zona geográfica específica, como el "Mexican black tar" ("alquitrán negro mejicano").
El abuso de la heroína está asociado con consecuencias graves para la salud, incluyendo la sobredosis mortal, el aborto espontáneo, la oclusión de las venas y, particularmente en el caso de los usuarios que se la inyectan, enfermedades infecciosas, incluyendo el VIH/SIDA y la hepatitis. Los efectos a corto plazo del abuso de la heroína aparecen poco después de la primera dosis y desaparecen en unas pocas horas. Las facultades mentales se turban debido a la depresión del SNC. Los efectos a largo plazo de la heroína aparecen después de haber usado la droga repetidamente por algún período de tiempo. Los usuarios crónicos pueden sufrir oclusión de las venas, infección del endocardio y de las válvulas del corazón, abscesos, celulitis, y enfermedades del hígado.
Marihuana
Artículo principal: Marihuana.
El cannabis sativa es un arbusto silvestre que crece en zonas templadas y tropicales, pudiendo llegar una altura de seis metros, extrayéndose de su resina el hachís. Su componente psicoactivo más relevante es el delta-9-tetrahidrocannabinol (delta-9-THC), conteniendo la planta más de sesenta componentes relacionados. Se consume preferentemente fumada, aunque pueden realizarse infusiones, con efectos distintos. Un cigarrillo de marihuana puede contener 150 mg. de THC, y llegar hasta el doble si contiene aceite de hachís, lo cual según algunos autores puede llevar al síndrome de abstinencia si se consume entre 10 y 20 días.
Los síntomas característicos de la intoxicación son: ansiedad, irritabilidad, temblores, insomnio, muy similares a los de las benzodiacepinas. Puede presentarse en distintas modalidades de consumo, sea en hojas que se fuman directamente, en resina del arbusto o en aceite desprendido de éste último. De la modalidad en que se presente la droga dependerá su denominación: "marihuana" es el nombre de las hojas del cáñamo desmenuzadas, que después de secarse y ser tratadas pueden fumarse (también es conocida como "hierba", "marijuana", mariguana", "mota", "mafú", "pasto", "maría", "monte", "moy", "café", "chocolate", "chala", etc.; en inglés se la conoce como: "pot", "herb", "grass", "weed", "Mary Jane", "reefer", "skunk", "boom", "gangster", "kif", "ganja", etc.); su efecto es aproximadamente cinco veces menor que el del hachís.
Hachís
Artículo principal: Hachís.
El nombre "hachís" (también conocido como "hashis") deriva de los (hashiscins) árabes, que combatieran en las cruzadas entre los años 1090 y 1256. El hachís se obtiene de la inflorescencia del cáñamo hembra, sustancia resinosa que se presenta en forma de láminas compactas con un característico olor. La marihuana es la forma más frecuente, conteniendo de 0,3 a 3,5 % de THC; la concentración de THC llega al 10 % en el hachís, siendo su efecto diverso según factores como la velocidad con la que se fuma, la duración de la inhalación, cantidad inhalada, tiempo que el consumidor retiene la respiración después de inhalar y el estado anímico del sujeto. El consumo oral, tanto de marihuana como de hachís, implica efectos psicológicos similares a los expresados en la forma fumada pero de mayor intensidad y duración y con efectos nocivos potenciados.
En la actualidad, los científicos sostienen que la marihuana no puede considerarse medicamento en ninguna de las formas en que es consumida por los adictos. Al tratar su posible uso como medicamento, se distingue entre la marihuana y el THC puro y otros químicos específicos derivados del cannabis. La marihuana pura contiene cientos de químicos, algunos de ellos sumamente dañinos a la salud. El THC en forma de píldora para consumo oral (no se fuma) podría utilizarse en el tratamiento de los efectos colaterales (nauseas y vómito) en algunos tratamientos contra el cáncer. Otro químico relacionado con el THC (nabilone) ha sido autorizado por la "Food and Drug Administration" de Estados Unidos para el tratamiento de los enfermos de cáncer que sufren náuseas.
Estudios recientes demuestran que la marihuana crea disfunciones mentales y disminución de la capacidad intelectual en las personas que la fuman mucho y por muchos años. En un grupo de fumadores crónicos en Costa Rica, se encontró que los sujetos tenían mucha dificultad en recordar una corta lista de palabras (que es una prueba básica de memoria). Las personas en el estudio también tuvieron gran dificultad en prestar atención a las pruebas que se les presentaron. Hay evidencias de que el humo de la marihuana contribuye al desarrollo temprano del cáncer de cabeza y de cuello. Además de esto se pueden apreciar una serie de trastornos que se clasifican en tres grandes grupos, los trastornos reproductivos, los trastornos inmunológicos y los trastornos respiratorios.
Éxtasis
La metilendioximetanfetamina (MDMA) (también conocida como "éxtasis", "ectasi", "XTC", "tiza", "cristal", "X", etc.) es una droga sintética sicoactiva con propiedades alucinógenas de gran potencial emotivo y perturbador psicológico, con efectos similares a las anfetaminas. Es una droga peligrosa en extremo por sus propiedades neurotóxicas y alta adicción, afectando a diversas zonas del sistema nervioso central. Su producción se realiza en laboratorios clandestinos a partir de materias primas relativamente fáciles de conseguir.
De color blanco, sin olor pero con sabor amargo, se presenta en forma de comprimidos, cápsulas o en polvo cristalino que se disuelve en líquidos, pudiendo ser bebida, ingerida o inyectada. Sus consumidores son principalmente jóvenes adultos, que buscan en ella un estimulante que los lleva a bailar durante extensos períodos de tiempo (por ello se las suele denominar "disco-drogas", "club-drugs", "dance-drugs", etc.).
El éxtasis produce efectos síquicos de gran potencial perturbador, cuya duración fluctúa entre las 3 y las 6 horas desde su consumo. Inicialmente el sujeto experimenta sensaciones de confianza y excitación, a las que sigue un estado de hiperactividad. Los efectos del estimulante se diluyen provocando trastornos sicológicos, confusión, problemas con el sueño (pesadillas, insomnio), pérdida de memoria, deseo incontenible de consumir nuevamente drogas, depresión, violencia, ansiedad grave, psicosis y paranoia. Estos efectos se presentan incluso luego de varias semanas del consumo. También se informaron casos graves de psicosis. Entre los síntomas físicos se citan: hiperpnea, taquicardia, anorexia, tensión y trastornos musculares similares a los presentes en la enfermedad de Parkinson, bruxismo, náuseas, visión borrosa, nistagmos, desmayos, escalofríos y sudoración excesiva, signo característico durante la intoxicación. Se ha comprobado que el aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial es causal de ataques cardíacos y otros trastornos cardiocirculatorios.
Las investigaciones demuestran que la MDMA destruye las neuronas productoras de serotonina, que regulan directamente la agresión, el estado de ánimo, la actividad sexual, el sueño y la sensibilidad al dolor. Es probable que esta acción sobre el sistema productor de serotonina sea el origen de las propiedades síquicas. La MDMA también guarda relación en su estructura y sus efectos con la metanfetamina, la cual ha demostrado ser causante de la degeneración de las neuronas que contienen la sustancia neurotransmisora dopamina. En experimentos de laboratorio, una sola exposición a la metanfetamina en dosis elevadas o el uso prolongado en dosis bajas destruye hasta un 50% de las células cerebrales.
Aunque éste daño no sea inmediatamente aparente, los estudios científicos muestran que con el envejecimiento o la exposición a otros tóxicos pueden aparecer síntomas de la enfermedad de Parkinson. Estos comienzan con falta de coordinación y temblores y a la larga pueden causar una forma de parálisis.
Crack
Artículo principal: Crack.
El crack es el nombre popular del producto que se obtiene convirtiendo el clorhidrato de cocaína en cristales o “rocas” mediante un proceso químico sencillo. En lugar de emplear el método más volátil de tratamiento de cocaína con éter, el crack se manipula con amoníaco o bicarbonato de sodio y agua, mezcla que se expone al fuego para retirar el clorhidrato la sustancia que queda - similar a la cocaína- puede fumarse. Con este procedimiento se produce una sustancia similar a la cocaína que puede fumarse. El término crack se refiere al crujido que se oye cuando la mezcla se calienta, fenómeno en el que intervendría principalmente el bicarbonato de sodio. Otras denominaciones: Roca, cristal, baseball, doña blanca, blanca nieves, champaña, azúcar.
LSD
Artículo principal: LSD.
La LSD (dietilamida del ácido lisérgico) es una de las principales drogas en la categoría de los alucinógenos. Fue descubierta en 1938 y, entre las sustancias químicas que alteran el estado de ánimo, es una de las más potentes. Se fabrica a partir del ácido lisérgico, encontrado en el cornezuelo, un hongo que crece en el centeno y otros cereales. La LSD, comúnmente llamada "ácido", se vende en la calle en tabletas, cápsulas y, a veces, en forma líquida. Es inodora, incolora y tiene un sabor ligeramente amargo. Suele consumirse por vía oral. Con frecuencia, se agrega la LSD a un papel absorbente, como el papel secante, que se divide en pequeños cuadrados decorados, cada uno de los cuales constituye una dosis. La Administración para el Control de Estupefacientes (DEA, por sus siglas en inglés) reporta que las muestras de LSD que se obtienen hoy en día de fuentes ilícitas tienen una potencia que varía de 20 a 80 microgramos de LSD por dosis. Esto es mucho menos que las concentraciones reportadas durante la década de los 60 y comienzos de los 70, cuando la dosis por unidad variaba entre 100 y 200 microgramos o más.
Peligros para la salud
Los efectos de la LSD son impredecibles. Dependen de la cantidad ingerida; de la personalidad, estado de ánimo y expectativas del usuario; y del ambiente en el que se usa la droga. Por lo general, el individuo siente los primeros efectos de la droga de 30 a 90 minutos después de tomarla. Los efectos físicos incluyen dilatación de las pupilas, sudoración, falta de apetito, insomnio, sequedad en la boca, temblores y aumento de la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Las sensaciones y los sentimientos cambian de forma mucho más drástica que las señales físicas.
Los que consumen LSD pueden manifestar síntomas persistentes parecidos a los de la esquizofrenia o la depresión. Es difícil determinar el alcance y el mecanismo de conexión de la LSD con relación a estas enfermedades. La mayoría de los usuarios de LSD disminuyen o abandonan voluntariamente su uso con el transcurso del tiempo. La LSD no se considera una droga adictiva, ya que no causa un comportamiento compulsivo tendiente a la búsqueda de la droga, como sucede con la cocaína, las anfetaminas, la heroína, el alcohol y la nicotina. Sin embargo, al igual que muchas de las drogas adictivas, la LSD produce tolerancia, de manera que algunas personas que usan la droga repetidamente deben tomar dosis cada vez más fuertes para lograr el mismo estado de intoxicación que lograban anteriormente. Dada la naturaleza impredecible de la droga, esta práctica es sumamente peligrosa.
Anfetaminas
Artículo principal: Anfetaminas.
El consumo de este excitante está ampliamente extendido y distribuido por todas las clases sociales. A diferencia de lo que sucede con la cocaína que la consumen preferentemente los sectores medios y altos, las anfetaminas son consumidas tanto por ejecutivos que pretenden sobreexcitación como por amas de casa que buscan un anoréxico para sus dietas o por estudiantes que preparan exámenes. Al incidir en el sistema ortosimpático causan hipertensión, taquicardia, hiperglucemia, midriasis, vasodilatación periférica, hiperpnea, hiporexia, etc. El estado de ánimo del adicto oscila entre la distrofia y la hipomanía, presentándose ansiedad, insomnio, cefalea, temblores y vértigo. Pueden aparecer cuadros depresivos y síndromes paranoides anfetamínicos. A dosis normales, sus efectos varían de acuerdo al individuo y las condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros, hiperactividad y sensación desbordante de energía, pero también causan temblor, ansiedad irritabilidad, ira inmotivada y repentina, trastornos amnésicos e incoherencia. En la última fase se describen depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides, alucinaciones y trastornos de conducta.
El consumo de anfetaminas puede conducir a actuaciones agresivas, al igual que los barbitúricos y el alcohol, por su gran efecto euforizante, unido a un descontrol en los instintos inhibitorios. Tales situaciones se producen cuando las dosis suministradas, generalmente por vía endovenosa, superan los 2 gr. Está demostrado un mayor potencial en las anfetaminas que en la cocaína, tanto en su punto más álgido como en la duración de los efectos. Reacciones muy graves se producen al consumirlas con barbitúricos en el conocido fenómeno de la pluritoxicomanía. Tomadas en dosis importantes son causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y miedo. También pueden precipitar psicosis paranoide en sujetos no psicóticos. La psicosis anfetamínica desarrollada por el sujeto se asemeja a la psicosis paranoica y a la esquizofrenia paranoica.
Barbitúricos
Artículo principal: Barbitúricos.
Son los fármacos más utilizados en los países desarrollados. En 1887 se describieron los primeros cuadros de dependencias a tranquilizantes como el paraldehído, habiéndose extendido posteriormente a sustancias como cloral, barbitúricos, bromureído, diazepam, meprobamato, matacuolona, etc. El consumo de estas sustancias está extendido en toda la población sin haberse detectado grupos sociales o de edad determinados, aunque están más predispuestas las mujeres. En pequeñas dosis se utilizan como ansiolíticos, es decir, como fármaco que mitigan la angustia e intranquilidad, y en grandes cantidades sus efectos son embriagadores, similares a los que puede producir el alcohol. Estas sustancias provocan una dependencia física y psíquica, así como tendencia a aumentar el consumo por el grado de tolerancia que poseen. Los sujetos con base neurótica son los más predispuestos a la dependencia de esta sustancia, al desear aliviar la ansiedad que sufren. La mortalidad por sobredosis es elevada, siendo el tipo de fármaco más usado para el suicidio.
El consumo simultáneo con alcohol es frecuente, creando interacciones potenciadoras de los efectos de ambas drogas, caracterizadas por trastornos en la coordinación psicomotriz y por el descenso del nivel de conciencia. A grandes dosis pueden presentarse cuadros comparables al "delirium tremens" del alcohol. Determinados toxicómanos consumen esta sustancia en unión de otras como alcohol, café o anfetaminas, llegando a situaciones de perturbación psíquica y física muy importantes y afectando muy notoriamente el autocontrol. La dependencia aparece después de varios meses de haber ingerido dosis diarias, aunque depende del tipo de barbitúrico. El consumo continuado durante años llega a cambiar la personalidad, transformándola en más irritable, depresiva, y comporta pérdida de memoria y concentración. Con el tiempo los síntomas van instalándose en el sujeto pudiendo quedar una obnubilación mental permanente. En fases muy avanzadas aparecen crisis crepusculares, desorientación y alucinaciones que remiten en varios días tras disminuir o abandonar el consumo pero que pueden extenderse hasta dos meses.
Inhalantes
Dentro de este grupo de sustancias pueden citarse: adhesivos como: colas, tolueno, xileno, acetona, benzoles, benzaldehido; aerosoles-sprays-gases: gases propelentes, óxido nitroso; cementos plásticos: hexano; solventes de pinturas y relacionados: petróleo, butano, trementina, aguarrás; líquidos para limpieza: xileno, benzol, éter de petróleo; anestésicos: éter etílico puro; combustibles: bencina, naftas; thinner: hidrocarburos halogenados; vasodilatadores: nitrito de amilo, nitrito de butilo; y muchas otras más.
El consumo de estas sustancias presenta graves problemas sanitarios. Sus consumidores son principalmente marginales, especialmente niños, aunque la adicción también se da con relativa frecuencia en ciertos grupos profesionales. Las edades más frecuentes del uso crónico de inhalantes son al principio o al final de la adolescencia. Esto se debe en parte a la invitación o presión por parte de los compañeros de escuela y amigos, curiosidad e ignorancia de los efectos tóxicos e inseguridad personal. Lo más importante es la ignorancia del problema en la casa y la negación de los padres de que sus hijos puedan tener este problema. Los motivos del consumo se deben a la curiosidad, aburrimiento, falta de estímulos, desarraigo y falta de pertenencia.
En el caso de los profesionales, el contacto habitual con las sustancias puede crear una adicción involuntaria; la adicción voluntaria es menos frecuente, aunque no excepcional. Generalmente estos productos son fáciles de obtener y están al alcance del adicto, son muy baratos, y no precisan de instrumentos para su uso. Asimismo, no es necesario contactar a un criminal para obtenerlos. Su uso puede hacerse en cualquier lugar, son fáciles de esconder y difíciles de detectar. Otro factor muy importante es el desconocimiento de las consecuencias y peligros de su uso. Estas sustancias se consumen en determinadas zonas rurales, como así también en ambientes marginales o de bajos recursos, donde son de las pocas drogas a las que tiene acceso fácil. Ello agrava el problema de una sustancia legal que es utilizada de forma incorrecta. La adicción a estas sustancias es el paso previo a otras drogas, llevando situaciones irreversibles. Esto suele ser desconocido tanto por la familia como por el entorno social, dado que estas sustancias pasan desapercibidas y no son relacionadas con adicciones.
Grupos de consumidores
Existen tres grandes grupos de consumidores:
- Niños y adolescentes de poblaciones marginadas que consumen en grupo.
- Adultos que acceden al químico por su profesión o por asociación con grupos de personas con hábitos similares.
- Adultos marginales que inhalan las sustancias al igual que los niños, pero en solitario.
El aspecto familiar es determinante para entender el fenómeno, habiéndose constatado cómo los inhaladores también presentan problemas con el alcohol, siendo de una clase social media baja y baja, y con problemas de abandono familiar. El uso continuado provoca dependencia psíquica, creando una situación de necesidad de ingesta similar a otras drogas. A consecuencia de la rápida distribución por los pulmones, el inicio de la intoxicación es inmediato. Se relaciona el consumo de estas sustancias con conductas criminales y autodestructivas. La sensación de euforia primero y aturdimiento después, habitual con estos tóxicos, conlleva una perturbación psíquica grave que altera la inteligencia y la percepción. Está acreditado el fenómeno de la tolerancia respecto de los efectos en el sistema nervioso central, mientras que la dependencia física es discutida.
El nivel de inteligencia disminuye, haciendo frecuentes los problemas escolares. Se presentan cambios y descuido en la apariencia física, falta de higiene, falta de atención, alteración de la memoria, disminución de la capacidad de abstracción y razonamiento, personalidad antisocial, agresividad, depresión, ataques de pánico, ansiedad y alucinaciones con trastorno en el juicio crítico y la percepción. Se presentan ataxia, oraciones incoherentes y precipitadas, diplopia, náuseas y vómitos. La interrupción de la inhalación, como así también una intensa aspiración, pueden provocar la muerte. Son causales de dependencia psíquica, pudiéndose presentar psicosis tóxicas con daños cerebrales irreparables. Los inhalantes producen una fácil sugestionabilidad, dándose experiencias alucinatorias colectivas, lo que da ejemplo de la complejidad de la intoxicación. También provoca sentimientos paranoides y excitación sexual.
Se considera que la embriaguez por inhalantes es de mayor gravedad que la alcohólica, a pesar que los efectos de la intoxicación no son muy prolongados. Uno de los inhalables adictivos más difundidos es el tolueno, sustancia presente en cierto tipo de pegamentos para cueros, gomas, cauchos, corchos, cartones, etc. Los efectos agudos acostumbran a durar entre 30 y 45 minutos. Las consecuencias psico-perceptivas del consumo de este tipo de sustancias es alarmante, presentándose cuadros de exaltación, alucinaciones visuales, auditivas y táctiles, como así también ilusiones catatímicas. El pegamento plástico y los correctores ortográficos contienen químicos adictivos, siendo muy utilizados por menores y adolescentes, habiendo aumentado considerablemente su consumo en los últimos años.
En un principio, las primeras ingestas suponen un estado de euforia o subida del ánimo, pero tras instalarse la tolerancia que se desarrolla tras semanas o meses los consumidores habituados deben inhalar varios tubos de sustancia para alcanzar el efecto deseado. La intoxicación se caracteriza por euforia, excitación, sensación flotante, vértigo, habla farfullante y ataxia. La inhalación va acompañada de pérdida de inhibición con sensación de fuerza y capacidad no reales. La intoxicación otorga agresividad, euforia, exaltación y situaciones violentas, por lo que se potencian las posibilidades de comisión de delitos, a lo siguen, al igual que con el alcohol, periodos de amnesia donde el adicto no recuerda absolutamente nada de lo acaecido durante la intoxicación. En ocasiones aparecen alucinaciones visuales que pueden llegar a durar varias horas, lo que demuestra su gran potencial perturbador.
Los síntomas y efectos pueden ser muy variados, dependiendo del tipo de sustancia química y de la cantidad inhalada o aspirada. Frecuentemente hay olor o aliento a sustancias químicas, irritación de nariz, labios, boca o piel, manchas de sustancias químicas o pintura en la nariz, boca, manos y/o en la ropa. Los ojos suelen estar enrojecidos, algunas veces con movimientos oculares laterales rápidos involuntarios (nistagmus). Los efectos inmediatos son: mareos, somnolencia, pérdida del equilibrio, falta de coordinación, embriaguez, temblores, alteración de la memoria, falta de concentración, lentitud de movimientos, lenguaje lento e incoherente. Puede seguir un estado de excitación, tensión muscular, aprensión, agitación, irritabilidad, cambios en la presión arterial y ritmo cardiaco. Se presentan cambios de conducta y personalidad, pudiendo presentarse casos de furia histérica y violencia verbal y/o física. Debido a que el efecto dura de 15 a 45 minutos, el adicto tiende a inhalar nuevamente la sustancia tóxica. Pueden presentarse nauseas, vómitos y anorexia. Inmediatamente después del uso pueden presentarse convulsiones, estado de coma, y muerte súbita por arritmia, fallas cardíacas, asfixia, o accidente vascular cerebral. Luego de algunas horas, pueden desarrollarse acumulación de líquido e inflamación de los pulmones (edema pulmonar), hipoxia o anoxia, neumonías, convulsiones.
El uso repetido o crónico deja daño permanente en el organismo: temblores, falta de coordinación, pérdida del sentido del equilibrio, reducción de la memoria e inteligencia, estados de depresión o psicosis, infartos cerebrales, trastornos del lenguaje y la memoria, epilepsia, trastornos en la sensibilidad y movimiento de las extremidades, daño al hígado y riñones, leucemia, bronquitis crónica, ceguera, sordera, daño cerebral permanente, problemas respiratorios crónicos.
Daños físicos
Cerebelo
Es el centro de la mayoría de las funciones involuntarias del cuerpo. El abuso severo de inhalantes daña los nervios que controlan los movimientos motores, lo que resulta en pérdida de coordinación general. Los adictos crónicos experimentan temblores y agitación incontrolable.
Cerebro
Las sustancias inhalables afectan diferentes partes del cerebro, provocando alteraciones sensoriales y psicológicas. Los estudios indican que estas sustancias disuelven la capa protectora de mielina que envuelve a las neuronas, dañando la corteza cerebral y pudiendo derivar en muerte celular (irreversible). Esto acarrea cambios permanentes de personalidad, pérdida de la memoria, alucinaciones y problemas de aprendizaje.
Corazón
El abuso de inhalantes puede resultar en "Síndrome de muerte súbita por inhalantes". Las dos sustancias que más frecuentemente han causado estas muertes son el tolueno y el gas butano. El gas freón interfiere en el ritmo natural del corazón, causando paro cardíaco. Los nitratos de amilo y butilo también afectan el ritmo cardíaco.
Hígado
Los compuestos halogenados, como el tricloro etileno (presente en pinturas en aerosol y correctores escolares líquidos) causan daño permanente a los tejidos hepáticos.
Otros
Se ha probado que el benzeno, componente de las naftas y gasolinas, causa leucemia. El abuso crónico de inhalantes causa desgaste de músculos, reduciendo el tono y su fuerza. El tolueno atrofia estos nervios, causando problemas visuales y pobre coordinación de los ojos. Además, destruye las células que envían el sonido al cerebro. Ello deriva en graves posibilidades de cegueras y sorderas. Inhalación crónica de óxido nitroso (propelente) y el hexano (presente en algunos pegamentos y combustibles) resulta en daño a los nervios periféricos. Los síntomas incluyen: adormecimiento de extremidades, calambres y parálisis total.
Algunas sustancias como los nitritos y el cloruro de metileno (thinner de pintura), bloquean químicamente la capacidad de transportar el oxigeno en la sangre. La inhalación repetida de pinturas en aerosol resulta en daño pulmonar. Casos de asfixia se han reportado cuando la concentración de solvente desplaza totalmente el oxigeno en los pulmones. Además se presentan graves irritaciones en las mucosas nasales y tracto respiratorio. Muchos químicos inhalables son potentes agentes causantes de cáncer.
Tabaco
Artículo principal: Tabaco.
La adicción a los productos derivados del tabaco es la más extendida. Su aceptación cultural considera a su consumo en primer lugar como una fuente de placer y en segundo como un simple vicio o mala costumbre. Se ha determinado que los cigarrillos y otros productos de tabaco, tales como cigarros puros, tabaco para pipa o rapé (en polvo), son adictivos y que la nicotina es la droga del tabaco causante de adicción. Además, se sabe que el tabaquismo es un importante causal de accidentes cardíacos y cerebrovasculares, y ocupa los primeros lugares entre los factores que provocan cáncer. La nicotina provoca una de las adicciones más potentes, desarrollando en el fumador un conjunto de signos y síntomas denominado síndrome nicotínico. A mayor cantidad de signos o síntomas presentes, mayor porcentaje de posibilidades de estar frente a un adicto nicotinómano.
La nicotina absorbida al fumar cigarrillos o puros tarda sólo segundos en llegar al cerebro, pero tiene un efecto directo en el cuerpo hasta por 30 minutos. Los estudios han mostrado que la tensión nerviosa y la ansiedad afectan la tolerancia a la nicotina y la dependencia de ella. La hormona producida por la tensión nerviosa o corticosterona reduce los efectos de la nicotina, haciendo necesario consumir mayores cantidades para lograr el mismo efecto. Esto aumenta la tolerancia y lleva a una mayor dependencia. Se ha demostrado científicamente que la tensión puede ser la causa directa de una recaída a la autoadministración de nicotina después de un período de abstinencia. Esta adicción produce síntomas de abstinencia cuando una persona trata de dejar de fumar.
Adicionalmente, los problemas afectan a terceros que inhalan el humo ambiental del tabaco (fumadores pasivos). Se ha demostrado que este humo causa cáncer de pulmón y aumentan significativamente los casos de ataques asmáticos, infecciones cardiorespiratorias y muerte súbita. Encuestas realizadas por la Oficina de Estudios Aplicados de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y de Salud Mental de EE.UU. mostraron la correlación entre el uso del cigarrillo y el de marihuana en los adolescentes. Se encontró que entre quienes habían fumado marihuana alguna vez en su vida, el 74 por ciento habían fumado cigarrillos antes de fumar marihuana. La encuesta señaló además que los fumadores corrientes tienen más probabilidades de ser grandes bebedores y usar drogas ilícitas.
Alcohol
Artículo principal: Alcoholismo.
Las causas del alcoholismo son muy variadas, no habiendo acuerdo científico sobre este aspecto. Los factores cultural y biológico-genético explican gran parte de la patología. Esta adicción afecta a todas las clases sociales, por lo que no es aceptable una teoría que atienda al carácter sociocultural bajo como factor predisponente a la adicción, dado que en las clases altas el consumo es extensivo. En cuanto al nivel de estudios es evidente que la falta de escolarización y cultura condiciona la adicción, pero no es específico del alcohol, sino de todas las drogas. No se puede atribuir una explicación única de las toxicomanías, ya que influyen problemas sociales tan variados como el delito, los problemas familiares, el desempleo o la salud. La adicción al alcohol posee aspectos culturales importantes desde el momento en que el consumo es lícito y los menores, a pesar de las prohibiciones, no tienen problema para consumirlo. La publicidad y la permisibilidad aumentan el número de consumidores. El entorno familiar puede ser determinante: ante la situación familiar distorsionada el sujeto erige defensas psicológicas contra la ansiedad. Por otra parte, los menores tienden a seguir el ejemplo de sus mayores.
Otros motivos del alcoholismo son los deseos de evasión y de autodestrucción, dados el gran número de suicidios que presenta esta enfermedad. Se han logrado importantes progresos en la comprensión de la predisposición genética al alcoholismo. Estudios hechos sobre gemelos y hermanos mellizos indican que hay más de un gen responsable de esta predisposición.
Los efectos del alcohol son inmediatos debido a que es absorbido casi instantáneamente, pasando directamente al torrente sanguíneo. Al llegar al cerebro, narcotiza las neuronas dificultando primero e impidiendo luego la comunicación entre ellas. Esto se produce en primer término en las regiones del cerebro encargadas del razonamiento y otros procesos complejos. A medida que la alcoholización progresa se afectan las regiones primitivas. Los estudios demuestran una disminución significativa en la capacidad de reacción ante estímulos visuales y auditivos, que explican la gran cantidad de accidentes que producen. La reacción auditiva disminuye en un 16 % con alcoholemia de 500 mg/I. Respecto a la coordinación y dirección, los tests acreditan un aumento de errores y disminución en la velocidad de ejecución, con deterioro de la capacidad de atención en un 30 %. Un 0,05 % de alcohol en la sangre deprime las respuestas aprendidas recientemente, disminuyendo las inhibiciones y restricciones sociales y afectando al juicio. A un nivel de 0,10 % se narcotizan los centros cerebrales más antiguos y se dificultan relativamente la locución y la actividad motora. Un 0,20 % afecta profundamente el área motriz del cerebro y 0,30 % altera gravemente la percepción sensorial, entrando en un estado de estupor. A nivel de 0,40 % prácticamente se anula la percepción y la persona se encuentra narcotizada y en coma. Con niveles del 0,60 al 0,70 se afectan los centros cerebrales primitivos que controlan la respiración y la frecuencia cardiaca, y sobreviene la muerte.
La recuperación del alcohólico consta de diferentes etapas. Inicialmente el tratamiento se realiza bajo estricto control médico. La terapia consiste en la total supresión de su consumo coadyuvado con dietas especiales que equilibran el organismo. Paralelamente, puede ser necesario el uso de fármacos que disminuyan los temblores nerviosos y otros síntomas de abstinencia. Logrado un equilibrio metabólico y psicológico aceptable, comienza el tratamiento psiquiátrico que normalmente.
Benzodiacepinas
Su compuesto activo es el flunitrazepam. Es una benzodiacepina, depresora del Sistema Nervioso Central, hipnótico. Es un potente inductor del sueño. Esta benzodiacepina disminuye el estado de ansiedad de quien la consume. También induce el relajamiento muscular y el sueño. Su presencia en el flujo sanguíneo dura entre seis a ocho horas (vida media intermedia). Por lo general, se receta a personas con problemas de insomnio. Debido a su alto potencial de abuso, su venta es muy controlada y sólo se efectúa presentando una receta cheque. Existen casos de consumo abusivo de Rohypnol sin prescripción médica por vía nasal. El flunitrazepam, aspirado de esta forma, recibe en Chile el nombre popular de "chicota". Otras denominaciones: Chicota, Píldora del olvido, Tropieza y cae, Borra mentes, Roofies, Roach, Ropies.
Son abletas de uno o dos miligramos, generalmente blancas, solubles, sin olor ni sabor. Se administran por Oral, pero se ha descrito abuso sin prescripción médica inhalada por la nariz (chicota). Tiene efectos sedativos e hipnóticos que pueden durar hasta ocho horas. Produce relajación muscular y alarga el tiempo total de sueño. Puede producir somnolencia, debilidad y mareos al día siguiente. Según el Formulario Nacional de Medicamentos del Ministerio de Salud puede producir “amnesia de tipo anterógrado” o falla de la memoria de hechos ocurridos después de la administración del fármaco. El mal uso del Rohypnol se relaciona generalmente con la potenciación de los efectos provocados por la heroína. También se ha relacionado con actos delictuales, como violaciones. Por su gran capacidad para inducir el sueño, su abuso puede generar estados de profunda somnolencia, lo que expone a la persona a situaciones de alto riesgo.
El uso indebido puede producir: Sensación de embriaguez. Sueño. Dificultad para hablar. Trastornos de criterio. Dificultad para caminar. Pérdida temporal de la memoria. En algunos casos, agresividad. Dificultades respiratorias. El síndrome de abstinencia puede presentar dolor de cabeza, dolor muscular, ansiedad, tensión, cansancio, confusión e irritabilidad.
Información vital: Si alguien que ha consumido Rohypnol pierde el conocimeinto hay que llamar inmediatamente a una ambulancia.
Floripondio
Se llama Brugmansia vulcanicola y es nativa de América del Sur. Uno de sus principios activos es el alucinógeno escopolamina. Se administra por vía oral. Las hojas y flores molidas se preparan en agua caliente o fría y se toma como té. Sus efectos incluyen períodos de violencia e incluso demencia temporal. Las alucinaciones pueden ser visuales, auditivas y táctiles. También provoca dilatación de las pupilas, aumento del pulso y el ritmo respiratorio, seca las mucosas de la nariz, boca y garganta.
Los efectos comienzan entre los 15 y 30 minutos posteriores a su consumo pueden durar hasta 72 horas. La dosis letal de escopolamina es cercana a los 100 mg; sin embargo, no se conoce la dosificación exacta que pueda contener un té de floripondio. Generalmente, una dosis moderada se prepara con una flor; una dosis alta sería con dos a tres flores; pero en este tipo de sustancias no hay ni drogas ni dosis seguras. La intoxicación con floripondio produce vómitos, convulsiones y en casos graves, coma y muerte. Si la persona tiene un “mal viaje” hay que tranquilizarla y cuidarla mientras dure el efecto. En caso de presentar señas como las ya descritas, solicitar asistencia médica.
Ketamina
Artículo principal: Ketamina.
Es una droga de síntesis (se produce en laboratorios, no de manera natural). Según el Formulario Nacional de Medicamentos del Ministerio de Salud (Minsal), se emplea en procedimientos quirúrgicos que requieren analgesia de la piel, en quemados, en emergencias y pediatría. En el caso de la medicina veterinaria se utiliza como tranquilizante para cirugías. Es una solución líquida transparente. Se administra por vía oral e inyectable.
La administración de ketamina induce a un estado conocido como “anestesia disociativa”, que se caracteriza por inconciencia, amnesia, inmovilidad y gran analgesia para los dolores superficiales. Recién administrada produce en la persona una sensación de desconexión del medio ambiente. Alrededor de un minuto después se pierde la conciencia por 10 a 15 minutos, siendo la analgesia y amnesia mucho más prolongada. Provoca aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. También eleva la presión intraocular y del flujo sanguíneo intracraneano. Durante la recuperación de la anestasia pueden presentarse estados de excitación como sueños vívidos, delirios y alucinaciones. Dura unas pocas horas. Sin embargo, en algunas personas estos síntomas pueden reaparecer 24 horas después de la anestesia.
En personas con alzas de la presión arterial el consumo de ketamina es un riesgo, pues eleva la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Además es peligroso por la presencia de aneurismas, insuficiencia coronaria, cardiaca y eclampsia. También en aquellas personas que tengan antecedentes de accidentes cerebrovasculares. En casos de sobredosis puede provocar sudor frío, pérdida de la orientación y el conocimiento. Si se combina con alcohol o barbitúricos puede producir una parálisis del Sistema Respiratorio.
Datos de interés
El fenómeno de las drogas es uno de los problemas más graves que afecta al mundo, más de 170 países enfrentan sus consecuencias. Unos 180 millones de personas, 4.2% de la población mayor de 15 años la consume. La producción mundial de cocaína accedió a 900 toneladas en el 2001. Colombia es su principal productor, por la región pasa el 46% de la cocaína que se consume en Estados Unidos. Según fuentes de la ONU, por la región del caribe transitan el 40 % de la droga que ingresa a Estados Unidos, el 50 % de la producción de marihuana y el 65 % de la cocaína que tiene como destino a Europa. Influencia por la posición geográfica de nuestro país en los recalos, para posible trafico. Según estudios del PNUFID, el mayor mercado del mundo de estufe pacientes ilícitos es Estados Unidos.
Desde finales de los años ochenta, se extendieron las desintoxicaciones rápidas bajo anestesia para los adictos a opioides como la heroína, metadona, morfina, codeina y otras .Las ventajas de las desintoxicaciones cortas bajo anestesia son que permiten acortar el tiempo de desintoxicación sin aumentar la intensidad del síndrome de abstinencia, presentan mayores porcentajes de éxito en la desintoxicación, y permiten iniciar un mantenimiento con naltrexona en menor tiempo, con una continuidad entre la desintoxicación y este tratamientos.
Cuba contra las drogas
Las autoridades de Cuba han declarado que siempre han mantenido un principio de tolerancia cero a las drogas.[1]
Ver artículo principal Cuba contra las drogas
Véase también
Las drogas, un peligro en la sociedad
Referencias
- ↑ Cuba contra las drogas: ¿Qué acciones se llevan a cabo para reforzar el control sobre el tráfico de estupefacientes hacia el país? Cubadebate, consultado el 22 de agosto de 2024
Fuentes
- Salud y Vida (en línea). Consultado: 15 de marzo de 2010. Disponible en: www.sld.cu
- Uso indebido de las drogas (en línea). Consultado: 15 de marzo de 2010. Disponible en: www.ucmh.sld.cu
- Drogas (en línea). Consultado: 15 de marzo de 2010. Disponible en: www.vcl.jovenclub.cu
- Tabaco (en línea). Consultado: 15 de marzo de 2010. Disponible en: www.guerrillero.cu
- Cafeína: un nutriente, un fármaco, o una droga de abuso (en línea). Consultado: 27 de mayo de 2012. Disponible en: www.adicciones.es
- El «éxtasis líquido» (GHB): ¿una droga de uso recreativo? Clínica biopsicosocial del consumidor y algunas propuestas terapéuticas (en línea). Consultado: 27 de mayo de 2012. Disponible en: www.lasdrogas.info
- Salud y drogas (en línea). Consultado: 27 de mayo de 2012. Disponible en: redalyc.uaemex.mx
- Efectos de las exposición temprana al etanol sobre subsiguientes aprendizajes mediados por los atributos incondicionales de la droga (en línea). Consultado: 27 de mayo de 2012. Disponible en: redalyc.uaemex.mx
- Crisis vascular por cocaína: recuperación de fracaso renal tras el abandono de la droga y control de la presión arterial (en línea). Consultado: 27 de mayo de 2012. Disponible en: revistanefrologia.com
- Droga y violencia: Fantasmas de la Nueva Metrópoli Latinoamericana redalyc.uaemex.mx
- El mercado de bienes ilegales: El caso de la droga (en línea). Consultado: 27 de mayo de 2012. Disponible en: redalyc.uaemex.mx